Sendero sin final:
noviembre 01, 2021
Recorro su humedad permisiva,
auge de 2017;
puede verme caer,
puede vislumbrar
que estoy cayendo solo
a un camino sin retorno ni final,
la suerte que vi crecer
de largo y parada,
mi mundo es tu mundo
vibra,
yo, todo ojos,
soy la cobra en girasol,
en risco cosechando
la fértil noche,
alta mudez,
maquinaria de reloj binario
pulsos como caracoles,
nada debo agradecer,
nada por más que nada,
me concedas te ame y luche,
luche por nuestro mañana,
en letra inaudito, inaudible,
incuestionable, insobornable,
como árbol quieto parado,
y ciempiés nuestro talento.
Mi navaja fría y viborilla en cristal,
todo frescor derritiendo una Virgen,
chirrío estacional,
de mitad de otoño,
su hoja de navaja blande
la sed todos mis santos muertos,
uno de noviembre,
alma me voy a tierras inextricables,
a laberintos sordos
y sus espejos demenciales,
salí de mi castillo,
fui por gotas breves
sí de lluvia las más frescas para ti diosa,
salí por un poco de azur el más joven,
jamás gritado,
sólo soñado,
como fruta de milenios dormidos,
a comprar un vestido azabache a mi golondrina
repasé mis sangres no tocadas,
y amables, ninguna te oculta esta luna,
si yo tuviera corazón...
El dicho aposté a un tres en navaja,
obtuve flor y nieve roja, ancha.
Siento anunciarlo,
mi Mundo vibra en ti Musa.
Förüq
No hay comentarios:
Publicar un comentario