PROYECTO
FLOR DE HÉRCULES:
AUTOR:
MIGUEL ESTEBAN MARTÍNEZ GARCÍA
LUGAR: LA
CAMPIÑA, MIRADOR DEL HENARES, CASTILLA, ESPAÑA
PREFACIO:
Es mi libro
con el trabajo completo de varios años, impera en él un estilo de plasmar
surrealista, de escritura automática guiada por referentes propios de absorción
y adopción mía, mediante aprendizaje por medio de la lectura, eterno buscador
de plasmar correcto, en mi búsqueda y en mi trabajo habita la concepción de lo
que me parece bello para escribir en base a eso se surten las imágenes como
abrevadero de ideas ramificadas de lo que a ella atañe.
Ya que la
poesía sin impresión de belleza poesía acaso sería. Sin creerme poseedor del
castaño de las castañas de oro mi poesía y mi obra es fruto de consecutivas
temporadas seguidas de escritura durante cerca veinte años. Un abrazo y gentil
saludo autor Miguel Esteban Martínez García. La obra consta de dos tomos, dos
antologías personales, selección propia de mi poesía, recogidas en Manifiesto
flor de difunto, si el tiempo se construye aquí hay casi dos décadas
construidas del reflejo en escritura particular. Escritos recogidos hace más de diez años.
El
castellano.
TOMO I
PROYECTO
FLOR DE HÉRCULES
PRIMAVERA TU
HOGUERA:
I
Tu solo
espíritu
de alto
cielo,
preside mi
honrosa vida.
Feraz raíz
insobornable
como dicha
falaz incuestionable
devienes
primavera.
En joviales
muslos
y lozanas
alegrías.
Levísima,
poderosa, atónita,
en alas mi
Golondrina.
Alzas que me
sublevas
a beber de
tu fuente inarrable.
Rayo
celeste, vital,
frente la
tierra, todo cánticos.
Crear tu
azul gloria,
es soñarla,
como sueña la orugüilla
volar en
alas montadas.
Azul, verde,
amarilla tu sonrisa,
seno
turgente mío erizado
donde te
guardo.
II
Me palpitas
de rubor
a espada
rompiendo,
esquelas y
señales, sin esquemas
avanzo este
humo de bolígrafo.
Mi árbol en
piel saturas,
lentamente,
como llueve sobre
noche de
suelo mojado.
Cargado voy
en verde savia,
pujante de
tu hálito
fugaz,
repentino, ingobernable,
como luz
derretida,
y agua
batiente.
Como piedra
o calor esponjado.
Permite te
escriba,
vomo se
habla a la muerte,
para
enamorarla.
III
Suspirante
desliz estrellado,
aristas como
filos un rubor
franqueza,
de honorable sabor.
Embeberte,
es de liminal
vértigo de
espadas.
Atrevida, de
hermosa, sensible azada,
sacas mis
penas y alegría se erige,
de este tu
muchacho desnudo,
que jura te
amó
un día en
penumbra
para así,
por fín,
no perderte
nunca.
Arena vívida
de vergüenza
ausente,
melodioso tu amor.
No aplaco,
le custodio,
como mi vara
de nardo
en lecho
marino.
Förüq
castellano Miguel Esteban
NÚMEN MIS
DIOSES:
Al soberano
fulgor
rindo mis
cuentas,
al plácido
pie de manantial
en fuente
sagrada rebrotado.
Trompa que
conjugada
con los
clarines que sólo
las guerras
apremian.
Por cielo
medroso
tocaré la
lira
en serie los
vates líricos
enaltecido
yo, tocaré raudas estrellas.
Enaltecido
yo, por primavera tangible
y su aciaga,
pretil gesta
de lluvia
sembrada.
Yo, funesto
hijo de Pirra
impetuoso
príncipe en templo
de la Vesta.
II
¿Cuál
quejosa sierpe,
viene a
morderme?
Ojalá mi
diosa regrese
ya al cielo y refulgente
guarde
estrellas en los rediles
que alumbren
al padre de los vientos.
Mi madera de
ciprés,
y triple
lámina de bronce.
Oh, funestas
Híadas.
¿Qué clase
de muerte apremiáis,
al que
contempló sin lágrima ni pavor
vuestro
final sin principio anunciado?
Mudanza no
lloran
mis castos
dioses.
III
¿Quién
osado, el que
me resplandece
sin haberme conocido?
Falaz sierpe
viperina,
a pared de
templo ofrendo mi fortuna
que escribe
dignamente
glorias
sangrientas
en solemnes
premisas
como feroz
soldado
hablando en
escritos
valiente y
vencedor sus enemigos.
Lloro mis
sinuosos arroyuelos
sanguinosos
como hombre
de cielo
oscuro.
Förüq
castellano Miguel Esteban
Saeta para
Musa Reina Hada:
Saeta, saeta
bella,
saeta parca,
saeta ilusa,
saeta inocente,
es el final
del show
saeta madre
encumbradora
de toda
mentira enclaustrada,
yo te amo
saeta,
saeta alada,
saeta
heridora,
saeta
encausada,
saeta parca,
saeta
celestial,
saeta
infernal,
saeta canta,
que mis ojos
sean tus ojos,
saeta que
mis manos sean tus manos,
esta cruel
noche un diciembre,
que yo
soñaba estaba escribiendo,
un canto a tu
cabello de oscuridad,
saeta
mística,
saeta
hórrida y hermosa,
tu beldad
piramidal,
se estrechen
caminos,
el cielo se
abra para escucharte
mi saeta
esquiva,
mi saeta
complaciente,
como es
arriba es abajo canto,
seguir
peones vuestro circo,
que este
trovador
de campo
llano,
sabe quién
es y de ande llegó,
ahora te
odian saeta,
ahora te
aman saeta alada,
me diriges
por el Parnaso sin final,
o me quitas
hasta la vestidura
más pesada,
volemos
abismos amada,
volemos
cimas inefables cariño,
hasta donde
se oculta el Sol por el este,
sociedad de
creer o no creer
yo elegí
creerte saeta
y hoy sigo
en la cepa
esta vida
que me cabalga la estampa,
cerros
intransigentes
molinillos
al fragor de vientos voraces,
esparto
entre las jaras y solas carrascas
brezos soleados
por flores ausentes
un invierno
que se desdibuja solo,
saeta amada
elévame en tus alas
yo vine por
el son recto,
blandiéndome
de un hinojo solar,
esta vida
que sin ti
saeta la
creería una dulce mentira,
por la que
morir
y no morir
por una crueldad
impuesta por
el ajeno
que nunca
nunca serás
tú
mi amada
saeta,
esta
existencia
que se dobla
y niega a sí misma
para decir
que yo soy el rey
que yo soy
el cuchillo,
que yo soy
el proceder
inmiscuyente,
otra vez Yo
sé quién soy mundo
este es mi
manifiesto y
el de mi
Saeta bella mi espada,
mi vida,
mi
indecencia,
mi crueldad
de espira,
mi
corralillo espectros yertos,
era y es
el
hipocritus dejará su vestido,
el trigo
limpio
será trigo
limpio
ahora y
siempre,
espiga y
cante
hasta
rodeado
mi padre trigo.
Vengo de las
espigas de abajo,
asolando
verdades,
mi panida
amada,
por la saeta
olvidada,
se
despertará
por los que
venimos
del trigo
limpio.
Volando
sobre parajes
entre
tierras de añil barbecho
y su azada
de viento
mi solaz
saeta entre cardos
de todo
fértil sendero
que lleva al
infierno.
El
Castellano Förüq
A Calíope:
Recto
escalafón
dorado al
beso no dado.
¡Oh!
Calíope;
baja imploro
te estoy
construyendo
un cielo
dorado a ras terreno.
Madre
ancestro de musas,
figurados y primigenios.
Estuco tu
mirada de puro cuarzo
y tu
semblante de estrella inviolada
avanzo tu
esmeralda de mujer cristalina,
beso tus
pies descalzos Musa.
Necesito
colmar tu atrio
de
caléndulas solariegas y rosas de muerto,
abriendo
fragancia de mujer desnuda
al Paraninfo
yerto
Castellano.
Yo Raíz de
los dioses en la Tierra.
Tú mi Flor.
Förüq
Castellano
CONTRA MI
CIRCUNSTANCIA:
Guía de mi
calendario
en atroz
desmembramiento
de soles
llamados
días de noche yerta
y sin reseña
avanza mi letra,
es un vaso
de sidra y una espera,
fiel eterno
mañana
en el que
dejar
lo que jamás
haré hoy,
definido en
boca gris
de darme al
vulgo,
y que seis
millones de bocas
escriban
similar
o casi igual
a mis sarmientos,
sí
directamente me preocupa
porque yo
soy lo que escribo
y no acepto
copias baratas de este ser,
seré mejor
que el silencio
enarbolando
astros, plantas y sus verbos
de imágenes
por raíces,
lo siento
mundo no soy de vuestra sociedad,
no necesito
vuestro material
ni vuestras
fábricas de ciudad,
construcción
haciendo progreso
de la
BocaGris,
para que
todo lo pensado
esté en
proceso de construcción,
fábrica deja
mi felicidad
en manos del
viento,
que mi poema
es incendio,
deja mi
destino yo soy de tierra,
y esta es mi
eterna cepa
ahogando el
rol
tejido del
social humánimal.
Soy lo que
escribo repito,
como viaje
sin rumbo,
un vertical
azote de mis velas en marcha,
un siniestro
vértice un silencio mundo,
unos ojos
que hablan
y se
responden entre tubos,
estoy
cantando en la tubería,
estoy
rozando mi osadía.
para
consumir mi envoltura
de tela de
araña,
mi sonatina
despierta
mi soga
quieta del árbol de mi sueño,
enarenado mi
lobo de hierro,
queda
satinada mi estrella de agua,
ardiendo mi
sentido,
siendo esto
nada más
que una
bomba atómica.
Una retina
escalada,
un cruce de
dos estrellas,
en vastedad
atropellada,
del ser, una
rigidez de árbol
buscando su
simpleza de savia,
un insecto y
su corona,
un pergamino
mi escrito,
abriendo
este angosto camino,
en alguna
parte que eriza la piel,
fuego del
hielo me valgo,
de mi
maullido de pájaro,
entonando mi
pianola de sílaba,
todo
cambiaba,
resumen de
mi vida,
nació y está
empezando a soñar
desde su
muerte.
El
Castellano
AGUA:
Eslabón
vasto, ardido, deslizado,
un iris de
gota que a ti te llega,
marcha
tenue, compás de tu eterna huida
que te marca
y da vida,
fulgente
fuente en infinitud de bocas
que tu ser
desprende,
de su nombre
y su alambre,
irisado
canto de nubes derretidas,
comunión de
trinos,
un beso a la
tierra que deja herida,
límite de
árboles y sus soles,
siembra de
azul,
despensa de
tu saliva,
hoy buscaba
belleza y belleza eres tú,
río corre
directo a tu nacer
río
levántate,
jamás te
canse tu desnacer,
efímero
latido de tierra,
tú vena del
cielo,
una solar
llaga del gris,
un hogar,
cuna de mi tempestad,
para ser
agua inmortal elemento
capaz de
crear y destruir,
de vivir
siempre tejiendo la realidad,
alcanza,
desvela que te debo esta existencia,
sin saberte
nada existiera,
equilibrio
que en tus vasos juega
para
estallar en creación llamada vida.
ALMA EN
YACIJA:
Mañana será
mi vida
una sábana
sobre mi calor humano
inerte en
acto de no portar nada
si no fiel
materia asida
si mi forma
acaso tuviera,
si yo no la
creara,
si no fuera
contorno de mi forma
esta sábana
muerta
se creería
que portara amor,
dulce aleteo
ingrávido al peso,
tiempos de
cambio palabras a un silencio que muerde,
estoy
esperando las nuevas visiones,
con mi
canasta de limones,
estoy
aguardando la caricia de las sábanas,
como
recipiente de quiebro de sueño,
quisiera escribir
un poema con varias ramas,
anclado en
una idea que se difumina
la identidad
de ser ella,
palabras
inertes que quieren ser hechos
y tener
movimientos,
a un profuso
mar me muevo,
siente mi
devaneo,
llegó mi
momento
de nada
carezco soy real,
soy de la tela
de araña soy tejido que me lleva,
noche, noche
te encuentro en mí,
fiel yacija
del destierro de mi sombra,
versos
nacidos de una única cerveza,
buena praxis
de mi romance eterno con la luna,
lunático por
venir de estar con ella en su ático de Madrid,
no te
esfuerces jamás podré ser realista
y describir
sin ser parte del asunto,
claramente
porque soy yo el asunto,
a formar, en
orden,
este es mi
rifle esta es mi vida,
por la que
sirvo y ejecuto un placer nacarado,
como fruto
de estrellas,
¿el hueso?
Es que no
encontré un motivo claro para escribir,
solo fue y
será escribir.
BROTADO:
Silba
centella,
como
enhiesta espina afilada
en son de
tañer
del pozo
llamado guitarra
con voz
pasajera,
fugaz cual
angosta siembra
perpetua de
otoño,
una muerte
trenzada
a su fin de
ser origen
de toda vida
vegetal,
la muerte de
la flor
en comienzo
de la vida
sin la
semilla
no iniciara
ningún azar
profuso
de sangre,
quitina, savia
sin alimento
no hay
energía
ni este
maldito duende
podría
escribir sin alimentarse
del hielo
ardiente;
es un árbol
es una
crisálida
de ser este
mi cuerpo,
que al tuyo
invita
a su devenir
irisado,
de sus
canales de riego,
mi realidad
se baña en mis ojos,
sin ellos
sólo hablaría la oscuridad
de su negra
ala,
lo siento me
temo
que por
conseguir ser completo
he cambiado
de lleno,
con mis
manos hice una fosa
para plantar
un ciprés
como el que
plantó tu madre,
y ha
consumido en su llama
miles de
años de mi pasado,
siento
deciros mundo
que soy
completo
que he
nacido,
nació un ser
perfecto
de su crisálida.
HE NACIDO
He nacido
por un principio
libre de
causa, lleno en virtud de fin,
ser completo
en alma, espíritu y cuerpo,
sin atisbo
de superioridad
al resto de
semejantes
jamás
iguales,
diferencia
marcada por mi demonio interior
denominado
luz de virtud.
Que brota de
mi ser
desarrollando
yo su intensidad,
el talento
como el nombre más ambiguo
de la
realidad,
semilla
muerta digna que debe ser empapada por el esfuerzo,
dedicación y
entrega nuestra
ceñida por
la esencia del don supremo Sabiduría.
La vida es
de quien la lleva y esta es mi reflexión contra todos vosotros.
CROMÁTICO
AZAR:
Bienvenido a
su cuaderno,
es una hoja
de chopo,
mecida en
vaivén de viento vocal,
un profuso
devenir de entraña
que tu ser
admira, desentraña
cual iris
cromático en escala,
es su cuerpo
de mujer un hogar
para tus
ojos, como una armónica
sus
encantados labios.
Un linde y
una cepa que te gobierna.
Inmortal
yaga, su ilusión
que te
cuelga cual araña,
cristales
rotos de tu ser
espejos de
un ayer sembrado
en piel.
El sentido
se difumina
en su boca
de estrella
para el hoy
ser ayer
y el ayer
ser aciago sueño
cubierto en
verde hiel.
Es mi casa
su casa
su entraña
un nido
y mi espada.
Solar
siembra de mi mañana.
Es un canal
irisado de sangre
fanal la espera
en la que
cuidaré nuestro jardín
y meceré
flores
para por si
ella muere antes
que no muera
la belleza con ella.
El
Castellano
BRILLO DE
NOCHE:
El sino
lanzó un grito a la montaña, contestó un eco con amplia voz
Que
sorprendió mi anhelo
siendo una luz
en el vasto ciprés
que a la
luna alcanza
preguntando
por mis yedras en maceta del alba,
un silo y un
olvido despertó de su nicho,
cantando con
la flor un latido desertor queriendo pedirte caricia eternamente .
Encerrada en
iris violáceo la flor corría el sueño estertor,
el sol
cambió su amanecer por la tibieza y suavidad de su flor,
siendo
esposa del sol, caléndula en ojos
que marcados
traen un irisado tornasol llamado amor.
Un ocaso se
alzaba en guiño a cada noche que la flor cerraba en verso sus pétalos
afilado el
cuclillo de la noche
besando una
luna de cuerda,
una
inmundicia cantaba su siniestro grillo
del calor de
muerto,
despertando
la siniestralidad agujereada
del hueso,
un camino
eterno con acequia de la sangre que lleva en araña del sentimiento
y un difuso
vértice de dos gotas de unión
que se
juntaban exclamando
como rocío
del molinillo diente de león
para volar
con el viento juntas nuestras vidas en vaso retorcido de destino .
El
Castellano
ROSA DEL
AMANECER:
Abejas del
alba,
en un cielo
desplomado,
que rige su
cenit dorado,
un albor que
se dirige a la maravilla,
esperpéntica,
despeinada por rayos
de solar
afán y entrega,
un camino se
retuerce en el iris
para la
tierra ser sólo de su tierra,
un carruaje
de estrellas desmembradas,
y sus
violetas nocturnas a cuestas,
es hora es
ahora
que la
acequia bulle mi sangre,
en la sombra
una espera,
vuelan las
avispas del medio día,
con sus
emplomados trajes,
es la escena
un salón de actos,
es una
aciaga siembra
de vuestras
mentes retorcidas,
de lombrices
esparcidas,
panal eterno
de la idea,
se asoma, se
afila en alambre
de lengua,
de palabra que azoga,
mi tenue
soga,
mi inmortal
sequía,
por el chopo
viejo que vive lejos
se clava mi
estaca en tierra,
para que sea
de su pueblo la primavera.
Con ímpetu y
desgaste
que viva
siempre este alambre.
El
Castellano
ENHIESTA
MALVA:
Y que mi
sentir no se esfume en vano
donde las frases
son emociones que palpitan
un calor
llamado arte
la tristeza
que quiso llevar una duda
será que
esta vida vale la pena¿?
el amor sí
existe
está
colgando de tus mejillas efímeras,
para darle
un sentido a mi existir
aquello que
no ha muerto en la eternidad hará cuchillo
así mi alma
alto cante, su destino alumbre
será mi
dulce muerte rechazada en el vaivén
que llevó a
la tiniebla mi verso
este mundo
está habitado
por el reino
muerto y el reino vivo
yo muerto
sostengo,
mi sino de
cuervo Förüq
y que nos sobre
una explicación
la sed de
sangre me alza en albor
mi reino
muerto por una amatista por enraizar
y un
azabache por llorar
es una clase
de fantasma la mía
un eco sordo
por alcanzar
siéntelo
es sangre en
tus ojos
la noche
palpita sin derroche vida de su azabache
un cuclillo
despierta a otro cuclillo
un ejército
despierta
alerta.
El
castellano
Mi rosa
Por la
malva-rosa
INFRA-REALIDAD
DEL HIELO:
Hilvano mi
sentido de una araña,
tejida su
tela de una gota,
esa gota que
palpa infinitos,
que crea y destruye,
la
supervivencia del ojo,
me mantengo
esperando para el brillo,
y quizás el
sonido de un grillo,
todo acaba
donde el todo comienza,
vive esta
rosa de hielo,
y este
granate de sangre me vence,
opaca suma
de tus parpadeos
hacia la
sombra,
que es una
eterna, infinita
madre de
ausencias y sus tejados,
contémplame
allí aullando
extasiado en
una siembra de nácar,
quiero vivir
hoy en las etiquetas,
en los
maullidos sin gato,
ser abeja
para zumbar los oídos por despertar,
que me odien
por fin por ser quien no soy,
un alarido
estremecido,
un temblor
de tierra,
un carnal
fuego que no se vence a sí mismo,
ser por fin
entraña y hueso,
que mi
corazón me suba por mi garganta
para que
diga que yo te amo.
El
Castellano
SOY:
Tiempo,
invento deslizado
como hoguera
que consume y su horizontal avenida,
como rosa
marchita de otoño,
como hoja al
devenir de un árbol tejido
de sus
escarpias sucesos, un devenir
que corre
avanza mecido en el olvido de sus huesos
por retornar
las semillas y su vida,
fanales
despensas de un silencio mutilado,
lejana la
distancia todo se acoge en uno,
un viento,
un pájaro, un aliento, una espera,
un suspiro,
un destino, una creencia,
una raíz,
una tierra, un dueño
sí el que me
lleva los pasos,
su cuchillo
dorado que se alza sobre tu rendija,
justo tráeme
la luz este mar de cielo
que me
absorbe,
desciende
sobre mí su ocaso puro, limpio, violáceo,
como una
ventana para pintar
lo que late
y se encuentra detrás de mis sentidos,
un destello
que me alumbre,
un iris tuyo
que me examine,
camino el
límite de la existencia,
capaz de
morir por una palabra,
mi noche
comienza a sonar,
y mi olvido
de sueño aún no comienza
no inicia su
palpitar,
este agujero
lo cavé con mis brazos,
esta fosa
desnacerá para iniciar más vidas,
flores por réquiem,
abejas por elegía,
mi semblanza
yerta
vuelta
dicha,
un tiempo
como bucle eterno
en el que
nada podrá dejar de ser lo que es,
yo soy carne
de palabra,
soy quien
soy y esta es mi plegaria.
LIT ET
SUMMUN CANAE.
El
Castellano
SON DE
GRILLO :
Clarín
entona sin miedo,
todo lo que
siento arriba del astro recuérdame
su violácea
arpa del sentido, tejido yo del hierro,
y una
escarpia desnuda que anuda,
que desvela
mi yunque, mi eje,
apenas
dormido yerto el tiempo que te conoció,
arriba muy
cerca de la letra dorada,
y su
escarcha de silencio senil,
eres más que
donde alcanza mi palabra,
un yugo, un
arco y una flecha,
una vena
trenzada por la sangre consumida
que te lleva
que te encuentra,
león aquí
león allí en mi corazón,
hilvanas mi
calor del fuego,
se funde mi
abismo zarzas por ascuas,
Sol por luna
dentro de mis ojos te encontrarás,
allí solo
habita la luz como quimera una,
que te
destapa en sueños,
si por
soñarte te hiciste realidad mi bella,
una vez en
la vida el tiempo se derretirá,
y nuestros
labios beberá,
vuelvo a
vivir por ti,
vuelvo a
descubrir justo la vida,
matando mi
soledad, aumentando el día,
amor que me
volviste libre
y elegí
amarte
hasta donde
cerraban los ojos de la noche,
mi miedo se
alimentaba de sus paticas,
yo quiero quedarme
contigo
hasta que mi
pecho lata abierto,
subiendo
cumbres anclando mi sombra,
hasta que la
tierra se coma los cardos tras el estío,
hasta que
las flores rendidas dejen su belleza,
en son de
elevado amor,
que asesine
los silos de oscuridad,
que descienda
lo perpetuo
y quede
asido el cielo
hasta que la
imagen sea sonido,
y mi deseo
traspase las puertas de tu destino,
solo allí
reinará lo sentido.
El
Castellano
TEJIDA
REALIDAD:
Estaba
buscando por algo de luz,
dentro de
este abismo nacarado,
como brazo
de esta realidad desdoblada,
no esperé
más le prendí fuego,
y un surco
se abrió paso
entre
espejos crepitantes,
entre puntas
hirvientes,
y sus curvos
ejes,
que hacían
de la noche una sola,
comía su
adentro, estallaba nuestro encuentro,
por soles consumidos,
por vértices
y sus filos,
el sendero
comía sus espinos,
por mi vida
repoblada,
que buscaba
tus nubes de azúcar,
encuentra tu
miel y mi subrepticia,
por toda la
noche sin despedida,
se alza
nuestra caricia,
como árbol
sin hoja dormida la sinestesia,
queda
iridiscencia del beso,
quedan las
espinas de mi piel,
un hervor de
hiel,
un destino
sin cuchillos,
un devenir
que no vino ni se fue,
llórame el
azabache de tu noche,
pinta en tus
ojos conmigo el fin del tiempo,
detén este
instante para hacerlo real,
ven conmigo
soy tu despertar,
aúlla al
hueso de la luna
que parió
una flor de cripta y su helecho,
era cuesta
abajo mi lluvia
desplomada,
hábil tenaza ,arde y no avanza,
por todo lo
que quiso ser en trémulo desliz,
era nuestro
campamento de estrellas
por
luciérnagas,
estoy
desaprendiendo a escribir
y eso es
bueno,
mi piel que
hiberna en verano,
para abrir
su cauce y el reguero
al Sol de
invierno.
El
Castellano
UMBRA DE
PIEL:
Flagrante
piel desnuda en su redondez,
infinito con
cumbre y desnivel,
aullido a
media voz,
un golpe de
viento, un primor
de desnuda
arena en pie modelado
por tu carne
de mujer,
yo soy para
el viento otro crujido
de su fuente
de voces,
de temblores
en seno de su carne de ciruela,
prevenido
avanzo como un soplido,
me diluyo en
agua siendo tu ávida tez serena
como virgen
nieve de canela,
suave mi
mano nació para tu piano,
al frente me
hago presente,
no hay
ilusión que se consuma en olvido,
así no hay
esperanza que no me vuelva un ovillo,
si estás
tejida con hilos de sinuoso frenesí,
silencio
envolviendo este mi cuerpo,
sólo por
escalar mi vida,
sombra del
color, sombra al fin,
era plena
primaria,
tímida y
risueña,
era mi
naufragio en tu arena,
una veleta y
su aspa,
desperté y
aún seguía tu esencia,
de piel sin
piel ni ropa,
destapando
una caricia lejana,
por el
laberinto que te conforma
hacia la
sombra que me da forma,
te espero mi
preciosa.
El
Castellano
IRIS
VESPERTINO:
Avidez
estallada, corre un presente
sus oscuros
lindes la eternidad conoce,
me basta con
ser su despierto pliegue,
existencia
al fin sin más ser
que todo lo
que desemboca mi creencia,
que se
estira, se dobla y conforma
en surcos de
labrada consonancia,
por todo lo
que avanza,
siendo de la
tierra más que una estática sombra,
siendo todo
lo que quiero ser
es más que
un capazo de su vendimia,
más que un
panal de labios grises,
es un mundo
y yo soy su pétalo,
es un río y
soy su gota,
al trémulo
ciprés me cuelgo,
para asir
mis palabras al cielo,
es por su
lago que mi esperanza navega
sus oscuros
soles en llamas,
en mi vida
solo hubo un abismo para condenarme
y es al
fuego de sus labios,
su veneno en
mis ojos bulle mi retina,
blancos,
amarillos. azules
los tules de
su escarcha,
círculos de
luz, veta de mi mente,
se conforma,
se desnuda la piel en sinuosa forma
el viento
que es como un almanaque
y un cofre,
el destino
mío irisado se vence,
acoge mi
ansia plena,
mi álamo
saltó, tembló,
era yo, como
un furtivo fuego de tierra,
era mi vena
una primavera,
era mi vida
como solaz yaga,
que sólo
quiero compartir con ella
mi señora
bella,
la extasía
de mi ilusión verdadera.
El
Castellano
VIDA DONDE
YAGO:
Colgado del
tiempo,
expuesto,
vulnerable
a un cambio
de su viento,
sí todo lo
que siento
me mece
colgado de tu iris opaco,
por mi
retina escarlata
nazco para
desnacer en tu cuarto,
para
abocarme a mi destino
sin final en
el cual te amo,
como flor de
todas mis flores
cual rosa
oxidada,
mi pasión
que corre, avanza
jamás se
para
es como
lagartija
postrada al
Sol de tu amor,
mi vida va
desvaneciendo
en son del
profeta oscuro,
hielos
fugaces,
desiertos
transparentes,
ilusiones
crepitantes,
quiero
permanecer en la guardia
de tu
sentimiento
no soy
espejismo de viento
yo lato y te
envuelvo
para crecer
amaneciendo
tu deseo,
sólo eres
tú,
nada que yo
pueda criticar,
porque como
florecita delicada
mueres y te
agotas si no te cuido,
llegó mi
abismo
en el que
loco de amor
cuelgo mis
miedos de mi ciprés
que en silos
dorados
almacenan el
querer de las estrellas
en
verticales puntas
deja
cristales del alba,
no puedo
acabar mis pasos enamorados,
que te
pertenecen,
como rayos
de tormenta,
y mis venas
quietas,
por tu salud
abandono a mi ser,
por tu
sonrisa y qué no daría yo,
es mi vida
al fin y al cabo de Finisterre
es mi
desquicia yerta
que asesino
pero es mala yerba,
no estoy
perdido
porque eres
mi sentido
para mi
segunda vida
no renuncio,
no retrocedo,
no me
achanto, no abandono,
no doy nada
por perdido
te amo en
este infinito
del que
cuelgo
y mi palabra
es siempre.
El
Castellano
SONATINA
YERTA:
Cabálgalas
así puras, redondas, irisadas,
oscuras mis
letras en sonatina,
destápalas
al viento que mueren por unos besos,
desterrados
en son antiguo, quemado,
derramado en
sed del vino,
esperando
dormido se alce tu boca
por todos
mis sueños perdidos
como cerrojillos
en vena gris,
brota mi
sangre siendo de la tierra
fiel fuente
y su simiente plena, verdadera,
amor, el
tiempo no nos puede sostener,
acaba como
eternidad doblada con ganas de más y más
muertes en
caricia helada,
redondas,
verdes, suaves,
caminan como
corceles sin redil
mis manos
buscando y buscando
le regocije
una armada palabra,
no busco
estrellas porque tus ojos guardan mi firmamento,
en un
granate perdido en un hielo derretido
en un
suspiro y un guiño,
ya me cansan
los abismos por recorrer,
junto y sólo
junto a ti quiero yo perecer,
encuéntralas
a ellas como el pasar del tiempo
en un piano
de madera, como llama eterna de nota
y fuste, de
ansia y apetito voraz,
de mi
carcoma y su crujido,
de mi grillo
y sus grados,
es por tu
cuerpo vida,
que las
letras se me rinden en mi alta ojera
de nácar.
El
Castellano
DEVENIR
ESTALLADO:
Llegó el
día,
se colgó el
agravio
en el árbol
de las cenizas,
era mi
ceniza como un cielo
ceniciento,
enjutado de paredes,
era un
viento de alambre
y sus espirales
que mecen
nervios cual
lindes,
despiertos,
desvelados,
ven a por mí
en esta cepa
que llora tu
nombre,
yo fui tu
hombre
más el
destino me clavó
otro yerto
horizonte,
otra nube de
cenizas,
otra máscara
que nunca elegí,
otra planta
y otra flor,
no puedo
deshacer mis pasos,
ni construir
nuestra casa por el tejado,
en fin me
basta con tejer
nuestro
lago,
nuestro
infinito remanso
donde Yago,
donde en su
espina ardo,
Consumiéndome
en tu aliento.
El
Castellano
DESTINO
IRISADO:
Eternidad
para dañarme,
dejándome
caer
nunca
signifiqué más y menos
que dolor
afila tu
nervio
dejándome a
solas,
sólo
encontrarás
que perdiste
tu hoguera
sostenme los
ojos cansados
con su
Malva-Cruz
nada cambia
todo
retrocede
todo corre y
se desvanece
canta, ríe,
corre,
yo no
volveré,
mi tierra
trabajaré
para cavar
mi dulce espera
amaré mi
polvo,
me sembraré
en cada hoguera,
rayo irisado
me descubre
llegaré a
deshojar la muerte
y su cuna,
desde este
nicho
tela de
araña
al submundo
de los condenados
donde yago,
mi herida si
no cicatrizara
será un
recuerdo de que existes
llamándote
dolor,
vuelo esta
oscura noche
buscando
calmar mi sed
siendo
consciente
que no
volveré a vivir
como cuando
estaba vivo
mis pulmones
llenos de humo
de noches
enteras
fumando
cigarrillos en boca del Diablo,
para ser yo
el más
grande espejo
de esta
soledad deseada
desde antaño
destino infundado,
me alimento
de todas las flores
que no te he
regalado
y nunca te
regalaré
cierra tu
persiana hoy no te veré,
soñé tanto
que por soñar
me llamaron
ruego y estirado,
demente su
hueso me llamó despecho.
El
Castellano
MAULLIDO DE
PÁJARO:
Una nota y
un horizonte
una secuela
y una desmembrada caricia,
se afila el
viento y sople, sople mi adentro,
esta vida me
cuesta la sed,
y quizás
sólo quizás una yerta bienvenida,
por la solar
acequia planto mi beso,
a un ababol
de mi hueso,
es por el
perpendicular recibo
que acuso mi
piel expandiendo,
trance de mi
endiosada calma,
y paz de
espíritu que sujeto,
quedando mi
gota frenética sin cauce
esta mañana
que lo lejano
se torna
cercano,
blandido mi
cuello en su hoguera,
queda
sembrar allí mi primavera,
y mi primer
beso de siembra,
Bramando por
ella mi cabellera,
como fiel
retorno de las polillas,
habitándome
en mis semillas,
es por ellas
que mi umbral bulle a la fuga,
ella que
lanzada, decidida
abandona de
su ser el recto abismo
para llegar
su alarido
a un destino
y un techo,
tejido por c
la araña que nos lleva,
tejiendo
nuestra vida
de Violeta y
malva.
Un fenetro
para el desespero,
un puente
para superar
la dificultad,
en malla
dorada,
en granate
humor de sangre doblado,
es por esta
luna de venas,
es por este
pájaro de maullido,
es por todo
lo que vino a ser
y marchó
crujiendo
crepitando,
desnaciendo.
El
Castellano
DEMONIO DE
FLOR:
Que el arte
es un demonio con palabra de alas,
una fuerza
inmortal que sacude la entraña,
en alborada
muestra su zarpa,
siendo del
viento su grazno escondido,
viviendo la
sed en destartalada acequia de hiel,
un réquiem y
una elegía por todo aquel
que sus
venas zarpó,
para anclarse
en su honda sien,
camuflado de
espiga
no hace
falta que yo diga,
todo es y
será de la caricia
al profuso
horizonte de espina,
por su
derretida cima viaja mi idea,
encontrando
un manantial de sangre,
perdida su
costumbre,
queda
renacer en el ocaso eterno,
que si
vuelvo de nuevo
vuestro
aliento se comerá hacia dentro,
para esta
abeja ser del viento.
Y el viento
ser aullido
de lobo
sediento en alambrada de piel,
cavando su
azada,
derretido
suplicio repetido,
en infinito
que cuelga,
grita,
desenfunda mi vocabulario yermo,
cual
emplomado soldado,
fuente de
abrevadero de la sílaba
pronunciada
robada, deshabitada,
es de la
solariega vega que mi Sol
contra el
mundo es eternidad.
Canto viejo,
canto de surco y simiente
lo estoy
diciendo que no espero a mi yerto,
digno arte
de admirarte
que si es
para siempre
yo soy más
que tu amante,
a la tierra
va
a la tierra
va mi aliento de serpiente ,
que se ahoga
que se deshace
este verano
silente.
El
Castellano
ABROJO
CONSUMADO:
Defiendo
entre torres de humo,
al rápido
destello veloz me despido,
palabras
atrincheradas hueso despierto,
encrucijada
entre flores de piel,
hiberno este
sentimiento
que me
desgarra la sangre,
siendo rayo
añil consecuencia en llama,
crepitan de
los sones los tambores,
mi brazo
está para la lucha,
tejido mi
sino está del abrojo
una cruel
espina su medio para viajar,
soy de este
campo como la fuente
de su
encina, soy yo al menos
como mi
amado zorzal
como un
pájaro en su rama
que el
viento le cuenta
de sus alas
cansadas,
como un
cielo sin techo,
como un
tejado sin teja,
como umbral
sin muerte ni acto,
despertar en
la cueva de luciérnagas,
despertar
solo y frío para sentirme en dicha
elaborada,
agradecido porque estoy vivo,
mi palabra
cual escarabajo verde hoja,
como
precipicio de montaña
que ríe que
escala su altura difuminada,
es de agua
su rima consumada,
siendo yo el
último hombre en pie
blandiendo
su armada palabra
que avanza,
no para,
se consume
en eternidad arrancada,
a esta luna
de plata que gime auroras,
de sus
pestañas escarlata,
un secreto
bebido
un halo
irisado,
de esta
meseta milenaria,
siendo mi
alma una flama de lumbre,
un carruaje
que lo lleva la noche,
mi ser que a
tu alma abrace y alumbre,
porque a
veces me consumo,
y si no
estoy muerto
que venga a
por mi la divina falacia
porque mala
hierba nunca muere
y en este
nicho de vida
me desvelo
fiel Abrojo yerto, consumado.
El
Castellano
FUENTE
EXTASÍA:
Cercenas
esta hoja ilesa,
la niña de
mi verso si acaso pudiera
sangrar este
cielo,
y su avenida
en estruendo quejumbroso
sonido, al
menos
un espasmo,
una lengua
de nervio,
una acequia
de sangre
es el hombre
si al menos
fuese hombre,
fiel
testerazo ensartado de bestia
caminan las
sangres,
y nadie
vendrá a vengar a los hermanos,
desfallezco,
exploto en
pétalos bermellón,
soy de mí
preso de una
historia que nadie me escribió a mí,
rayo
colapsado y su vertiginoso alambre,
es una
avenida esta fuente mía
en un páramo rojo
en un gozo
olvidado,
así la mina
que se destapa,
ardiendo la
pena dorada,
por quien la
siembra,
por su azada
maestra,
desquicia
fina en teja, con tejado
en alma de
ángel por cadenas,
destierro
enjutado
en duro,
desvelado canto de tierra seca
bañada su
era en sangre de cepa,
hay un olivo
que vive lejos,
hay un
señero y estaca de linde quieto,
por los sorbos
que me robó la siega,
viento,
viento, labrado,
de letra y
estalactita
de surco y
olmo doblado mi tinta.
Hierve mi
fuente niña.
El
Castellano
PIEL DE
LOBO:
Torre
elevada,
afán y su
vanguardia
cosechada,
escriba
antiguo
deshaciéndose,
escuchando
el latido
disuelto,
en esfera de
brillo,
un sentido
alarido,
vuelto
aullido,
esta noche
carcomida,
que debe
escapar,
viento al
crujido,
yaciente del
seno de la ola,
en la boca
de la loba,
la flor que
se desploma,
la vida que
aguarda,
este verano
de fuego,
y su canción
de grillo y cigarra,
desterrada,
es por ti es
por mí,
que el
destino no aguanta,
Sol mío
invencible,
como lluvia
de cielo,
aire aire
alcanza a tu hijo,
de profundo
monte,
de hoz y
guadaña
se teje tu
molino,
la amapola,
la margarita, la espiga,
el tridente
de la estrella tejida,
ven, ven a
mí,
por estas
hojas por su filo,
abriendo mi
cuchillo,
cortaré mi
sino,
aguardaré al
fiel vivo,
en esta
tierra,
en esta
hoguera,
quemándose
mi quimera quieta.
El
Castellano
SILENCIO ESPINADO
Mantenme
afuera,
sí, dentro
de la luz,
fuera de la
noche,
las
estrellas
colgadas
en racimos a
la espera,
solo sólo yo
para ti,
crepita mi
hueso
esta
escarcha deshojada,
por venas
del humo
de mi
escuela,
por donde se
acaba
el suplicio
y yerta la luna
destapa
sus besos de
malva,
por ende
este duende
comienza
la libertad
de la sombra,
cayendo de
nuevo
su araña
está,
granate
lustre de sed
por avivar
una vez en
la existencia
el mar mi
sobriedad caminará,
de la mano
tambores de
tierra quebrando,
por su
camino dorado,
el sueño y
su telaraña rizada,
aúlla el
camino de la zarza
y destapa
la soledad
con capa,
de desertora
entraña,
de una vida
en la espina,
y su cúspide
labrada,
es por el
sol
que nace mi
albor,
resplandeciente
como fulgente
mordiendo mi
suerte
es de la luz
el siglo resplandeciente,
fuerte
siempre fuerte
avivo esta
lumbre,
giras
evanescente
acoges mi
fuente
que en gris
y verde,
en verde,
azul y gris,
las muertes
bulle,
para ser un
linde y un campo,
un abrojo y
un manto,
un despertar
en amaranto.
El
Castellano
OTRO
DIÁLOGO:
Saeta alada,
vuela y
corre,
se alza y
descubre
por ende de
mi torre,
ríe en su
ser
en sosiego
borbotón
sanguíneo
desprende,
de sus alas
jamás cansadas,
amplia
carcajada
y gira su
mira
hacia mi
vida
nada puedo
negar,
nada puedo
defender
el ocaso se
alza en vértigo,
no puedo
empezar de nuevo
y volverme a
equivocar,
este mundo
se disuelve
sin empezar,
sin acabar,
quién vendrá
a sostenerme
esta cuerda
se rompe,
puedo ver mi
ilusión,
puedo ver lo
que no he hecho,
justo es mi
vida,
rehaciéndose,
buscando el
sol
para brotar
en espinas,
y estallar
en luz
un brillo
deformado,
un ocaso
purpúreo de mi alma,
un opaco
punto de mi verso,
estampado,
cual
fulgente pintura cromada
en tintes de
un ayer imperfecto,
yo creo en
ti, yo creo en mí,
nada
correcto se puede hacer
porque nadie
nos corrige
nadie nos
importa más
que tú y que
yo,
pupila
nacida de sombras
pupila recta
y serena
como el azul
de un océano
y su puerto,
como nuestro
hicimos el
fin del tiempo.
El Castellano
CARMESÍ:
Sangre,
sangre
que yo sin
ti no tengo
vida para
morir
preso de tu
bello cuerpo,
al tarot
helado
me muestro
fiel
desespero
en umbral
rojo tejido
cae
siniestro, rendido,
sangre,
sangre fiel te espero,
por estas
ramas
de yedra despierto,
el negro
cáliz de fuego,
tu nombre
destapo
tu sed
abraso,
en esta hora
que cuelga
mi cuarto,
araña
enfundada, tejida,
avista su
caricia,
abre el
telar de yerta letra,
descampado
oscuro
que me
aquieta,
hoy parto mi
hiel
con cuchillo
de piel
sangre,
sangre
carmín al
abrir,
estertor
añil,
brota, sube,
emana
de fanal
hoguera,
esta es mi
vida quieta,
de verso
maldita la estampa
fiel condena
abriendo la
subrepticia de la noche,
se mece, se
acuesta la rambla,
avenida
amada
senderos de
pieles tuyas sedientas,
colgando tus
pestañas,
la noche
escapa,
la tela se
difumina
en un mar de
azabaches
trenzados,
soplados
llorados por
la luna soñados,
vistas al
cristal de cuarzo
tu entraña
de araña
tu fiel boca
de estrella
tejida,
naciendo
otra súplica,
para acabar
mi historia
en ti con el
color
y el humor
de mi
cuchillo envuelto
en feroces
testigos
de lo que
sujeta
la araña de
esta noche
por mis
venas escaladas,
por mis ojos
fruncidos,
me rompo,
me quiebro,
en mil
cristales de roca,
para ser yo
vivo y afortunado
el osado,
el
descubierto
en capa
humeante,
en tu ser
clavado,
fumando mi
cigarro de noche,
y el humo
que te dibuje,
puedo caer,
puedo nacer,
puedo
reverdecer
mi vida
sembrada
en este
patio
de media
luna,
brotando,
sucumbiendo
enraizando
tu soto de
boca
despierto
besando
esta
penumbra que sujeta.
El
Castellano
HUESO DE
LUZ:
Sueño
estos lindes
destartalados
esta bruma
y su violeta
nocturna
de un ocaso
que se destapa
y llama y
llama,
a amplio
fogonazo su luz
por los
candiles que juegan y ríen
luz de
consuelo,
se prende un
horizonte de huesos
por piel,
vereda
abierta del ayer,
nazco, subo
y escalo
la hiedra
por mi árbol queda,
tu dulce
silueta resoplada,
un camino
una vid y un olivo,
un apuñalado
trigo,
el momento
vuela consigo,
fiel tapia caída
reverdecer
de mi martillo
resplandece
esta luna quieta
de tu
ombligo,
cabalgo por
el suplicio,
avanzo mi
enervado delirio,
hoy no pudo
ser un día cualquiera
en mi
tijera,
se dibujó la
esfera perfecta,
y el susurro
de plata corrió sus yardas
y sus escuadras,
brillo de
sol, luz de ver el cielo,
de ver un
difuso hielo derritiendo,
alzando la
puerta a tu alma
que tenías
sin pestillo,
espero para
el momento
de cenar tu
noche,
mi refugio,
mi despistado destino
y su hueso
crepitando
sobre el
último tren
que lleva mi
vida
reverbero el
canto
porque sin
ti no encuentro noche,
ni nido, ni
lluvia vuelta poesía
de tu bello
cuerpo,
sí, eres
todo lo que siento
más que un
umbral
llorando de
cuarzo
más que una
cama de tu regazo
porque eres
mi hombro
eres mi
trazo,
y mi mente
al resguardo,
niebla y
sangre de marzo
en hoguera
de rosa de la tarde,
en la vida
que te habla
eres más que
un puñado de pétalos,
más que
estrellas de este techo
que cuelga
y derrama
llegada la hora.
El
Castellano
BEHOLDER, CONTEMPLADOR:
Ahora que el
día se ha ido,
ahora que
navego letras
absorto a la
espera
de una nueva
palabra
capaz de
crear revolución
capaz de
hundirse y resurgir.
De flotar y
deshacerse
en mundanal
ruido de sueño,
temblando su
frío sentido,
un
recipiente y un vaso de muerte,
una visión y
una explosión
de todo lo
que prevalece,
de todo lo
que incapaz perece,
un maullido
de tejado,
un siniestro
azar de suerte,
esperé y
esperé y todo lo negué
como este
verano frío y helado
que todo lo
inexistente surqué,
que mi
destino se doblaba en mi sien,
era un día
en solar negro,
era como un
tenebrio que camina,
como una
poza sin aljibe,
como una
hora cronometrada sin reloj,
era una
súplica teñida de sed,
un grillo y
un aguacero despierto de sol,
una montaña
sin hielo,
un glaciar
sin temperatura,
un brazo sin
alcanzar,
una tormenta
sin sonar,
era la vida
una caricia en mano helada
sin sangre
sin nombre,
mutable
horizonte sin linde
un pájaro de
cemento que aturde,
una noche
callejera
y olvidada
en la tela de araña,
era tu surco
algo más
era vena era
rabia desplomada
en el barrio
de la quimera despierta,
quizás hoy
quizás mañana
jamás
prenderás mi alzada palabra
en otra alma
en otro nombre
porque esta
es mi lumbre,
esta es mi
estaca.
El
Castellano
NIEBLA DE FLOR
PROFANADA:
Voy
serpeando la tierra,
mis pasos
que jamás yerran,
jamás
altivos cercenan,
una estaca
en mi corazón
que conseguí
separarla un día,
un hondo
surco labrado
de sangre
desvalida
me azogó
profusa y hondamente,
pero ya no
te siento dolor,
quizás tu
vago recuerdo profano,
para llegar,
para
deshacer tu sendero,
de áspero
color
y sus
azafranes amarillos
de la tarde,
ya no caigo
por tus
amplios lindes
de niebla y
cuchillo,
aquí en mi
alma
se yergue el
umbral,
la sombra me
abandona
para besar,
espíritu de
agua dime
si el
devenir de mi vida sostienes,
por qué
angosto lo atrincheras
en diáfano
cuarto umbrío,
yo que
horizontal vago,
por
encontrar un día
el vertical
disparo
de mi
enhiesto ciprés
con verdes
refranes de hojas
con
acrisolados
cristales de
savia
a su altura
quiero yo blandirme,
velando a
mis muertos abrojos,
devorando la
calma de sotos,
ansiando la
voz que me habla
la voz que
yerta me domina,
preparé un
lecho de cardos
para llegado
el día
escribir un
epitafio
que ponga,
que diga
heme yo
brotado de la espina
aquí yace,
aquí reposa
todo el amor
que sentí un día,
y esta
estaca
conseguí
arrancármela
en su día.
El
Castellano
RENACIENDO
MI OJO DE TIERRA:
Diestro
empeño asolado
en fanal
infinito de campo,
eres miembro
de brillo,
inmortal
crisálida azogada,
un grito y
su descampado,
lluvia y
solariega rambla de vida
abarcarte no
pudiera,
dónde acaba
dónde comienza
tu verdad
única,
compás del
silente grillo que te alza,
pero jamás
te alcanza,
del pájaro a
tu rama tu balanza,
tu araña de
acequia me abrasa,
para ser
plural la templanza,
suave tu
nube forjada,
naciente tu
acompasada azada,
vida de la
muerte sembrada,
eterno
réquiem de naturaleza amada,
en vasija en
cántaro que emana
crea, seca y
rellena
una sangre
de etérea tierra
como vena de
la era,
mi fiel
estampa quieta,
acabando la
montaña en llana vega,
acabando el
río en otro plural
llamado vida
otro umbral tejido
perdido en
abismo líquido,
retazos de
encinas que me respiran.
Ababoles que
caminan
destello
fugaz que todo lo que nace
una difusa
luz sucumbe,
para
dispersar más muertes erguidas,
siempre en
arduo silencio de despedida,
tenebrosa y
umbría su caricia
que la
tierra llena,
que la
tierra devora,
para ser
otra sombra,
otra
estática vida
en otra
boca,
en otra araña
que lleva
su flama,
el acecho
yerto jamás descubierto,
hasta
llegado su momento,
hoy puedo
verlo
mañana jamás
podré negarlo
ni
catalogarlo de aleatorio azar
todo tiene
su razón y su causa imposible de negar,
para yo ser
de la tierra y la tierra ser de mí
mi sangre
que porto
en vasija de
éste cuerpo,
no pude
elegir ser otra vida,
ni tener
longevidad imperial
de árbol y
su carcoma,
mi tiempo
avanza angosto
por
descubrir la luz que riega el páramo
en solar
entrega
diluyéndose
fluyendo como rayos ondulantes
que
descubren flores
y el campo
afligido tiñe de ocres
con un estío
subordinado
al renacer y
evanescer de la sed.
El
Castellano
SER DE
TIERRA:
Es más que
triste
que esté
contento
porque estoy
cantando
porque eres
rama
porque eres
gesta que prevalece
porque se
agitan los mares,
y salvada de
ellos
se alza
Castilla
desde su
espiga marchita,
fiel de
lumbre, eterna hoguera,
sus pasos,
castañas en el fuego,
forjando en
uno de sobriedad
avivo el
manantial,
los jornaleros tendremos que desfallecer,
alameda mía,
sangre en
mis venas no falta,
se forjará
mi noche en la azá.
Hoy sólo
somos cimientos
mañana
torres de sangre y tierra,
de puñal y
rama
nuestra
verdad,
que claman
fusiles,
de gente en
estas tierras encumbradas,
este es mi rifle,
esta es mi vida,
no me
pisarán las rosas del alba,
garantía de
mis ojos
que
sangrarán los cerrojos,
hay que
aprender sobre torres de tierra
aprender
cultura,
para saber
luchar,
para saber
defender,
los valores
los cinceles,
las plantas
de la vid al olivo
del grano al
granero del ayer,
y a sí jamás
naufragar,
porque esta
tierra cuesta vidas,
y los
hambrientos se los come su entraña,
de esparto y
fuente mina
mi sierra
que camina,
muerta jamás
arrastra pena,
violín de
cuchillo,
sueño en
vergel de sangre,
mi tierra
por la razón,
no se agota
la espuela,
miles de
respiros valientes
troceando
nuestra miseria
para ser del
pueblo
y el pueblo
ser de su tierra.
El
Castellano
SUEÑO
EXTENDIDO:
Presentes
sucesiones de difuntos.
Quevedo
El cielo
como granate yerto,
expandido
¿Cómo? con sus cristales por colores,
mansamente
no me amanso.
algunos
yertos que caminan
ansían la
doblez de mi destino,
sábanas
mojadas un olor a humano,
saldrá el
sol no con más ganas que ayer,
para sujetar
este calor,
vidas que
ansían otro destello de vida
tras su
estancia en breve instancia de caducidad,
que teje su
organismo,
mundo no
me negarás la visión
por este
sueño extendido
de mi jardín
de mujer,
sin
necesidad de podar escalo sus ramas
abordando su
infinita sed,
arde mi
cuerpo fiel verano,
quisiera ser
río y fuente de montaña,
quisiera ser
tantas cosas que sólo elegí una,
la que no
elegí,
si no dos
células y su vientre,
mis naipes
se van desvelando
una baraja
helada de sangre,
un destino y
un cauce,
mi vida que
elige electrificar su cobre,
en círculos
la polilla
vampiresa de
mi ropa,
destino
avocado a su perdición,
estamparse y
quemarse en la bombilla,
luego
pregúntame por qué tanto buscar la luz,
perdido
sosteniendo tu puerta,
el monstruo
de tu armario tiene miedo,
quiero
devorarte
lentamente.
El
Castellano
ALGÚN
ALIENTO:
Tú eres mi
ventana volada,
eres cielo y
fuga de escarcha,
un segundo y
un desespero
fumando mi
cigarro,
hasta el
tiempo de volver a caer en tu cuerpo,
mantenme
estas cuerdas,
mantén estas
esperanzas,
te vuelves
real color
suplicio de
rosa gris,
anhelante
caricia de tus puertos,
una gota, un
oscuro linde,
un respiro
de fiel accidente,
momento que
se retuerce,
amor
demostrado y dolido,
vida de mi
sentido,
ufano beso y
tiemblo,
carne de esencia,
alma plena,
estallido y
borbotón de luz,
no eres mala
liendre,
eres
demasiado buena para beber de mi sangre,
eres un
puente de destino
y un alambre
rizado,
eres mi
sueño en el pasto,
eres flor
que se renueva
jamás seca,
eres sueño y
camino recorrido,
eres mi
ansia que por si vivo
jamás podrás
destruir nuestra rosa,
te amo más
que dos palabras
es un nombre
a nuestro idilio
jamás
perdido mi amapola.
El
Castellano
ABROJO EN MI
DESTELLO:
A veces
roto,
a veces
nuevo
ecos de este
horizonte profuso,
nueva era
comienza,
escalando
mis aguas,
justo mi
vida está empezando
ruptura para
ser libre
silencio
envolvente
gira mi
mente,
no Dios el
Demonio eres tú,
Dios del
demonio
en este
linde por el calor sujeto,
estados
febriles
de quebrada
conciencia,
tus mentiras
son lejanas,
de un océano
abierto,
muchas
noches te esperé
muchas
lágrimas se perdieron
vida aparte,
creo que ya
debo irme
dejar esta
espina de corazón ,
prenderme en
el olvidado brillo,
encontrar la
luz del astro,
olvidar a mi
umbrío ,
una
despedida que me cuelga
la Copa de
cerveza,
no bebo pero
por un día
no me voy a
condenar
más de lo
sentido,
más de lo
vivido
apelo al
olvido,
y su cruel
instrumento,
a golpes
parados,
melancolía
déjate no la conozco,
locura nada
esa es pasajera
como humilde
tijera,
buscando,
buscando
olvidé cómo
se escribe
un poema,
dejar de
escribir es como morir
demostraré a
este verano
que mi
tierra de la parcela
llorará
flores,
mi combate
cincel de arte,
aquello que
mi magia sucede
porque tengo
sangre,
mi calor mi rojo
humor,
ya no soy el
mismo reflejo
no soy aquel
vendido
soy destello
de mí mismo,
fiel abrojo
será tarde.
Para
derretir todo lo existente.
El
Castellano
FLOS UMBRA
FLOR DE SOMBRA:
Está en la
lluvia,
ella es
Dios,
de ojos
abiertos atraviesa
un profuso
soliviar,
de flores,
de vivos
colores,
escrito sin
mentiras su nombre,
era un
hombre
vendiéndose
a otro hombre
que lo
volviera hecho y acto
de material
afán de éxito,
pero la
naturaleza no se puede cambiar,
el artista
no nace,
no se hace,
nace y se hace
deshaciéndose a sí,
igual que un
pre-bonsái
por podar y
desmochar su alma
hojas mías
quedaron mustias y abatidas
de haberme
rendido al sentir de describir
a un amor
furtivo que me acechaba
a un sentir
interior que me dominaba,
caí como
gota de agua,
y el
estruendo me partió la vista,
ahora soy
tallo nuevo de persona,
podando y
podando,
destruyendo
para poder crear
para
acariciar este Sol
que retuerce
, soslaya, pule, amamanta
el hierro de
mi entraña,
el miedo no
me para
el dolor por
ser dolor se acaba,
siento que
siento,
amo a la
mujer que amo,
tallada en
cuarzo,
al final
seré el último hombre en pie,
cada verso
que lanzar al viento
como fiel
testigo cuchillo
de perder la
realidad,
justo a la
derecha,
recto para
ser erróneo,
sigiloso
para hacer ruido,
noche, alas
blancas
es de ti el
tiempo afilado
astros,
diáfanos siglos
caducidad de
la ciencia
caducidad de
su conciencia,
verde monte
para rodar,
azul cielo
para atravesar,
siembra para
ver la flor llegar,
beso para el
placer amansar.
Me estoy perdiendo
de verdad,
tengo que
fumigar.
El
Castellano
CUANDO LA
LLUVIA CAE ABAJO:
La libertad
está tejida
de flechas
al horizonte
devanan
duros, limpios,
cristales
ahogados en profunda sien,
surtidor de
velas de los mares,
fuegos en
lumbre eterna
por los
senderos que labró
el astro
verdadero,
inconsciente
avenida
mi ser viaja
en sinfonía ausente
de tristeza
y su carcoma
todas las
expectativas
son
vivencias
para el vivo
todo cambia
para
lanzarlo
y nunca
olvidarlo
sólo ser es
el reto,
lejos de leones
lejos de
sombras cada día,
cada emoción
por mirar
dentro de lo
que no se ve,
se siente
promesas
que vuelven
en boomeran
rescoldos de
vegetales escombros
el pasado se
abre en alta simiente
un día
amarás decir
es alguien a
quien tengo a mi lado
para resurgir
de la hoguera
en honda
tierra,
y mi ceniza
lo siento esta noche
crepitará al
viento
que no hay
mayor portento
que haber
conocido
un día su
sustento,
que mi alma
escapa de mi cuerpo
para
abrazarse al firmamento,
mi lumbre ya
avivada
prenderá el cielo
todo lo que
siento
indómita
expresión del tiempo
al que estoy
sujeto
en oscura
torre
que yergue
mi adentro,
fuera de la
noche
dentro de la
luz
en veda azul
en vega de
solitud
dentro donde
tu interés
te miente
donde mis
brazos se alzan
asumiendo la
eternidad
de mi
sendero,
la eternidad
del azul del cielo,
donde desde hace siglos
te espero.
El
Castellano
SEMPERVIVENS:
Modelo con
cincel de viento
las manos de
una caricia,
la vida de
mi abeja subrepticia
cómo
definirla no sabría.
Estreno un nuevo
Julio
una gota
sedienta de su estío,
fuera del
momento
que mi vida
se vuelve luz,
mi vena
siempreviva se yergue
acariciando
a mi Sol,
que este mes
me vio nacer,
viento,
viento bonito
llévame en
tus alas
de vidas
labradas,
quiero que
me muerda mi amapola,
que se
destape tu lecho,
y me dejes
apoderarlo,
para siempre
volar
como mitad
de poema,
que las
aguas surca,
para
fortalecer el riego de mi tierra,
con sangre
de hierro,
tu fiel
desespero,
renace mi
araña Lichtter
tejiendo mi
existencia
en mitad del
verso
hoy por ti,
siempre por ti
Lhiannan
Shee,
se quedó
llana y profunda
la cuenca de
tu visión,
siendo hondo
destello enfundado,
mi calvero y
sus ríos de sombra,
sigo por la
línea goteante
de nuestro
suplicio,
me pende la
mirada tu ventana,
mientras
hilvanas libre tus cabellos
de rizos de
cielo,
los cuadros
de mi creencia los conoces
mi veleta,
mi Sol, mi flor,
mi árbol, un
puente a encontrarte
una vida,
juntarme, en
proceso que rige,
que estalla
en dos rayos de tormenta,
te quiero,
te necesito,
el Sol dice
lo que me susurras,
mi cigarra
laboraba
el sentir de
una esfera
que canta
dentro mi alma,
de un grillo
el soneto,
de tu cuello
el cristal de cuarzo,
de mí la
lluvia en tu agraz de marzo,
mi concepto
será ejemplo,
avanzaré por
mi sentido puente.
Nuestro
destino cruzaré.
El
Castellano
APIUM:
El barbecho
de la espiga,
la mar me
trae la ola,
la montaña
me trae la cascada
mis ojos
llevan el color de siglos
de floresta
destapada,
mi tierra se
lleva mi espada,
el aire mi aullido
hondo, redondo
crujiendo en
las aguas,
mi vida lo
siente
lleva sangre
en las venas,
arterias de
ángeles
estrellados
en su eco
alzado a la
Estrella,
sostenme en
las bocas
que mi
silencio reverbera,
mi montaña
bonita será sentida,
mi Santa
flor en la boca de la abeja,
que mi vida
maneja,
tráeme los
pinos de los montes,
el aire de
las cumbres,
tráeme tu
boca para nacer en ella,
sigo a
Lucifer
bueno él me
sigue a mí,
cosas peores
habrá
como abrir y
entornar la puerta
para que
pase la maldad,
siento
decirte que arrastro mis demonios creados,
para
enterrarlos en el campo,
al lado de
un sigilo de chopo,
que a sí
estén de ojos abiertos,
no me
enloquecerán más,
estoy hecho
de miedo,
soy de hielo
más fuerte
que el don austero,
palabras
sepultadas en mi zanja,
mis padres y
mi gato son inmortales,
¿por qué me
llevaste padre a la ciudad?
que lento
muero aquí,
sin sentir
el viento de mi campo,
sin mis
flores y su aroma
a vendavales
desnudos,
estos
árboles de cemento
no suenan
con el aire,
ni estos
cristales atraen abejas,
aléjame de
rejas,
salva mi
muerte
que es del
monte.
El
Castellano
CORAZA DE
TIERRA:
Abrasa mi
vida, esquiva es
esta piel de
caricia
estoy
ardiendo, aviva mi resquemor
en este
mundo que se retuerce
y envilece
entre sus venas razones
la realidad como
lirio de negro pétalo
sólo un
sendero por abarcar
llamado
vida.
Del astro
Rey de sí mismo
a la
caléndula de tierra,
su esposa
efímera.
Avanza mi
subrepticia,
entre
páramos deshojados
y sus hojas
por gentes.
Espiga
flagrante, sentido granate
por mis ojos
he visto nacer
los genes de
tierra,
por mis ojos
he visto morir mi amor
que mi pecho
yergue
yedras
brotaron tapando su calor.
Mi Sol me
enraizó
mi ilusión
se diluyó,
una flor de
sangre brotó
llenando mi
vacío interior,
mi amor por
su reino vegetal
me mordió.
Ahora sólo
encuentro
tranquilidad
y sosiego
en las vidas
que siembro.
En mis
diablos de flores.
Hasta yo
morir
a la altura
de los montes.
El
Castellano
EXUL UMBRA:
Ataraza mi
alma
una fáuce
sigilosa
que me
devora
hinca, sigue
y prosigue,
sembrando mi
hastío
que sin él
yo no vivo,
respiros
inmaculados
a esta sed
que mi cuerpo
lo alimente
la estrella,
pasado atrás
fiel desvelo,
voy
construyendo,
voy cavando
el surco
milenario de
mi destino,
en este
cuenco, en esta vasija,
en este recto
cuerpo
del que me
desprendo,
para que mis
manos hablen silencio,
mi sombra es
quien habla
de su
destierro,
de su rezo
al flamígero astro,
mantenme
afuera,
espero mi
momento,
de
entablarme con vuestro Dios,
y
preguntarle si merecía tal castigo mi sombra,
sí yo
merezco esta pena que me soslaya,
pero si no
fuera por este dolor
no sabría
que vivo sigo este siglo,
ni mi saeta
de luna volaría
a encontrar
su desquicia yerta,
y su esfinge
malva,
en alto
claro
en marco
clavado,
es por mis
ojos de grillo
que alcancé
a ver
mi destino
fusilado
para
entregarme a un único camino
que me rige
que me dirige.
El
Castellano
YACIJA:
Vida mía
rozagante curso
en solaz de
muertes que caminan,
los oscuros
límites plausibles,
como dije no
puedes mentir
dentro de mis
ojos,
llana voz
altiva subiendo sus montes
soy libre
por ti
en esta
generación ciega,
una vez que
se ata el sentir
de mi esfera
difusa,
en este
lugar yo puedo
sembrar la
luz en oro de argénteo astro
mis ojos
oxidados
yerguen el
vapor de cada día
que estalla
su retina,
cristalinos
en el verde gozo,
sin
despedida,
mi tierra
puede subyugar en pie este mi ser,
brillante
hielo de cuarzo
tejiendo las
manecillas de mi reloj,
esmerilado
suplicio que lanzo,
que parte tu
acero,
trasquilando
mi luna
hasta que
despierte mi Sol,
fuera del
momento, dentro de la noche,
esperando
que torne solamente luz,
desvellonado
mi lobo ártico,
en hierro de
mandíbula
este ser por
la defensa de su valor,
que no fue
del tiempo flor
fue indómita
expresión,
en un cielo
que labró,
vengo de un
horizonte iluso,
desempolvando
mis muertos,
viviendo el
polvo de vida,
mi pasado
rescoldado, derramado,
por la
ventana desolada,
mañana será
eso quizás
una deidad
sin nombre,
un cuarto
sin lumbre,
veleidoso y
regio,
consecuencia
sin rastro
nombre
escrito sin pluma,
yacija
inerte caminando los oscuros lindes
de su
destierro,
de suspiro
de hielo invernado
con brazos
lejanos a través de los tiempos,
su ayer
llueve a jirones
sombra que
caminará el abismo
para
encontrarse,
y desafiar
al viento,
estallando
en luz plena
jamás
dominada su desventura.
El
Castellano
LETRA DE
VIENTO:
Aguzaré al
viento
en vertical
estampida de elogios,
para que
lata con fuerza
se cuelgue
en los solares rendidos
de mi agraz
intelecto,
las
lagartijas correrán su rambla
cruzando la
tierra,
mi carrasca
lucirá
un sabor a
mujer desnuda,
el verde
militar del ciprés
tendrá tacto
a luna,
somos
silentes dentro de la luz
somos
veletas del negro puerto,
fiebre
navegante
mar de mi
vela,
lumbre
eterna,
alma de
renegados,
jamás
complacidos,
rajaré al
destino en dos mitades,
una para
sacrificar
por si sale
mala,
su alta
ojera cruzada,
afilaré mi
cuerpo para clavarme
al viento
que hasta ti me lleve,
solo un
segundo marcha atrás
y me sembré
en tus manos,
como flor de
centella,
qué bueno
que existas en mi realidad,
que teje,
desvela, nace y devora
la esencia
que te alimenta,
hoy lo
siento desperté siendo río
que quiso
llegar a las tierras que te modelan,
alarido
despierto y aullido
en nácar de
tu placer,
para
solamente ser lo que tus ojos
digan que
soy.
El
Castellano
Blándeme:
En mitad del
campo,
sólo allí
que la encina enraíce mi carne,
el hinojo
lata al son el tambor de sus flores,
la carrasca
grite verdades del monte,
vereda
quieta, enarbolada,
soledad
disparada sin descanso,
sólo allí
reinará mi alma,
en letras
escritas en las hojas de vida,
las lindes
teñirán de rojo y negro,
de tinta y
sangre el resurgir del añil
aliento
dibujado de toda vida en color,
del albor a
la muerte en flor
se alzará mi
latido con su amor.
El
Castellano y Leannán-Sídhe
Renace en la
piel,
en el albor
sin conciencia,
hace más
frío que antes
sentido
muerto, caído
olvido yerto
raíz del ser
más callado
que el invierno
avanza
camina a voz
todo lo que
he perdido
polvo de
estrellas, hierro de océanos
piedra de
montañas...
hazme
recordar alas cansadas
cosas grises
que te gustaba sentir
mi amada así
sabes
horizontales
que no puedo olvidar
ejes
verticales de conciencia
sin dormir
danza la
primavera del lugar
con mi
soledad pintada
en la sangre
de mis ojos
todo lo que
veo teñido
la ilusión
cae en gotas derramadas
cayendo
congeladas
desnudo mi
cuerpo en la penumbra
del segundo
quieto
raíces
comiendo mis venas
hojas de mi
historia mustia, abatida
sentido
muerto
viviendo por
ver morir el momento
momentos
atrás que cae el recuerdo
sin miedo,
sin sentimiento
todo
hirviendo
sólo este
sarmiento de cuerpo
esperando
que juzguen a su alma
libre de
maldad
quién estará
allí
quién vendrá
a darme un camino que seguir
solo en la
oscuridad
donde todo
comienza
las sombras
me reconfortan
y veo en luz
mi vida
para
encontrarte
algo que
darte de dentro de mí.
Un amor
rugiendo en la boca de la estrella.
El
Castellano y Leannán-Sídhe
Diestro del
mar a la montaña,
visten sus
flores coloradas orgullosas y sentidas
cual caricia
de su jardinero que las ama
el viento
armado escala cual seco rayo
su sol
enturbiado se paran las oraciones
hipsipila
dejó su crisálida
en un
caballo alado recorre sierras y sus manantiales
recolectando
toda simiente desde todo confín
al inerte
sombrío albor,
mientras su
fría luz crece y camina
sin franca
tapia ni verja que detenga su escalar
vuela vaga
la libélula para posarse en su hombro
recio brazo
arrido ninguna simiente cae a su lado inerte
que lleva
que trae a su castillo olvidado
hechiceros
de todos los reinos desvelaban que sólo
un reino se
mantendría vivo
y no era el
del humano ser
Hipsipila
cabalgaba por naturaleza su religión
abarcando de
la tierra a la lluvia
cual rayo
cortado de Sol su cabello
los pájaros
trinaban en su castillo
hipsipila
siempre vivirá como invencible Sol.
El
Castellano y Leannán-Sídhe
Flor de
Bradomín:
Partir me
alcance un día,
he de visitar el prado
que yo por
Bradomín
nunca he
visitado,
he de
colgarme
de la flor
serena
un día
lluvioso
a colgar mi estandarte,
vive, nació
y deslumbró,
deberéis
guardarme el vilo,
que yo
partiré este humo,
quebraré la
voz del eco,
soñaré que
estaba despierto,
mi simiente
sacará su cuchillo para sembrarse
sola como se
destapa la primera
gota de
rocío que tiembla
el Sol que
visita,
esta la haré
generación seca
en pergamino
de hoguera,
mi letra
caerá en el ojo
desde el
infinito parco de este abrojo,
el altiplano
enjutado,
dirá que me
debéis cuanto yo
Arriano he
plasmado,
y este
granate será mi lustre recordado,
es y será mi
casa,
el esfumino
en coro de grillos,
aullando
bisagra,
a la luna
que escarcha,
hazme libre
luna,
saca mi alta
ojera con tu luz,
abre mi
campo
al
murciélago señor,
acaso mi
espada mi tiempo no blandiera,
me encumbro
de la fiera,
para ser
quimera a la espera,
mi Leannán
dicta
yo converso
que desde su
estampa
al hada
infernal de esta
yerta
conciencia,
resurgiré
de la espina
dorsal
de este
cuervo Förüq
que me
habita,
el ser que
me lleva
cantará
soñará
que es y
será otra primavera
para
enloquecer desde ingenua siembra,
graznará el
solar del fresno quieto
abrirá el
despertar de esta gris araña
entre
agujeros de la idea
soterrada,
descubierta, alzada
entre
sierras y barbechos
despierta,
riza, besa, evapora
esta sangre
de tierra
que es mi
amapola del pecho
anclada,
versada, cálida, cariñosa,
abierta
entre grietas que palpitan,
fulgente,
displicente, dispara que flagra,
sentimiento
de esta azada
que es mi
vida
al borde de
la flor
de caléndula
que es esta
realidad tejida
y su
floresta que riego desde
que el verso
me escribió
a mí la
felicidad.
El
Castellano,
Señero
quieto:
Linde
abierto sembrado por Dioses
de plantas
que sólo ellos pusieron
y que ven
exclamar su muerte
de silencio
gritado
lentamente
las estaciones.
Es este
campo que vive lejos
con señero
un señor de
señores
amor de
silvestres,
es encargado
de ver en flor
sus amores,
vence que
atraviesa
sólo su
mirada,
un jacinto
se yergue
de azules
botellas
sus besos de
rocío matutino,
matutinos
gritos postrados,
con el
hervor que reverdece las tierras,
de cal y
tierra arenisca,
de arcilla
al barro,
de la
pizarra al risco
de granito,
es una vida
mi estatua,
dulce, risueña,
sembrada,
albores
cruzados crepitando,
mi nido de
grama rehaciéndose,
entre
luceros anclados,
arriba mi
barco
estos
océanos y mares
de tierra,
que todo lo
rige
su materia,
desnace el
tiempo
abriendo el
brillo de mi falcata.
Fiera de
fieras
yo soy la
fiera,
desde las
piedras
a esta mi
hoguera.
El
Castellano
Aciago,
recto vilo quemado:
Cantares
quebradizos
se alzan entre
aciagas esferas
de la
palabra inexistente,
entre sones
terrazgos
que sí
puede,
llevarme la
espuela,
entre la
mente que afila,
que pule mi
sangre oxidada,
por el
puente de venas de mis manos,
diestro al
compás que muerde
yo sí estoy
hablando
tú no estás
escuchando,
esta vida
asida en un tiesto,
por encajes
sin alba
por
encuentros fugaces
en mi averno
tejido,
entre estos
soles de trapo
que me
levantan las flores,
avanza la
flojera del día
que llega a
su final,
volviendo
madrugada de espadas,
quiero contarte
hasta tres,
mi aliento
que no sabe contar al tuyo
pero sabe
que cuentas con él,
yo que ni
segura tengo mi muerte,
colgaré
destinos
de sus ramas
de fresno,
mi piedra
será estatua,
no seré yo
quien hable si no ella,
el verde
musgo llorará el sino dentado,
esta vida de
espectro
no me dará
de lado,
de un
solsticio me haré un cuarto,
entre mis
líneas habitarán espasmos
de ideas
ausentes,
de fríos
hielos de soledad congelada,
liberaré
este reino enfuscado
cual vicio
cual tierra sin dueño
de crear
nuevos palabros
que serán
hijos de la nada,
cabalgada,
soterrada
en infinito
de la siembra alzada.
El
Castellano
Linde quieto
abierto:
Derecho
firmamento
entre filos
de gentes,
es una
piedra que camina,
piedra
aventurera,
seca y
umbría,
reposa y
duerme
cantares del
linde,
centellea
rayos irisados
se riza con
los besos de lluvia,
acaso quiso
ser otra,
ella tan
yerma, tan plácida,
imperecedera,
cerrada como
se cierran
los rayos de
luna,
acantonada,
de estéril estampa,
dejas muda
alabanza,
el día que
te hice de voz,
piedra
bella, sola,
estridente
sin patio de sonido,
y esta voz
que te di
voz dorada
como tu piel de minera,
como un soto
sin perdices,
avanzabas
solo tú,
la vida
quieta,
sembrándote
allí por donde anduvieras,
al candor de
piedra única
igual a la siguiente
y a la anterior,
sin afán
superior
hasta que
este poeta te dio voz,
como flores
que sin color
acaso
fuesen,
un despertar
en brazos de cieno,
un respirar
de la montaña,
un cuchillo
calizo que afilan
erosiones de
las eras,
latido
férreo, sangre de mineral,
o compostura
de arenas,
piedra de mi
casa,
piedra de tu
casa,
la tierra.
II
Piedra
potencia eterna,
nacida como
nace una estrella,
cumbre de
filos por bandera,
hogar,
cobijo y morada
de
lagartijas que cuelgan tus venas,
colchón de
rayos de sol,
asolada tu
espera
por quien te
dio voz,
lideras tu
guerra sin cuartel,
antes de yo
nacer,
tú dabas
alientos al suelo
sin importar
pertenecer,
siempre
fuiste
siempre eras
su piel,
de la
cantera, al nicho,
del
mausoleo, al caserón viejo,
del silo al
castillo,
tu fortaleza
empedernida,
tu aval de
honda certera,
Siempre
estabas
siempre
estuviste,
como río a
su voz del mar,
osado no fui
yo
quien te
encontró,
solo fui
encargado
de darte
moción verdadera
ojalá
pudieses contestarme
mi piedrita
bella.
III
Devuélveme a
tu vida eterna,
del soto a
tu quimera verdadera,
clávame la
oscuridad de tu cueva,
en esta
esfera pulida sin espera,
risco de tu
sien enarbolada,
millones de
hijos
esencia
desnuda de tu alma pura,
techo sin
compostura
del ser
invertebrado,
techumbre
que pizarra llora,
su azabache
de cristal,
tu sangre de
fuego y agua
que nunca te
alcanza
sólo
partirte puede,
grieta de
helada, tus filamentos
que encaran
tu azar de vida sin dueño
a tu sangre
de musgo me cuelgo,
en verde
musgo tu fantasma muerdo,
vida de
herramienta,
azar de la
idea,
al paraje
que te conforma
al que
sostienes su vida
siendo el
suelo techo de esta hacienda,
si tuvieses
dolores todos gritarían
que se
acabase la muerte en la tierra.
El
Castellano
Es un fuste:
Quiero deslumbrar
mi camino,
ayen de
estas víboras que caminan,
palpitar el
látigo enfoscado
de sedientos
corazones.
Entre
sangres fugaces afilo
esta vida en
grana marcada,
deshojada,
por cuanto he conocido,
más que
tristes metales lascivos.
Caparazón
este el mío inerte,
vestido de
marzos seniles,
agota,
coarta la esquela
de mi
memoria perturbada.
Camino sin
camino
por donde se
oculta el este,
veo la flor
que desviste,
entre
pétalos su iris difunto, perturbable.
Te construyo
sin verja, franca,
tapia ni acantonado
te hago
a imagen y
semejanza del aire.
Que pasa y
mira,
que mira
pero no descubre,
que nací
dueño de tu avenida.
A este sol
ferro cuelgo agravios,
ofensas que
desvanecen,
como la
noche devora lo que es suyo.
El
Castellano
Azabache de
ojos:
Ojos
direccionados
a esta luna
de azabache,
el tejer de
una gota de savia
plañía la
desesperanza fría.
Siniestro
compás mece,
en acorde
clavado
a este
invierno estirado,
al estallar
de bombilla me cuelgo.
Curvo
escalafón riza besos
de unión de cicuta
y sangre,
yermo,
plácido, envuelto
en
sembradíos de oscuridad.
Quisiera que
hablaran mis retinas,
de
encuentros fugaces
al temblor
de esos filos
que la dama
oscura blande.
Gira presto
a enraizar mi sangre,
con
destellos de espuma
que las
tierras bullen.
Yerma,
extasía de verdes
por
solitudes heridas
una
cercenada tajada,
Retiembla mi
destino
al cabalgar
de soles,
fiel
estampida de semblanza.
El
Castellano
Flor de
destino:
Ama de esta
casa, el alma fría,
de mundos
retorcidos,
ingrávidos
al peso de flores,
destartalado,
por gentiles gestos,
azares
difusos de mi reino,
saludando a
la quema del rastrojo,
un iris por
desenclavar,
corona de
caléndulas
en soles por
doblar,
al rayo
seco, tornado en gesta
y sus
candilejas fulguradas,
ríe y pasa,
pasa y ríe esta espada,
hendiduras
febriles
de mis
verdes ojos
entre sus
cauces la verde grana,
la verde
espiga,
un romance
del labrador
con su
granate amapola,
llora sangre
de aquellas santas,
esquiva de
obreras guirnaldas,
se cava en
rayos seculares del rey astro,
Estallando
de luz su rocío primero.
Cuarto para
sembrarte:
Duro, seco,
estridente,
irusorio
destello
al matiz de
soles abiertos,
estoy
empezando,
alago,
avanzo este cuarto
este cuarto
de arañas,
repleto,
lleno por escuadras
afilo el
verbo
preparado,
despierto,
granate
complaciente
a este
lustre olvidado,
quiebra
marzo,
estampida en
blancas sienes,
réquiem en
osadía,
en marca de
astros,
luz
intransigente,
fulgor
entre tus
manecitas
heladas,
miro atrás
nada
reverdece el horizonte,
todo son
raíces del hombre,
me cuelgan
lunas
ojeras sin
alba,
quiebro esta
ilusión
me afila su
espada,
cómo huir
de los que
no me conocen
si nunca me
conocerán,
me clava la
estrella
un tenor en
escala mayor,
gimen flores
por abrir,
el sol hiela
de nuevo,
rizo
sorpresas en tus cabellos,
libero el
león,
me muevo,
suceden
grises
a mis penas,
escarchadas,
desvanecidas,
derretidas en claro oscuro,
por lo que
dejó de ser,
llevo que
traigo,
resoplos y
arterias
en este
jarrón de sangre,
hasta que caigan
dementes azares,
y sus cruces
bienaventuradas
de tu carne,
de mi
lumbre,
de este
alambre.
El
Castellano
Tierra
perdida:
Limo,
sostengo, agito
la vena
enardecida mía,
destapa al
fuego en círculo,
retiembla
destinos ciegos
en crueles,
parcos horizontes
sin
orificio,
destrenzo el
nervio de hierro,
repto
avenidas sin salida,
voy y vengo
cantando
esto es
tierra perdida,
correcto, en
el ojo
y soterrada
vía del hambre,
nazco que
broté de semilla,
estiro que
alzo
sangre en
caricia,
marcho sin
mirar atrás
esto es
tierra perdida,
ocaso malva
derrite mi vida,
en ríos sin
despedida,
en sábanas
de escarcha fría,
correcto
es tierra
perdida,
nada es
súplica advenida,
fulgor entre
sienes de carcoma,
festín de
arañas grises,
nada me
detiene,
avanzo, el
sol me cuenta
que es
tierra perdida,
cae la tela
tejida,
fiel al
descanso de mi subrepticia,
gimen
tiempos rizados al ascua,
cantan malas
yerbas
sin perfidia
que esto es
tierra perdida.
Yo contesto
dorado al
fulgente metal
que es mi
vida,
es pasión,
es luz,
es calor,
este es mi
rifle
esta es mi
vida,
granate al
escape
lustre
postrado al rejuvenecer
del marco,
yo no estoy
colgado,
venzo que
avanzo,
resumo,
coarto,
me descubro
a la luz templado,
todo dicta
que yo voy
que yo vengo
por tierra
perdida,
resplandores
sujetos,
acuartelados
en énfasis,
porque
desconocen su sino
madre de
esta tierra
perdida.
El
Castellano
Extasía de
cristal:
Penumbra
arrebolada,
hija de la
sombra asolada,
temple de
maraña,
tejida araña
dormida,
sol en su
trapo desnudo,
ven a mi cabeza
retuerce mi
idea
que se
encadena
sumisa a
noble premisa,
no puedo
parar
no hay
tiempo de pensamiento
sólo
escribir duro, seco, limpio
como agua de
este río.
Sentido
volviendo a la vida,
mi espíritu
está creciendo,
tantas luces
sin alba
tantos
astros sin noche
es muy
tarde,
nunca para
volver
al origen de
savia,
desnudo en
este reloj
mirando este
cementerio
alzarse,
enarbolarse
de la nada y
su infinito de cristal,
estoy dolido
que tú te lo
has creído
si me
quiebro
es para
renacer
quemando mentiras,
liberando
fieras,
roto al
tiempo
entero al
fragor
de mi
espada,
no tiene
vuelta atrás,
océanos
abiertos me llevan
a flote de
nuevos sueños,
rizado a la
espera
engalanando
mi quimera,
desiertos
abiertos
en cal viva,
mantenme el
amor quieto
subiendo
montañas deshechas,
viviendo el
brillo sin estrella,
ojo de un
ojo labrado
mantengo mi
esencia
en joya de
noche
miro dentro
y todo
retuerce de nuevo
dame tu
mano,
descubre mi
reino perdido
a
encontrarse en tu mejilla,
háblame de
tus vidas
de tus alas en
mi extasía,
sólo allí
despacio
latirá su
osadía
líbrame
amiga
de cerrojos
y sus
cerrojillos dorados,
exasperados,
esta noche
seré luz de hoguera
y tu cobija
quieta,
el único sin
miedo
a decir lo
que siento,
carrusel sin
engranajes
caballo sin
jinete
tormenta sin
nube,
beso donde
no lo imaginas,
sólo yo
contra el mundo
abriéndome
de la tierra
siendo alma
en disparo
certero,
agudo, estridente,
como la voz
que no se pierde,
yo nací
albor
nací para
ser tu amor
no me
pierdo,
estallo
osadías repletas
solitudes
que trepan
cruzo líneas
de estos
cuatro días
que clava tu
voz
desmigajando
miedos
porque yo
soy el miedo,
batallas
aparte
soy tu
planta silvestre
amando su
tierra
más que a su
sangre,
mi esencia
verdadera.
El
Castellano
Cornucopia
de tierra:
No rebotan
los tiempos llorando,
en escalas a
ese cielo anhelado,
voy que
viajo
y bajo mis
plantas
la tierra
brota, rehúye, fluye,
todo me alza
sobre torres
sembradas
y sus
trompetas abiertas,
desenfundo
esta esencia
de
estaciones correr,
hogueras
profundas
en lágrimas
de lluvia,
plantada mi
compostura,
me crepitan
las montañas,
los cuervos
me rinden pleitesía.
Ante estos
ojos
el ávido
brillo
de oscuras
alas,
frente mi
carne
fuego
enraíza
esta noble
falcata,
encinas me
enraízan
el dorado
anochecer,
noche oscura
entre
espectros de letras,
el día
derretirá mis flores,
trepando mis
venas de encaje,
mi azada
será sangre
no más
cuerpo y carne de metal,
al erizado
filo
clavaré
sentidos despiertos,
mi letra
será invencible,
en flameante
rebosante inspiración
parida de un
rayo de sol,
ay la tierra
que me clava la siembra,
ay sol
ferro,
yo te hablo
al fulgor de
venas
al calor de
llama azul,
tú
invencible
como la
palabra te formó,
extasía
lumínica
en candor de
lunas aulladas,
ven a mi
pecho,
te daré
asilo,
desgrana
este silo,
que mis
manos hablen colores,
solo ante la
adversidad
esta negra
noche que huye
enjaula su
oscura sombra
donde la
letanía esconde
sus garras
de cristal,
quedando
repleto este umbral,
he oído
llamar
llamar tus
sangres de luz,
a violetas nebulosas
sin cauce
empotradas
en sagradas espirales,
busqué tu
vida eterna,
me
contestaron inviernos
desmochando
brotes extenuados
de tiempos
atravesados
por tu
espada eterna,
fuente fría
que llena
dulce la fontana,
la vieja
luna sonríe,
lo efímero
será áspero y duro,
a la caída
de este plomo,
se
levantarán estatuas de barro,
tu lobo
vestirá el sincero metal
por ser de
hierro,
hasta su
aullido de plata
a la noche
sempiterna,
y sus
enredaderas malvas,
campo este
de víboras nacido,
por un surco
repto,
y el alacrán
me saluda,
soy yo
tiempo olvidado,
resplandores
de este
patio de grillos,
me cuelga la
corona de caracoles,
por todas
mis lumbres
abiertas
de
caléndulas solariegas,
más que hoy
no espero
nada,
porque yo
siembro lo perfecto,
me responden
sus voces del suelo,
al
intransigente destello
me parto, me
quiebro,
hasta dar mi
voz
a estos
campos
y sus sotos
perdidos
encontrados
en cada sangre.
El
Castellano
Ondas mecen:
Me cruzan
las vías
del tren de
la noche,
abierto,
caracoleado,
en peregrinaje
de estrellas
y sus halos,
este insomne
caballero
de tu
sonrisa nacarado,
arrebolado
entre tus brazos lejanos,
una hoja
precipita
al tañer de
campanas
en garganta
de lluvia,
no hay
invierno sin frío
ni frío sin
invierno,
vuelta atrás
estoy vivo,
una vez en
la vida
curva de
espejos
entre verdes
y ocres,
quién dijo
que no tuviera esperanzas,
pálpito
fugaz de estrella marchado,
el amarillo
viste mis flores,
color
efímero, sin despedida,
entre un
patio de ojos
y sus
carcomas solariegas,
danza este
caballito sin diablo,
al cuartel
de la cucaracha
van los
ojerosos grillos,
todo cuelga
de un hilo de lana,
horas
minutos
para hacerme
libre,
termíname tú
porque yo no puedo,
este alfiler
parco, sobrio
como él
mismo,
entre circo
de huecos sones
danzan los vellos
de mi piel,
por el
agujereado brillo de luna
cuento notas
perdidas
y el filo de
esta mi cuerda
hasta latir
con ella
y su desnuda
poesía
con cuerpo
de mujer,
lejos de la
tierra,
entre un
soñar del viento,
se destapa
mi cordura
le florean
pensamientos
fieles ecos
en iris despierto,
dulces ondas
como dulces sirenas
enamoradas,
de este
marinero sin mar
llamado
verso,
al senil
aleteo de la polilla,
el invierno
nace de un cubito de hielo,
que avanza
ya su noche
sin pedir
permiso,
al vapor de
sienes heladas,
entre un
coraje acorazado
de haber
realizado una buena siembra
me marcho.
El
Castellano
Vieja
escuela sembrada:
Cierra los
ojos
es nuestra
creencia,
por la que
no hay
rosa sin
espina,
línea de
destino,
déjame
sembrar luz
en la
retina,
que caiga mi
gota
quebrada,
viviendo tus
memorias
lejos de la
letanía
enroscada,
crepitan los
labios grises
entre
crujidos por despertar
leones del
nuevo día,
Noche, noche
tus minutos
erizados vencen
pasan las
horas
y las horas
la misma
pesadilla tejida,
en vilo en vela
de navegante
sin mar
sin barco,
sin puerto,
viviré una
vez más
esta soledad
del párpado
despierto,
muy alto,
muy hondo,
todo se
retuerce en sol mayor,
hasta la
cima
me verán
cabalgar,
resume este
papel
un furor
oxidado,
soy yo, soy
yo su raíz
que ni yo
mismo entiendo
dichos
soterrados en alma difusa
en corazones
sedientos
su fría
caricia entre espadas
ni yo hago
empeño solariego
ay la tierra
perdida de tu raíz
quien osado
sólo la viera
de viva
materia rompiéndose
sucumbiendo
sobre los filos hirientes
hondas
espumas
riéndo en
camino vivo,
en un
sentido
con bordes
de rosas y cebollinos
y senda de
espinos fugaces al alba,
brotando
imperecederos
que
enriquecen los pliegues sembrados
de esta mi
sonrisa
de esta voz
en calma y en tormenta
de desnudos sigilos
que te
nombra y nombra
si no estás
lo hace sin cuenta
Poeta
Haces la
ruta sin pena ni sangre
que no sea
portada en tus venas
de solana
hacia el sol
en un ovillo
giras en tornasol
allí donde
sus esposas
amarillean y
tu sien gotean
en canto al
amor
alzado en
rayo de Thor
será un
caracol
cuando nos
vamos
solos sin
nosotros
con o sin
Dios
nació un
vespertino albor
ocultando el
dolor
secando lo
que plañía
la sin razón
Se duda
entre las cosas
por la
vaciedad de las cosas vacuas
de fátuos
alambres en fanal
hoguera del
hambre
de oblícuas
espinas
y los nuevos
castillos
que sin su
castellano chozas son
destruimos
si nos
miramos
vencer o
vencer otra vez
Oh raíz
ay de tu
tierra que te vio nacer
qué guardas
en tus bases
en las grietas
que te
clavan que estiran
tus lágrimas
del ayer
que no nos
dejas ir
por caminos
distintos
a los
limpios valles de oscuridad
reposo y
sosiego que clava el camino
¿Será cómo
es
por siglos
de siglos?
De este
tiempo oxidado
que latirá
el son
con forma de
tu siniestro corazón.
El
Castellano
Cristal
silvestre:
Ámame como
se ama a la vida,
porque te
amo en caricia
sin
despedida,
tú que eres
como la noche
en
subrepticia,
yo
contemplador extasiado,
por el
fulgor que se abre paso,
Fin del
diario,
este es el
momento,
que se queda
para descubrir
la
expectativa
del vivo
hacia la vida,
todo cambia
y yo lanzo
mi destello
sembrado en mis ojos,
susurros en
letargo
abiertos al
destino parco
estoy en
tierras de la luna,
abriendo,
tornando bella
su
distancia,
todo
sembrado
de quien yo
era,
esta mi raíz
que canta
plena,
sacada,
cortada de
su tierra,
para nunca
olvidar,
alzada a
tormentas del tiempo
y su etéreo
desliz envuelto,
en las
calles
de los
sueños rotos
un pasado
que dejo atrás
estoy joven
para estas nuevas visiones,
existencia
clavada,
al crepitar
enroscado entre arterias
de alambres,
y su
perfección
erizados
gritos liberados
hay que
pagar el precio
de ser mejor
que este talento,
avanzo
lento,
me abro por
el fuego,
y no hay
sangre que no me deje
envuelto,
miro dentro de
tus ojos
buscando mi
respuesta,
el sol se
está enterrando en tus cabellos,
lima este
nervio
que llegó su
escarcha
siempre
aparte,
siempre en
alarde,
hasta yo
encontrarte
encontrarme
yo
en los sotos
de tu voz
hasta ser yo
el alarido con nombre
de sol, ser
por siempre
ser para
siempre,
ser siempre,
y Siempre
llevar mis apellidos,
Siempre
quemándome
en resquemor
intransigente,
precisión de
mi duende
llamado
amarte.
ARTE,
condenada mi
sombra,
a este
precipicio
que despeña
la letra,
a través del
umbrío páramo
de esta piel
y su yermo bosque de vida,
sigo la
estela
vocecilla,
elevada sin razón,
porque sí me
sobra corazón,
soy yo mi
murciélago de nácar,
vuelo que
giro el infra-sentido terrestre,
y me quedo
en vilo,
es glorioso
este sino,
haciendo el
amor con los sentidos
en el saco
desdoblado,
de mi
realidad soterrada,
destapo que
descubro malvas
del sueño
taciturno
que conduce
a contemplarte,
bajo el
sigilo de mi araña,
y su tela
irisada,
en extasía
de espejos carcomidos
sin dueño,
que no sea sinestesia
del cuadro
de visión
llamado
visión enardecida,
por la que
mi ciprés
tiene tacto
a caricia desnuda
y mis
caléndulas caminan
con sabor a
deseos de rubor.
El
Castellano
Quiebro en
dicha descrita:
Muero por un
beso
aquel
sembrado dirá que vivo
vivo por un
querer
cruel del
destino
condena de
una pasión
que creó tu
pestañeo
al dejarme
ver
tu cielo
encerrado
ese que
liberado
jamás me
abandonará,
fijamente
tres minutos,
y morí con
tu pestañeo.
Demostró que
fui y soy
importante
para ti
y que a pesar
y muy
a mi pesar
de los problemas
problema no
es mi apellido,
seguí en tu
mirada atrapado
hasta que la
aguja
de aquel
reloj de pulso
se paró al
pasar ciento ochenta segundos
mi cambio de
vida
cuando
consumí
medio giro
al decir
siempre te
amaré.
De este
resquicio vivo
yo traigo la
flor,
en
competencia
de ilusión
que marcó
esta hoguera
sin pena,
eres tú soy
yo,
flamígera
condena,
por el
párpado del cielo,
por mi astro
soslayado,
que yo sólo
encuentro cielo
en tu mirar
encandilado,
soy un
muerto con vida
si no te
tengo,
y este
firmamento
se me cierra
seco,
muchas cosas
erróneas
en mi vida
que no hay
tiempo para la sombra,
no hay
tiempo para tristeza,
ni para la
vida quieta,
porque todo
resume
en buscarte
a ti
mi vida
completa,
si este
corazón es un tiesto,
quiere y te
quiere a tu persona,
enraizada,
plena,
resplandeciente,
como el
brillo,
como el
halo,
de tu
limpia, dura
sonrisa de
perlas
en océano de
resurrección
descubierta
en dicha,
mía, mía sin
despedida.
El
Castellano
Tordo
acompasado:
En el océano
de este mundo
abierto al
cielo,
vive el
cuervo,
por el
desvencijado respiro mío
avanza, mece
y sostiene
un tiempo en
réquiem de espadas,
por aquellas
voces que sordas
laten, se
descubren, alzan,
se quiebran
al paso de altares de hueso
por mis atardeceres
de murciélago
voy ciego al
calor del astro,
siente mi
caricia de pájaro
esta vida en
un verso,
alzando
nuestra luna de acanto
y alabastro
gimiendo el ocaso,
azabaches
ensortijados, derretidos, extasiados
por el
sendero despierto,
por el cauce
que trae la vida, la mía,
ojos en
resplandores dorados al tacto
de mi astro
soslayado,
mi azar es
sembrado
vida de vida
late esta
caricia
no hay
retroceso ni regreso
todo está
bajo tierras germinando
por la rosa
de su pelo,
tu sangre me
colmó en beso,
nuestro
cielo de amarantos
fiel al
respiro que alcanzó a ver
la belleza
en noches de miel,
respira abre
en ambrosía mi vida,
en este
horizonte dormido
quiero ser
de la piel resquicio,
que no me
sientan perdido,
quiero ser
Siempre tu sonido que acompasa
que clava
olvidos
en
despertares rizados que consumen
la retina y
sus astros,
todo lo que
anhelo es la verdad en silvestre flor,
tu eco alto
que no hay pájaro sin nido,
esta noche
será distinta,
el comienzo
empieza ahora,
mi sueño de
araña
que todo lo
tejido
recompensa
trae a lo sentido,
un avance de
mi sangre,
ven al
nirvana del ruido,
anticipa
nuestro solsticio,
Yo que amo
en mimbre de esparto
y verde
espiga de trigo,
fiel comando
el suplicio
de los
valles de mi sombra
displicente,
enamorada.
Encumbrada.
Sostenla
sostenme de la pestaña,
me nacerá un
alba,
marcho
través del hielo,
su azul en
la mirada,
estoy
sembrando mi escarcha,
y que venga
y queme
este
laborado tiempo,
que yo nací
del viento,
alguien está
llamando
oscuro este
romance
entre las
malvas del cielo,
se escucha
mi nombre,
tengo que
cerrar este hielo,
colgando mi
estampa
del árbol de
las cenizas,
y que nazcan
ojos de tierra
de este
hueso,
que seguiré
soñando
que fue sólo
eso
un sueño en
despierto umbral
de mi alma y
su protectorado.
El Castellano
Cercenada
razón:
Ilusoria,
despierta, vespertina,
trepando
lúgubre escala,
iris
destartalado, ansiado
cubierto de
cromáticos azares,
por un metal
afilado va venciendo
a este
brillo irisado vestido
de crueles
destellos,
raspados
destellos
de todo lo
que dejó de ser,
reflejos sin
nombre
ilusiones de
este alambre,
rizado con
hilos que gotean sangre,
despierta mi
pesadilla
queda asomar
la dicha
y mostrar
esta araña,
fulgor
desnudo al fragor
de
transparentes cristales
que enamoran
los hielos
que febrero
siembra abiertos,
si estoy
despierto se equivocan,
nazco que
traigo
un cesto
lleno de sueños,
se derrite
mi estampa
quieta
colgada del árbol
donde hago
peticiones,
y que este
forraje
se desprenda
de mi humor,
no me
desalienta,
he crecido
para brotar
más duro y
recio
que el
esparto del monte,
traigo
mortandad de idea,
en letra
extasiada
al filo de
verticales escarpias,
soy yo
encargado de esta acequia,
que ni el
más osado
pedirá que
se calle,
alzo su
valía
en
desgranada espiga
que rompe mi
silencio seco,
si no soy
gente lo demuestro,
enseño a mi
tinta
a no
pertenecer
a este mundo
de yertos,
mejor que
qué cosa
mejor que la
opaca suma
de alientos
que se creen
tener
originalidad,
de su umbral
prendo a
cerilla
todo
sembrado a diario
de vacía voz,
yo repleto
no soy yo,
soy su
extasía floreciente
de imagen y
su prima
clavada en
alfiler sin cabeza,
como un
grito de letra,
y mordisco
de fiera,
que deslicen
décadas
que seguiré
siendo yo mismo
entre
grietas, entre esferas
quebradas y
su olor
a flores desnudas,
que yo sé lo
que hago
si no ni lo
haría,
noche corría
marcha atrás
esperaré su
madrugada
soy
taciturno con huerto de luna,
y siembro un
quién contra mí,
estoy
brotando,
no hay miedo
yo soy el miedo,
fiera de
esta hoguera,
llamada esperanza,
tengo una
llave
y no soy
cerrajero,
abro este
corazón
y despierto
su dragón,
hasta acabar
de una tajada
con mi sana
razón.
El
Castellano
Cruzada
ojera de luna:
Había
sentido
Bravura
repleta
no tengo
ojos
tengo
lágrimas de cristal
al iris en belleza
consumada
nadie te
alza
tomas tu
lugar merecido
jamás
colmada
siempre
rebosada
de lo bello
a lo mejor
sembrado ojo
por este ojo
me late me
arde una simiente
para el
campo de tu alma
vida yo vida
no tengo
si no se
dirige en mirada
a mi letanía,
certera amapola
desde el
2008
jamás en
súplica mecida
por este
arrojo
en mi pecho
sembrado,
viva y
descubierta en este tajo
repleto de
lo bello a lo bonito
de su
interior decretado,
yo hombre de
sangre
siembro este
sortilegio
de espadas
por si llego
a su alma
y liberar
libro sus ataduras,
por soñar
soñó la primavera
que mis
flores eran de ella
yo reviento
y exclamo
que son de
amapola bella
mi maestra
en furor de espigas
nacida
solo tengo
un corazón
y es suyo mi
dama,
dama blanca
doncella escarchada
de esta vida
a esta mi viña,
yo dulce
muero despacio
por llenarla
de esta dicha,
seguiré en
pie porque ella
sigue viva
enraizada en este latir
para yo con
amplia voz decir
sin ella no
hay vida ella es mi vida,
El
Castellano
Negra noche
sostiene:
A veces me
rompo,
a veces me
pierdo,
y el mundo
reverbera,
se extingue
por oscuras
alas
enlutadas,
quieto,
más
tranquilo
que un
yerto,
hago mis
miradas
a su pasado,
no me
asustan
sus dulces
espantos,
estoy nacido
del hierro
de mi idea,
labrado al fulgor
transparente
de mis
campos
de
soledades,
es por este
tiesto
que jamás
abandono
lo que
siento,
y que mi
flor
en vena me
muerda,
trepe por mi
vera,
hasta sentir
que yo
estoy
encumbrado de la fiera,
justo aquí
justo allí
sólo para
servir,
rayos y
azares
de
consecuencias,
como flores
cabalgando estaciones,
al iris
lunático sembrado,
hasta
atravesar su corazón de cuarzo,
es por este
azabache
por el que
vive la noche,
suena de
nuevo mi caligrafía,
y para esta
lluvia
todo valía,
soterrado mi
latido
queda decir
que
consumado
estallaré
sin cuantía
borbotones
que sangren
esta luz
intransigente,
el Sol
afligido
me nombrará
su allegado,
hasta
sangrar
retinas
indiferentes,
hasta
cabalgar sienes
y alientos
helados
de espantos,
hasta yo
trepar
de mis
arañas en sus cuartos,
enterrando
esta noche negra
dando inicio
a mi condena
de vivir por
ella,
porque
valdrá la pena.
El
Castellano
Las vidas
que traigo yo:
Era esta
araña
como un Sol
ferro con casa,
era como un
encontrarse sin despedida,
por qué,
porque yo empiezo
esta obra,
camino
destrenzo este campo,
me
desmigajan a mí
sus flores
extasiadas de difunto,
para decirme
que lo suyo
es de todas las estaciones,
como hacer
el amor
con azares
alados y soldados de los campos,
que su
simiente no es vida de un día,
yo digno de
admiración
digo que me
adopten
pues soy
familiar
así no tenga
savia
tengo sangre
carmín
y mi
simiente escrita
dura lo
mismo que dura
la tierra
sosteniendo vida,
desnazco de
la hoguera
al crepitar
del rayo luminoso
no soy como
él invencible,
pero me
cincelo mas recto y recio
que un
hierro de carne,
sotoventos
atrás
las montañas
hablan con la gente,
que sin
ciudad no hay gobernante,
sin poesía
no hay mundo ni creado ni
ni por
crear,
más duro que
los montes,
cabalgo esta
letra
flamígera, extasiada,
al son de
una espuela escrita en bronce,
digna del
brillante metal puro,
para yo
decir yo aquí
me he
curtido y tejido duro.
El
Castellano
Oscuro haz,
luz sembrada:
Larga sombra
me abarca,
larga sombra
me abraza,
larga sombra
que me envuelve
yo quisiera
meterla en un mundo más bello,
yo quisiera
librarla de hielos que aguardan,
quisiera
retornar a un mundo que era negro
sumergirme
más profundo que los mares
y encontrar
mis verdades,
yo quisiera
fundirme fraguas de hierro
ser justicia
izada de ser en luz intensa
pero ya no
siento nada,
asolada mi
estirpe con nombre agujereado,
yo camino
descalzo sin miedo ni quietud,
sin estos
clavos que me impusieron
camino
lejos, lejos sin mi nombre
por si
despierta mi azada
con la que
sepultar al Miguel Esteban
que no nació
todavía,
por si una
dicha me aguarda,
no osarán en
buscar portentos
a esta larga
sombra que avanza,
no cambio
sus males
solo
servirla flores silvestres
así
enamorada torne princesa de profundidades
hada dueña
de la sombra,
hada fiel de
embeleso en umbrales
por tragar
esta mi tierra
que me
avanza la despedida,
cuántos
pájaros volaron
para ser
único pájaro enfundado en trino,
rajado,
ultrajado,
cuantas
notas se escucharon
hasta ser
estrofa de agua
por todos
los que estuvieron,
al acecho yerto
de esta sombra mía,
que no posee
medida,
solo una
senda deshaciendo lo trazado,
al firme
astro alzo mi perplejo
por toda
oscuridad que fusiló mi partida,
me apodero
de este jardín
de mi
sangre sembrado,
para latir
en espejo asomado,
y que viva
siempre, siempre
esta sombra
fría, vacía, llena en soledades,
completa sin
tapiales, hueca de mi carne,
despeñada en
vivencias soterradas,
que yo
alzaré para sembrar en ella
esta vida
que yo le debo a ella,
para que
viva siempre mi luz
tejida con
ella,
hasta erizarla
y que me
responda
cuando
nombre a la belleza.
Que sin ella
queda sin aliento.
El
Castellano
Agua de
arteria:
Déjame
mirarte dentro de mis ojos
que yo
limpio, sereno, yo pena ya no arrojo
hornea este
fiel abrojo
que ya no
sienta el pecho en rojo,
libre ajado
de suave caricia
de endeble
espina
solo te
creará cosquilla.
Por estos
lares insospechado,
por estos
surcos sembrado,
de boca,
pecho y guadaña,
sin su
hoguera no es quien era,
déjame latir
a espera
de vivir
dentro de ti
como vives
dentro de estos ajuares
de gato de
hombre dichoso escarpado,
como siembra
y su despertar en mayo,
libérame de
ser quien no soy,
porque seré
agudo, afilado
rizado como
metáfora
en flecha de
silencio,
yo por ti
seré quien quiero ser,
tu orgullo
tu inocente servidor
que solo
posee estos ramilletes versados,
abriendo al
verdor de todos los campos
hasta llenar
tu dicha
del color de
las flores de valle,
para vivir
en esa orilla
en esa
casita del río
llamado tu
corazón mi señorita linda
mi amiga no
puedo embellecer
la belleza
es usted.
El
Castellano
Solitudes,
procesionarias descendientes:
Alma vuela
entre aciagas espadas,
de
flamígeros astros
y su
radiante, desnuda compostura,
ancla etéreo
gozo
cuando soy
de mi sombra
y la sombra
es de mí
como proyección
de mi luz,
como condena
a ser siempre yo,
quien partió
su destino por la mitad
para
disfrutar por doble vez,
devuélveme a
la vida
me siento
más vivo que ella,
puedo sentir
un puente de la distancia,
alzo
radiantes esferas
el sueño y
su verdad
entre
solitudes heladas,
su fuego
azul y mi enervada amplitud,
lluvia cae y
sólo puedo soñar que soy gota
para
deslizarme para fluir
esperando
evaporación,
ángeles
atrás soy más pleno
que la
sangre en mi vena,
esperando
que mi sombra
se haga luz
y su luz centellee a borbotones,
de que soy
pleno, digno, como el crepitar del rayo,
como el
gemido de la tormenta,
como una
vida relamiéndose el alma,
cuánto
tengo, cuánto deseo
pregunta si
me falta algo
a mi estampa
repleta, recia,
materializada
de mí,
clávame
filos y luces
yo soy la
noche,
siente la
noche de mí,
sin astros,
sin lunas argénteas,
soy la noche
de mi recipiente de sangre,
cruel
metamorfosis
de crisálida
superior llamada carne,
brotarán
simientes
brotarán
estos rayos de aura,
todo lo que
sembré en mi interior
brotará
abriendo mi virtud descendiente,
mi bondad,
la gentileza
en aspas,
el fuego de
pasión,
la máquina
de este corazón,
hago libre
el dulce suplicio invernado,
y su
tormento nacarado,
mi poder
intangible,
mi soledad
incombustible,
yo quiero
decir:
-Hay luz en
mi hogar.
Océanos
abiertos donde resurgir,
todos los
días que te esperé
hasta hoy
decir:
Te seguiré
esperando
porque sin
ti no puedo finalizar
no puedo
salir,
de esta
metamorfosis ni de esta larva,
la que no se
arrepentirá en los jamases
de devorarte
completa mi mujer,
y algo que
elegir
de esta edad
que no se elige
el sosiego,
la calma
que perderás
conmigo,
para yo
sembrarte la felicidad,
energía de
este tren de suspiros
y
procesionarias.
El
Castellano
Hombre
lejano yo:
Hoy abre su pupila
una mirada
energizada,
abre mi
retina mi profunda luz,
clavando en
mi mitad
una serena
claridad
radiante,
profusa, abierta,
mi destino
danza en las sombras
mi ser de
luz estalla al fragor
de esta luna
apagada
y su eclipse
de penumbra,
de umbral
nacido
en madre
oscuridad,
y su latido
que alcanza el soñar,
de mi vieja
escuela,
párpado en
ocasos sembrados,
cabalgo a la
novena estrella
por si yo la
alzo a ella,
recuerda tu
creencia,
desnudo su
ámbito en mi hoguera,
abre la
puerta,
pasará mi resguardo
efímero,
su disparo
de letra,
surcaré tu
infierno,
te rescataré
en un beso,
sí yo seré
grande como el sol,
mi cuclillo
te dirá
sentidos
granates me trepan,
porque soy
mentira,
soy tu
mentira rizada
de que no
puedes ser feliz,
y que este alma lata,
necesito el
brillo,
romper la
línea,
avanzar mis
filas,
seré
resquemor y sangre de espiga
en tu pelo,
seré yo sin
prejuicio,
orgullo,
beldad y mentira,
realidad y
sueño en la grieta
de tu razón,
seré afilado
como el corazón,
orgullo,
honor de este clavo
sin tijereta
de espejos
sin casa,
sin caracol
que no sea
amarte sin razón
porque mi
razón soñó
desde que te
encontró,
al fragor de
ascuas preguntó
si el
destino clavó
y yo
desentierro hasta el miedo,
por qué no
puedo osar su furor espigado,
por qué mundo
por qué me
tengo que conformar
con ser
hombre de lejanía
que siembra
sus silencios
en su huerto
de luces y rayos
de luna,
seré el espejo derretido
carne de
imagen consentida,
acércame la
caricia,
mi mundo
desvanece en letanía,
quema mi
petición fumando el cigarro,
y que esta
ventana me arranque el alba,
espectro soy
del vivo
silencio enjaulado,
mi ternura
consume el Sol,
por esta
reja,
por esta
cerca,
por este
tapial,
mi yedra
nace
para más
alto escalar,
esta fiel
atadura cristalina
sulfura, visita
la inquieta estampa
azogada en
énfasis de su compostura,
para nunca
olvidar
para nunca
más pronunciar
mi propia
lejanía.
El
Castellano
Brotando de
raíz::
Dentro miro,
florece el álveo,
un iris
marcado, trenzado en espiras
fuego y su
volátil marca de luz,
si nacer
acaso partirse pueda,
sería una
hoguera de purpúreas
y negras llamas, sería un camino denso,
como el
crepitar de la forja
duro y
endeble, maleable y quebradizo,
fulgente y
voraz,
al encuentro
de mi nuevo crepitar,
y volver a
nacer del fuego
con su
lengua que me sostiene
como la
primavera a las flores,
desnazco hoy
para volver a morir
y crearme de
la nada,
ni la espada
más aguda podrá
guardarme el
filo,
agudo y
ágil, duro de escarpia helada,
ojo de mi
ojo,
carne de mi
azada,
sol de los campos,
agujero de
luz,
alma sin
nombre ni alarde,
lo siento
mundo
soy
invencible,
de mi
pestaña nació una nube
lloró tinta,
mi sangre esquiva,
he creado
vida
sembré un
alarido de simiente,
le
contestaron el verdor y énfasis
floreciendo
silvestres caléndulas
un latido me
alza
partiendo
sombras,
soy pleno,
completo,
y nombre
puse a ellas,
tenían sabor
a bellas hadas,
brilla este
agujero del cielo,
cuelgo mis
suspiros en verso
acaso
bajaran,
pozo de mis
recuerdos
en verde
musgo
mi fantasma
muerdo,
de una espiga
floreció su vida,
de una
espiga traigo la sangre,
de una
espiga ríe el granate,
ocasos
ocres, misterios en copas azules,
me bebe su
cuello
la esencia
erizada,
la belleza
desmenuzada,
por el
dragón de mi fría fuente,
no me verá
caer la lluvia,
sólo ella y
a su poder
alzo esta
tinaja,
inmortal me
lleva la acequia,
su verde
limpio, sus florestas destapadas,
me bailan
rizándose en mi pecho,
sus venas
labradas
entre su
cuerpo de tierra,
no me
pisarán nunca jamás
mis luces
sembradas
de mis
caléndulas arvensis,
mis
silvestres flores de difunto
con las que
recuerdo
que la vida
es más corta
que el paso
de la muerte.
El
Castellano
Acampado
macizo, verso y entraña:
Señor
sentido granate,
violeta
malva
de este
sueño cabalgado,
vuelvo a ser
yo
en la sombra
de tu corazón,
quieto en
las aguas
silvestres
aguas
vida para
ser libre,
miradas a un
pasado
que se hunde
que emerge
en las bocas
era yo ese
yunque atravesado
de este alma
que no elegí.
Compostura
arde
el ojo y
cabeza de la aguja,
compitiendo
conmigo
destrenzando
la sangre
de este
horizonte estirado,
parco, exasperado,
todo cuelga
del astro,
yo no estoy
despierto,
esta vida
derrite
mi osadía de
cuervo,
por lo que
quedó sin decir,
tus mentiras
eran erróneas
de un océano
abierto,
este lo
cruza mi hombro.
Este
invierno grita en frío,
mi vida
comienza a sonar,
todo empieza
hoy,
mentiras
lejanas
verdades
silenciadas,
vida del
humo en esta espada,
en esta
esfera desdoblada
soy yo quien
habla,
de sus
lagartijas refugiadas,
estoy
haciendo
una creación
del rayo de sol,
atravesado
por mi línea,
esculpiendo
abrojos,
de clavos
ilusorios,
Yo hablé con
el fuego
dijo estoy
creando sombras,
sigo vivo en
esta hoguera,
con este
destino criminal
de crear el
demonio que baila,
rodeando mi
cara,
este crisol
de cuchillo
y esta
escarpia acrisola,
encargado
soy
de abrir la
acequia
sí de mi
tiempo,
a veces
quieto,
a veces sin
vuelta atrás.
Nací de una
almendra
estoy más
estable
que una
semilla,
sin brotes
de mí.
Dime árbol
mío
si todo lo
di
en qué fallé
yo nada
esperé
y solo tuve
cariño de una sombra,
que me habla
en poesía.
Seguiré mi
curso sin mi nombre,
y que mi
sangre sea que abre
en claridad
de todas
las flores
del valle.
La vida se
pasa mejor en compañía
si no es así
que el arte
me envuelva
en su ala caída,
yo fiel lo
elevaré,
alzaré fines
y comienzos
de su letra
y piel,
lloveré
noches con poesía,
sembraré
versos como puñales,
la sed
querrá beberme a mí.
Ni superior
más que la perfección
yo tendré,
estallaré el
gozo
en la retina
de mi
despierto Lucifer,
para esta
vida
y todos mis
gritos
que vengan.
Yo seré el
árbol de mis cenizas
alzado, enarbolado.
Sagrado.
El
Castellano
Sangre,
timón y vela:
Aguardo,
tiempo atrás
mi sombra
volvía luz,
esperando el
momento de nuevo,
de cruzar la
línea
dentro de la
noche otra vez,
todo lo
anhelado
todo lo
cruzado
frente a mis
ojos está,
detengo el
horizonte
agoto
espirales, sueño alto,
todo lo
conseguí en su mano,
aguja de
esta aguja que abre,
y soñó
conmigo su primavera,
que era la
primera,
hablaba la
margarita,
bajo estos
pies
tierra
siente,
bajo los
pies la sombra
latiendo
está,
lejos cruzo
la senda
y el nervio
se afila cual cuchillo,
metales de
metales hieren, voltean
este surco
labrado del ansia,
un soplo y
se difuminó
un soplo y
se dibujó
su estampa quieta,
etérea, inamovible,
cual ascua
de llama que no se consume,
carne sin
carne
sólo piel de
mi deseo, perpetuo
avanzaba sin
aspa
me encontré
con mi templanza
era mi
camino
era mi
ascua.
II
Esta es la
luz, siéntela
lanzándose
afuera,
cruza mi
barrera
polvo de
estrellas,
cada día
estampa quieta,
cree, viva
esta materia,
quédate,
mueve líneas,
avanza
filas,
nunca te
dejaré marchar,
vida para el
vivo
y nunca
morirás,
no te lo
permito
mejorará tu
huella escrita
vivirá este
haz,
cada día,
cada momento
eres lo que
siento
algo para
nunca olvidarlo,
escalando
este sol,
corriendo
este alma
espejos y
cristales tiernos,
un cuarzo de
lustre olvidado,
pasados,
años atrás,
un día
amarás decir
he resurgido
de mis cenizas
de quien yo
era,
buscando
paz,
sosiego
rizado cabalgo,
nada torna
lejano
resurgiendo
contigo,
palabra y
torna vida
esta jara de
azares traspuestos,
al brillo a
esta escarcha que me habita,
es el final
del miedo desenterrado,
morderé la
estrella,
perderé mi
control
encontraré
mi camino
dentro de la
luz
fuera de la
noche,
rompiendo,
quebrando,
alzando,
alzándome,
y no me
detendrás sin tus brazos,
mantenme
fuera, nunca podrás
sin tus
brazos
sin tu
abrazo.
III
Estados de
tu mente,
que estoy
esperando resplandezcan,
muchas
noches
en vela, con
timón y pluma,
todo
comienza a sonar,
la lluvia
baja arriba,
es la vía
que la mentira se marcha,
camino mi
manera
estudio el
ocaso,
comienza, se
abre la tijera del cielo
para ser hoy
todo lo que quiero,
me mantendré
a solas por ti,
así me lo
clava la sangre,
que aguarda
que dibuja
todos los cuadros
de mi
creencia,
de mi
serenidad,
no puedo ver
el blanco sin ti,
todas las
retinas para mirar,
pero solo
este corazón
para sentir.
El
Castellano
Retina de
ocaso sostenido:
Febrero 2016
No me desanimé,
estoy
flotando hasta la luna,
mi soledad
está comiendo mi tiempo nervioso,
y por la
mano estoy caminando solo esta tierra.
Un cuchillo
de hierro se eleva,
para estos
sentimientos sueltos.
Oscura mi
vida,
con ella
nada de ella es posible
en mi mente
esta clase
de locura
corriendo
por
luchando por
el acero,
descubre mi
falta
desatendiendo
mi muelle,
una vez más
no me
despiertes
sólo
recuerda lo que dije,
no me
despiertes
no puedo
sentir en este silencio,
si usted
está allí,
estoy
muerto.
Nunca ha sido
tan fuerte,
sólo
recuerda quien envié,
solo
recuerda quien era yo.
No me
rompas,
La luna, las
estrellas que estoy tocando,
para
descubrirme
para
descubrir que no me siento de nuevo,
soy dulce
perdida
en mi
camino,
descubro que
estoy muerto.
Levántenme
hasta los insensibles,
abajo orando
los cielos,
el producto
es mi vida silenciosa
hasta las
noches oscuras
de dolores,
la única
diferencia entre tú y yo
me siento en
la noche oscura
porque mis
ojos no se abren
y ver mi
vida en negro,
estoy muerto
por este tiempo silencioso,
respalda tus
sentimientos,
no camino
más tiempo,
y miro mi
tiempo,
disparar y
disparar la luz.
Sólo tú eres
sólo yo,
la línea es
para siempre,
en sumisión,
ardiendo el
infierno
rodeando mi
vida otra vez,
ocaso
acolchado de la primavera,
es hora del
grito otra vez,
para este
cielo,
todas las
esperanzas que llegan a la tierra,
río de mi
sentido,
ángel
congelado
yo soy el
hombre
hermosas
mentiras de ti
crece tu
corazón
dentro de mi
cabeza,
nacido de
nuevo,
llama a mi
puerto para cerrar,
tú eres mi
mar y mi barco,
alcance
silencioso, imaginas todo,
travesía
cerca, un cauce de sangre
estoy
comenzando ésta,
puede
sostener mis brazos,
la noche
vuelve a sonar,
mi tiempo de
matar el dulce tormento
de dolor,
y mi ternura
flotando por,
actualizo mi
destino,
yo soy para
siempre,
soy tu calor
estoy
caminando por tu calle,
abiertos
estos cielos y su calma,
volar otra
vez dentro de mi cerebro,
se bebe
sangre
por mi
vampiro en la vena
ojos
bonitos,
hermosa boca
es tiempo
para la eternidad,
yo soy para
siempre,
pasado mi
tiempo en la piedra,
ojo roto en
el hielo,
mis ojos en
el fuego,
queman el
cielo de nuevo,
voy a su
aliento,
voy a su
fuerza,
ojo ciego
mi
silencioso sueño de ti,
mi espíritu
vuela de nuevo,
agua, fuego,
tierra, viento
mi alma está
creando un nuevo reino,
lleno,
sombras caminan sin parar
es mi poder
de la luz
dentro de
esta noche.
Permiso,
siempre lo haré en tu sangre.
El
Castellano
Umbral al
destierro:
La sombra
salta,
se acurruca
en el crujido
de este hueso,
nace un
campo de espinas
dentro mi
último filo proscrito,
y se va a
las filas,
sonriente
fulgor entre sienes,
sopla y
sopla
no borrarás
mi sombra,
se construye
el puente
de los ojos
abiertos,
espinas
atrás te recuerdo,
puedes
encontrarme
en la sangre
sin vena,
en el café
de mi destino iluso,
sopla y
sopla
no
alcanzarás mi oscuridad,
alzo este mi
parco latido,
cumbre tras
cumbre deshojado,
clavando su
rosa y su cuchillo,
estampas del
viento
entre
párpados del aire,
vente a la
negra estación,
este invierno
azul se escapa,
entre
pájaros dormidos,
entre
riñones de nubes,
y soles de
cerilla,
abro esta
legaña
justo para
llegar
donde el
tiempo acaba,
y se marca
la noche sin luna,
un
descampado en el cielo,
una espiga
y una flor
de sangre,
complemento
perfecto
de este
alarde,
una nota
fugaz,
al compás de
un transparente trino,
arde un sí
bemol,
barreras
esquivas
y su caracol
de espejos,
mátame
silencio si puedes
ya estoy
muerto clavado en tu vientre,
azoga un
vibrar de la soga,
otro miedo
que colgar
sí del
pescuezo,
temple de mi
sinfonía,
el frío me
está llevando
este laborar
sin panal
me deshace,
quién viene
a esta rueda,
llamada
incógnita,
atraviesa
conmigo
el centro de
la llama,
abrirán
centellas
sus pestañas
iridiscentes,
por toboganes
de luces desteñidas,
tantas
mentiras eran cercanas,
adiós color,
adiós flor,
apuñalo tus
lucientes
hasta
encontrar retinas de ojos navegantes,
esos por los
que el brillo está desnudo,
y la razón
vive en un capullo.
El
Castellano
Crisol
afilado:
Un iris
vespertino
que huye,
escapa, se esconde
entre
fugaces simas
que
acrisola.
Late en
compás de labriegos
marchados
del aura,
de su iris
compañero
sortilegio
de destellos sin alba,
listado
irisado de surcos de latido
militancia
fulgente entre rayos
de enervado
tornasol,
naciendo su
vena tornasola,
como
parpadeo de cuchillos
en el que
habitar tu mirada,
algo que
anclar a tu sonrisa,
sin prisa
sin ancla
mas que esta
letra,
más que unos
ojos de infinito horizonte,
es un amor
que resplandece,
y por tus labios
crece,
cumbre de mi
filo
bastión de
solares
donde el sol
eres tú
mi férreo
astro
Que yo soy
hijo del mar
de tu boca,
rezando en
el borde
del renglón,
cantando con
un cuclillo
que si la
tierra se hunde
y el mar se
cierra
viviré en tu
entraña,
como olmo de
tu margen húmedo.
entre
solitudes fervientes
y acuarelas
de cielo
elevaré mi
te amo
por si baja
y seas tú
quien lo
escuche,
atravieso
océanos
déjame ser
como el último intento de la ola,
y sembrar tu
tez con mis versos de espuma,
afila mi limadura,
salta un
corcel de vientos escarchados,
un destino
sin piel ni tela
un marco
alzarme
en su
corazón desvencijado,
ser como el
rocío primero
en quedarme
en sus labios.
El
Castellano
Aura
acompasada:
Azar
provocado,
algún día
despertaré
para construirme
a tu lado.
La tierra
plañirá
soles
descalzos
a llenar con
la imagen
de tu vera,
los ocres
abandonados
lucirán
verdes,
rayos de
esperanza
habitarán
los ojos
del lobo
amor,
las fauces
sigilosas
saciarán el
hambre
de
firmamentos sin ocaso,
el ser crecerá
como espiga
que florece
a tu lado,
no habrá
dicha sin caricia.
Ni versos
sin corazón,
mi sangre
clama
que fada,
mujer de
flores silvestres,
mi ser te
ama y llama
en hoguera
de retina
encumbrada,
entre los
campos
que la razón
tiñó
en flor,
por si despacio
enraizaran
tu ilusión,
deslumbran
auras bellas
irisadas
al fragor de
ondas
bailando tu
interior,
me derrito
este día
para alzar
un grito
de azul
espada
hasta cortar
el cielo
a mi amada
fada.
El
Castellano
Drama en
azabache:
Subordinado
al silencio
esculpido,
es una torre
donde
colgaban mis sueños
rizando
versos,
abiertos en
oscuros caminillos,
y dulces
pestañas insomnes,
era una
jauría abriendo
sus fauces,
un crepitar
sin trino,
afilando un
estornino,
soñaba la
ola
que el rompiente
acaba en su
azul espuma,
jugaban mis
dolores
en un patio
de perdices,
babeaba el
caracol
pleno como
si no tuviera
preocupación,
mientras
marchaba la helada
los parajes
que dejan
vellos como
escarpias,
allá donde
caléndulas silvestres
dejan el
amarillo del suelo,
hormigas
contentas
por la
cosecha pasada,
un mirlo que
es amigo mío,
dice que el
cielo siempre
es el mismo,
el solar de
la era
escampa sus
brotes del verde
asesinando a
los ocres,
al resurgir
de las estaciones,
quise
sembrarme
como se
siembran
las malezas
solas,
como una
plántula era
aguardando
mi primavera,
que me
regocijase
la paz y el
sosiego
de sentirme
con vida
en este
planeta tierra,
mejor que
vivir estando muerto
y que
lombrices cuiden mis versos,
muero
estando vivo
sembrando mi
aliento
allá donde
miro,
y que
alambres cuelguen
esquelas
ajenas
que sé donde
voy
y no es
rumbo a fallecer,
recuerde el
tiempo
sus
espirales afligidas
y estas
cuchillas
que
trasquilan la temperatura
de este
invierno
que no nací
olvidado.
El olvido
fue que se olvidó
a sí mismo,
y era de
grama el nido,
sostenido
este granate
de párpado
azabache
era o no es,
el silencio
de mi noche.
El
Castellano
Rizada
espira:
Afilada esta
araña
esparce el
verso de espuma,
entre una
fiel madriguera
de la letra
y una despedida yerta,
acicala
sílabas,
en el hervor
de la sombra,
puede verse
el ocaso nacarado,
arrastrándose
la idea,
vengo
sediento
por el
oscuro túnel,
que todo se
hace verdad,
una alimaña
me brota la garganta,
hilvana que
hilvana
mi sentir
preso de la montaña,
al verdor de
enebros
y sotos sin
lengua,
todo lo dije
y no dije nada,
congelada la
mañana
quedaba
construir un paso
furtivo del
cielo que sujetaba,
llegaba la
hora
de enterrar
mis abrojos,
por si
despertaran de ojos verdes,
blanca la
idea conoció
un suspiro
de tres caras,
estaba en el
bando equivocado,
el cigarro
se consumía sonriendo,
el frío era
frío por así verlo,
todo se
retorcía
y quería
volver a comenzar,
vamos eres
libre,
eres brotado
de mi aliento,
si tienes
suerte no te enterrarán
ojos
incautos en su pozo de olvido,
puedes oír y
soñar
como sueñan
las fuentes
que son
boca,
como la
primavera sueña
que las
flores son sus hijas,
levántate y
alza estas penas
y su
recámara,
que estamos
casi a un mes
de conocer
la flor,
de mantener
a la derecha la vida,
de romper la
línea,
te encontré,
desgañitada la siembra,
era un
partir sin mirar atrás,
brazos de
hoguera
con el ascua
rizándote la cabellera.
Oscura luz
goteándome la tez,
un segundo
de largo
y sonó un
redondeado afligido
entonaban entre
alambres
las
sonatinas y su amarilla fauces.
El
Castellano
Carne de
metal:
Estridente,
vuela que en
su compás
se borra,
verde zozobra
al caos que
ahoga,
fulgurada,
metálica
clavos que
ahonda,
sensación
del cloro
deslizado,
en un patio
de cristal,
escondidos
gritos
avocan su
perdición
de humo,
entre
colchones
del sueño
que llaman
a la siembra
de los
cuerpos rendidos,
etéreas
sábanas
que portan
profusa forma
sin ser más
que ella,
todo viene y
se va
rumbo al
destino informe
de la saeta dormida,
clavo este
ciempiés
de una
almohada,
yerta
iracunda
despierta mi
gripe
y su
migraña,
algo que
alimentar
bocas
aparte,
habrá que
hinchar
el pétalo de
su flor,
a sílaba,
verso, entraña,
me
sobresalta su mirada,
hay que
encender el ascua,
este fuelle
de vida
aún me
cuesta la estampa,
enamorado
fuelle inusitado,
cabalgo hoy
el astro,
encierro
rayos en un jarro,
para esta
tierra yerma,
helada,
germinen mis
simientes
enamoradas
y enraícen
sueños por cumplir,
al sueño del
estornino,
grajee mi
pico corvo,
corvino de
cuervo ensamblado,
ven a mi
manera,
la adelfa
muere
al crepitar
de la yedra,
y la oscura
campánula del día
abre con
azucenas de otro campo,
este surco
que lleva mi sangre
se vence y
me vence,
cogeré del
tiempo la azada,
y sacaré
terrones de disgustos
que tornaban
y me acompañaban,
no había
elixir sin ella, mi pena,
soslayada,
tentaciones
me cuelgan
de las pestañas
de mi
inocencia,
otra
licencia
a conducir
las carreteras
de mis
versos,
fiel
enjambre de pasajeros
de los
campos
de la idea.
El
Castellano
Vida de
hielo ardiente:
Horizonte de
la caída de este solferro
a reinar
como una falcata de rayos afilados,
hondos ojos
fijos en solariega planicie,
donde frías
juegan moteadas las flores de invierno,
el reposo de
la vida que se fue a dormir,
como un río
de luz brotaba la escarcha,
un diciembre
tardío saludaba
con sus
manos heladas,
acariciando
estos campos redondos
de cardos y
caléndulas silvestres,
era un día
de hacer manteca,
a mí el frío
me hacía sentir vivo,
en este
soliviar traigo mi espada,
pongo a
sentir la tierra a mis versos,
que con
cepillos de grama joven
se blanquea
mi calzado,
viajo en mi
mente
por el
cuchillo calizo de la piedra
del caserón
terrazgo, abandonado
que posee mi
padre,
rodeado por
el fervor de pinos de monte,
donde próximas
hacían nido las atochas,
a perdigones
que son de la tierra
como la
montaña a su roca,
cosas
talladas puras como amaneceres
pulidos sin
grises hojas,
ola rota
mecen mis pasos
de un mar
olvidado del que cepas anclan
sueños de
vida,
del terreno
en el que grillos esperan
el frío en
sus agujeros
y su
despertar para morir al acoplarse
a la melodía
que teje la vida.
Avanzo en
este campo de víboras
para ser yo
como mochuelo recogido en su olivo,
como mis
pasos gorjean las carrascas,
todo mi mundo
reverdece
para mí
siempre es primavera,
y mi bravura
llora flores por mis venas,
hasta tener
del cielo
la malva del
alba
hasta trepar
las yedras del profuso claro oscuro,
del cielo y
su luna cuarteada de platas auroras,
me nacieron
simientes silbadas,
y mis ojos
enraizaron el campo.
El
Castellano
Forja de mi
sangre:
Avanzo esta
tierra abierta,
sangre y
lágrimas,
hundió sus
zarpas,
el honor de
la vieja luz,
vieja
urdimbre
en venas de
cristal,
venga a
construir
la casa
abierta de niebla,
abra su puerta
de oscuridad
es mi mente,
que como un
azadón,
hunde entre
altos tallos
de mis
pensamientos,
muchos días
que me pensé
sembrado,
pasó mi
negro caballo,
brillaba
este pantano,
entre
recuerdos de un alba
en que no
dolían
y hacían
flor,
lengua de
metal
hundía
sacaba terrones
para
oxigenar mi dolor,
anclé mi
sombra,
la puse a
dormir
entre la
grama,
brezos y
caléndulas la acompañaban,
barriendo
los campos despertó
esta alma
sonámbula,
con el
zumbar de abejas caminantes,
con el soñar
de las flores
que eran
mariposas,
avanza mi
surco,
cava mi
padre recto como su azada,
y los
veintisiete años que nos distancian,
es su
trabajo su azada,
que
alimentarnos desde la ciudad puede,
sueñan mis
versos
que fueron
construidos para luchar
luchar
contra la sangre del hastío interior,
flores que
brillaban sin desesperanza,
altas miras
en sus estambres,
un polen de
estrellas despiertas,
la miel de
este intelecto
que abre sus
grilletes,
que asoma
sus brotes
a la ternura
del cariño sembrado
por venas de
mi misma sangre,
amo esta
vida
como no
amarte padre
si tú me
sembraste.
El
Castellano
Sangre de
ojos:
II
Lámina del
cielo
tu gris en
estiaje
ángel del
cielo teje
macabra
sinfonía
lluvia se
derrama aplomada
por su guiño
de ala,
por venas
cavas, su quitina,
estrechas
vías consumidas
en atroz
entrega
del mensaje
del cielo,
sangre de
tierra en zigzag,
río de
caudal
por arterias
de arañas,
por
acariciar la flor del iris,
un barco y
una vela
un puerto y
una quimera,
una vida de
aciaga solar siembra,
verso
saciado cabalga
el colchón
etéreo del aire,
hasta
anclarse en valse,
sueña el
viento ser capturado,
atrápalo en
tu mano
y en la otra
derrámate como gota,
precipita tu
esencia bebe del cáliz
la yaga de
nuestro vino,
infinito
remansado en cuña de estambre,
es un ojo de
tierra,
es una
espera,
una
inmortales fauces,
la canción
con la que bailan las flores,
un cariño de
flamígera estrella,
un armazón
dorado de escarabajo,
una casa de
caracol,
ven, ven
conmigo soy aullido,
una entrega
de cuarzo llorado,
un cuchillo
de sílex afilado,
en el
trillar del campo,
soy mis
venas naciendo en un charco,
un sorbo y
soy fuego en tu mano,
gimo y corro
el vasto templo
de mi
perdida religión,
viendo el
devenir venir
cruzarse,
deshacerse, alzarse
para acabar
siendo tierra
del inerte
azar profuso,
mi tinta se
bebe un rayo solar
en patita de
un caballito del diablo,
mi vaga
libélula de mi suerte,
para que
siempre viva
esta hormiga
león
siendo mi
cosecha más que tus besos,
más que tus
rayos de sol,
siendo yo
del camino y el camino ser de mí,
irisada vida
en son de mis tambores
de insecto
tejiendo, volatilizando lo inmortal.
El
Castellano
III
Seco y duro,
seco y umbrío,
corría el
linde quieto
por la
arboleda despejada
daban las
tres y treinta
de la
madrugada que se marcha
por oscuro
diván de la sombra,
un espejo
tímido sonaba,
el reloj
paraba,
con un grito
de estrella,
su alcoba
fría en la que despertaba,
no quedaba
viento de palabra,
ni
pensamiento ágil que en eco no quedara,
lanzó aquel
espejo contra el suelo,
y rápidamente
sangró un borbotón de sombras,
se abría la
noche y sus quimeras despiertas,
brotaba de
su ceniza de pulmón,
el irisado
que la oscuridad clama,
quedando
para siempre
su alcoba
fría y vacía,
sombra de
aquel que sonaba una noche
que ya
escapa.
El Castellano
IV
Fantasma del
tiempo:
Indivisible
fulgor ostentado
resquicio
opaco de la luz
con sabor a
fase de luna.
Invierno de
los ojos veloz
en una gota
de llama de vela
fuego del
fuego creado ensimismado
quiero arder
lo malo de la maldad
cuando sin
sombra ataca
el humor de
la sangre existente
si voz tiene
cuál fuese dicho ente
hablándote
desde la arteria
donde el
cuerpo helado busca
y te busca
verdad sin pestañeo ni apellido
sin venas
surca la ola tibia y oscura
que nació
sin viento ni mareada razón
de océano de
versos
camino sin
recorrido en yerto color
fulgente de
la estación sin mente
entresijo de
la mecedora
que
sensación sola la mueve
con indicio
de que la oscuridad me puede
fuerzas que
escapan
a la razón
del entendimiento
resguardo de
luz que por verla doblega
a la
insensata dicha escondida
que grita y
se engrilla en aquella orilla
distante,
que une y divide
ignorantes y
sumisos bordes
de lo que
existe por soñarlo
suspiro ese
suspiro del hastío
y estío de
mi río
escapándose
a mi legible saber
un vencedor
encontrado
círculo
perfecto del equilibrio
en la locura
nacido
en la
frialdad del respiro mecido
yo te tuve,
te sostuve
en la risa
que dio llanto
en el llanto
que dio risa
sin motivo
ni razón encausada
allí donde
la emoción era transparente
ni
necesitaba conciencia para ser
solamente
armonía que nadie te describe
porque fui
yo quien te tuve
brevemente
pero tu recuerdo pasará mi muerte
frío
recuerdo de honrarte tan malamente
sin saber
describirte
indiferente
si vuelvo a encontrarte
porque eres
lo más inusual,
te buscan y
imposible de encontrar te vuelves
de la suerte
llamada casualidad viniste.
Vengo del
nacido sin nombre
del que hace
lumbre del alarde del hombre
del espíritu
parásito engendrado
y el veneno
de mi sangre
te llegó a
donde el camino se abre
a infinitas
escaleras interminables
donde el
surrealista se raya la mente
que del caso
cuelga el Sol en cruz
en la pared
del diáfano enervado calmo cuarto
marcando las
marcas de los arañazos de su luz
que en negro
dio su astenia quietud
horarios de
su ser perdidos
en un
atardecer que ya fue
en el
azabache de mi bolsillo
sus sombras
que recorren mi pasillo
me
entretienen para ser fusiladas
al encender
la luz,
no puedo
creer el encontrarte aquí
inerte arte
del único poema que vale
por no tener
nada comparable
beso mis
sueños que el oscuro espíritu
por no tener
color arde
no quiero
darte a entender
ni que seas
adjetivo ni valoración
solo lo
inerte de lanzarte al río y donde llegues
o lo
creativo de guardarte en una caja
y enterrarte
en el jardín,
para que te
crezcan malvas,
es
interesante que no llegues a materia
sólo a
eternidad de quien te leerá
en mis
sucesivas muertes,
tenue
destello, elaborado albor
nacido del
rayo de sol,
y la noche
que ya calló
en las
pestañas del amor
milenarios
son los espejos de los astros
que dictan y
laten en caricia
esa fría
cuchilla que se clava
dándote
finalidad y fin.
FIN
Miguel
Esteban Martínez García a 19-02-2015
Grave
soliviar:
Miles dei
lumen lit c et summun canae versus littera fagro methafora creavi blandus
laetitia exspectare sed ardit
Es mi vida
un agraz
durmiente,
medicamentoso,
encumbrado
por cimas de
mi subrepticia,
por escalas
del alba
yo soy
siempre
yo soy para
siempre,
como
relámpago que se aboga
al nivel de
tierra,
como una
espiga granate y azabache,
en tinta y
sangre nacida,
mi nombre
que no se mide
ni
deslizarse puede,
es su arma
el verso
su impronta
y su insignia sagrada,
conocidos
miles,
hombres él
mismo
gentes que
darían su aliento
y su mano
por él,
solo habitan
para ser contados
en su mano
izquierda
de
ambidiestro,
brota nace y
brilla,
yo soy
cuervo poeta
y no saco
ojos,
los hincho
con belleza
que
despliega en poemas
que lloran
con mi sangre,
el crujir de
mi carcoma.
el erguir de
mis flores
de jacinto
silvestre cada marzo
y su Llúcia
elevada
que muerde
sentidos,
yo estoy
completo
y nada ni
nadie
me parte el
pecho
solo sólo,
acampado,
acompañado
de mi extensa sombra
de 2043
poemas sembrados
en mi patio
de mi gris araña,
nadie quién
contra mí
;el destello
lo hago bello,
seguiré
durmiendo
que estaba
despierto
hasta
despertar mis cuclillos
de este
soliviar de mis abrojos
versados,
nadie me
calla
al abrir sus
altas ojeras de nácar
la primavera
resplandeciente
de este
sembrado 2017.
El
Castellano
Sepultada
Llúcia en agraz durmiente:
Se acicalan
las Llúcia de marzo,
en febril
inicio de la primavera,
que yo te
amo Ostara,
algunos
rayos fugaces
que han
crecido,
entre verdes
sienes del camino,
ese que me
lleva a verte
mi flor
silvestre,
hendida de ondas
del alba,
sepultada de
brillos
imperecederos
en fragor
de ávidos
destinos recorridos,
desnudos de
quejumbrosas voces,
un musgo
naranja renaciendo,
entre
filamentos verdes
que hacen de
su piel esperanza viva,
de este
arbol centenario
de mi
semblanza,
no serán mis
chopos cantores,
ni mi
enervado ciprés silente
su calma
abandonara,
acuchillando
al viento que espera respuesta,
recuérdame,
estoy
sembrando mi vida,
todo lo que
espero es maravilla,
me acaba
este sendero y su colina,
riveras de
mi Arlanza,
compás de mi
fortaleza,
mi ejército
se alza,
arañas de
sus telas,
furtivas
segadoras de mi idea,
trepando mis
entrañas,
mis telas
grises que son de ellas.
antes que
griten mis sierras rojas
de mi carne,
antes que el
tiempo
haga casa de
mi cuerpo yerto,
yo seguiré
hacia la luz,
el milagro
de mi profunda gesta,
cumbre
servil de fecunda primavera,
filo
ardiente que brota,
entre siegas
blancas
de profusa,
verde melena,
al borde de
mi vena
subo que
traigo una azucena
junto mi
malva y su viola de campana,
la cuenca
que no es,
la visión
que no viera,
justo esta
generación que comienza,
justo es
vida,
es mi verde
hogar,
es mi credo,
son mis
hojas verticales
en papeles
de sangre y savia,
arderá mi
caseta.
en ojos de
suspiro padre,
en venda que
el ojo no vea,
enséñame tu
Dios
le pondré a
reñir con los míos,
no me iré
aunque quieran mieses,
permanecerán
mis caléndulas
echando
hijas de piel y tierra
cada
primavera sembrada por su amarillo,
me nacerá la
ilusión verdadera,
seré dueño
de esta quimera,
y baja que
canta
por riveras
de mi suerte,
el hondo
espino de mis dolores,
queriéndose
como abejas
a las
flores,
Estoy
soñando
el tiempo
que cerraba mis ojos,
retales que
cerrar y su olmo blanco,
su jardín
azul, su fuente de cristal,
nada
desvanecerá al Miguel sin alas,
seco de hoja
de otoño
no me
llorarán ni mi jardín azul de caléndulas,
ni mi
acristalada fuente,
ni el olmo
que no es mío ni su blanco
será mi aura
intransigente seca a morir,
sobre los
años avanzo,
yo soy el
Sol.
El
Castellano
Señero
quieto:
Linde
abierto sembrado por Dioses
de plantas
que sólo ellos pusieron
y que ven
exclamar su muerte
de silencio
gritado
lentamente
las estaciones.
Es este
campo que vive lejos
con señero
un señor de
señores
amor de
silvestres,
es encargado
de ver en flor
sus amores,
vence que
atraviesa
sólo su
mirada,
un jacinto
se yergue
de azules
botellas
sus besos de
rocío matutino,
matutinos
gritos postrados,
con el
hervor que reverdece las tierras,
de cal y
tierra arenisca,
de arcilla
al barro,
de la
pizarra al risco
de granito,
es una vida
mi estatua,
dulce, risueña,
sembrada,
albores
cruzados crepitando,
mi nido de
grama rehaciéndose,
entre
luceros anclados,
arriba mi
barco
estos
océanos y mares
de tierra,
que todo lo
rige
su materia,
desnace el
tiempo
abriendo el
brillo de mi falcata.
Fiera de
fieras
yo soy la
fiera,
desde las
piedras
a esta mi
hoguera.
El
Castellano
Ávido camino
en piel:
Aciago vilo
descorchado
en canal
aciago infinito
destapado en
sangre
de campo,
él, a veces
sonriente
a veces abatido
en su
recogimiento
de verdes
espadas,
viajaba su
idea
como una
viborilla
jamás
vencida,
siempre con
fugaz
aleteo entre
estambres.
Vencía cada
primavera
al ocre del
paisaje,
por cerros
era padre
por llanos
fiel hijo
de
compostura olvidada,
por copas de
árboles
brindo esta
suerte,
encontrada, cabalgada
por los
besos
que puedo
dar a mi dama,
que entre
forrajes
avanza
a
desenterrar
mi espada,
nuestro
coraje sembrado
entre mis
espuelas.
En los
bravos halos
de estrellas
apagadas.
Naciendo una
para que
brille a ella
mi amada.
Esta negra
noche
que avanza
mordiéndose
la cola,
entre luna
argéntea
deslizada
por sus
filos
de pestañas
acuesta al
alba.
El
Castellano
Aciago,
recto vilo quemado:
Cantares
quebradizos
se alzan
entre aciagas esferas
de la palabra
inexistente,
entre sones
terrazgos
que sí
puede,
llevarme la
espuela,
entre la
mente que afila,
que pule mi
sangre oxidada,
por el
puente de venas de mis manos,
diestro al
compás que muerde
yo sí estoy
hablando
tú no estás
escuchando,
esta vida
asida en un tiesto,
por encajes
sin alba
por
encuentros fugaces
en mi averno
tejido,
entre estos
soles de trapo
que me
levantan las flores,
avanza la
flojera del día
que llega a
su final,
volviendo
madrugada de espadas,
quiero
contarte hasta tres,
mi aliento que
no sabe contar al tuyo
pero sabe
que cuentas con él,
yo que ni
segura tengo mi muerte,
colgaré
destinos
de sus ramas
de fresno,
mi piedra
será estatua,
no seré yo
quien hable si no ella,
el verde
musgo llorará el sino dentado,
esta vida de
espectro
no me dará
de lado,
de un
solsticio me haré un cuarto,
entre mis
líneas habitarán espasmos
de ideas
ausentes,
de fríos
hielos de soledad congelada,
liberaré
este reino enfuscado
cual vicio
cual tierra sin dueño
de crear
nuevos palabros
que serán hijos
de la nada,
cabalgada,
soterrada
en infinito
de la siembra alzada.
El
Castellano
Linde quieto
abierto:
Derecho
firmamento
entre filos
de gentes,
es una
piedra que camina,
piedra
aventurera,
seca y
umbría,
reposa y
duerme
cantares del
linde,
centellea
rayos irisados
se riza con
los besos de lluvia,
acaso quiso
ser otra,
ella tan
yerma, tan plácida,
imperecedera,
cerrada como
se cierran
los rayos de
luna,
acantonada,
de estéril estampa,
dejas muda
alabanza,
el día que
te hice de voz,
piedra bella,
sola,
estridente
sin patio de sonido,
y esta voz
que te di
voz dorada
como tu piel de minera,
como un soto
sin perdices,
avanzabas
solo tú,
la vida
quieta,
sembrándote
allí por donde anduvieras,
al candor de
piedra única
igual a la
siguiente y a la anterior,
sin afán
superior
hasta que
este poeta te dio voz,
como flores
que sin color
acaso
fuesen,
un despertar
en brazos de cieno,
un respirar
de la montaña,
un cuchillo
calizo que afilan
erosiones de
las eras,
latido
férreo, sangre de mineral,
o compostura
de arenas,
piedra de mi
casa,
piedra de tu
casa,
la tierra.
II
Piedra
potencia eterna,
nacida como
nace una estrella,
cumbre de
filos por bandera,
hogar,
cobijo y morada
de
lagartijas que cuelgan tus venas,
colchón de
rayos de sol,
asolada tu espera
por quien te
dio voz,
lideras tu
guerra sin cuartel,
antes de yo
nacer,
tú dabas
alientos al suelo
sin importar
pertenecer,
siempre
fuiste
siempre eras
su piel,
de la
cantera, al nicho,
del
mausoleo, al caserón viejo,
del silo al
castillo,
tu fortaleza
empedernida,
tu aval de
honda certera,
Siempre
estabas
siempre
estuviste,
como río a
su voz del mar,
osado no fui
yo
quien te
encontró,
solo fui
encargado
de darte
moción verdadera
ojalá
pudieses contestarme
mi piedrita
bella.
III
Devuélveme a
tu vida eterna,
del soto a
tu quimera verdadera,
clávame la
oscuridad de tu cueva,
en esta
esfera pulida sin espera,
risco de tu
sien enarbolada,
millones de
hijos
esencia
desnuda de tu alma pura,
techo sin
compostura
del ser
invertebrado,
techumbre
que pizarra llora,
su azabache
de cristal,
tu sangre de
fuego y agua
que nunca te
alcanza
sólo
partirte puede,
grieta de
helada, tus filamentos
que encaran
tu azar de vida sin dueño
a tu sangre
de musgo me cuelgo,
en verde
musgo tu fantasma muerdo,
vida de herramienta,
azar de la
idea,
al paraje
que te conforma
al que
sostienes su vida
siendo el
suelo techo de esta hacienda,
si tuvieses
dolores todos gritarían
que se
acabase la muerte en la tierra.
El
Castellano
Flor de
destino:
Requiebro
olas en fragor de colmenas
alzadas,
sembradas en horizontes yertos,
al fugaz
aleteo de la luz,
en fulgor de
sombras erizadas,
todo lo
sentido más que un haz carcomido,
fiebre en
destello de mis astros,
todo lo
dicho más que un cielo sin aurora,
más que una
navaja de filos
por
pestañas,
hilvano que
trenzo
la sangre
dormida,
es una
cabaña de cielo
donde cobijo
sueños y quebradizos,
en la cabaña
que Dioses
abandonaron,
siembro
escarchas de hiel,
todo lo que
me dijeron es una verdad,
allí donde
la puso el hombre,
bajar acaso
puede,
grazna mi
vida una vez más,
trenes pasan
por estas sierras de nubes,
el destino
informe ya cansado se apiada,
toboganes de
esta bruma gris
me cuentan,
me dictan,
del sentir
de la maraña,
hasta que
lleguen mis flores
del mañana,
entre el
palpitar de azucenas
frías de la
tarde,
pataleó el
latir exhausto
del
silvestre del azul
del sueño,
del racimo de mi jacinto,
extraviado,
un sol de
invierno que ya se marcha,
por cuencos
serranos
por alientos
en carne de colores,
abriendo
rectas sienes
el crepitar
de los vientos,
bienvenido a
mi mundo,
yo no estoy
despierto.
II
Ama de esta
casa, el alma fría,
de mundos
retorcidos,
ingrávidos
al peso de flores,
destartalado,
por gentiles gestos,
azares
difusos de mi reino,
saludando a
la quema del rastrojo,
un iris por
desenclavar,
corona de
caléndulas
en soles por
doblar,
al rayo
seco, tornado en gesta
y sus
candilejas fulguradas,
ríe y pasa,
pasa y ríe esta espada,
hendiduras
febriles
de mis
verdes ojos
entre sus
cauces la verde grana,
la verde espiga,
un romance
del labrador
con su
granate amapola,
llora sangre
de aquellas santas,
esquiva de
obreras guirnaldas,
se cava en
rayos seculares del rey astro,
Estallando
de luz su rocío primero.
III
Resplandece
el día,
entre zarzas
salvajes y sus espinas,
duerme que
dormita un sueño enhebrado
en blanca
cordillera, entre grillos
que aterran
saetas dormidas,
al trinar de
los cardos
en estepas
cabalgadas
de verdes y
sus trampas
entre erizos
de campánulas
que ya no
amarillean,
gimen
abrojos el suelo que los vio nacer,
llegado el
día del topillo
y su
cernícalo que le da digna muerte,
entre este
patio de arañas grises
descubro que
me hincho de colores
estacionales,
perennes, mutables, caducos
en crepitar
de savia y duende,
se blande,
se rige,
se descubre
que todo duerme.
El Castellano
Cuarto para
sembrarte:
Duro, seco,
estridente,
ilusorio
destello
al matiz de
soles abiertos,
estoy
empezando,
alago,
avanzo este cuarto
este cuarto
de arañas,
repleto,
lleno por escuadras
afilo el
verbo
preparado,
despierto,
granate
complaciente
a este
lustre olvidado,
quiebra
marzo,
estampida en
blancas sienes,
réquiem en
osadía,
en marca de
astros,
luz
intransigente,
fulgor
entre tus
manecitas
heladas,
miro atrás
nada
reverdece el horizonte,
todo son raíces
del hombre,
me cuelgan
lunas
ojeras sin
alba,
quiebro esta
ilusión
me afila su
espada,
cómo huir
de los que
no me conocen
si nunca me
conocerán,
me clava la
estrella
un tenor en
escala mayor,
gimen flores
por abrir,
el sol hiela
de nuevo,
rizo sorpresas
en tus cabellos,
libero el
león,
me muevo,
suceden
grises
a mis penas,
escarchadas,
desvanecidas,
derretidas en claro oscuro,
por lo que
dejó de ser,
llevo que
traigo,
resoplos y
arterias
en este
jarrón de sangre,
hasta que
caigan dementes azares,
y sus cruces
bienaventuradas
de tu carne,
de mi
lumbre,
de este
alambre.
El
Castellano
Aciago
compostaje:
Tantas veces
quebrado
como solía
ser yo antes,
escalando
esta vida,
lejos donde
reverdecen cielos,
silvestre en
tus aguas,
mirada al
pasado que me forma,
se termina
mi savia,
incomparable
dicha,
sujeta al
astro soslayado,
hermanas del
fuego deslumbrado,
recto
afilado en esta solitud
del hueso,
entre
blancas sienes,
entre
doradas rosas sin alba,
avanza mi
camino fiel de sombra,
aguardando
el brillo,
no es una
mentira lo sentido,
parado en
espera,
deshojando
besos del ayer,
de nuevo es
mi manera
por la
guardia de mis cipreses,
por la
desnudez de estas flores
abiertas al
color de invierno,
fulgor
desangelado,
despierto
acres
hermanados
de letanía súplica,
hoy surcaré
su boca,
me
desnacerán dolidas simientes
volarán mis
polillas del este,
crecerán
tejos sin horizonte,
entre cerros
de alarde,
espargasminas
enraizarán mi carne,
al techo de
esta cueva
brotarán
destellos en luciérnaga,
para yo
beber mi aciaga espera.
Resoplo
agravios en señales,
tiempos
agujereados
en mentiras
lejanas
laureadas de
todo lo que avanza,
brillan
hilos por perecer,
arañas
trenzadas al amanecer,
no puedo
perecer,
me blanden
este iris por enternecer,
brechas
llamadas a desaparecer,
retiemblan
pupilas en noches fugaces
en todo lo
que llegué a ver,
diestro
aliento en hiel
torcida en
extasía de secos metales,
un Sol un
Dios
despiértame
el dragón,
vestiré en
pétalos al albor,
gemiré
noches sin luna,
soterraré
este cuarto en luz asida,
vendrán a mí
estrellas enardecidas,
todo acabará
en uno,
un brillo,
un relámpago, un son,
un cuarteado
corazón,
renegaré de
acabar,
tejeré
construiré llegaré por puertas
a prender
este destino sujeto,
en el
parpadeo del suceso
soy hierro
tajante,
afilada en
cercenada espada
de un tiempo
que me perteneció,
soy
espíritu, espectro sin nombre
anclado a
este devenir postrado
resurge
firme su aliento,
entre
abrojos de idea,
nunca
resignado
siente el
color de su noche,
el hálito de
caracol,
en su caléndula
sostenida,
por su vida
alientos hacen súplica,
aguanté,
resistiré, me fundiré
con la
acidez de mi tierra
asolada,
destapada,
colmada,
exasperada,
entre tañer
de crisoles en capa,
gobernaré
haré reino,
tomaré
guardia de este mi camino,
al aguardar
de mis rayos
de vivencias
dibujadas,
al resoplo
del tres,
al dormir
del nueve,
nadie me
impedirá que me teja
grande.
El
Castellano
Tierra
perdida:
Limo,
sostengo, agito
la vena
enardecida mía,
destapa al
fuego en círculo,
retiembla
destinos ciegos
en crueles,
parcos horizontes
sin
orificio,
destrenzo el
nervio de hierro,
repto
avenidas sin salida,
voy y vengo
cantando
esto es
tierra perdida,
correcto, en
el ojo
y soterrada
vía del hambre,
nazco que
broté de semilla,
estiro que
alzo
sangre en caricia,
marcho sin
mirar atrás
esto es
tierra perdida,
ocaso malva
derrite mi vida,
en ríos sin
despedida,
en sábanas
de escarcha fría,
correcto
es tierra
perdida,
nada es
súplica advenida,
fulgor entre
sienes de carcoma,
festín de
arañas grises,
nada me
detiene,
avanzo, el
sol me cuenta
que es
tierra perdida,
cae la tela
tejida,
fiel al
descanso de mi subrepticia,
gimen
tiempos rizados al ascua,
cantan malas
yerbas
sin perfidia
que esto es
tierra perdida.
Yo contesto
dorado al
fulgente metal
que es mi vida,
es pasión,
es luz,
es calor,
este es mi
rifle
esta es mi
vida,
granate al
escape
lustre
postrado al rejuvenecer
del marco,
yo no estoy
colgado,
venzo que
avanzo,
resumo,
coarto,
me descubro
a la luz templado,
todo dicta
que yo voy
que yo vengo
por tierra
perdida,
resplandores
sujetos,
acuartelados
en énfasis,
porque
desconocen su sino
madre de
esta tierra
perdida.
El
Castellano
Dicha
insoslayable, flagrando vértice:
Envejezco
este hálito
resquebrajan
esencias enamoradas
en este
patio de estrellas,
por esta
vida en doncel consumado,
al
resplandor listado venzo
otra
primavera nublado,
por este
ángel soterrado no me alzan,
no me niegan
la inconmensurable pestaña,
abierta a
fulgores en lata,
despeño las
ideas sin anclarlas,
me vuelve
loco abrir mi baraja,
por esta
sangre pesos en oro valen,
su quilataje
postrero al tacto,
más quisiera
mi sanguijuela
no acabar
ebria,
resumo que
coarto venas
en canales
de riego,
soy maestro
sin título
del
desvanecimiento extasiado,
y que venga
por mi letra
la parca
efímera
que mi idea
es eterna,
caracola de
tierra vence
esta
sinestesia
de joven
biznaga maniatada,
reitero en
mi sepulcro
el tiempo no
es mío,
venga a mí su ladera,
seré anillo
para mi quimera,
un animal de
este reino
por
desenterrar.
Que me acabe
el viento
que yo no
puedo,
seguiré
escribiendo
por arterias
razones,
por
pensamientos túneles
que esta
noche venceré
a la sola
una de la madrugada.
Y su
lagartija rizada.
El
Castellano
Antaño de
vida:
Eres pilar
sin margen ni curva,
de tu divina
compostura,
tus ojos que
acaso sombra cubre
un latido
donde se bañan los octubre,
vendaval que
entierra nichos
para
devolverlos a la vida
en este
soliviar barroco
que me puede
derrumbar
a la llama
fugaz que rige,
avanza y
consume mi vida
a la tuya
asida por los astros
que son
santos,
oscura pila
dorada al iris
donde se
baña tu alma pura
acaso ella
llevarme pudiera
entre sus
vientos desnudos,
entre sus
alientos
de florestas
descuidadas,
acaso ella
no me hablara
entre el
jilguero y su cardillo,
entre la
caléndula y su insectito,
yo volara
con ella lejos
donde se
oculta el alba,
para
demostrarla que yo
libero tu
mirada
por rayos de
su aura imperecedera,
fuente de
alta frente,
cumbre de
riscos y valles,
alguien
acaso arrebatármela puede,
aunque
Ovidio te de más flores
quitarme
nunca puede,
ni aunque
tiemblen
mis huesos
rectos y sangrientos,
osarse en
gris mi camino viene,
te traígo
golondrinas en suaves trazos,
te traigo
sueños en colmena,
y sonrisa en
luna venidera,
anclada a
esta sepultura,
al resoplo trenzada
mi
cristalina esencia,
en crepitar
de estacas por clavos
que llevo
ardiendo en mi pecho,
a este
diáfano vacío
vengo que
voy llegando,
caminan
pensamientos
de sus
sombras colgados,
esta osadía
que ya
avanza como vidrio quebrado,
haciendo
polvos la idea,
porque no me
alzarán en marco
ni será
eterno mi mármol,
dirá por
este mar he llegado,
y el azul
acaso será azul
por yo
nombrarlo,
viviré de la
letra amarrado
hasta que
ella sostenerme pueda,
haré juicio
de esta arena,
en escala a
aquella estela,
sangres me
gotean los ojos
de ver
desnuda a Diosa Flora
vistiendo de
los campos
la miel para
cada sentido
mi amapola
yo que nací hombre
nada ningún
averno,
ningún
paraíso cercenado
ninguna
deidad personal
de tantas
sardinas que adoran
de boca
pequeña
podrán negar
que yo asalte
que yo
recorra tu flor.
El
Castellano
Alevosía sin
mirada:
Avanzo el
patio de mi araña
y su soledad
acrisolada,
no dejes de
mirarme
en la cumbre
de este ciprés,
cernícalos
atrás
soy puro
como pizarra
sin pulir
sin enmascarar,
dirijo mi
acequia por lares
descubiertos,
insospechados,
en suplicios
dormidos
reino el
astro,
te debo más
que lo que
no puedo alzar,
por
sostenerme el cruel devenir,
danza el
momento
de tu
caracola y su iris,
en arena
rasguñada,
al tarot
helado de tus naipes
de mujer,
afilada mi idea
queda
navegar el vaso de agua,
encumbrarme
de la fiera,
sujetar esta
quimera,
porque estos
sentimientos encauzan,
traspasan la
sangre filtran mi insolencia,
si soy
hombre de verbo
y escribo
parco silencio deshojado
en papel de
vida
rizado en
aliento renegado a morir,
sólo hay una
petición
de rayo en
alba postrado,
es contar
sonrisas a tu lado,
venceré
tormentas
de destino
caracoleado,
por el
último rayo,
déjame
demostrarte esta sangre
este hálito
que absorbe
y traspasa
pieles sedientas,
es una tela
un vello erizado
en penumbra,
por el que
abandono mi nombre,
y que mi
corazón suba
y hable por
mi garganta,
este tiempo
de cuchillos
con los que
haré un bocadillo,
y que me
dejes ser tu lejana miel,
no conozco
el frío
destapa tus
cartas
caeré
rendido para honrarlas,
porque sólo
una vez en la vida,
se puede
conseguir todo
lo que uno
desea
y que me
arranquen como mala hierba
que el mundo
se quedará
sin destino solaz,
sin rayos de
luna,
sin huerto
de estrellas,
porque yo sin
ti
pierdo hasta
la cordura,
y que me
juzguen ojos
y vidas de
un día,
que yo sin
prisa enamoraré
corceles de
viento,
desmenuzaré
crisoles
abriré
molinos por sus aspas
hasta yo
quedarme
en tu vereda
fugaz,
con solapa
honda, dura,
siempre con
destino
de envolver
tu aura bella,
listada,
estridente
al crepitar
de todos mis espejos,
mi pianola
desviste
surcos
para cantar
el sentido alerta
y que nada
escape de la hoguera,
este
cuclillo trinará
que si fuese
cuervito
viviría en
la noche
de tu mirada
serena.
El
Castellano
Ondas mecen:
Me cruzan
las vías
del tren de
la noche,
abierto,
caracoleado,
en
peregrinaje de estrellas
y sus halos,
este insomne
caballero
de tu
sonrisa nacarado,
arrebolado
entre tus brazos lejanos,
una hoja
precipita
al tañer de
campanas
en garganta
de lluvia,
no hay
invierno sin frío
ni frío sin
invierno,
vuelta atrás
estoy vivo,
una vez en
la vida
curva de
espejos
entre verdes
y ocres,
quién dijo
que no tuviera esperanzas,
pálpito
fugaz de estrella marchado,
el amarillo
viste mis flores,
color
efímero, sin despedida,
entre un
patio de ojos
y sus
carcomas solariegas,
danza este
caballito sin diablo,
al cuartel
de la cucaracha
van los
ojerosos grillos,
todo cuelga
de un hilo de lana,
horas
minutos
para hacerme
libre,
termíname tú
porque yo no puedo,
este alfiler
parco, sobrio
como él
mismo,
entre circo
de huecos sones
danzan los
vellos de mi piel,
por el
agujereado brillo de luna
cuento notas
perdidas
y el filo de
esta mi cuerda
hasta latir
con ella
y su desnuda
poesía
con cuerpo
de mujer,
lejos de la
tierra,
entre un
soñar del viento,
se destapa
mi cordura
le florean
pensamientos
fieles ecos
en iris despierto,
dulces ondas
como dulces sirenas
enamoradas,
de este
marinero sin mar
llamado
verso,
al senil
aleteo de la polilla,
el invierno
nace de un cubito de hielo,
que avanza
ya su noche
sin pedir
permiso,
al vapor de
sienes heladas,
entre un
coraje acorazado
de haber
realizado una buena siembra
me marcho.
El
Castellano
Filo
sonriente:
Agudo filo
nacido
mi destino.
Recuérdame en
la tijera
desdoblando
la espera,
hoy por hoy
mañana por
ayer
el frío en
la piel,
de estas
cuchillas
sonrientes,
y su
esperanza
carcomida,
acabada
en hoguera.
Miénteme
aparte
ancla en
gozo
el violín de
mi idea,
corriendo
por fuera
marchando
lanzas
de tierra
y el tiempo
solo,
hinchado, dormido.
Rehúyo de mi
pasado
que se clava
en mis
brazos.
Mírame
aparte
del punto y
su silencio
seco.
Esta vida en
el centro
de una
margarita,
miro su
caricia
en pétalo de
brea
arde mi
sinfonía
deshace la
lejanía
hasta ser
ese lejano
carrusel de
estrellas
por boca.
Vida por mi
vida,
y yo qué no
daría,
a este cielo
desplomado
de fieles
compases
oxidados,
es por su
plomo
que a veces
plomo,
a veces más
alzado
que las
cumbres,
entre
regueros y ramblas
libero mi
azada,
en cuerpo de
sangre y vena,
no conozco a
Pena,
entre su
alta ojera
clavo una
letra,
abre la
acequia
destartalada
en honda esencia,
allí donde
graznan cuervos
su lenguaje
de madera,
soy yo a la
espera,
abriendo mi
destino
en esferas
puras, plenas
ay la tierra
vive esta
dorada
escolopendra,
sucesos de
huesos
arde la
compostura
afila su
beso de miel,
todo queda
en yacija,
derramada
hiel,
entre
grietas iluminadas
del iris
insomne
soterrando
verdades,
completando
liberando
sus cavidades
y su dama
oscura
naciendo la
noche
que ya
vuela,
entre
testimonios del pueblo,
que
pertenece a la tierra
y sólo esta
a su materia.
El
Castellano
Vieja
escuela sembrada:
Cierra los
ojos
es nuestra
creencia,
por la que
no hay
rosa sin
espina,
línea de
destino,
déjame sembrar
luz
en la
retina,
que caiga mi
gota
quebrada,
viviendo tus
memorias
lejos de la
letanía
enroscada,
crepitan los
labios grises
entre
crujidos por despertar
leones del
nuevo día,
Noche, noche
tus minutos
erizados vencen
pasan las
horas
y las horas
la misma
pesadilla tejida,
en vilo en
vela
de navegante
sin mar
sin barco,
sin puerto,
viviré una
vez más
esta soledad
del párpado
despierto,
muy alto,
muy hondo,
todo se
retuerce en sol mayor,
hasta la
cima
me verán
cabalgar,
resume este
papel
un furor
oxidado,
soy yo, soy
yo su raíz
que ni yo
mismo entiendo
dichos
soterrados en alma difusa
en corazones
sedientos
su fría
caricia entre espadas
ni yo hago
empeño solariego
ay la tierra
perdida de tu raíz
quien osado
sólo la viera
de viva
materia rompiéndose
sucumbiendo
sobre los filos hirientes
hondas
espumas
riéndo en
camino vivo,
en un
sentido
con bordes
de rosas y cebollinos
y senda de
espinos fugaces al alba,
brotando
imperecederos
que
enriquecen los pliegues sembrados
de esta mi
sonrisa
de esta voz
en calma y en tormenta
de desnudos
sigilos
que te
nombra y nombra
si no estás
lo hace sin cuenta
Poeta
Haces la
ruta sin pena ni sangre
que no sea
portada en tus venas
de solana
hacia el sol
en un ovillo
giras en tornasol
allí donde
sus esposas
amarillean y
tu sien gotean
en canto al
amor
alzado en
rayo de Thor
será un
caracol
cuando nos
vamos
solos sin
nosotros
con o sin
Dios
nació un
vespertino albor
ocultando el
dolor
secando lo
que plañía
la sin razón
Se duda
entre las cosas
por la vaciedad
de las cosas vacuas
de fatuos
alambres en fanal
hoguera del
hambre
de oblicuas
espinas
y los nuevos
castillos
que sin su
castellano chozas son
destruimos
si nos
miramos
vencer o
vencer otra vez
Oh raíz
ay de tu
tierra que te vio nacer
qué guardas
en tus bases
en las grietas
que te
clavan que estiran
tus lágrimas
del ayer
que no nos
dejas ir
por caminos
distintos
a los
limpios valles de oscuridad
reposo y
sosiego que clava el camino
¿Será cómo
es
por siglos
de siglos?
De este
tiempo oxidado
que latirá
el son
con forma de
tu siniestro corazón.
El
Castellano
Cristal
silvestre:
Ámame como
se ama a la vida,
porque te
amo en caricia
sin
despedida,
tú que eres
como la noche
en
subrepticia,
yo
contemplador extasiado,
por el
fulgor que se abre paso,
Fin del
diario,
este es el
momento,
que se queda
para descubrir
la
expectativa
del vivo
hacia la vida,
todo cambia
y yo lanzo
mi destello
sembrado en mis ojos,
susurros en
letargo
abiertos al
destino parco
estoy en
tierras de la luna,
abriendo, tornando
bella
su
distancia,
todo
sembrado
de quien yo
era,
esta mi raíz
que canta
plena,
sacada,
cortada de
su tierra,
para nunca
olvidar,
alzada a
tormentas del tiempo
y su etéreo
desliz envuelto,
en las
calles
de los
sueños rotos
un pasado
que dejo atrás
estoy joven
para estas nuevas visiones,
existencia
clavada,
al crepitar
enroscado entre arterias
de alambres,
y su
perfección
erizados
gritos liberados
hay que
pagar el precio
de ser mejor
que este talento,
avanzo
lento,
me abro por
el fuego,
y no hay sangre
que no me deje
envuelto,
miro dentro
de tus ojos
buscando mi
respuesta,
el sol se
está enterrando en tus cabellos,
lima este
nervio
que llegó su
escarcha
siempre
aparte,
siempre en
alarde,
hasta yo
encontrarte
encontrarme
yo
en los sotos
de tu voz
hasta ser yo
el alarido con nombre
de sol, ser
por siempre
ser para
siempre,
ser siempre,
y Siempre
llevar mis apellidos,
Siempre
quemándome
en resquemor
intransigente,
precisión de
mi duende
llamado
amarte.
ARTE,
condenada mi
sombra,
a este
precipicio
que despeña
la letra,
a través del
umbrío páramo
de esta piel
y su yermo bosque de vida,
sigo la
estela
vocecilla,
elevada sin razón,
porque sí me
sobra corazón,
soy yo mi
murciélago de nácar,
vuelo que
giro el infra-sentido terrestre,
y me quedo
en vilo,
es glorioso
este sino,
haciendo el
amor con los sentidos
en el saco
desdoblado,
de mi
realidad soterrada,
destapo que
descubro malvas
del sueño
taciturno
que conduce
a contemplarte,
bajo el
sigilo de mi araña,
y su tela
irisada,
en extasía
de espejos carcomidos
sin dueño,
que no sea
sinestesia
del cuadro
de visión
llamado
visión enardecida,
por la que
mi ciprés
tiene tacto
a caricia desnuda
y mis
caléndulas caminan
con sabor a
deseos de rubor.
El
Castellano
Quiebro en
dicha descrita:
Muero por un
beso
aquel
sembrado dirá que vivo
vivo por un
querer
cruel del
destino
condena de
una pasión
que creó tu
pestañeo
al dejarme
ver
tu cielo
encerrado
ese que
liberado
jamás me
abandonará,
fijamente
tres minutos,
y morí con
tu pestañeo.
Demostró que
fui y soy
importante
para ti
y que a
pesar y muy
a mi pesar
de los problemas
problema no
es mi apellido,
seguí en tu
mirada atrapado
hasta que la
aguja
de aquel
reloj de pulso
se paró al
pasar ciento ochenta segundos
mi cambio de
vida
cuando
consumí
medio giro
al decir
siempre te
amaré.
De este
resquicio vivo
yo traigo la
flor,
en
competencia
de ilusión
que marcó
esta hoguera
sin pena,
eres tú soy
yo,
flamígera
condena,
por el
párpado del cielo,
por mi astro
soslayado,
que yo sólo
encuentro cielo
en tu mirar encandilado,
soy un
muerto con vida
si no te
tengo,
y este
firmamento
se me cierra
seco,
muchas cosas
erróneas
en mi vida
que no hay
tiempo para la sombra,
no hay
tiempo para tristeza,
ni para la
vida quieta,
porque todo
resume
en buscarte
a ti
mi vida completa,
si este
corazón es un tiesto,
quiere y te
quiere a tu persona,
enraizada,
plena,
resplandeciente,
como el
brillo,
como el
halo,
de tu
limpia, dura
sonrisa de
perlas
en océano de
resurrección
mi ababol
amapola
descubierta
en dicha,
mía, mía sin
despedida.
El
Castellano
Solariega
atarraya:
Verdades,
verdades floridas
sólo para
ser feliz,
es un surco,
engalanado
este forraje
vertido,
quieto,
bravo
al desdén
que marcó
su mirada en
mi sien,
por este
horizonte
me alzo con
cazamariposas,
al azar de capturar
sueños
que derraman
sentires rizados,
cromados al
tacto,
lancé mi
atarraya
al río de mi
alma
y no para
capturar cangrejos,
sólo para
sentir que mi alma
porta versos
que nadan
en serena
compostura encumbrada,
si no nací
ayer nazco hoy
de esta tela,
un destino,
besar su entraña,
alborada,
vestida de
valles dulces
que hacen
gestas dolientes
y su
escarcha enamorada
que porta su
sangre,
soy su
leopardo
soy su cielo
ausente
por el que
fijo y clavo sueños
jamás
corrientes,
mi ser es
lluvia
soy cómo un ruego
de la
montaña,
quiero ser
yo
su aliento
de fuego,
el idioma de
una piedra,
su fiel
compostura despierta
porque si me
visto de cordero
solo soy su
lobo
para lamer
más que su cuerpo,
y brotarme
dentro,
era o no era
fue
continente de la belleza,
lágrimas de
mis Dioses despiertos
porque ella
es mi compañera
hasta fijar
esta sangre
en fila en
orden
para sentir
la vida
y su
sediento horizonte,
soy de ella
como la lluvia
a mis
plantas
vistiendo a
este señor destino
de traje,
acompañando
esta araña
que teje mis
sentires por ella
mi ruptura
de mi sino,
porque ella
es mi camino.
El
Castellano
Cercenada
razón:
Ilusoria,
despierta, vespertina,
trepando
lúgubre escala,
iris
destartalado, ansiado
cubierto de
cromáticos azares,
por un metal
afilado va venciendo
a este
brillo irisado vestido
de crueles
destellos,
raspados
destellos
de todo lo
que dejó de ser,
reflejos sin
nombre
ilusiones de
este alambre,
rizado con
hilos que gotean sangre,
despierta mi
pesadilla
queda asomar
la dicha
y mostrar
esta araña,
fulgor
desnudo al fragor
de
transparentes cristales
que enamoran
los hielos
que febrero
siembra abiertos,
si estoy
despierto se equivocan,
nazco que
traigo
un cesto
lleno de sueños,
se derrite
mi estampa
quieta
colgada del árbol
donde hago peticiones,
y que este
forraje
se desprenda
de mi humor,
no me
desalienta,
he crecido
para brotar
más duro y
recio
que el
esparto del monte,
traigo
mortandad de idea,
en letra
extasiada
al filo de
verticales escarpias,
soy yo
encargado de esta acequia,
que ni el
más osado
pedirá que
se calle,
alzo su
valía
en
desgranada espiga
que rompe mi
silencio seco,
si no soy
gente lo demuestro,
enseño a mi
tinta
a no
pertenecer
a este mundo
de yertos,
mejor que
qué cosa
mejor que la
opaca suma
de alientos
que se creen
tener
originalidad,
de su umbral
prendo a
cerilla
todo
sembrado a diario
de vacía
voz,
yo repleto
no soy yo,
soy su
extasía floreciente
de imagen y
su prima
clavada en
alfiler sin cabeza,
como un
grito de letra,
y mordisco
de fiera,
que deslicen
décadas
que seguiré
siendo yo mismo
entre
grietas, entre esferas
quebradas y
su olor
a flores
desnudas,
que yo sé lo
que hago
si no ni lo
haría,
noche corría
marcha atrás
esperaré su
madrugada
soy
taciturno con huerto de luna,
y siembro un
quién contra mí,
estoy
brotando,
no hay miedo
yo soy el miedo,
fiera de
esta hoguera,
llamada
esperanza,
tengo una
llave
y no soy
cerrajero,
abro este
corazón
y despierto
su dragón,
hasta acabar
de una tajada
con mi sana
razón.
El
Castellano
Arácnida:
Había
sentido
Bravura
repleta
no tengo
ojos
tengo
lágrimas de cristal
al iris en
belleza consumada
nadie te
alza
tomas tu
lugar merecido
jamás
colmada
siempre
rebosada
de lo bello
a lo mejor
sembrado ojo
por este ojo
me late me
arde una simiente
para el
campo de tu alma
vida yo vida
no tengo
si no se
dirige en mirada
a mi letanía
certera suscitada
desde el
2008
jamás en
súplica mecida
por este
arrojo
en mi pecho
sembrado,
viva y
descubierta en este tajo
repleto de
lo bello a lo bonito
de su
interior decretado,
yo hombre de
sangre
siembro este
sortilegio
de espadas
por si llego
a su alma
y liberar
libro sus ataduras,
por soñar
soñó la primavera
que mis
flores eran de ella
yo reviento
y exclamo
que son de
argenta bella
mi maestra
en furor de espigas
nacida
solo tengo
un corazón
y es suyo mi
dama,
dama blanca
doncella
escarchada
de esta vida
a esta mi viña,
yo dulce
muero despacio
por llenarla
de esta dicha,
seguiré en
pie porque ella
sigue viva
enraizada en este latir
para yo con
amplia voz decir
sin ella no
hay vida ella es mi vida,
El
Castellano
Solar entre
clavos:
Iris
deslizado
entre grises
hastíos
que me hacen
hombre,
hombre en
fin
de tijeras y
clavos
iridiscentes,
no cambio mi
estampa,
entre verdes
fulgores
a todo lo
que crepita
sin nombre,
agujereada
tela
estos años
dulces de cuervo,
con
ineptitud de sangre,
forrajes me
tiñen la vista
enferma,
para no
saber quien ser,
solamente
ser
un crujido
de mi parca
mecedora,
que lenta
acampa y cabalga
flores de
tiempo en mi espalda,
es una noche
que grita
que se acabó
la luz,
obscura
tiniebla
del compás
marcado
entre mi
coraje y mi blanca piel,
como un
párpado desnudo,
y una
alimaña de verbo despierto,
quise
conocer a mi descendido
aliento
entre nubes de plomo,
mi diestro
zigzag
mostraba sus
pestañas somnolientas,
con el ardor
de mil fuentes,
cabalgo esta
hendidura
abotonando
mi deseo
con solapa y
tapa dura,
gentes que
ya destierro
y no
cabalgan mi idea,
venzo mi
granate iluso,
otra
despedida
que clavar
sin elevada desquicia,
rosácea
calma nacida,
entre un
tejer de arañas,
vendrá a mí
la dulce quimera
enardecida,
que viva
hará caricia
a todas las
albas
de mis
letras despiertas.
El
Castellano
Soliviar
barroco:
Próvida
estampa
que corre,
aletea mi profuso alivio
que juega mi
mal,
huida de quienes
no me conocen
porque nunca
me conocerán,
algo que ni
yo mismo hago empeño
puesto que
tomo lo que no me dan
con mi
esfuerzo,
y no deseo
lo que no tengo
porque me
enseñaron
a amar lo
que tengo
por eso no
tengo más
que mi
silencio,
porque de
amar algo
lo acabas
perdiendo,
la mujer que
siga siendo mujer
para
completar a este animal
que me
tejieron,
cavo en mi
jardín una fosa
para
envolver con oro fino mis escritos,
por si un
día despiertan
y me llaman
papá,
les dejé una
receta de cocina
junto a
ellos:
Hacer una
hoguera
y meter en
una maceta envidia,
hipocresía,
odio en mundanal caricia,
mal ojo de
deseo,
mentiras,
juicios malsanos
y dejar la
maceta en el fuego
999
segundos,
con eso
estarán alimentados
el resto de
siglos que me quedan.
Mundanal
zozobra que acuso,
acabaré
pagando su recibo
en sangre,
todo lo
lejano
como un
soliviar de mentir más agudo
buscando
vencer a la aguda aguja
decretada en
espacio,
hoy seguiré
mi curso sin mi nombre
por si
consigo empalar a mi etiqueta
que brilla y
reluce más gorda que yo
que ya
parezco medio espectro de mi silencio,
un réquiem
se blande entre mis huesos
que ya no
crujen,
están
plenos, hinchados porque saben
que durarán
más que yo.
Y yo duraré
nueve vidas de gato de arena,
por ser lo
que soy
un rival de
mí mismo,
llego a mi
abismo.
El
Castellano
Camino de
escarcha:
Mantenme en
destilación,
es este un
real camino,
un abejorro
que vive lejos
y posa
siempre en las flores,
como
quietudes de las estaciones,
resquicios
de real amante
de sus
estambres,
abierta mi blanca
estación,
y su
escarcha que inverna,
verdadero
amor a tu flor,
camino los
lindes del verso
por si acaso
descubro
su polen ese
que dejan tus ojos,
caminos de
grava,
rajada
caricia de helada vida,
entra en mi
granero del sueño,
entre este
manto
de lo que se
alza sin dueño.
Corre mi
amor
por veredas
de torcaces,
y perdigones
entre espartos
del monte.
agrieta el
linde a mi paso,
necesito
acompañarlo de tus pasos,
en religiosa
procesión
de anhelos
clavados,
en este
baldío
se riza mi
sino,
en compañía
de la espiga,
que siembra
mi guadaña,
respiro la
jara,
y se abre la
añoranza
entre
espinos clavados sin ala,
tiembla este
granate de sangre,
rezando a
este Sol de invierno,
me dé el
fulgor de estrellas,
risueña mi
dama
trenzando
sus cabellos,
entre esta
solitud
que ya nunca
nos separa.
El
Castellano
Ramblas de
sueño:
Resumo que
venzo
agravios y
destellos flamígeros.
Hago diestro
empeño
en esta casa
de arañas
Por la
grieta del álamo blanco,
arañas
grises me cuentan
de la
estación perdida
entre hilos
y retales
del hambre.
Escribo a
este reposo
que hace el
amor
con las
heridas del chopo,
grieta
acicalada
por entre
notas
del viento y
su calma,
sueños
temblorosos
crepita su
carne de madera,
al calor que
retuerce
el astro
verdadero.
La tierra deja
cicatrices heladas,
se yergue la
caléndula
en
complacencia de espíritus
de carne de
arena.
Es mi torre
una estatua bella,
fulgores
rizados entre blancas sienes,
con el
sigilo de carcoma
vendo mi
ayer que se desploma,
Agujerea, crepita,
chirría
mi yunque
despierto
clavando
este pertinaz dolor,
que si lo
sacara cantara de un amor
entre venas.
Parto el
cristal de mi suerte
por si afilo
mi destino,
mi
existencia queda en invierno
alamán del
nervio
ese que pasa
la puerta
del negro
lirio,
mi alma partiendo
almendras,
desde mi sol
dibujado
a esta luna
de azúcar,
Soy reflejo
de mi sombra
un esmero de
la tinta,
si mi vida
fuera papel
No
habría tinta
para
escribir
lo fuerte
que late sin
balde ,
al suelo de
la encina
abre sus
fauces
la hormiga
león,
tiempo
burlado por cortezas
vivas,
desprendida
mi
soledad, vuelve
el
oscuro, tenue soldado
alado, este suplicio abotonado.
El
Castellano
Registro
soterrado:
Resopla,
para y se piensa,
por pensarse
nació una
lombriz azulada,
buscaba su escondrijo
húmedo
de la idea,
se aleteaba
como gusano
floreciente
haciendo
alarde,
él sentado
en el trigo
de su verso
no se vio la
espalda
llena de
abejas
de
pensamientos típicos
de su vida
parada,
como reposo
de barcas.
El puerto
rancheaba
oscuros
rayos,
era el
letargo de su espera
cabalgada su
vergüenza
no más
románticos cigarros
todos se
tornaban
en el uno
idéntico
llamado
vicio,
el alacrán
de su mente
corría feliz
o eso creía,
sin tener
nadie que lo pisara,
surcos se
abrían
en el
barbecho soñado
de su dama
que ya era
imagen de hoguera,
yerma vida
la estampa
que colgaba
del poste,
un señero
quieto se afilaba
con el
viento.
Beba sus
penas
en taza de
café a temperatura
de la helada
que rondaba
lo bonito
detenido,
eche el
anzuelo en el lago realidad
por si muerde
la quimera
Diosa
enajenada virtud de virtudes,
arrastré mi
pan de celiaco
por su cara
y mordí su boca
con suavidad
sin dientes,
quería
navegar su lengua
otra noche
tiznada
de reposos
dementes,
cogí las
riendas de mi azar
desbocado,
rumbo a sus piernas,
amaneció la
dicha de estar acompañado,
al último
suplicio del espectro engalanado,
gira mi
cabeza
que sale un
estornino de mi barba,
era este un
acre de calaveras
que vestir,
estaba la
sonrisa
de todos los
tonos sentimentales
de la cara
larga,
avanza que
da vida
mi
escolopendra patidifusa
del millón
de espantos,
era un patio
de orugas
el caminado
por mi salvaje esperpento
difuminado,
un rincón
donde clavar la lanza
que nunca
sonríe,
caminan
dentro, caminan fuera,
más patas
que ojos,
sentido inerte
de la fiera
por tornar
polilla,
y sus
pavimentos de la estrella
acolchada de
ella
mi almohada.
El
Castellano
Cauce en
flor:
Inconcluso
azar
flor de
azahares
en estos
cauces
de venas
hirientes
parco compás
silente,
estalactitas
de este amor
fulgente, evanescente,
con surco de
mi sangre
caliente.
Su hechizo
de piel
que me
abruma la hiel.
Colorines me
silban
su quietud,
colorada, furtiva
en la
pulcritud
de sus
mejillas
al alba de
mis deseos
nacidas.
Enajenada mi
estrella
queda
sembrar el cielo
con
margaritas,
y vestir el
astro de traje
para nuestro
encuentro
que viene y
avanza
mi adentro
queriendo y
siendo
el primero.
Un flamígero
capítulo
de mi
sanguínea vida
al fragor de
simientes
que germinan
nuestro
ensortijado cauce
de nuestro
albor,
engalanado
en un
molinillo diente de león.
El
Castellano
Brillante
oscuridad:
Despedía el
día
la porfía de
una melodía
una balada
por Belcebú,
el pasillo
se abría
cruzaba las
calles heladas
de enero y
su cuero,
danzaban las
sombras
entre el
descampado
donde las
casas eran malas yerbas,
malas por
qué
acaso lo
bueno es el humo
de un coche,
cuando ellas
en primavera,
arrastran
las penas
con su
fragancia
a mujeres
desnudas,
miro dentro
de mí
pregunto por
qué todo
torna
azabache,
habitan
cuervos mis ojos,
ya no hay
precipicios
en mi mente,
que se
dibuja de ladrillo,
miro al
cielo
que todo
parece una cueva,
acaso ya
bajas,
sigue tu
curso de Dios personal,
que te
seguirá cómodo,
el bajo cero
ciñe su lustre,
mi
sentimiento afligido
hoy canta
con mis dolores,
con rezos
fugaces
alargando la
noche
teñida en el
ojo de mi despierto,
porque me
cansa
esta febril,
verde, emplomada
mosca
impuesta medicamentosa,
hombre en el
acre oscuro
por
encontrar mi decencia,
estoy
colgando del párpado
de la
quietud noctámbula,
yo no estoy
escribiendo,
soy un vuelo
sí de
murciélago,
vendo mis
mañanas
por un ayer
construido a su lado.
Es como el
hueso
de un poema
imaginario.
El
Castellano
Azar sin
venas:
Fiel reflejo
estridente,
los cuadros
de tu vida
danzan entre
las baldosas,
entre
acorchados pasos
todo va
quedando atrás.
Un ocaso
florecido
de espadas
en sigilo,
tiempos
huecos
en lúgubre
caricia.
Acaso la
luna es luna
o alguien
despierta
y la pinta.
Cerrojillos
en destierro
de este silo
de oscuridad,
avanza que
imanta
el día y su
prisa
por alzar su
despedida,
gritos secos
se mueven
tras el
ventanal,
sangre que
coagula
entre
compases
de malas
yerbas
de mi patio.
Es un mirlo
negro
que me
visita
siempre
vestido igual
estrujé las
vidas
del gato de
arena que soy.
Suicidios de
cardos
corren el
patio
se riza
durmiendo
mi gato
negro.
La soledad
me ama
más que a su
estampa
vuela y
reposa
mi fiel
añoranza,
reverdecer
mi ilusión,
socavar con
sucesos,
así como besos
de este azar
que no
siempre
se pinta
negro.
Acuchillar esta
realidad
con mi
suerte de seguir vivo
para tomar
con mi esfuerzo
lo que no me
dan.
El
Castellano
Campo de
espigas:
Miro mi
soledad
desde el
otro lado
donde las
sombras nacen
y crujen en
las paredes,
caminillos
del pececillo
de
plata, acurrucada
mi sien
abre los
lindes
del sueño
retirado.
Es un
desfile
la luz del
astro
intransigente
sabe que no
tiene
mejor en su
empeño,
se riza mi
idea
sabiéndome
cuervo,
adentro el
nueve
y el tres
sacude.
Vive este
caracol
con casa de
espejos
habito el espejo
estoy
escribiendo en él,
que un día
las imágenes
harán
dulce
sinfonía,
los sonidos
serán
colores
derretidos.
Mi casa será
una hoguera
mi luz será
invencible.
Seré yo el
encargado
de cabalgar
los tiempos,
el olvido
dejará
sus
cerrojillos
entre un manto
de abrojos
lucidos.
Las hojas
llorarán
baladas
estridentes,
mi letra
rozará
la
perfección
de las
décadas
florecientes.
Siente el
poder
del cuadro
de la
oscuridad .
Afílame el
cuchillo
hiriente,
tejidas las
arañas
de mi carne,
atraviesa
esta grieta
de la
realidad
que no llora
flores,
sólo lleva
en tules
almas y su
ciego campo
de espigas.
El
Castellano
Piel
labrada:
Surco de
noche
ya se retira
sonando el
día
y sus rosas
heladas
de invierno,
iris
matutino
clamado
en este fiel
olivo,
surca mi sangre
entre
verticales filos,
mi gris
vencido del alba
serena, más desnuda
que la
transparencia
que el azul
afila.
Se clava
este verde
militar de
ciprés
como
cuchillo enervado,
y su canto
en estos
sigilos de chopo,
cargo mi
revolver
naciente del
verso
por un sol
de plumas
cae fusilado
el aliento,
algo que
clavar
al
firmamento
héroe del
norte
de mi
silencio.
Fantasmas
del imperio
perdido
su bandera
del tiempo
dormido.
Fúlgidos
nervios
cabalgan los
acres
de esta
trinchera
donde
mantengo alerta.
Jauría de sienes
hendidas,
con fauces
somnolientas
quise ser
siempre
con esta
mente,
profundicé
el idioma
de la flor,
hablé con la
tierra,
aún guarda
mis abrojos
sembrados.
Entre brotes
verdes,
impacientados,
aguardan el
bravo
crepitar de
la tormenta,
y sus besos
azules.
Ahonda esta
vida
silos del
demonio,
simientes
oscuras
de malas
yerbas.
En este
campo yermo
crece mi
ilusión
que no me
siembren
el dolor,
seré como la
flor
soñaré con
las piedras,
reiré con
abejas,
jugaré con
el viento
como la vida
grita.
Ahora que la
mañana
consume los
suspiros
ahogados,
ahora que el
cielo
luce sus
corceles dorados.
Es por esta
pizarra
que me habla
el río
me habla qué
más
que ser
agua.
Deslices
anudados
entre
corajes florecientes.
El
Castellano
Guardado en
un cajón:
A veces me
rompo
a veces soy
grieta
de estas
paredes heladas
de corazón.
Seguro para
escalar
mi vida una
vez más.
Quieto en
las aguas
que suena mi
pasado
miradas
atrás
hoy soy
nuevo.
Se puede
escuchar
el crepitar
de este hielo,
el sonido
palpita,
congelado un
brillo,
de humo
descorchado.
Garras de
esta vida
en el filo
de su destino
enmascarado,
y su camino
de azul caricia,
me aguardo
del fuego
soy destello
de hielo
me derrito
por una flor
que habita
los campos
porque sus
semillas
las ponen
los Dioses.
Enraíza a
fuego
este
corazón.
El día mío
ya suena
y la sombra
se retira
a donde
puede jugar.
La mentira
queda lejana
espero el
tiempo
para
derretir mi alma
en sus
brazos,
y encontrar
fieles
testimonios
olvidados
de edad
desplomada,
su nueva
visión caída
tiempos
cambian,
en esta fosa
de palabras
rescato
afecto alumbrado,
resquebraja
la palabra
amor.
Sólo soy
unos ojos
con
funciones vitales
esperando el
encuentro
y tener
carne.
Hasta
abandonar
el espejismo
doblado
en profusa
imagen
de lo que
anhelo
encontrar.
Se consume
mi cigarro,
en este
grado bajo cero
de libreta.
Habita una
estrella
la mirada,
una babosa
su lengua
dorada,
con su luz
que arrastra.
A la
floresta ausente
destapada,
el reposo de
la vida
bajo
invierno.
En el que
vuela
mi demonio
arte.
Mi corazón
que late
encerrado en
un cajón,
llorando
flores
por todo
aquello
que no muere
es este río
frío,
desborda las
letras
rompiendo
sus cadenas,
amando libre
desnaciendo
mis colores
por amor al
arte
hasta la
muerte.
El
Castellano
Fulgurado
sino:
Era un día
que se podía rezar
a la
estrella mayor,
como si una
babosa metálica
se tratara,
busco en
este astro una razón
abro a su
luz mi creación,
que me
cuente
de sus
paticas que recorren
los campos
tiñendo de ocre,
de su
insípida lengua
que me recorre,
un hogar
lejano donde descansar,
una novena
puerta a transmigrar,
creeme de
nuevo si te digo
que soy tu
hijo adoptivo,
nacido de
estas cuchillas de trillar,
un verbo un
suplicio despierto,
cruzo la era
solariega
buscando
quien yo era,
miro al muro
sí ese que dibuja mi mente,
miro a la
montaña,
recuerdo que
yo soy la montaña,
navego este
mar de grama
de esparto y
tomillo, tiznada la jara,
sí vivo en
Guadalajara,
como cuervo
adoptado de Castilla,
avanza mi
meseteño aliento,
aúlla que
aúllo cual lobo de hierro,
una noche
sin despedida de invierno,
avanzo a la
llamada de mi averno,
está
ardiendo en el cielo,
mi musa
belleza,
hasta que se
materialice
en mi única
florecilla,
llevo mi
canasta de melocotones
a ella mi
gitana,
arrojo dulce
abrojo
la quiero en
rojo
a veces en
blanco como prima
de la
pureza,
sí esa que
endereza,
hoy es un
día teñido de espadas,
baja mi azul
despertando a mi araña,
que hilvano
y me hilvana
cual maraña
de sábana de su tela,
no nadie
entiende
por qué
cruzo la espera
fumando el
cigarro del minuto sujeto,
mis ojos
ardiendo el juego
de su fuego
de mujer,
ciegos
pálpitos
crujen su
negra pupila,
yo no estoy
despierto
ella tiene
de ausente su presencia,
cuervo soy
esperaré su noche
noche negra
alza tu sombra lúgubre,
yo cabalgaré
tu sien saltando
tus oscuras
fauces,
hoy lanzo tu
tenue honda,
afilo este
cuchillo a ver si canta
junto a mi
iris vespertino
su crimen de
pasión y de flores,
hasta que se
duerman
los campos
conmigo.
El
Castellano
Vuelta al
inicio:
Es del
tiempo
la incombustible
hoguera
consume la
tierra
en perfecta
esfera
se alza un
maullido
desertor.
Gatos que
suenan
como
alambres
en casas sin
teja
ni tejado.
Soñé un día
su contorno
su silueta
me arrebató
el sueño
diciéndome
y
corroborando
su
espejismo.
Sol oscuro
en días
claros,
humedece mi
piel
una áspera
lija,
soy de
madera
de ciprés.
Soy hijo del
Sol
de hierro
y de la luna
de acero.
Soy yo el
encargado
de partir el
viento,
yo que abrí
mi destino
en dos mitades,
una para
sacrificar
en ofrenda
si se
cumplen mis deseos.
Soy de la
tierra
una espiga.
Hijo del Sol
de invierno,
ardiendo en
hoguera,
del cielo
su quimera
despierta.
Oye mi
respiro
me tiene
miedo la fiera.
De este
panal
de mundo no
soy larva,
soy abejorro
mayor
sin reina,
hago énfasis
de esta
siembra.
De la tierra
soy
flameante espada,
torbellino
de este mar
angosto.
Espuma de
estas caricias
al alba,
crepita
sobre una araña
este fulgor,
Torbellino
señor
de rosas sin
sangre
y sin
cortar.
Como cruel
indulto
a la belleza
por
encumbrar.
De hojas y
espinas nació
este tallo
que ama de
verdad.
Que muere en
el suplicio
de su
despierto tormento
dulce, ensangrentado,
envuelto
nacarado.
El
Castellano
Sigilo de
sobriedad:
Fauces
amarillas. El humo de su tabaco seco, cuelga de su blanca sien. Bocas de agudos
filos, nada por todo. Tomaba su café de grano recién molido como si goteara del
árbol del insomnio. Era un hombre chapado de años. Dormía cuando tenía sueño.
Comía cuando tenía hambre. Amaba más a las flores de su jardín que a las
personas. La amargura no conocía si no se hubiese casado con ella. Su bigote
recto comía por él. Era apuesto, pero le asustaba mirarse al espejo y
contemplar que el tiempo podía más. Su diálogo era más parco que una tabla
agarrada bajo yunque. No amaba el dinero y sólo lo empleaba en gastarlo para
necesidades básicas. Hablaba con sus flores y lo extraño era que le respondían
dentro de su cabeza, consecuencia de la soledad avanzada. Seguía la ley del ojo
por ojo si le daban amor. Devolvía lo mismo, pero en cuanto al odio, éste, le
temía. Gustaba sentarse en su mecedora en el jardín y acercar comida a córvidos
negros como azabache y observarles . Era un hombre pleno y hacía honor a su
vida, amando lo sencillo, cogiendo su armonía en la mano que sostenía su
cigarrillo y que blanqueaba ya su bigote. Con la paz en su soledad, feliz de
contentarse en su memoria de cuántos conoció, cambiaba luz en su medianía
exacerbada. Afilaba tostadas en miel rebosadas, en su desayuno. Sabía estirar
el tiempo como si no existiese. Su simpatía de ignorantes era apreciada por
todos los que le medían.
Una mañana,
en que regaba su patio como si la sed fuera suya, al acercarse al tupido seto,
escuchó unos maullidos leves, estridentes y que venían de una camada de
gatitos, arañando ,aún en ceguera precoz, en busca de su madre. Su alma de
viejo aguerrido se enterneció. Miró a los recién nacidos y sin dudar, sin tener
agresividad de la gata madre, se acercó a tomar a uno de ellos, él único de
color negro y se hizo el propósito de adoptarlo con todo lo que ello implicaba.
Sus hermanos eran blancos, moteados y en manchas negras. El gato negro elegido,
resultó ser el más inteligente que muchas personas que conocía. Lo llamó
Blackie.
Blackie se
quedaba pegado al cristal de la ventana, gruñendo, deseando lanzarse a por los
cuervitos que su dueño alimentaba.
El Castellano
Sangre de
musgo:
Trae este
viento
memorias
perdidas
del tiempo
olvidado.
Trae sangre
de los Dioses,
en muérdagos
lucientes,
sangre en
flor del musgo
por vivas
piedras tejen,
espíritus en
árboles mecen,
traigo estas
vidas
traigo
grietas en mi destino,
mi bravura
que muerde el suelo,
desenterrando
su falcata,
sin oxidar
que es mi espíritu
para luchar,
voz que me
hiende la entraña,
al trueno es
ella que silba,
de sus
lamentos
vueltos
testimonio
de lo que se
convierte
la materia,
y su resurgir
de tierra,
me avanzan
los montes,
me beben los
ríos,
para gritar
este latido,
que no
morirá ni estando muerto,
tiempos
perdidos
llevo en una
mano
en otra
golpea
la voz de mi
poesía,
y sus negras
nubes de tormenta,
blandiendo
su hacha de guerra,
bruma de su
gris naciente,
ojos de la
noche,
que sigue
este lobo de hierro,
gritos en la
espesura alimañas
se afilan la
entraña,
fuego traigo
que yo no deseo,
y fui a la
bella fuente,
donde se
bañan las almas,
carroña
salvaje será mi enemigo,
y sus carnes
cantarán con mi espada,
este sol me
engendró de hijo,
estoy hecho
de tierra y luz,
que mire la
carne
que miren
ojos que quieren mirar,
el armamento
de este temporal,
lucharé por
todo aquello
que amaré,
lo que amo
será mi guía,
para nunca
caer,
deshojaré
las ramas de mi tiempo,
y en este
cabalgar nocturno,
la novena
estrella arroparé,
el tiempo
conmigo volverá a nacer,
si es que no
lo hizo ya,
mi cuerpo es
la forja
dentro llevo
la espada,
al tibio
resplandor
sigue en pie
mi batalla.
El Castellano
Vida de
hielo ardiente:
Horizonte de
la caída de este solferro
a reinar
como una falcata de rayos afilados,
hondos ojos
fijos en solariega planicie,
donde frías
juegan moteadas las flores de invierno,
el reposo de
la vida que se fue a dormir,
como un río
de luz brotaba la escarcha,
un diciembre
tardío saludaba
con sus
manos heladas,
acariciando
estos campos redondos
de cardos y
caléndulas silvestres,
era un día
de hacer manteca,
a mí el frío
me hacía sentir vivo,
en este
soliviar traigo mi espada,
pongo a
sentir la tierra a mis versos,
que con
cepillos de grama joven
se blanquea
mi calzado,
viajo en mi
mente
por el
cuchillo calizo de la piedra
del caserón
terrazgo abandonado
que posee mi
padre,
rodeado por
el fervor de pinos de monte,
donde próximas
hacían nido las atochas,
a perdigones
que son de la tierra
como la
montaña a su roca,
cosas
talladas puras como amaneceres
pulidos sin
grises hojas,
ola rota
mecen mis pasos
de un mar
olvidado del que cepas anclan
sueños de
vida,
del terreno
en el que grillos esperan
el frío en
sus agujeros
y su
despertar para morir al acoplarse
a la melodía
que teje la vida.
Avanzo en
este campo de víboras
para ser yo
como mochuelo recogido en su olivo,
como mis
pasos gorjean las carrascas,
todo mi
mundo reverdece
para mí
siempre es primavera,
y mi bravura
llora flores por mis venas,
hasta tener
del cielo
la malva del
alba
hasta trepar
las yedras del profuso claro oscuro,
del cielo y
su luna cuarteada de platas auroras,
me nacieron
simientes silbadas,
y mis ojos
enraizaron el campo.
El
Castellano
Trilla mi
idea:
Canta mi
cuclillo canta,
picotea en
mi cabeza,
entra al
silo de mi idea,
donde
telarañas
coagulan mis
pensamientos,
abre esta
puerta hacia mi oscuridad,
allí donde
negros ratones
cobijan con
fijos ojos
mi sueño sin
desempolvar,
me conduje
por escalas
donde
colgaban brillantes ojos
sin
pestañear,
arriba donde
se acumulaban los sacos,
un
murciélago despertaba,
era como una
sombra que flotaba
entre llenos
agujeros de aire,
sombra con
alas,
la guadaña
estaba recta
pareciera
que me esperara,
la trilla
afilada,
era nueva de
esta primavera
el grano no
vio su oficio,
respirad
este olor a trigo muerto,
habitantes
de mi silo,
hasta la
araña teje con tesón
su
geométrica hambre,
pardas motas
salpican las paredes
por las que
corre pegada la salamanquesa,
grietas
vivas por este frío infernal,
arriba la
sangre parecía evaporarse,
sólo quedaba
yo
y esa sombra
colgada del techo.
El
Castellano
Carmesí
inefable:
Turbado yaga
mi espíritu,
sin voz yace
mi gran momento,
puridad en
crisálida perpetua,
oh, lacónica
eternidad,
no te temo
ya
ni tu crisol
de hálito
me vence en
inmortal secuela,
recto ganaré
a la luz,
por su
ceniza coronada,
cantaré
hasta el etéreo vuelo,
me
trasplantará el viento obscuro,
metálico
azar,
erigiré un
árbol de brea,
en mitad del
todopoderoso silencio,
mi flor no
sucumbirá,
ni mi verso
armado
será litigio
de crin en ascua.
Filial
prestancia,
que nadie
trepa mi solo nombre,
por cantos
obtuso,
en sangre
suceden
labriegos
fecundos.
Terrazgo de
mi amor atado,
canto a mis
generales,
despejen el
camino,
y entre
férreos cipreses
me avalen.
Tanta herida
precedida,
tanta voz
que muere,
sin soto de
almíbar,
pena que no
muere,
son este de
mi bronce en ala
de un
repecho carmesí,
soledad,
mi gloria
tan fuerte.
Azucena
helada de mi tarde,
resuena en
ti
un azar
indeleble
para indicar
sin sonido,
que tengo
corazón y cielo
atrapados en
un solo verso.
Olvido sin
espejo,
mantuvo
suerte segura;
luz sin día
ni ojos
fue perfidia
en otro astro,
azul, paz,
cuchillo que
mi vida hiendes,
a cercenar
toda oscura alegría.
Förüq
Castellano
Severidad
enfilada:
Destino
desvencijo.
Como un
borbotón de sangre.
Suspiro
rápido y hondo,
entraña
amilano,
todo me
lleva
sin redil ni
correa;
a verme en
el ojo de tu espíritu,
sí,
resquicio parco, opaco, en tu voz,
en un patio
de trincheras
y entes
esferas, al crisol
de valles y
venas,
en el
recital jamás yerto de tu verso,
cauce
perdido descubierto
entre sótano
de luz injerto,
en la pupila
del lugar mágico,
riera en
rambla
donde crece
mi amapola
de pecho
abierto,
tu vida la
saboreo despacio,
entre regio
y mi coraje en flor
de nuevo
cierzo;
tu sangre
sabe bien,
alma
invernada buscando
horizonte en
mente concisa
y como no
llega a destaparse
eterna dormida
avanzo su esquela.
La veo en
mis sueños,
resquicios
oníricos del ser claveteado,
de vidas
mías lejanas al tranvía etéreo.
¿Cómo no
hay?
No hay nada
que negar
nada que
perseguir
que todo
arte nace del sentido inerte inaudible,
en manos del
destino me encuentro
y me encanta
el momento
de verme en
el ojo de tu silencio
recordando
mi universo de astringente azur sarnoso,
tu voz,
amada luz en mitad el reino tenebroso
donde allí
sólo canta mi oscuridad.
Alma de
fuego encandilada,
estridencia
seca, armoniosa,
velo de
sigilo
tu suspiro,
nada más.
El tiempo es
correcto
para la
revolución; jamás mil máquinas
podrán hacer
una bendita flor,
Densidad
recta
en rienda
plumosa lamo esta mi pluma estilográfica,
resguardo en
Caja de Pandora es mi alma sin espora.
Cinceles
celestiales, un soto veleidoso,
donde
sembrar el final sin comienzo anunciado,
por
esculpir, tu contorno,
con vistas a
tu verbo;
divina tez a
blancura helada
por deshojar
mi fiel recogimiento.
Así me perdí
yo
buscando
tantos años
el abrigo
de tu amada
voz,
haciendo que
mi difunta
cobre su
vida.
El
Castellano
Soliviar
llano:
A las aguas
de mi memoria
primoroso
apelo,
a tener yo
un alma como rambla inmensa,
desapagada,
un tiempo
sin días de cobijo alado,
rosario suyo
por terco no incendio,
sueño en
aras de corcel virgen en grandeza develada,
sudario
sonrojado,
metal beleño
todo olvido,
arrebujo sin
mesurar vil posible
que por ella
mi cruz y mi condena,
deslizan mi
viva aflicción
de amor a
propia ascua en la tierra,
sorprendido,
letal no pienso,
neblina y
fortuna
grandeza,
gloria no gastan,
voy por
epitafio soslayado,
remembra
cautiva mi soledad infecunda,
alejar vida
y belleza cuándo,
rosales míos
crían ajos
cebollinos y
puerros acuso,
tonada de mi
sayal remiendo,
en boca de
santo astro.
Peregrina de
azar inamovible;
en alba de
seda,
viste su
dicha inmaculada,
insinuante
su figura.
Sonora ella
de silencios perpetuos,
oro de
riveras
y burgalesas
conciencias,
sendero
atisbo
voy largo su
densidad llana
aria agraria,
luminaria
bajo luna de signo azabache,
luminaria
gitana sólo su mirada,
mi repecho
no fulmino,
ni faldeo,
arboleda de
mundo monótono,
distinción
no apremia,
ni estrella
viola
su espuma de
ceniza larga,
como lírica
paz
se llamó
magia.
El
Castellano
Canto de luz
fecunda:
Imperecedera
faz,
en haz
luminoso indeleble,
río de tinta
terrena,
insubordinada
cava mi azada,
sacando
olvidos de la piedra,
anisados
reflejos que hienden la carne
como el Sol
me clava sus espejos en los ojos,
vítreo
desliz enarenado,
es un sol bajo
tierra,
hierro de
vestido del acero infra-humano
que porto,
soñé
desvestir mis sueños como sueño de flores
aguardando
su fecundidad de nuevas muertes,
perpetuidad
a flote,
en sima de
raudales,
pila sacra
bajo tierra hierro de estrella,
claridad del
destierro
en relámpago
de veta azabache,
voy sacando
penas por olvidos,
azadón saca
terrones a cal y canto,
es mi alma
quien se destapa
que una vez
en la vida se dispara
una
soterrada vía sola, pierde el relente.
En manos de
silenciosa vívida estampa,
y su desnudo
de ángel custodio,
encenderé
las novecientas noventa y nueve velas
del averno,
para encontrar lo que me pertenece
y siempre se
me negó,
paz sin
guerra...
Que va, otro
día se venda.
crisol
anidado en tus labios de mujer inmutable,
un deshielo
y el cielo me trajo de nuevo,
sobre la luz
monto mi corcel de viento,
allá donde
la tierra es éter incoloro,
y la suerte
es de metal,
de los
árboles al bosque
de la sombra
carne y cuerpo
de chirrío
estacional,
y sus muros
de venas
gira mi
peonza,
trompo vivísimo,
de aurora
incipiente,
montaña o
preludio,
el gris se
extingue,
luminosa mi
trinchera erguida,
con desnudo
bronce,
que no es
más duro que yo.
Förüq el
Castellano a 17-04-2019
Remanso y su
era:
Avanza manso
un hontanal
de gramas
frescas,
deshilacha
al durmiente hombre,
se retira
mece y avanza
su calvero
expuesto
de su
semblanza,
una dama
cual blanca cierva
bebía, bebía
del vientre
que emana la
fuente,
plañía un
ababol solitario
del camino,
que la rambla sigue,
fiel, duro
testimonio sacude
su cuchillo
calizo,
huye, huye
el tábano por el monte
buscando
algún depósito de sangre,
el brezo se
apoderó limpio
de un
raspado testimonio
la tierra
devora lo que es de ella
para ser mi
sangre
su eterna
ofrenda,
por
descampados fugaces
corría mi
alma,
como fiel
testerazo de hombre,
la espiga
rendida,
saludaba a
la oliva,
siendo del
viento
esta fiel
niña
que nunca
descubre a quien pasa,
sólo, solo
ante ti
me acuerdo
de la primavera,
me levanta
un sol helado de verano,
para ser mi
hoguera
una fuente
niña
que desliza,
siente, y no consume
mis labios
de pradera,
siendo este
pasto
mi infinito
remanso,
que me habla
de la ceniza del fresno,
de la nieve
del álamo,
de la sombra
de esta abeja,
y su
testimonio deja,
entre
almendros con sabor a metal,
y encinas
sin gorrino,
hoy avanzo
el barbecho
para
enfrentar mi sino,
a ver si
contesta
la brava
dama lluvia
que es Dios.
El
Castellano
Alborea el
otro lado:
Destello que
blanquea,
lechoso,
estira un seto
en
semicírculo,
la retama
amarillea
oscuro el
agua
de soto sin
fondo
en cuchillo
en haz de cauce,
compongo el
suelo,
con un hueso
en mandíbula
pereza
coarta la raíz
en mitades
que caminan
desencajadas.
Anidaba un
cortavientos
la franca
entre rendijas
que se
ocultaban bajo paja,
decencia que
iluminaba el sol,
patio largo
del atardecer
lleno de
harina.
Escuché a
mis heridas
por francos
capullos segados,
caídos
asisten a ungirse
yazco en una
hoja roja,
camino por
mi corazón,
exime
aliento
una raíz
salvaje no sostenida
se deslizaba
un rosario
con
aflicción del marjal
cubierto por
la flor.
Como febril
estera
y larvas
sujetas
en yunques
iluminados por savia;
era mi vida
el precio
de estas
semillas.
El
Castellano
Tañer de
hiedra:
Cerro gordo
de henchidas horas,
marcha lenta
sin subrepticia,
pesadumbre
del porvenir
sin hojas ni
otoño de vastos
suelos
empedernidos,
en este
rincón deslizado
un senil
canto que abre paso
tras
espirales en cuencas de flor,
de floresta
blanda,
húmeda donde
la maravilla
será villa,
Yunquera
llanos fueron
sotos sin
perdigones,
pero de
fuente
de lo que
fue siempre
matiz
destellado,
ultrajadas
sin abrigo,
en este
mausoleo de tiempo
que se
pierde sin visiones
vientos sin
azares de infelicidad
ni ajuares
de inamovible primavera,
donde lo
único inamovible
es todo lo
que siento por ti,
como un
carrusel sin soga,
ni cuerda
que atañe,
desde esta
urdimbre
anclada,
armada, hondonada,
dónde mi
manso destello
de esta
asolada cuesta abajo
que avanzo
por la vera
verdes,
un ojo que
endoseló,
sin
compostura
mi dulce
cicuta
secular es
mi enredadera,
mi sentir
sin espera
su blanca
ojera de nácar
de rosas y
crispadas espinas
flojas,
absurdo,
burdo, doncel
en sandez
segura
tapiz sin
fusionar
dichas ni
agravios
extiendo mi
locura
¿Alguien
duda de mi campiña?
Con murria
de
escurrajas,
cuenta ni
azada
sin sostener
este descanso
que lo dicho
tiende,
todo
recuerdo de lo que alma tengo,
y recuerde
mi cordura,
que Úbeda
tiene monte
y yo blando
su horizonte,
sin alarde
hago corral
de lluvia.
El
Castellano
Sombra
desnuda:
Yermo
terreno del sueño,
un trillado
verso avanza
entre
espejos y cristales,
fieles
aullidos desvalidos
entre
semillas sin iris del mal,
entre
corceles del fuego,
entre
sonrisas fugaces.
Es todo lo
que siento
un canto de
piedra,
un río
desplomado
mi fiel
apostada cordura
que viene
por enjutos
ojos
hirientes
hasta
avanzar los besos
de labios
grises
y sus
fanales colmenas destapadas,
no quiero
repetir estos destellos fugaces
ni herir por
mis alambres
tejido mi
atrapa-sueños
queda mi
parca vida
desnuda con
el hastío
que asesino
de esta manera,
volando mi
dulce murciélago de nácar
entre este
amor
de estrella
me alzo,
es glorioso
este canto,
reducto en
lúgubre sigilo
es esta
inspiración,
tentación de
ángel desertor
de morir,
justo la
vida
acabará
negándose a finalizar,
soy yo la salud
de la una
solitaria de la madrugada,
conquistado
el cortejo de la noche,
me cuelgo de
mi profanado latido
por estos
cordones de hueso
vive y
viviré mejor
que mi traje
funesto,
limará esta
sin razón los ocres
hasta
lucirlos verdes brotes,
hasta acabar
rendida la caricia
por estos
espasmos de cobre,
mi destino
teñirá las vivencias
por solares
complacientes
y lugares
dignos de altos sueños,
esta araña
dejará crías
por poemas
en escarchas
mutiladas
en este
hierro candente
y el
incendio de mis hielos,
como dijo el
grande
no acabaré
de irme,
ni estas
solapas fundirán
en tristezas
secas,
la sombra
será mi mujer,
cambiaré el
prisma de ver,
y ahora la
luz será
la dama
siniestra,
por si un
día acabo de irme
solo espero
haber podido
contagiar mi locura
que ya es
rápida,
desborda sus
cauces,
brotando en
espinas insomnes
el abrir de
las compuertas
a ese abismo
sin dueño
donde besan
los azules
ese nido de
malvas,
que mi ser
desprende dominando,
sombras
miles en este carruaje vespertino
de mi
sangre,
mi río de
colores
de almas en
sus gotas ferviente,
atado a este
sentir,
que late,
que sueña
la carcoma
de mi estampa.
El
Castellano
Suspiro en
tierra:
Flor
silvestre a ti te escribo esta lápida de mi latido
tú que me
das la paz que yo necesito
haces mecer
mi amor en tu floresta
cuando
flores de margarita cobijan lo que necesito
mi vida gira
en una flor de caléndula
avanza mi
vida en un sentido hacia el sol como ellas
se siente
abrigado mi pecho
que canta
por soledades su te quiero
no más
montañas oscuras por escalar
no más
súplicas por dibujar
todo se mece
en una caricia
todo cuelga
del alambre
por ver si
te tengo hambre
y tus besos
me acompañan
fieles
testigos desvelados
de todo lo
que fui y soy para ti
así como una
cascada que bulle hacia arriba
un cielo
encerrado en mi pecho
un canto de
tus labios
en verde
espiga y girasol
un despertar
entre pétalos
un parpadeo
que me lleva a verte
un abrazo
que me lleva a tenerte
es sólo la
vida de la flor
y que la
flor solo sea la flor
elevado
albor
cuando mis pupilas
se llenan de tu amor
solo allí
amada mía
reinará la
flor
y no solo al
muerto dará calor
tu sangre se
fundirá en polen carmín
tu vida
gritará a mi vida
para
encontrarla
florecida de
los más bellos versos
sin dolor
sólo
cantándote
mi amor.
Oh elevada
flor de mi amor
a ti te
canto sin dolor
que mi ser
es primavera
cuando mis
ojos te ven entera
y mi Dios es
la lluvia
está cayendo
ahora
como el
invierno se desvanece
es mi tiempo
ahora
los cielos
tiño de malva
mi vida
reverbera
llegó la
hora es primavera
con el trino
de los pájaros
se blande mi
espíritu
al son del
tambor de los grillos,
quieren un
templo para mi flor
ojos
aceitunados cuentan
de los giros
de mi alma
al albor de
su corazón
ojos de sus
ojos donde me encuentro
en amor,
bailando en sus pestañas
alzándola en
beso
un
continente despierto
un mundo y
un océano
un hada y un
cuervo
un día de mi
vida
por si
vuelvo
a la vida al
viento le pido
que mi boca
conozca su boca
y mis ojos
sean más que
abrojos
mi beso sea
tempestad
y mis labios
fuego encendido
para
encontrarla a ella
que mi
cuerpo siga su estela
y para mi
muerte
que ponga yo
amé
y aún en
este descanso sigo luchando
porque la
volveré a ver y yo con ella
en amor
estaré.
Me encuentro
trenzando la flor de azabache
sí esa que
llora la noche
por
encontrarla a ella tan bella
cantan los
cuclillos y los nocturnos grillos
se tiñe mi
horizonte de jacintos
y yo a mi
mujer la hago un nido
de pétalos
de caléndula
por si vivo
que ella sea mi flor
y al sol
cantar nuestro elevado amor
sólo soy yo
cantando mi epitafio al hueso de la luna
volviendo
azul el alba
para que
reine la noche sempiterna
y entonces
volver a verla
encendida de
traje de estrellas fugaces
es por ella
por la que se eriza mi piel y corre mi sangre
mi caudal se
llena con su amor
y almendros
me acampan en flor
desde el
verde trigo al verde olivo se mece mi sino
y es
encontrarme con ella en un latido
al viento le
pido viento bonito siémbrame en su pálpito
y así con el
mío jamás verá un suplicio dormido
ojos de
cuarzo corazón de granate
acércate te
alcanzo una estrella
para que
brille nuestro corazón en esfera
y esta amor
no será una noche más por su azabache
brillará un
reino para los dos
el cielo se
vestirá de los más bellos colores
cuclillos
entonarán sus sones
los
murciélagos bailarán rasgando sombras
y yo amada
margarita en tu flor estaré
pintando con
mi sangre este amor de mi hiel
y aliento
que juntó a ti no verá su desvanecer
y sí hoy es
un día para luchar
por las
ilusiones fugaces prometidas
mi piel
encendida que con la tuya late
en la más
tierna caricia
quedando por
dibujar mi subrepticia
esta noche
encendida
que dibuja y
reina mi vida.
III
Amada te
escribo mi piel en piedra
que este
latido es más que fugaz de estrella,
viste y
desviste mi vida,
el verso
coagula mi sangre
hasta ser
mineral de piedra cuando muera,
en este
corral de rosas crece mi ilusión verdadera,
alzarte,
rodearte, elevarte en mis brazos,
ganará a
esta noche yerta,
tejida
vestida en vilo de espera,
para ser yo
el encargado de esta acequia
que riega
con tus besos
esta elevada
floresta.
Donde
Margaritas cantan
que es por
ellas que el destino nuestro se acuesta,
vivo para
vencer este horizonte estirado,
vivo para
vivir en tus besos desgañitados,
para sembrar
el curso con mi sombra,
con mi
divina fantasma que habla
como tú
hablas mi amor,
mi amada,
hoy me raja
la noche la entraña
para
clavarme todo el polen
de nuestro
amor,
nacarado,
embestido, dibujado, anhelado, florecido
aliento por
aliento,
sangre por
venas,
hasta morir
en tus piernas,
yo soy mi
lápida,
esta
primavera que comienza a avanzar,
resumo que
coarto este tren
por lares
insospechados de tu vida
hasta llegar
a una Araucanía lejana,
donde se
acuesta el sol con la tierra,
donde las
nieves que lloran las montañas
viven
renaciendo, bullendo, deslizando
manantiales
de hierro y cobre
de su sangre
de tierra y fuego de volcán,
viviré hasta
que un abejorro siembre mi nombre
en todas las
flores de tus campos,
seré dichoso
orgulloso,
como soy en
esta parca existencia taciturna,
por la que
me lloras amor noches sin alba
por tus
granates de ojos,
es por mis
versos nacientes
que el cielo
abandona la tierra,
para vivir
siempre, por siempre y para siempre,
en tu
sonrisa dulce, nacarada
porque yo
nací amada
para ser tu
primavera,
tu sonrisa verdadera,
y el hombre
que dio su sangre
para luchar
por su margarita
hasta
tenerla en vena,
nadie puede
ni podrá contra nosotros,
el tiempo
estirará sus azules pétalos,
solo para
decir:
Miguel
nació, vivió, conoció
y dijo que
su vida
no era vida
si no podía entregársela
a ella mi
flor
su única
mujer de sus amores silvestres.
El
Castellano
No tengo
amigos ni enemigos,
sólo confío
en mi alma y su capacidad,
el que
alimenta su espíritu no teme al mundo,
deja que
arda este en su materialismo,
en sus
falacias que intentan dirigir la espiritualidad
de su
''dios'' personal,
yo encontré
mi libertad
me baño en
sus fuentes
para ser
mejor en cada cosa que hago,
sin lucro ni
ambición que no sea ser afilado como espada,
hasta cortar
toda sumisión,
nada espero,
nada quiero, nada deseo todo lo tengo
dejo que
brille mi espíritu,
así es y
será hasta el fin del tiempo,
del que coja
su azada.
El
Castellano
Iris de
campo:
Adormidera
pulcra entre la retama,
amapola
esquiva sangre de la tierra
nacías lejos
de la tierra que tú querías;
la fe mudó
sus caricias
sobrecogido
el triguero espárrago.
Serpeo el
camino de Humanes,
el reino
florido por tejer,
jacintos de
botellitas azules
recuestan
gramas del lindero
entre
espinos amarillos del olvido
yo hablo con
zarzamoras de rivera
del Henares.
Corrihuelas
abren nuevos sentidos
bajo sauces
y olmos viejos
grajean
tordos la vida del endrino,
caracoles
que trepan el abismo
de savia
recia, dura.
El alacrán
pasea la represa
cuando la
araña lycosa encuentra presa.
Espartos y retamas
prenden su
verdor al monte.
Cardos y
cardillos de dama
tiñen
blandiendo su horizonte
anual.
Cadillos
invaden el yermo,
de hinojos y
dispersos plantagos,
boquitas de
dragón, perritos
que juegan
con el viento.
Un ligero
testero acoge raíz
a una flor de
Odín
caléndula
silvestre
flor de
difunto que resiste
entre
embistes de tiempo,
y heladas
grises.
El
Castellano
Si a la
sombra canté:
No indagues
el azar
que su
relente tizna
a ojos
indomables.
No luce la
flor siempre
ni la casi
viva yedra,
juventud y
fortuna visten
como sombras
huidizas
cual Escita
sobrecogido
entre mares
y el aquilón;
bebe de la
fuente virginal
que la
sierpe es honda vigía.
El mar de
encinas
nos
sobrepasa.
Las olas de
tierra
son
infranqueables
no vistas de
alpaca
tu parda sepultura
los más
duros son tierra,
el resto
afilada ceniza.
Traspasa tu
rienda
sé jinete de
caballo muerto.
No dejes
caminar a gusanos
cada cual
busque y encuentre su lugar.
Por los
siglos que llevamos
Nunca es
bastante,
por amores
dignos, pierde el hombre.
Aboco empeño
que desafía
mi dorada,
encontrada, mediocridad;
contenta
ella sin miseria.
Azota el
poderoso viento
mi erguido
pino,
mi torre
altanera jamás vencida
cae en
estrépito para nueva siembra erigirse.
Júpiter dame
ásperos inviernos
floreceré
tus pies
con dignas
rosas del atardecer.
No hay mal
perpetuo
despiértame
la musa de su sueño,
báilame la
llama en vela recta.
Tiende el
suspiro en el patio de mi araña.
El
Castellano
Carne
espectral:
Incauto
silencio verde,
ignorando
que la rosa
no ha muerto
siempre,
antesala sin
espera ni consulta
donde muerte
pasea,
enorme llama
en fondo de frío,
ojo helado
fijo en labios ardientes,
enjambre
solapado
a mis
trescientos treinta y tres vidrios
de alma que
gasto.
Hermosa ni
roca te parió viva,
deshechas
las estelas
queda asirse
esplendoroso
al metal que
ruge.
Mareas de
afrecho
visten
savias lloviznas
que avivan
su verde intransigente,
ángel
lánguido voz revierte
surcos en
iris pervierte,
quedaba alto
nacido del hierro,
el norte que
soñaba el viento
fruncía de
aojos la vestida noche
y su
cenicienta espectral
de las
maravilladas flores de difunto
acrisoladas
en soles pudientes
hechos de
silencio.
lúgubres
hendiduras del sueño
y el vientre
escamado
de la
lagartija
que yo amé,
y seguiré
perdido amando
porque yo
existo.
El
Castellano
Azares de
lluvia:
Avanzo el
día sufriendo con la luz,
escribiendo
mi cuaderno
encima de
una mesa de pino,
simple,
ruda,
como ella
misma.
Hacia el
ocaso del nueve,
la cerviz
descansaba sobre el rastrojo,
una carrasca
enervaba sus flores de piedra,
era
suficiente descansado el recodo,
abría el
cielo un llanto
de llovizna
asilvestrada de Abril.
Suave se
esponjaba la oscura tierra,
la viborilla
ahondaba su refugio
bajo la
severa piedra,
era un
tomillo afilado nuevo
de esta
rigurosa primavera,
el solar
lucía su verdor
de ángeles
cazando lagartijas.
Diestro mi
ser dudaba si llamar
al gamusino
de escritura,
la cocina de
baldosas
invitaba a
merodear por algo de cafeína
era redondo
el tiempo que alzar clavos
y unir galaxias
sobre tejado de aspas,
un día
cualquiera;
sin mozas en
la vista,
era bastante
y no se sujetaba mi pensamiento
de vanidades
cualquiera.
Angosto
trepaba el tejado de mis densas ilusiones,
atravesar
raudales sujetando azabaches del cielo,
estirar la
luz y bajar la luna,
era un
puñado de estrellas apagadas
y volví a
sufrir y endoselar cantando,
un reguero
tieso de savia
y el vergel
se encendía
clamando la
desquicia
de que no
duraría la siguiente estación,
sigo las
ondas del charco
deslizando
en él su solo reflejo,
rambla sin
margen repleta
de esta
lluvia sin cuartel,
un río me
desquita de fluir
como lombriz
azulada purpúrea al tacto,
es un
recuerdo a mi río Henares
en localidad
natal surcada,
un solitario
flamígero pensar,
y cambio
todos los lugares por ninguno,
que es lo
mismo,
cimientos
absolutos de oscura tierra,
en tímpanos
calizos me sostengo,
como esparto
del bronce,
y brezo
desnudo sin soslayar herida,
el vals
terreno me envuelve
y vuelvo a
saltar el pretil gesto de Ostara,
anudando el
ombligo de la tarde
con la ojera
de la noche.
Förüq El
Castellano
Son del
ascua:
He venido
por los sones sin tiempo,
resuenan
todos en lo alto de la torre,
indico fiel
muro
que
acuartela voz sin muerte ni memoria,
bronce a lo
alto,
pureza
inmiscuida en áspero esplendor.
Risa sin
agua, tiempo con sonido,
eternidad
azogaba sin corazón
ni anchas
calzas finitas,
el cielo
cayendo turbado está.
Voz con
muerte oí e hice caso,
penumbra de
vendaval obscuro,
hálito
perenne de triunfo en luz segura,
mi culebra,
mi sola flor, un campo soterraño
armado en
cantos, solapado,
viperina
falaz un soto
al que me
trasplante,
dulce miel
de tosca celda,
filial que
enmarca,
sangre sin
latido del suelo terreno,
raíz de
terrestre prestancia,
clavo
instante, cabeza abajo
de la vida
de este mundo,
tajo recto
aguardo,
con la
verdad profusa de cuánto he amado,
espiga de
tinta bebiendo la luz,
de su ardor
erizado,
crisol a
raudo, puro odio,
eternidad
sin voz,
agreste
reverbera,
empapada en
substancia.
no tendrá
que aullar como los presos,
oh dignidad
serena,
cuervos de
muerte me caen los ojos,
reloj de
alma y alba en despido,
como rubí
dentro del zarcillo,
me senté en
un junquillo,
y me entregó
un zorzal su ovillo,
hiedra de
espíritu suplicante
trepando
quinto cestillo
mi torre
anublada de hondo cielo,
sombras
miro, me miran todas,
mi cántaro
es como el de Dagda
ni fin ni
repleto,
viaje
eterno,
al encumbrar
todo
de nuevo
rocío.
Ababoles me
cuentan
que todo se
alza y rige
gracias a
raíces primas.
Förüq
Castellano
Tiempo en
floración ruginosa:
Una flor que
es flor
en mitad de
tu tiempo,
floración
que vino de raíz del averno,
escalando al
cielo,
pluma en
tinta
de servil
vid de Ferento,
albor en
cernícalo vigía
primo del
vilano señor,
mariposa
metálica que revuela
desde soto carmesí
de tus muslos
desplegando
su lengua furtiva por tu dulce
vientre de
nieve,
corola de un
silencio húmedo,
como si flor
en palabra
nunca
hubiese sido,
trampa de
arañas en serviciales rosas
de la aurora
más funesta, clavada la hora.
Curvatura
morada de mi verde sueño,
corazón
despierto o mudo
de grito
sordo en el pecho,
amor de rayo
empeño asolado.
venas en
azur sobre tierra,
un destierro
de la esencia intangible
al beso y
ala vaga de sol minúsculo.
Rebelde en
tierra resumen edificado,
sin vigilia
feroz me despoblaba,
inmaculado
fuego,
terrible y
compasivo,
tú amapola,
crecida en
luna de mi huero camino,
labrador de
arduo sendero,
lebrela tú
musa de mi gana acaudalada,
pez de hilo
es este instinto,
a veces
parco, a veces sumiso,
azul lento
en flor de viento,
oval de
campana tu concavidad en bóveda.
Mariposa
negra que poema trae en ala,
gota de luz
colmando el astro,
mariposa
negra solar,
mariposa de
muerte sembrando
orugas de
vida nueva,
azur todo
espejo,
de un tiempo
que ya calla,
y todo frío,
termina.
Förüq
Castellano
Oda al Sol,
musa en armas:
Gran Sol,
gran hervor de rayos espadas
día clavado;
tu iris sediento sanguinoso
en Vestal
iridiscente en flamas a lo alto,
a lo alto
brillas como crece el talento
sembrado en
nuestro corazón,
rueda de
fuego, Lugh en tu gloria,
germino toda
dicha padre de mi conocimiento,
oidor, de
cuánto arte ha conocido, padre Supremo.
Escúchame
mientras te honren este,
el día de mi
musa en armas.
El invierno
se ha ido, nos dejo atrás,
los campos
están verdecidos y cantando en flores
que trae
Ostara y su caricia de divina nota
de savia que
escala todo terreno, y fríos ya lejanos,
Toda la
tierra duerme en tu ausencia.
Incluso en
los mas oscuros tiempos
tu luz es el
camino
para
aquellos que necesitan un faro
de
esperanza, de brillo, de sosiego,
relumbrando
en la noche.
Tu esposa
regentada por madre Luna,
buscando
toda tu luz, toda oscuridad empuja,
La primavera
está aquí, y días aun mas cálidos vendrán
los campos
están desnudos y vestidos de celestial verde de lanzas
y el ganado
pastando.
Encendemos
estas velas en tu honor,
Regreses la
vida de nuevo al mundo.
Mi lira te
cante la sola noche que traes flagrante.
OH LUGUS
Solar y
poderoso,
sol sobre
nosotros, te pedimos
tu regreso
al alma incendiada,
en virtud
que te amima y habla,
que traigas
a nosotros la luz
y el calor
de tu vida.
Trae de
nuevo la vida de nuevo a la tierra.
Trae de
nuevo la luz a la tierra.
y aleja la
saeta oscura que te retiembla la calma,
al alba más
preciosa,
Maestro
encumbrado
del arte que
florece
y en
nuestras entrañas germinamos,
nosotros los
escribas
cabalgamos
todo tiempo difunto,
guiados por
tu sazón y hoguera de tu Honrosa Luz.
AWEN!
Diestro
compás
en sol
mayor,
bruma de
idea socarrada.
Flamígero
desdén;
congelado en
ascuas
de fuego
azul.
Horizonte
sin prisas
que arrostró
todos los
rostros
de abril.
Abre el
nuevo fervor de tu luciente.
Y su
solitario azar de relámpagos
de tu azur
hermoseando,
enclaustrado.
Vírgenes
encinas, y almendro de soto,
entre un
nogal
dependiente
de su sombra.
Al verdor de
inusitados pinos,
me caracolea
la fronda
del monte. Musario cerro desnudo,
Espino
amarillo de mi dossier,
Caléndulas
solariegas
que
amarillean su silvestre ralea,
esposa
complaciente de Sol naciendo.
Brilla esta
infamia
de campo
abierto.
A esta
última lagartija
lanzo un
baquio seguro,
sin disfraz
ni apellido perenne.
Mudez última
de sangrada
amapola.
Sanguínea
tormenta
de dureza
blanda
con agua de
mi terco aljibe
obtuso en
litigio de iris vespertino,
y su sangre
que baila
el suelo
terreno,
que en culto
a ti Lugh yo beso.
Y avanzo
como raíz de los dioses en la Tierra.
Hijo y
sirviente de Candavmis dios del Trueno.
Förüq
Reflexión:
Como el Sol
brilla en lo alto de los cielos,
es nuestro
deber cuidar y hacer florecer todos los talentos,
y sus
virtudes sembradas y habitadas en nuestro caduco corazón humano,
en y con
manos de la divina Sabiduría madre de Superior Conciencia de Razón regentada en
luminosa aura y amor a luz de rey Padre astro que otorga todo azar de vida en
este planeta que dirige y domina.
El
Castellano 29-04-2019
Sol ferro a
tu gloria, compilación:
Voy por tus
desangeladas, profusas luces.
Hierro que
me tiembla la osadía,
oxidado
resorte candente,
que afuello;
relamen
linces del tamaño
tu dispuesta
ternura.
Hirsuta
ciencia tu tomo de tierra.
Acristalado
vence marea súbita
de ojos
realizados;
mi espada no
luce marchita
afila
latidos de mi corazón
ignoto, ante tu ser,
casi desnudo.
Orando
llegue revelado momento
de aspados
dientes
y destellos
secuaces.
II
Aruña mi
tierra una vez más
como un
grito en la vena,
como un
gemido perplejo
que brilla
el tiempo,
que empañó
tus vidrios
líbicos,
atemporales, dispuestos,
sin
margen, sin curva, ni acervo.
Saliva en
aljibe de hondo deseo,
exasperado, irisando crisoles
que jamás
marcharon;
beso y
muerdo tus orejas malvas
profanando
tu blancura primorosa,
en tus
piernas gemelas, semi-abiertas.
III
Mis
violáceas hojas marchas
raíces que
maúllan mi calma;
profundo el
zarpazo de amor
que me afliges.
Osadía
acariciarte en destellatoria
entre vela y
candelabro
avivado tu
hornillo de espejos
supinales.
galvanizada
garra llega
a arañar la
puerta;
rumor de
fiera vespertina.
Solo ante tu
sosegado
siempre azul
violín
que la
humedad
de tu floresta,
nunca más
virginal,
entona.
IV
Despierta,
flamea nuevo cierzo
por tus
sotos de rincones sedosos,
humedad
permisiva blanden
al desnudar
tus mieles
entre tu
piel serena;
abejas mías
dejar que la
flor duerma.
Corajes
florecientes
en ocaso que
el alba lanza.
Desde la luz
del día
hasta dentro
la oscuridad
más densa
que late y envuelve.
V
Sus
cerrojillos tersos yo beso
en esmero
amilanado de erizar sus nervios
a flor de
candor estrellado, navego que avanzo,
tus filos de
rubores aplacados,
esta luna
entre mi tierra y mi solferro
una vez que
su luz perdure mi hierro.
Placer
enarbolado, en lustre de acanto,
ya mi querer
no es piedra rodera
ni de osadía
alabastro,
fuera de la
batalla,
tersura que
gemía la espera.
Mi piel de
quimera,
inimaginada
senda,
es un hálito
y su verbo
una escala y
nuestra escuadra.
Al placer
preso
de sonido
extinto.
VI
Retiembla el
agua
un haz sobre
espada,
inabarcable
sentido
sigue,
ahonda fiel
su rendición
en estallido
del tesón.
melodiosa
sierpe
en un vals
del gemido
secundando
el alarido
sembrado en
su interior.
VII
Fuentecilla
parece mi noche oscura,
fuentecilla
retozona,
y de verdes
lamentos quejumbrosa
como sombra
leve de mi pájaro piador
que acuesta
a dormir su entraña.
Sombras
largas que descubren
el canto los
lisonjeros grillos.
Blancura y
azabache descansa en la arcilla
el nido mi
golondrina.
Al fresco
respiro de mi chopo soñador
lanzo un
severo destello argento.
Longevidad
imperial cercenada
como retazo
de persistente
carcoma
manida a mi verde intelecto
grave;
embaucaría
sin tenerla
todos mis
instintos,
todos mis
impulsos.
VIII
Canta ,
canta mi pena azul
sin ocre
zozobra.
Abre el
verde ramaje ,
a la
espesura de mi idea.
Entre un
camino serpeaba
como
culebrilla de un destino azaroso.
El murciélago
castellano
rasgaba
bailando, ladeando
el cielo
mullido
de levedad
de colchón sin luz.
En sintonía
opaca que rodeaba
y
acariciaba.
El cielo
abría su sangre a la noche.
Un sopor de
estrellas
que en este
invierno no tardaban,
y el rudo
vigía ciprés soportaba .
IX
Bajo tenue
luz de luna
que los
sentidos arrugaba
y mi fiero
ciprés de lanza colgaba.
Avanzaba por
el camino
los álamos,
como un
sendero
en cal de
maderos cenizos,
rumbo al
Valhalla.
Alumbrado ,
rememorado,
anhelado
por todo guerrero
.
Era un olmo
frente la tapia
de un
cementerio
en Fuente la
higuera.
Caminillos
de hormigas dispersaban,
desplazaban
los vástagos
de forrajes
venideros.
El
Castellano
Tangencial,
severo, recto
a este sol
ferro fiero
de luna
pavorosa descolorida.
Rey astro de
cielos huérfanos;
soliviaré su
fervor
por albas
depuestas,
hijas de
rayos derretidos,
un eco del
hombre resuene alto
en esta
umbría noche
que sangre
previa
ya
desvaneció.
Campo de
raices en negra visión
y viborillas
temblorosas.
Carne y cuerpo
de metal
es mi azada
mordiendo la tierra.
¿Cuántos
ángeles disolvieron el vuelo?
En son de la
belleza tornasola
en quietud
reverdeciendo
estas selvas
de sombra.
La llamada
del guerrero.
La llamada
de su espada zorro,
a su silbido
forjado.
No es lugar
plácido tras la vida,
no es esto,
es aquello,
a cuántos
insultaron los cielos.
A cuántos a
su alma sobornaron
llegado el
cristal de espejos,
y su
laberinto de reflejos.
Soles
cromáticos de escalas
intangibles
de luz,
y sus rayos
acuartelados.
Llévame en
tu estela irisada,
yo me mediré
con el Rayo de Zeus.
De letal
sonrisa azur,
bailaré
sorteando su electricidad.
Acostaré,
ceñiré sotos
de vientos
arrebolados,
en
espirales.
Apolo me
dará su brazo,
pondré a
bailar Valquirias
en la fiesta
de los condenados
a siempre
vivir.
El
Castellano
Cuerno
sonoro,
cuerno vivo,
cuerno hueco
brillo frío
templado,
vive tu
osadía la bravura,
osamenta
quebrada,
viertes tu
sangre,
dando brío a
la fuerza,
tu luz no
tiene rienda,
tu puñal me
dio
vida,
y a Quoth el
cuervo,
tu fiel
agonía,
late, sangre
fluye,
corre el
lobo que soy
bailé entre
serpientes
altura
desbocada
he oído
alzarse
almas bajo
la tierra,
arde regio
solferro,
oscuras alas
blanden
sus filos de
alba.
Regentan
iris
la lucha que
reinará.
Habla desde
la leyenda
el origen de
Iberia,
quién
espantará
mis gritos
entre ruinas,
desciende su
poder
somos los
otros,
canción de
una piedra,
férreo el
destino,
amplia senda
honro mis
dioses
abridme el
camino,
surcarán
abiertos
libres
vivos;
oda por esta
tierra en llamas
por esta
tierra en trizas.
Ahogarán
alientos
bajo el dios
del Trueno
ávidos
guerreros resplandecen,
raíz de
plomo
incandescente.
El
castellano
Avanzas el
campo
de mi
irrigada sien,
cara por
cara,
ojo por ojo
de este abrojo;
Destino
ciego de mi celaje,
bronco mar
de trasiego
al broncíneo
lar
encorajinado,
nacido
de un pelo
de un pelo,
rescoldo
socavado
un acre sin
pestaña hiriente,
vistas tras
los espejos
para ser
libre,
y enraizar
este Sol ferro
que rehúye,
desnuda las nubes.
Es un viento
solar que me encara,
y afila mis
fauces
que
desencajan el tiempo
que ya
marchó.
Pude venir a
vivir
en la ola de
luz serena,
el relámpago
me alzó en compasión.
Pude renacer
pero no soy
adorable,
desde estos
acres
traigo
la flor de
difunto
soslayada,
sembrado el
tiento
queda
resurgir del azabache,
y bailar
sones de grillos
con sus
raíces del mañana.
El
Castellano
Magnánimo
arrecido silencio
desnudado,
su violín enardecido,
aromos
fusilados, nacidos
en yerta
conciencia,
y el férreo
son amanecido...
Sangre
belleza en pureza,
me abre éste
el pecho,
sí bemol de
opaco pío,
anuda mi
clara secuela,
de ufanos
clarines violáceos.
Afuello que
venzo
mi claro
oscuro fuego,
arrastra y
consume esta tierra negra,
mi sangre y
mi bandera,
esencia de una
savia elaborada.
Soy el que
abre
del nuevo
árbol
un santo
olivo,
que da miel
a mi
reina madre.
Por mi árbol
deshojado
en su nuevo
muérdago,
troquel del
inerte acto;
Parasitario.
Runas en
sabiduría,
malvas
granates de simientes,
simbología
d'este solferro,
oscuro y su
cuervo.
En nogal con
su nuez
del tiempo,
abriendo,
desnaciendo
la nueva era,
afilando su
fragua.
Los balcones
extasiaban
por sones al
llamado
del vítreo
tras luz,
trasnochado,
en ascuas
cabalgado.
El
Castellano
Oscura noche
me cuenta
de su vítreo
trasluz,
cabalgado,
por extenuada sombra,
es mi
carcoma está despierta,
yo condeno a
los que no son de su estirpe,
destellos
malvas de luna,
ahorcan su
compostura,
es por mi
patio de la gris araña,
por mi tejo
de flamas,
por mi
fuente azul,
y mi jardín
de cristal,
cuando yo me
vaya seré tan chulo
que me
recordarán,
este filo
pulirá el metal,
el pueblo
gemirá una hoz y un martillo de tierra,
hasta yo ser
caléndula encumbrada,
avanzaré por
los senderos del alba,
mi brillo
será luz intransigente,
yo seré
eterno como una piedra,
idependiente
de lo que digan y digáis,
cuervo soy
grazno por el sol ferro apagado,
yo voy que
me siembro,
soy hecho de
mis propias cenizas,
traigo
muerte en vena cava
mi talento
no acaba,
estoy tejido
yo del miedo,
soy más
fuerte que el desvencijado
alarido
crepitado en eco de yacija
con su
espectro
hablando en
eco de su silencio,
me casé con
la parca negra.
Vino a
visitarme y la puse a dormir
en mi cama,
ente de otro
ente soy
voz de alma
con voz
taladrada dentro de otra voz,
tengo que
poseo
dos almas en
este mi cuerpo,
por eso hay
sombras que no entiendo
en qué
realidad me encuentro,
soy Förüq y
mi voz seré encargado
de apagarla,
El
Castellano
Efímero
corre el segundo sin saludar
sin
despedirse, sin preguntar si todo sigue
igual,
avanza la manecilla de mi reloj,
hoy es de
esas noches yertas,
que descubro
mi tierra que late
bajo mis
pies. hay avidez
en el
subsuelo donde la sangre late,
destartalados
pilares que me alzan,
recorrido de
mi alarido
que muerde
al conocerte,
he oído
estaciones correr,
mi carne se
funde bajo tierra abierta,
frente mis
ojos
nebulosas
abren, crepitan,
he nacido yo
de su flamígera ascua,
mi solferro
blande su noble falcata,
dentro mi
carne la vida bulle,
su caída
resplandeciente,
toda
carrasca me dibuja al dorado tordo
de este
atardecer,
el
murciélago myotis
me cuelga la
idea,
desde esta
ojera férrea,
hoy me comí
el firmamento anidado
en tu mirada
aplomada,
soy experto
recio como un lobo,
frío de
segmentos cálidos de hielo,
maestro de
mi espada,
escucha el
brillar de mi navaja,
yo soy
descendiente del miedo,
ámame como
se ama
sólo una
vez,
en el que
nuestro color sea la piel,
afilo el
poder de este silencio,
y te dicta
que te
volveré a ver.
El
CASTELLANO
Quiero
deslumbrar mi camino,
ayen de
estas víboras que caminan,
palpitar el
látigo enfoscado
de sedientos
corazones.
Entre
sangres fugaces afilo
esta vida en
grana marcada,
deshojada,
por cuanto he conocido,
más que
tristes metales lascivos.
Caparazón
este el mío inerte,
vestido de
marzos seniles,
agota,
coarta la esquela
de mi
memoria perturbada.
Camino sin
camino
por donde se
oculta el este,
veo la flor
que desviste,
entre
pétalos su iris difunto, imperturbable.
Te construyo
sin verja, franca,
tapia ni
acantonado te hago
a imagen y
semejanza del aire.
Que pasa y
mira,
que mira
pero no descubre,
que nací
dueño de tu avenida.
A este sol
ferro cuelgo agravios,
ofensas que
desvanecen,
como la
noche devora lo que es suyo.
El
Castellano
No rebotan
los tiempos llorando,
en escalas a
ese cielo anhelado,
voy que
viajo
y bajo mis
plantas
la tierra
brota, rehúye, fluye,
todo me alza
sobre torres
sembradas
y sus
trompetas abiertas,
desenfundo
esta esencia
de
estaciones correr,
hogueras
profundas
en lágrimas
de lluvia,
plantada mi
compostura,
me crepitan
las montañas,
los cuervos
me rinden pleitesía.
Ante estos
ojos
el ávido
brillo
de oscuras
alas,
frente mi
carne
fuego
enraíza
esta noble
falcata,
encinas me
enraízan
el dorado
anochecer,
noche oscura
entre
espectros de letras,
el día
derretirá mis flores,
trepando mis
venas de encaje,
mi azada
será sangre
no más
cuerpo y carne de metal,
al erizado
filo
clavaré
sentidos despiertos,
mi letra
será invencible,
en flamante
rebosante inspiración
parida de un
rayo de sol,
ay la tierra
que me clava la siembra,
ay sol
ferro,
yo te hablo
al fulgor de
venas
al calor de
llama azul,
tú
invencible
como la
palabra te formó,
extasía
lumínica
en candor de
lunas aulladas,
ven a mi
pecho,
te daré
asilo,
desgrana
este silo,
que mis
manos hablen colores,
solo ante la
adversidad
esta negra
noche que huye
enjaula su
oscura sombra
donde la
letanía esconde
sus garras
de cristal,
quedando
repleto este umbral,
he oído
llamar
llamar tus
sangres de luz,
a violetas
nebulosas
sin cauce
empotradas
en sagradas espirales,
busqué tu
vida eterna,
me
contestaron inviernos
desmochando
brotes extenuados
de tiempos
atravesados
por tu
espada eterna,
fuente fría
que llena
dulce la fontana,
la vieja
luna sonríe,
lo efímero
será áspero y duro,
a la caída
de este plomo,
se
levantarán estatuas de barro,
tu lobo
vestirá el sincero metal
por ser de
hierro,
hasta su
aullido de plata
a la noche
sempiterna,
y sus
enredaderas malvas,
campo este
de víboras nacido,
por un surco
repto,
y el alacrán
me saluda,
soy yo tiempo
olvidado,
resplandores
de este
patio de grillos,
me cuelga la
corona de caracoles,
por todas
mis lumbres
abiertas
de
caléndulas solariegas,
más que hoy
no espero
nada,
porque yo
siembro lo perfecto,
me responden
sus voces del suelo,
al intransigente
destello
me parto, me
quiebro,
hasta dar mi
voz
a estos
campos
y sus sotos
perdidos
encontrados
en cada sangre.
El
Castellano
Era esta
araña
como un Sol
ferro con casa,
era como un
encontrarse sin despedida,
por qué,
porque yo
empiezo esta obra,
camino
destrenzo este campo,
me
desmigajan a mí
sus flores
extasiadas de difunto,
para decirme
que lo suyo
es de todas las estaciones,
como hacer
el amor
con azares
alados y soldados de los campos,
que su
simiente no es vida de un día,
yo digno de
admiración
digo que me
adopten
pues soy
familiar
así no tenga
savia
tengo sangre
carmín
y mi
simiente escrita
dura lo
mismo que dura
la tierra
sosteniendo vida,
desnazco de
la hoguera
al crepitar
del rayo luminoso
no soy como
él invencible,
pero me
cincelo mas recto y recio
que un
hierro de carne,
soto-vientos
atrás
las montañas
hablan con la gente,
que sin
ciudad no hay gobernante,
sin poesía
no hay mundo ni creado ni
ni por
crear,
más duro que
los montes,
cabalgo esta
letra
flamígera,
extasiada,
al son de
una espuela escrita en bronce,
digna del
brillante metal puro,
para yo
decir yo aquí
me he
curtido y tejido duro.
El
Castellano
Horizonte de
la caída de este solferro
a reinar
como una falcata de rayos afilados,
hondos ojos
fijos en solariega planicie,
donde frías
juegan moteadas las flores de invierno,
el reposo de
la vida que se fue a dormir,
como un río
de luz brotaba la escarcha,
un diciembre
tardío saludaba
con sus
manos heladas,
acariciando
estos campos redondos
de cardos y caléndulas
silvestres,
era un día
de hacer manteca,
a mí el frío
me hacía sentir vivo,
en este
soliviar traigo mi espada,
pongo a
sentir la tierra a mis versos,
que con
cepillos de grama joven
se blanquea
mi calzado,
viajo en mi
mente
por el
cuchillo calizo de la piedra
del caserón
terruño abandonado
que posee mi
padre,
rodeado por
el fervor de pinos de monte,
donde
próximas hacían nido las atochas,
a perdigones
que son de la tierra
como la
montaña a su roca,
cosas
talladas puras como amaneceres
pulidos sin
grises hojas,
ola rota
mecen mis pasos
de un mar
olvidado del que cepas anclan
sueños de
vida,
del terreno
en el que grillos esperan
el frío en
sus agujeros
y su
despertar para morir al acoplarse
a la melodía
que teje la vida.
Avanzo en
este campo de víboras
para ser yo
como mochuelo recogido en su olivo,
como mis
pasos gorjean las carrascas,
todo mi
mundo reverdece
para mí
siempre es primavera,
y mi bravura
llora flores por mis venas,
hasta tener
del cielo
la malva del
alba
hasta trepar
las yedras del profuso claro oscuro,
del cielo y
su luna cuarteada de platas auroras,
me nacieron
simientes silbadas,
y mis ojos
enraizaron el campo.
El
Castellano
DOCTRINA DE
INMORTALIDAD:
Este es mi
reino,
este es mi
camino, mi elección,
devoción,
al uno, al
Sol.
Mi guerra mi
señor.
Antorcha de
sola libertad,
reguero tu
luz.
Camino de la
virtud,
ascua
perenne,
tu amada
verdad,
forja de mi
sangre,
destino
atronador,
tu inmortal
destello
iridiscente
al alma en guerra,
somos los
hombres muertos bailando
en tu corazón.
Clama esta
nuestra Legión de Luz
un son
férreo,
a lo alto
los cielos,
Padre
Creador te imploro mi humilde servicio
a tus
Falanges cromadas de creación.
Alzo mi
recia vida a mi sola espada
nacida y
sellada por tu tesón,
En tus hoyos
crepita mi dicha Sol Señor.
Tráeme que
besaré tu Luz.
A ti rindo
mis cenizas
y
perpetuidad de alma.
Guíame
amado,
a incendiar
en reino de las sombras
con tu amor,
es mi
reverencia, es mi servicio,
osar mi
entrega al lado mis castos dioses,
Padre tú de
ellos,
mi amor, mi Sol,
mi veneración,
soy tu hijo,
destellado
te amo,
desde albor
cantado,
al origen de
tu hierro en mi sangre.
Hoy es
siempre por ti,
ángel en
tierra
estruendo
ciego,
de la vida
de tu ceniza,
Sol dador de
hálito exuberante,
mi campiña,
mi suelo y
mi cielo,
mi salvación
sólo tú señor.
Förüq
Castellano
Cauce en
rectitud:
Empeño
asolado,
flamante
compostura
en fanal
infinito
de las
flores del campo,
del ababol
al dulce hinojo
diestro me
dirijo hacia la suerte,
por coraza
mi pecho,
por yelmo mi
palabra,
un fiel
reflejo por escudo,
es todo lo
que pudo la armada razón,
es todo lo
que llegó
al río de
las almas de mis venas,
dulce
estampa de agua,
a vid de
trigo y girasol,
la novena
estrella me cabalga,
todo oscuro
linde de mi vergüenza deslumbrada.
Ojo de mi
ojo, viva siempre la virtud del aojo.
Vida de mi
zarza quieta, de cristal en espinas
que su hielo
en sangre me temerá;
una fiel
hoguera de rizada ascua perenne,
rastrojo al
fuego de mi quimera, sola su verdad,
es mi sed
verdadera,
escarpada
cumbre del hombre,
y su dicha
en esquela,
yo lato sin
nombre,
allá donde
el astro esconde;
sentencio a
mi olvido
a no volver
jamás,
a este
recipiente
de sangre
que porto,
que hace
cumbre,
resisto
aleatorio,
en este
panal de esbozos,
me enraízo
lejos de este mundo,
me desdoblo
en dos dimensiones,
las vidas de
un día que me enjuicien
que mi
camino no termina, comienza cada día,
en seno de
espiral armada;
montaña, yo
soy la montaña,
el Juez
Supremo ya me dictó mi sendero,
que yo me he
ganado,
que yo he
tejido,
y que las
lombrices
sigan siendo
lombrices,
que yo sé
donde dirigir mi vuelo
de cuervo
poeta,
mi semblanza
tejida
camina sobre
una araña,
boca sin
besos,
en cuarto
umbrío,
me teje ella
Litcher la llamo, a mi fiel araña,
un destino, pulcritud
de estela alma,
un encuentro
sembrado,
letra que
complace mi tejado,
resbalarán
las aguas,
mi navío fue
llamado al negro puerto,
siniestro yo
el comandante
sigo mi
noche
que ahuyenta
que se estampa,
mi letra
quedará en mitad de tierra,
porque toda
materia
es y será
polvo de tierra,
un rezo y un
ruego
para que
sean iguales a mí
cuando me
toque zarpar
al otro
puerto blanco,
sin retorno
cristalino,
ni rayos
irisados.
Sólo un
campo de zarcillos
y rosas
caninas que destapan auroras,
semblantes
del ser que fue alguien,
quien quiso
ser...
El
Castellano
Destello
incesante Tornasola:
Sangre,
pájaro, sombra luna. muerte en vaso de cobre, flor, estambre, lágrima, opacidad
serena oscura, tristeza sola, destello incesante, contagioso azar inmiscuido,
terco estruendo, vicisitud labrada...
Empiezo.
Desdén
flamígero encorsetado,
en sangre de
puridad, de alma o cristal en vaso
de alma y su
terco sueño que era forma,
vicisitud o
estela,
estambre y
flor masculina,
luna de muerte oscura en yacija,
y su
opacidad serena,
de argenta
guillotina
cercenando
al tiempo suelto y libre,
su oscura
lágrima
de muerte en
recipiente de cobre,
sombra y su
noguera nunca ruginosa
de raíces en
pulcritud de soledad de savia.
Esencia en
vals superior,
como ninguna
hoja se retira del árbol
sin motivo
elevado.
Tristeza
caprichosa como pájaro caminante,
y espíritu
en captura de azulada raíz
azul
hermosea la vicisitud labrada.
Pureza de
sangre su única campiña
yerto
sentido,
de tuerto
ojo sembrado,
sonaba el repicar
del taladro,
como un
clavo hendiendo otro clavo,
y una
astilla sacando otra estaca,
azar alado,
en litigio
de iris sediento,
era yo como
cristal
de
transparencia habitada
agradeciendo
a mi musa de agua,
su fábula
del pájaro y la flor,
despierto
otra vida
que empezaba
a soñar mi vida
a partir de
mi presente muerte.
Y su
vaporoso candor de estela,
un tambor
sonaba mi tierra
abría del
suelo una lira sobre un arpa
conjugando
resonancia crispada
en cuerda y
engranaje maldito
como una
peineta de brujas afilando
el violín
destino, que dictó
que
abandono, sin haber comenzado,
y empiezo
sin saber continuar,
porque acaso
¿hablo yo?,
¿O despierto
sin haber dormido?
ni
conocimiento,
seguiré
indemne acontecido,
sin dejar de
ser correcto,
jactaros del
libre
os hace más
esclavos,
perseguir
sin incendiar vuestra casa del mal,
os lloverá
lo cosechado,
se ama la
virtud
la bondad
destellada hace arder el odio,
y este en
contrario resta luz cuando se le ampara.
Förüq Castellano
Secuencia
presa en ''Arañal'':
Plantado mi
solo eco,
que abría
mayo hasta marzo,
dictaba que
hermoseaba,
amor en
virtud.
De mi dama
cantada,
versos
sublimes encontraba
bañándose en
el pozo de Airón.
Su edad
rezaba mi ignorancia.
Evanesciera
el susurro de toda lira.
Recuerdo vagando
que Apolo me
deja solo,
y yo con mi
arrida sien.
Derramo que
riego mi pecho
y su yunque
en vello,
me hollaba
la fatiga de mi neurología,
y su
esplendor se retira;
encanto
recordaba de mi ferviente
musa de mis
dos umbrales,
uno cuerdo,
otro mejor.
Mustio el
dolor se arrugaba la frente,
atónito que
danzaba perplejo.
Invencible
Castilla me aguarda.
De foráneos
no queda ni simiente,
de
insurgentes mi bayoneta,
don funesto
de letra bastarda,
preso y
yerto ahincó mi historia,
sepulcral
victoria me retenga
de mi
guarda, la Gloria.
Förüq
Castellano
EXTASÍA
FUERA DEL TIEMPO:
Operación
cero,
preparado
para destrucción completa.
Temblando
ruido agresivo
supresores
activos,
hostilidad
caótica
controlador
inactivo,
ctrl.alt.delete
mente eliminada,
extasía
fijada,
dominación
eleva la distorsión;
extinta
clase,
energía
nunca muere.
Raza real
avenga el paso,
controla el
ruido ahora,
real es
terror en el hueso,
juntos:
-Guerra al
error,
guerra en la
boca de locura,
nadie viene
a morir hoy.
Tropas de la
luna
blanden
metal oscuro.
Más duro que
el resto del tributo,
pura luz
sellada;
fase helada
en un dos tres segundos;
vidas en el
ojo de una aguja
sistema
sobre saturado
dirigiendo
bajo tierra,
era del
resplandor metálico.
Mortífera debilidad
perfección
dicta
destruid el
defecto.
Vandalismo
ordena
descanse el
tributo enajenado.
Llanto de la
guerra crispada,
sórdida
esencia implícita,
tercera fase
encendida,
fuerza canta
ciega su
falta,
exterminio
en vena férrea,
faroles
dormidos
esperanza
difunta,
cobres almas
anidan
sigilo
deslizado
por entes de
éter.
Energía,
niveles óptimos.
Conquistar y
destruir es lema,
pasado rueda
el olvido
del tiempo.
Es hora de
estremecer;
por un alma
disuelta en electricidad,
fase oscura
dispuesta,
era lumínica
comienza decadencia,
telégrafos
disponen alaridos en cópula
sobre postes
de pino muerto.
Escarpias
frías
sostienen
pensamientos,
nueva era
decreta,
hoy es
mañana tejido en fábrica
de
herramienta llamada éxito,
ilusión en
cadena
para
realidad de quien la estrena.
El
Castellano 14-08-2018
Brota la
rosa furtiva.
Hinojos al
fuego de sol
expanden
ojos viendo
inusitada
encina que me respira,
por ende se
agita el olmo secuaz,
avanzo el
camino de los cardos densos
todo lo que
veo crece sin más importar
ababoles en
rojo granate tinta
de tierra
sin despedida
sangre en
vereda en verdad
al chopo
viejo defino mi ida
abrojos
difuminan la verdad,
enclaustrada
savia la reverdecerá
esa que
llegado el verano desvanecerá
crepita el
suelo en color
añil el canto,
digno encanto
se viste de
espiga
a la malva
tornasol
escucho la
súplica
de toda
espina que mece mi vida
reposa el
colorín
por las
margaritas abiertas
nacerían mis
te quiero
y los
molinillos al viento
acamparían
el sentido
y el aliento
silvestre nacido
al
estramonio seco
canta su
renacer de simiente
para el
verano y el otoño
brotar sus
trompetas de los ángeles
en vida y
fulgor
por la
ortiga que su hoja pincha
mecería mi
vista
con el poder
de acariciarte
el
pensamiento
por más que
avanzo
el cardo
llena mi visión
el camino
sin final ni retorno
lleva a
encontrarte
por los
cuclillos nacidos
por la cepa
de vino
por el
olivar vetusto al sembradío
acampa y
despliega mi sino
de trigo y
centeno visto
la acequia
mi sangre lleva
con el fin
de inundar los campos
de mi verso
que es mi sangre
diestro
compás de espada
lleva la
cicuta
al brotar de
un cebollino se muestra
fiel la
floresta
por el
ciprés que los muertos vela
se duermen
los siglos
y la morera
dulce torna
al trinar de
pardillos
visten los
castaños de indias
hoja nueva
el umbral
silente cocina el hueso demente
a la vista
del Sol
la lagartija
está
el
tragopogon luce su flor
para su
posterior de su simiente dispersión
hogueras
cándidas al sol
tienen las
caléndulas arvensis
en su flor
siendo
flores de difunto de los caminos
por la que
los muertos bailan en su luz
del pino
avanza la procesionaria,
mientras
violetas nocturnas
dan nombre y
honor a flor
los plantago
que tienen su flor de su espiga
fieles
estambres enamorados
de la
vertical caricia
ven llegar
sus soldados alados
infinitud de
vidas en color
con flores
regadas por la primavera
que mi
sangre y de todo lo vivo
altera y
mece en alegría
y sutil
caricia de vida
su fiel
avenida
del sol y la
sombra nacida
lluvias
despiertan el sueño
de toda
simiente caída
brotando mi
vida en lluvia
de este
abril que tardío marcea.
El
Castellano
TORDO
ACOMPASADO:
En el océano
de este mundo
abierto al
cielo,
vive el
cuervo,
por el
desvencijado respiro mío
avanza, mece
y sostiene
un tiempo en
réquiem de espadas,
por aquellas
voces que sordas
laten, se
descubren, alzan,
se quiebran
al paso de altares de hueso
por mis
atardeceres de murciélago
voy ciego al
calor del astro,
siente mi
caricia de pájaro
esta vida en
un verso,
alzando
nuestra luna de acanto
y alabastro
gimiendo el ocaso,
azabaches
ensortijados, derretidos, extasiados
por el
sendero despierto,
por el cauce
que trae la vida, la mía,
ojos en
resplandores dorados al tacto
de mi astro
soslayado,
mi azar es
sembrado
vida de vida
late esta
caricia
no hay
retroceso ni regreso
todo está
bajo tierras germinando
por la rosa
de su pelo,
tu sangre me
colmó en beso,
nuestro
cielo de amarantos
fiel al
respiro que alcanzó a ver
la belleza
en noches de miel,
respira abre
en ambrosía mi vida,
en este
horizonte dormido
quiero ser
de la piel resquicio,
que no me
sientan perdido,
quiero ser
Siempre tu sonido que acompasa
que clava
olvidos
en
despertares rizados que consumen
la retina y
sus astros,
todo lo que
anhelo es la verdad en silvestre flor,
tu eco alto
que no hay pájaro sin nido,
esta noche
será distinta,
el comienzo
empieza ahora,
mi sueño de
araña
que todo lo
tejido
recompensa
trae a lo sentido,
un avance de
mi sangre,
ven al
nirvana del ruido,
anticipa
nuestro solsticio,
Yo que amo
en mimbre de esparto
y verde
espiga de trigo,
fiel comando
el suplicio
de los
valles de mi sombra
displicente,
enamorada.
Encumbrada.
Sostenla,
sostenme de la pestaña,
me nacerá un
alba,
marcho, a
través del hielo,
su azul en
la mirada,
estoy
sembrando mi escarcha,
y que venga
y queme
este
laborado tiempo,
que yo nací
del viento,
alguien está
llamando
oscuro este
romance entre las malvas del cielo,
se escucha
mi nombre,
tengo que
cerrar este hielo,
colgando mi
estampa
del árbol de
las cenizas,
y que nazcan
ojos de tierra
de este
hueso,
que seguiré
soñando
que fue sólo
eso
un sueño en
despierto umbral
de mi alma y
su protectorado.
El
Castellano
TU ALMA DE
FUENTE:
Desasirse,
tu voz ocurriera,
quedar sin
partir mi alma,
como
estalactita,
como sola
queda la caracola
vacía y hueca
sin hallar tu letra,
desasirme y
quedar
yo, sin
árbol ni aire,
consumirme
como llama de vela,
apogeo,
torre de breve arena,
cae de
arriba,
este demonio
sin pena,
hablar de
mudas solitudes,
como eterno,
es lo temporal,
verdad
colmada de ausencia,
arder sin
quemarse,
e infierno
azul de otra vida,
aprieto de
verso me solicitas,
te dijo mi
ventana,
como entraña
de invierno duro,
alma,
asómate,
viste su
hermosura porfiada,
¿Viste que
mañana seré hoja incrédula?
De planta
que yaga pura,
que brilla
oscura mi siembra,
mañana
iremos a desnacer,
porque hoy
sin tu respiro,
ni poema
solar, no es vivir,
¡Ay! Lo que
no dicen tus ojos hechiceros,
yugo amante,
fiel,
que no
abandona su sombra,
necesitaba
tu dura grana de piel,
y tus
rosáceos, granates, áureos labios,
mi alma
traslúcida,
imponente,
reniega a
achicarse,
lleve donde
lleve,
el aire de
poniente,
reluce por
ella,
todo
apócrifo misterio,
te debo
tanto que no me imagino,
embargando
sangre,
jamás
esquiva,
jamás
esquiva.
Todo este
campo,
cubre y cubriría.
Förüq
castellano Miguel Esteban
CLAVEL:
De una rosa
malva y una espina,
nació este
vil amor que me camina,
coge amada
de esta temprana primavera,
tu céfiro de
plata, que en su mitad,
dorará como
níspero al viento helado,
en tu
lágrima me baño,
por no hacer
muda mi costumbre,
al vendaval
furtivo
este dulce
suspiro,
que se juega
entre verde pasto,
y blanca
cumbre,
andar iba
por la vetusta oscura,
de pertinaz
olvido,
vuestro
ardiente gesto,
de mirada
cual rocío en la seda,
de la ignota
tersura aterciopelada,
luz entre
vorágines y tempestades,
tus bravos
mares,
con hocico
de riera, yo, contesto.
Escogida tú
de lirio en cuello,
hermosa,
enhiesta,
cual hoja
que viento mece,
esparce y
conculca destino,
sí a Dafne
de ramos y racimos cual nardos,
áspero velo
me das a cubrirle,
raíces de
sus pies en blancura esencial,
causa de mis
lágrimas siembro.
Para me
concedan tornar beso tuyo,
como brota
de la tierra la simiente,
su despertar
a besar a Sol padre la alumbre,
pensé en el
cantado verso,
y tu piel de
jara,
hermosura
prendada,
quién solo
contra ti,
mi flor
armada.
Förüq
castellano Miguel Esteban
PLUBIA
AMORIS:
Lluvia amor,
Llovía 1
corazón, suspiro amor2.
Clamor 2,
deseo, eterna alegría1.
Día 1,
noche, crece le amo2.
Proclamo2,
vida, venerada sinfonía1.
Reverdecía1
soñaba, amada nuestra3.
Muestra 3
alas, acelera sinfonía1.
Cercanía 1,
sueño, verso, amaestra3.
Palestra3
profunda, crea, sonría1.
Beso4 dulce,
agua pura5.
Cura5 alma,
sinceridad ileso4.
Travieso4
sueño, arde coyuntura5.
Aventura5
esencia, amando sabueso4.
Quería1
decreta, olvido razón6.
Querer7
puro, solo sazón6.
Vía1 una,
sentir8.
Bella9
compañía1, contentarse premura5.
Fuego10
complaciendo instinto embeleso4.
El
Castellano
Plubia
amoris:
Lluvia amor,
Llovía corazón,
suspiro amor.
Clamor,
deseo, eterna alegría.
Día , noche,
crece le amo.
Proclamo,
vida, venerada sinfonía.
Reverdecía
soñaba, amada nuestra.
Muestra
alas, acelera sinfonía.
Cercanía ,
sueño, verso, amaestra.
Palestra
profunda, crea, sonría.
Beso dulce,
agua pura.
Cura alma,
sinceridad ileso.
Travieso
sueño, arde coyuntura.
Aventura
esencia, amando sabueso.
Quería
decreta, olvido razón.
Querer puro,
solo sazón.
Vía una,
sentir.
Bella
compañía, contentarse premura.
Fuego
complaciendo instinto embeleso.
El
Castellano
RAÍZ:
I
27 abril
2016
Raíz:
Tibio
resplandor dorado
mi aura
escapa de mi cuerpo
para no
saber quién ser
el ababol
del camino clama
por
enternecer la primavera
a rojo
carmesí cuando la tierra estalla
en flores
ellas dejan su río de sangre
allí donde
el olmo viejo
crepitando
mi sentido estaré
me nace una
espiga de la mirada
a la hora
que se acuesta una malva
luce el
colorín su trino
la caléndula
cierra sus flores en verso
a la hora
que el tejo exhala por el tiempo
transcurrido
hueso viejo
y su
tornasol afilado
hoy es
tiempo de colgar sus flores al viento
por si llora
mi cielo cuelgo ramilletes
en chopos
silentes que la vida
vio colgar
de mis pupilas
al dulce
trigo en verde olivo
que mi ser
yace más que vivo
mi ser es
primavera
a la hora
que su caricia blande entera
mi tierra y
su entraña abre
al esplendor
de un estambre
y se eleva
mi lumbre quieta
río de
sangre que me crece
por soñar
soñé y me enraizó la flor
y que la
flor sólo sea la flor
Porque jamás
mil máquinas podrán hacer
una flor y
elevado mece su amor
por la verde
grama
que se afila
de mis ojos
la guadaña
por el ancho
largo
trepó y
escaló su cielo
al fiel
desliz me hallaba
esperando
adoptar su sabiduría
que
reverbera en cada pétalo
en cada
hoja, en cada raíz
de su fiel
testigo estático
quedando
quien fui
y la tierra
que seré.
El
Castellano
II
28 abril
2016
El tiempo
que se abra
y brote mi
vida
al compás de
un Sol mayor
resumen de
existir en el brote
de una zarza
que allí
baila mi
hada
estallando
en flores su pelo
tierra yerma
que vio trinar
el estruendo
de un zorzal
quien te
viera caminar
vestida de
espiga y lavanda
por ti se
abre la Rambla
tus cabellos
iridiscentes al brillo
canta al son
mi grillo
por un
camino se bifurca el reguero
el gato lame
su pelo
yo estoy esperando
por si te encuentro
mi señora de
las flores silvestres
se Acuña mi
aliento
en una flor
del viento
una flor
pálida nació del cielo
con sus
colores alegró al tiempo
de sus hijas
nacieron alegres vientos
del norte
que en color vistieron el bosque
una flor
naciente abría su esplendor
a un Sol de
mayo por ella tormentas
nacieron
germinando a su paso
vivezas de
antaño
por los
prados viste mi calma
fiel a
encontrar tu amor un día
por si el
cielo se abre
que sepas
que él te mira
mi señora de
las flores silvestres
un cardo de
la dama en tu mirada
por si vivo
mi vida te entraña
fiel de
esperanza
una flor
bajó del cielo
a expensas
de sangre tener
ella se
volvió mujer
con tu
nombre en la piel
por la
floresta danzaba mi suplicio invernado
fiel testigo
maravillado
con amor en
las venas esperando las flores
de primavera
y sus caléndulas
despertaba
por fin Ostara
y el cariño
de la tierra
mecieron los
terrenos
un soplo de
su aliento
me floreció
un beso
Cuando los
jacintos abrieron
sus flores
al horizonte del terreno
yo estaba
despierto
surcando la
mente de quien me piensa
con paso
lento y decidido
transmutaba
la flor de Odin en luz
cabalgando
un arco iris de estrella
sonaba la
campanilla entre grama dolida
era el
momento de acostar
los dientes
de León
al tiempo
que besaba fragancias de colores
mi jardín de
duendes.
El
Castellano
III
29 abril
2016
Todo se baña
al calor
de tus ojos
ciñendo la
danza
de mi azada
se enhebra
mi calma.
Vespertino
guiño
de gramas
preñadas,
por la sed
de arrojo
por tus estrellas
desdobladas
Viene mi
caléndula con una sonrisa enfundada
Yo estaba
caminando sobre mi línea
la noche me
contaba sus mentiras
sobre un
parco negro límite
me
encontraba
disparé a la
luna sin hueso
se me acercó
un cuervo
con alas
azabache
pregunté a
la noche
que su
abrazo en letanía aguarda
si yo era
merecedor de su dama
yo soy la
voz de pasados lejanos
soy la voz
de un futuro
soy eco de
tormenta
al fuego de
su rayo
llevo a
cuestas montañas
enjambres de
abejas
quieres oír
su nombre
que la oscura
soledad late
Él es
Siempre
como un
relámpago de sangre
como una luz
que mece y envuelve
es el
despertar en otra carne
en otro
cuerpo
las sombras
cantan a su vuelta
yo que
camino por la ortiga que me mueve
hoy verá el
cielo llover flores
y los campos
abrirán sus colores
al rey astro
que nada ni nadie
contra él
puede
por si
brilla mi suerte
de la mano
de la dama nocturna
contará
aquel cuervo que me vio.
El
Castellano
Carmesí
inefable:
Turbado yaga
mi espíritu,
sin voz yace
mi gran momento,
puridad en
crisálida perpetua,
oh, lacónica
eternidad,
no te temo
ya
ni tu crisol
de hálito
me vence en
inmortal secuela,
recto ganaré
a la luz,
por su
ceniza coronada,
cantaré
hasta el etéreo vuelo,
me
trasplantará el viento obscuro,
metálico
azar,
erigiré un
árbol de brea,
en mitad del
todopoderoso silencio,
mi flor no
sucumbirá,
ni mi verso
armado
será litigio
de crin en ascua.
Filial
prestancia,
que nadie
trepa mi solo nombre,
por cantos
obtuso,
en sangre
suceden
labriegos
fecundos.
Terrazgo de
mi amor atado,
canto a mis
generales,
despejen el
camino,
y entre
férreos cipreses
me avalen.
Tanta herida
precedida,
tanta voz
que muere,
sin soto de
almíbar,
pena que no
muere,
son este de
mi bronce en ala
de un
repecho carmesí,
soledad,
mi gloria
tan fuerte.
Azucena
helada de mi tarde,
resuena en
ti
un azar
indeleble
para indicar
sin sonido,
que tengo
corazón y cielo
atrapados en
un solo verso.
Olvido sin
espejo,
mantuvo
suerte segura;
luz sin día
ni ojos
fue perfidia
en otro astro,
azul, paz,
cuchillo que
mi vida hiendes,
a cercenar
toda oscura alegría.
Förüq
Castellano
COSECHADOR
TU AGUA:
¡Armaos,
perros poetastros,
poneos
vestimentas, vestimentas de amores mediocres,
vuestras
líneas sin más tardar!
Es tarde
para volver atrás;
No dudéis ni
un suspiro
de este
yerto que cruzó
el río de la
Estrida.
¡Mas, por
regio el Sol caudillo,
por su
blancura de Madre,
oh dulce,
cuantas estrellas siembran el horizonte,
hay los
cielos.
Y hojas hay
en mis manos escritas.
¡Remate yo,
de mi origen, si os devuelvo a la tersa olvidada!
Suenan las
grandes trompetas
que ni en
toda Babilonia,
ni en alta
torre de Hércules
su resonar
pueden disolver.
Recobrara mi
aliento,
mis ojos
cobraran su luz.
¡Mas por el
regio Sol caudillo, por su blancura de Madre!
Día tras día
nuevo,
tirando tajo
de verso recto.
Embestía y
no halagaba a ninguno.
Por un
pajarillo envío
por una
hermosa golondrina,
que allí
donde se vea una alborada,
Hipsípila
caudillo hijo,
siempre
vivirá como invencible Sol.
FÖRÜQ
castellano Miguel Esteban Martínez García
FINAL
PROYECTO FLOR DE HÉRCULES