VANGUARDIA III:
1
Érase una noche fría
de invierno.
Las lechuzas estaban recogidas,
lluvia caía al suelo,
la niebla y la bruma
eran intensas,
sólo una sombra caminaba
por la calle,
era la muerte.
2
Cuando la luna sale los vampiros
y los murciélagos están cazando.
Era la noche yerta,
los ataúdes se abrían,
pero sólo
para que entrasen los cuerpos
de la epidemia
que asolaba a la ciudad.
3
La vida del gusano Juan
era muy sencilla.
Él vivía dentro de una almendra
y tenía suficiente comida
para hacerse adulto
y hacer la metamorfosis
a los meses siguientes.
La hizo y nació
de la pupa un hombre
con vocación política.
4
Era la noche
de los gusanos
todos estaban bebiendo
licor de hojas en la cantina.
Pero un escarabajo encadenó la puerta
de la cantina
y la prendió fuego
con todos los gusanos dentro,
los escarabajos
recogieron la carne braseada
y tuvieron despensa llena
para pasar el invierno.
5
Soslayada la flor del cielo,
abría los caminos de la vida eterna,
una polilla como una hoja de adelfa
caminaba el cielo,
corrió hacia la luz estrella
con ímpetu y brío
hasta estamparse en ella,
se formó entonces
el hueso de luna
que todos vemos.
6
Era una noche
de cristales rotos,
los lentes míos cansados
reposaban sobre el escritorio,
miré al espejo no reconocí
al que estaba sentado,
pregunté ¿Quién está ahí?
Aturdida contestó una voz:
Soy el que nunca serás,
porque siempre has sido yo mismo.
7
Eco sordo
en alta voz
resurgía
entre la ceniza de su cigarrillo,
no tenía manera de saber
sólo apostaba
al nivel de la montaña,
quiso conocer
pero una mala oración
se llevó su tormento dulce
a la entraña del frío áspid.
8
Belleza si acaso estuvieses forjada,
quién sería tu padre
quién tu madre,
inconmensurable
por infinitud de sendas
ella abrió sus párpados
viendo su reflejo en el lago,
sólo de la impresión
acudieron todos los peces de colores
a besar su imagen,
llevándola a su profundidad.
9
Se retoza
por acres difusos,
donde vuelan
polillas de las tierras,
de una flor
nació una polilla de cemento
con la esencia
de las ciudades
que dijo la oscuridad por poder
te puede pero la realidad
es que me supera.
Operación cero,
preparado para
destrucción completa.
Temblando ruido
agresivo
supresores activos,
hostilidad caótica
controlador inactivo,
ctrl.alt.delete
mente eliminada,
extasía fijada,
dominación eleva la
distorsión;
extinta clase,
energía nunca muere.
Raza real avenga el
paso,
controla el ruido
ahora,
real es terror en el
hueso,
juntos:
-Guerra al error,
guerra en la boca de locura,
nadie viene a morir
hoy.
Tropas de la luna
blanden metal oscuro.
Más duro que el resto
del tributo,
pura luz sellada;
fase helada en un dos
tres segundos;
vidas en el ojo de una
aguja
sistema sobresaturado
dirigiendo bajo tierra,
era del resplandor
metálico.
Mortífera debilidad
perfección dicta
destruid el defecto.
Vandalismo ordena
descanse el tributo
enajenado.
Llanto de la guerra
crispada,
sórdida esencia
implícita,
tercera fase encendida,
fuerza canta
ciega su falta,
exterminio en vena
férrea,
faroles dormidos
esperanza difunta,
cobres almas anidan
sigilo deslizado
por entes de éter.
Energía, niveles
óptimos.
Conquistar y destruir
es lema,
pasado rueda
el olvido del tiempo.
Es hora de estremecer;
por un alma disuelta en
electricidad,
fase oscura dispuesta,
era lumínica comienza
decadencia,
telégrafos disponen
alaridos en cópula
sobre postes de pino
muerto.
Escarpias frías
sostienen pensamientos,
nueva era decreta,
hoy es mañana tejido en
fábrica
de herramienta llamada
éxito,
ilusión en cadena
para realidad de quien
la estrena.
Viejo gris
oh viejo gris,
te escribo
te canto viejo gris,
tu canción me arde dentro,
gamle grá
mi alma partirá
sé que eres honra antigua,
honra olvidada
Ó Odín.
Ó Valhalla,
camino libre tus aposentos,
vivo que camino libre, muerto,
te hablo oh olvidado,
oh esquivo viejo gris alumbrado,
recto hacia la tiniebla
junta tu ser con mi alma en llamas,
oh anhelado, viejo gris difunto,
Oscuridad se vence
no se ama
Oscuridad no se vence, se ama
nec vincere, tenebras et amat,
ven, ven, arde.
Ven a este infinito remanso
donde se bañan las almas
mi infinito
tu sonriente halo esquivo
ya no plañe
mi granate oh viejo sepulcro gris
oh viejo tapial deslumbrado,
luz, luz me atraviesa ahora
yo, carne de espada,
yo vivo y defiendo
mi soñar de muerto,
oh Odín mi padre
creador de todo cuanto existe,
Oh Valhala, mi jardín
con dicha bailo,
con honra me baño
en el lago del pozo Airón,
mi hermano Ares,
soy yo ímpetu
soy solana de esta vanguardia,
ven a mí viejo gris,
perdí mi ojo que arrojé al pozo
pozo de ánimas yertas
se escuchará mi acorde
en Sol mi sangre,
sí SolFerro me blandiste regio, seguro
ante la muerte
dame mi runa.
I
Grandioso, que tú me alzas
viles lindes inconclusos que lloro,
mi vigía con auras,
recompongo mi coro;
siendo hoz destellando, todo incoloro.
II
Oh alma, sin llantos tibios
servil cuanto dirijo ciego, bruma,
anublan cielos, lirios,
severo tiento no huma.
Destellar que calmoso, pulcro, fuma.
III
Si sea por la alta lira
alzar su carne, el intransigente sol,
glorificas mi pira,
como el trigo y girasol,
flameante como hornillo tu tornasol.
IV
En tersas noches solas,
mi suave canto puro, ensombreciese;
duras montañas de olas,
de árbol noble moviese.
Frondas y la furia de mar entonas.
V
Desfallezco, ir subiendo,
aljibe mi esencia, terneza firme;
solo voy descubriendo,
canto de áspero al irme,
ninfas, hadas, sátiros, a plañirme.
VI
Por ti bravo, voy calmo.
Al valor y hermosura de antaño.
por ti toda, me ensalmo.
Mi barba de ermitaño.
Osando cautivo, lamer su letra.
Alma
Mía, te conocí vestida
de honra sola,
el hielo en los ojos
todo velo de noche sinfónica
hablaba con mi custodio
si era seguro mi paraíso terreno
alma quiero cantarte esta noche
noche de vela y tijera
sin colarse abrojos versados
limpios de espanto.
En esta tela de araña
que yo amo a oscuridad compañera
en esta acequia perpetua de vida
y su fugaz rienda.
Oh inviolada estela
inaugura esta dulce idea
que late como pertinaz
ceniza de toda hoguera.
A la altura del cerro me alzo.
II hoja:
Esta noche un febrero escarchado
de bruma y verde sombra
como ceniza aparente
busco asilo de otro lado de pecho
corriendo la loma del deseo
necesito mi vera con sangre
cálida, oh, alma
fémina su esencia
tenía todo lo que quinientos seres
de mi estatura podrían anhelar,
de pecho a espada,
deme un camino
un alzar que no sea difuso
como tu limpio monte
y su floresta me vio nacer seguro;
En mi equipaje ella sabe,
que no porto más
que todo lo que amo
sangre, cuerpo, voz, letra,
cuarzo verde, reliquia de Hungría.
III hoja:
De un caballito del diablo
atrapado en ámbar,
mi sentimiento como gamusino
inherente, mi suerte
que negra no es,
mis besos con sabor a tabaco precoz
y su color transparentado,
simientes de caléndula
para ponerlas en tiesto en su ventana,
un trompo,
o peonza, de madera de olivo,
para recordar mi infancia que nunca acaba,
tres canicas,
para bailar sobre la luz
y atinar chocándolas
deseos como perdigones viajeros.
IV hoja:
A escribir con mi sangre
mi silencio, de que nunca
murieron mis deseos.
Una pajarita de papel
y un barquito de tela
haré con su seda.
Si ella lo permite
llevaré mi corazón en el puño izquierdo,
porque deseo que certero
escribiré hasta que el mundo me dibuje yerto.
Elegía tercera:
A mi pena moribunda,
aquella que ya no siente,
aquella que reniega, sí a desfallecerse,
fama de estrella inviolada,
servil de cuantos pavores reales,
ha cercado,
pena mía,
oh tú, cual sierpe,
siempre ofrecida,
siempre expectante,
gloria de mirarte,
dónde,
si mi sangre parece que place,
cuajarósla mi dulce bella resiste tu embate,
de fantasma y fantasía renegado,
acabase mi porfía sin cerrar dulce luz
y el manto de luciérnagas,
el techo abismal de cueva,
planeta que esta noche te resuelva,
ningún consuelo pardo te abrigue,
he permanecido,
como duro y lloroso terreno,
ojos por sílfides bañados,
en vil miseria enjutos,
suerte y muerte dulce hermano,
acababa de extasiar aquel furor asmático,
reclinaba yo discreto a tocar tu alma,
este llano que destellea de pureza muriendo,
y riera en rambla,
todas flores existen,
desangradas
como y en vanidoso, cristal,
de tu hermosura como una luz brilladora,
que resplandecía,
ay, de la generosa mortal gente,
oh gloriosos, hados, desparcir mi sangre,
al duro y mezquino fierro,
Sátiros, Ninfas, Faunos,
no hallaréis,
en mí ni vida moradora que arrebatarme,
siembro mi número,
y mi letra T que ni supremo, Creador Universal
ha, ni puede borrarla, como es arriba es eternamente Avernos abajo.
Förüq castellano Miguel Esteban
Luna trece:
Luna plateada de mi cielo,
en las noches
voy a tu encuentro,
pero te escondes
entre bloques
de hormigón y cemento.
Quiero verte,
pero incluso te
escondes,
por las violetas ramas.
Mas los dragones,
del cielo sonámbulo te
acarician.
Cielo obtuso,
de sueños
fluorescentes,
tú, de color líquido,
solo templado
con miradas
intermitentes,
por el tiempo de espera
angosto.
El murciélago baila
con el colchón de tu
luz,
rasgando sombras,
para reposar siendo una
más.
Oscura nebulosa de tu
vítreo trasluz dime,
por qué te siento
incluso estando solo.
flores opaco reflejo
de luz violeta
incluso de noche;
artifficie luzzae.
Lucero de ciudad,
rompiendo la
obscuridad.
La noche se detiene
para sentir que estás
conmigo
otra vez más,
recuerda
que tus ojos tienen
sangre
recuerda el viento
que aúlla mi nombre
recuerda la luz que
tiembla
y cruje la noche en las
pupilas
recuerda que me
hablaste
de amor en el tiempo
que cae muerto
que pactamos con el
hielo
la vuelta del invierno,
recuerda cada latido
de oscuridad
que llama a tus venas
de humo
recuérdame en la
eternidad del beso,
en cada rosa que robe
tu cuerpo,
recuerda que vivo para
ti
dando voz a la soledad
asesina,
la flor vive soñando
que fue mariposa y
abeja,
vive durmiendo la
semilla
enamorada de la tierra
para despertar
y enamorarse del sol,
clávame estas nubes de
sangre
en el hierro de mi
destino,
se me negó la luz
encadenada a esta
tierra sin cuerpo,
solo tú me sientes
en este camino
que no lleva retorno
solo espiral anhelada
de renacer
el tiempo ya no nos
puede sostener
camino buscando el frío
en este calor que quema
el alarido,
te encontré perdido
hoy vives un amor
que sientes soplándote
al oído,
en la puerta del
infierno caído,
te casaste con la luna
que reinaba en tu
corazón,
al viento le diste voz,
a la lluvia la
nombraste
lágrimas de mi ayer,
le diste ojos
a la sombra para mirar,
la espina caía herida,
la caricia retornó a
las polillas,
la vida marcha deprisa
cuando abras los ojos
ya todo habrá cambiado
solo encontrarás que
seguiré a tu lado
aguardando tu otoño
y la caída de tus
hojas,
esperando que seas mi
acompañante
en los siglos y
milenios
que nos condenaron,
encontrarás esta sed
del cielo
en cada silencio
muerto,
en cada raíz
que grita en su tierra
toma de la vida lo que
quieras,
siembra tu aliento
en cada tierra,
tú todo lo tienes
yo solo soy una
fantasma
que sólo tú ves.
Recto metal
pudiente,
rige
directriz
en este
mundo de espejos irascibles,
de avaras
ondas líbicas
que
sedujeron el troquel
de mi
soporífera piel.
Bajo tus
compases desnudos
de pureza
indómita.
Ojos
flamígeros
con verde
intransigente
desdoblado
oasis
al candor
escalado
en llamas,
en escalas a tu fría luz.
Crestea el
ser de espuela,
adoraciones
férreas,
dispuestas
en lágrima del fuego,
voy al nido
de tus sombras
mi parra ya
afilada bajo sombra madre
enhiesta
dirige mi compostura
armada de
pulcro silencio.
Desnudo en
la penumbra
mis ojos
limando
tu
tenebroso violín,
parca mi
destino,
ensombreciendo,
anidando
este mi
cariño dispuesto,
suave,
extensión
del sórdido plano espectral.
Voy ya por
mi nube rígida
densa tu
oscura sedienta sangre,
reguero inmutable,
avanza la
densa lencería de tu belleza,
no, no
desvanezca tu honda mirada,
así me
gusta a mí.
Senderos
exterminados
que
quisieron imponerse
sin tu
querer.
Alojo la
turquesa que te reflecta
mi
cristalina musa,
solo ante
el mundo
¿Y qué?
acaso osa
compararme lo rodero,
transmigro
mi ser en digna crisálida
fortificada,
buscando
renacer
en colmena
de esencias,
estoy
cayendo
acaso no
quiero,
subir
descendiendo el generoso placer.
Sostenme
aparte
donde nadie
pueda verme,
seré tu
suerte.
Herejía dulce
saberte,
guiando mis
abrojos
que me
preceden,
me gusta
saber quién eres.
Hematite
cuando coagula mi sangre.
El
Castellano
Por la solariega vega
del alma bullo,
jamás yo de sus brillos
acrisolados
rehuyó,
yo que en fiel hueso
calizo me siembro,
y crepito con su Sol
mayor,
voy hecho de lluvia
del páramo su
desventura,
las mentiras son
erróneas
de todas mis caricias
al cielo abierto,
la noche que empieza a
sonar a mi Vera,
mantengo la quietud en
alabada
sombra engalanada,
cae mi vida y de nuevo
te siento
cerca muy cercana,
en tus campos nazco
como hombre nuevo,
soy el crujido en tu
ventana,
fiel abeja que a tu
flor regenta,
enamorado suspiro de
viento,
tu fiel sustento,
marco inamovible del
desespero,
verbo y adjetivo de
solar afán
en primavera que corre
y lleva,
que abre y desgasta,
mi verdad que eres
real,
y no un aliento de humo
dame una salvación,
y de la arista un
primor,
en este solar muéstrame
lo que pasó,
quiero ser aullido de
viento,
solar empeño en tu piel
canela,
dame vida que yo iré a
tu vera,
una tentación que
espera,
no hay miedo a esta
hoguera,
este mundo habitado por
fantasmas
de la gran ciudad,
me cuelgo en sus
faroles
en alas de murciélago
vivo,
hago entender
a este cielo de tijera
descienda
su violeta pintado de
Malva-Luna
clamando la vuelta de
su fugitivo ocaso,
sin soles lejanos,
héroe del norte de tu
boca,
mi cálido corazón
hirviendo
con tu alzado amor,
mi beso de azahar que
te necesito,
siente mi vuelta y su
retroceso
a nuestra estrella,
no estoy perdiéndome,
me gusta tu hablar, me
gusta tu respirar,
estoy dispuesto contigo
a soñar,
estoy viendo al hombre
mirar a otro hombre,
estoy haciendo de la
bruma parir una sombra,
el hoy no entiende de
vender a este anónimo,
le necesita para
conquistar el mañana,
haciendo la línea que
separe,
ven amor toma mi mano
deshacemos nuestros
pasos al andar,
acunando campos de
lirios,
dejame nacer bajo la
luz del Sol,
mi respiro que mandó al
cielo,
cruza conmigo la era,
estallando esferas,
hasta que nuestro
cuerpo brote en flores,
por los pétalos de
nuestras caricias
deshojadas.
Relato Sangre yerta:
Capítulo primero:
Era una noche oscura de
diciembre,
daban las tres de la
madrugada
en el reloj de la
iglesia del pueblo,
caía una helada de invierno,
y en el cielo reinaba
una luna llena de invierno,
ella dormía en su
habitación
cobijada con dos
mantas,
la luz de aquella luna
iluminaba la penumbra de su cuarto,
como una sombra de piel
pálida se posó
en el alféizar de su
ventana,
con cautela deslizó el
cristal
y sigilosamente entró
en el cuarto,
podía oler la sangre de
su cuello que dormía,
puso su mano helada en
la boca de aquella chica,
que abrió sus ojos y
solo alcanzó a ver dos colmillos
relucientemente
blancos,
el miedo paralizó su
cuerpo.
Sintió un escalofrío
helado subiendo por su cuello.
Sobre este cielo, reina
mi amor quieto,
sobre los vientos y mis
nubes de versos,
clava mi colmillo tu
cuello,
bebe hasta saciar la
sed de mi adentro,
te descubro al vuelo
nocturno
y su dama de oscuridad
violeta,
pasado de un pasado que
nos hacía brillar
en el marco de la
ventana al acecho,
lento pierdes el
sentido,
vas sintiendo entrar tu
nueva vida,
la antigua solo te crea
nostalgia y rabia,
te adentra la mente al
reino de la sombra,
tu sed se vuelve
intensa,
sientes vacías tus
venas,
te levantas con la
luna, duermes con el sol,
soñando quien te
mordió,
las polillas y
murciélagos son tus compañeros,
te mudaste de morada
a ese túmulo perdido y
olvidado,
donde reposaban
guerreros antiguos,
solo la sangre te
despierta,
acechas en tu oscuridad
compañera,
la oscuridad es más
fuerte que tu alma condenada,
cambiaste tus
vestimentas por una capa negra,
que esta noche se verá
en rojo manchada,
tu interior lo sabe tan
bien como tú,
al acecho, así sea una
rama, o una ventana,
te despiertas fría cada
noche que revives tu pesadilla,
no hay lugar ni bar
donde calmar tu sed,
solo el cuello de
víctimas al anochecer,
la compasión y bondad
solo huyó de ti,
solo vive esa sed en ti
de tener sangre,
solo una condena te
marcó,
para todos y cada uno
de los siglos que te vinieron,
algunas noches quedabas
saciada
y no rematabas a tu
víctima
solo la clavabas tu
condena en su muñeca,
y vampiro la volvías,
tu capa con los
decenios ya parecía más rojo granate que negra,
te gustaba oler aquella
sangre seca y recordar
cada grito y soñar con
tu embrujo
y como venía a
despertarte, algún vampiro convertido
bajo tu colmillo,
tosías con espanto, el
frío y la humedad,
se apoderaron de tu
morada,
aquel túmulo, no tenía
ninguna criatura de sangre sana,
las polillas y
murciélagos volviste vampiros
para tu diversión,
sentiste miedo, tu
noche pasada cuando tuviste que matar
un caza-vampiros
inexperto,
los tiempos no
entiendes,
como la gente cambió su
superstición,
por materialismo salvaje,
y a los vampiros como
tú mandaron a la fantasía y a la literatura,
tu única realidad solo
la entiende el demonio,
y a una bruja invitaste
a tu morada,
ella te trajo un regalo
pero no permitió que la mordieras,
y hoy extraña te
sientes con una amiga mortal
que cura tu soledad y
tu condena.
Era viernes, ella
ansiosa esperaba la llegada del sábado,
a las tres de la
madrugada había invitado de nuevo a su hogar
a su amiga mortal,
ella quedó en traer
comida y su puchero,
ella esperaba llegada
la noche del sábado
con ansiedad y nervios,
como si nunca hubiese
conocido a su amiga,
sentía una extraña
sensación de deseo al mirarla,
le caía saliva por sus
colmillos al mirar su cuello,
se prometía a sí misma
no morderla,
pero su naturaleza la
torturaba cada vez que la veía,
aquella bruja guardaba
un secreto,
sus visitas eran
interesadas,
quería pedirle a su
amiga vampiresa
un favor que ella no
podría rechazar una vez conquistado su aprecio,
ella le pidió aquella
noche que se deslizase en la noche
y volase para morder y
matar a tres enemigos de aquella bruja,
los tres hombres que
denunciaron a la inquisición a su madre
y ella quedó huérfana
cuando quemaron a su madre bruja
en aquella hoguera de
la plaza del pueblo,
lo que la inquisición
no sabía,
que aquella bruja que
quemaron
ya estaba muerta y
condenada
pues vampira era,
y el fuego nada la
hizo,
vivió en la sombra
atormentando a los aldeanos que la creían muerta,
y ella misma fue quien
mordió y convirtió en vampiro a la a la que ahora
es la amiga vampiresa
de su hija.
La vampira sin poder
renegar de su naturaleza
pidió un precio elevado
por su trabajo,
y ese precio fue
que la bruja dejara y
permitiera ser mordida por sus colmillos
para ser amigas
eternamente siendo vampiras ambas,
la bruja aceptó su
nuevo camino y nueva vida
haciendo su pacto de
sangre aquella noche con la vampiresa.
Ella llevó un puchero
de sangre aquella noche,
sangre de animales
cazados en el bosque,
solo consiguió
despertar el apetito de su amiga vampiresa
el acuerdo estaba hecho,
y hasta que no matase a
esos tres inquisidores no podría morderla el cuello,
se quedaron platicando
hasta el amanecer,
y entonces su amiga se
fue a su ataúd a dormir hasta la noche siguiente,
al despertar la noche
del domingo
una nota en tinta
escrita encontró,
quería los ojos de sus
enemigos en un tarro,
así quiso y a sí sería,
aquella noche, se puso
sedienta,
corría veloz como una
sombra más,
el cielo corría un
helor muerto,
y una neblina que
cegaba hasta el sentido más despierto,
era la noche más siniestra
elegida para cumplir su encargo a su amiga,
tenía la dirección
apuntada con odio
de sus siguientes
víctimas,
tenía ansiedad por
arrebatar aquellos ojos y dejar vacías aquellas venas,
se coló a través de la
ventana abierta de la recamara y despensa,
de aquella casa lujosa
de clérigo de víctima,
ya olía su sangre
mientras avanzaba el pasillo,
una luz de una vela la
alertó
algo iba mal,
encontró al inquisidor
durmiendo con un ojo abierto en una mecedora,
una ballesta cargaba en
la mano de lo paranoico que era,
vio la sombra de la
vampiresa, y se hizo el dormido,
cuando ella sacó sus
colmillos relucientes aproximándose al acecho,
abrió los ojos el cura
y disparó su ballesta,
la vampira rápido y
veloz saltó y se enganchó en el techo frío,
al segundo después ya
tenía ensartado el cuello de su víctima,
que este maldecía
asfixiándose en latín antiguo,
a cada oración más
rabia sentía aquella criatura de la noche,
clavó sus colmillos en
los ojos,
y de un mordisco los
escupió en el tarro de cristal,
a continuación tachó el
primer nombre de su lista
con unas gotas de
sangre fresca,
minutos después ya se
encontraba volando
hacia la morada de su
amiga bruja en el bosque
tocó a su puerta, ella
contestó con dulce voz,
amiga te esperaba temía
que algo te hubiese pasado,
abrió la puerta y la
invitó a pasar,
Ven siéntate, brindemos
por esta noche siniestra tan bella,
la vampira sonrió
tenebrosamente luciendo sus colmillos manchados en sangre
agudos como agujas,
veo que mucha hambre no
tienes amiga jeje,
al momento sacó de la
capa el tarro con aquellos ojos frescos
con el nervio óptico
intacto y el iris tenebrosamente en color,
como si aquellos ojos
siguieran con vida,
uno menos gritó alegre
la bruja,
te amo le dijo a la
vampiresa,
yo te amo más contestó
la vampiresa
al tiempo que caían
gotas de saliva por sus colmillos,
le encantaba desnudar
el cuello de su amiga con sus frías manos
a modo de caricia
tierna.
Te faltan cuatro ojos
más para morderme sobria y parca respondió,
lo sé, mañana más
pronto que tarde los tendrás,
al tiempo que observaba
como la bruja,
abría una rata con un
cuchillo
y metía dentro los dos
ojos,
a comer Sombra misina
misina,
apareció corriendo una
gorda gata negra
de ojos amarillos como
de demonio,
ronroneó y se restregó
en las piernas de la invitada,
que contestó ¿puedo
morderla?
tan dulce, tierna y
sabrosa que se ve,
No contestó medio
enfadada
es mi gata y la amo
igual o tanto como a ti,
está bien dijo- Cuando
seas vampiresa tú misma querrás morderla
a esa morcilla peluda
con patas llamada sombra,
ambas rieron y
platicaron
hasta tarde en la
madrugada,
ya va a amanecer amiga
tengo que volver a mi túmulo,
no te preocupes amiga
mañana te hago una visita
para que me entregues
comida fresca para mi gata,
A sí será ambas se despidieron
con un abrazo tierno de hermandad,
llegó la vampiresa y se
tumbó en su ataúd.
Despertó a la noche del
lunes con retortijones de tripa
y una tos espantosa,
presentía una noche
fructuosa de caza,
pues las polillas y
murciélagos de su túmulo lucían su colmillos rojos
al anochecer, está es
la mía dijo y salió en busca de la siguiente dirección,
emocionada examinó la
fachada,
y vio que sería más
fácil que la noche anterior,
veía una ventana que
daba directa al dormitorio
del segundo inquisidor,
un olor a sangre
excitaba su sed, y ya sigilosa estaba moviendo el cristal,
una vez dentro vió col
gusto y dulzura su alimento,
un cura obeso,
que estaba roncando
hartado de vino y carne,
puso su fría mano
tapando la boca y la nariz del clérigo
e insertó sus colmillos
en su cuello cual espadas,
siguió bebiendo una
hora larga de reloj
hasta que aquel corazón
dejó de latir,
a continuación,
cercenó las cuencas de
los ojos de aquel inquisidor
con precisión de
cirujano con sus colmillos prominentes,
escupió los ojos en un
tarro de cristal,
al tiempo que pensaba
se va a hinchar esa
gata obesa con otra rata rellena de cuatro ojos frescos,
se fue volando riéndose
a su siguiente dirección,
tras tachar el segundo
nombre de la lista,
ya había llegado a la dirección,
esta vez era una casa
cuartel con mazmorra,
del alguacil
inquisidor,
no sabía que le
esperaba sorpresa aquella noche negra y yerta,
abrió la verja, mordió
al perro guardián que ya babeaba con sed de sangre,
abrió la puerta
principal que se encontraba rota y crujía,
el escalofrío de la
emoción recorría todo el cuerpo de la vampiresa,
encontró al alguacil en
su lecho ebrio de vino hasta el hartazgo,
esta vez arrancó los
dos ojos con sus uñas
que llevaban siglo y
medio sin conocer un corta uñas,
contuvo el grito de
desgarro metiendo la esquina de su capa
hasta el fondo de la
garganta de su víctima
depositó los ojos en el
tarro
y bebió hasta quedar
con dolor de tripa,
al ver que el corazón
del ciego alguacil dejó de latir,
saboreó un extraño olor
de sangre reciente y carne gangrenada,
siguió el rastro hasta
las mazmorras
y descubrió el horror
que las habitaba
eran las mazmorras de
la inquisición
en ellas descansaban
hombres encadenados gimiendo y maldiciendo de dolor,
veintiséis cuellos,
mordió en aquel lugar,
después de llenar una
bota de piel que antiguamente guardaba vino,
con sangre de arterías
cercenadas,
ya tengo almuerzo
merienda, vianda, y ten ten pie para mañana,
pensaba satisfecha al
volar a casa de su amiga,
tocó su puerta de su
casa de bosque
una voz dulce contestó
ya va cielo,
al abrir la puerta a su
amiga desnuda contempló,
estaba haciendo un
aquelarre y tenía un extraño olor en la entrepierna,
estoy trabajando
contestó la bruja,
pasa y acomódate cielo,
y en que consiste tu
trabajo, preguntó con curiosidad la vampiresa
con la boca llena de
saliva de deseo,
he preparado un
ungüento, tradicional que conocemos las brujas
para contactar con el
demonio
¿necesitas ayuda? dijo
la vampira,
no tranquila,
¿trajiste la comida
para sombra?
a sí es contestó
orgullosa,
bien sacó una rata de
un almanaque y la abrió en dos,
aquí tienes amor
acontinuación metió los
cuatro ojos de relleno.
Sombra, Sombra misina
mis mis, tu cena cariño,
salió corriendo con
dificultad por estar obesa aquella gata negra de ojos amarillos fijos,
se sobó en las piernas
de la amiga invitada y ronroneó de nuevo,
estas contenta he
sombra le has cogido cariño a mi amada amiga
miau contestó la gata y
se puso comer la rata rellena de ojos sangrantes,
terminó la rata entera,
y se quedó durmiendo en su alcoba pequeña
llena de pelos, y
raspas de peces del río y plumas,
esa hasta mañana no
despierta dijo la bruja riéndose a carcajada siniestra,
trato completo, debes
pagar el precio del acuerdo
dijo la vampiresa,
está bien contestó la bruja,
que se untaba un
unguento con aroma a sabia y a yedra en su entrepierna,
¿Qué lleva eso?
preguntó asombrada
pues bien lleva
mandrágora, yedra y daturas de estramonio, machacadas a mortero,
Am,
y eso qué efecto tiene,
ayuda en la
adivinación,
y llama al demonio con
mi plegaria de odio,
está bien,
te ves rica y deliciosa
a sí desnuda,
si fuera hombre esta
noche te hacía cinco hijos,
la bruja río para sus
adentros,
está bien estoy lista,
inclinó la cabeza
mostrando su cuello desnudo a la vampiresa,
se levantó de la
mecedora
reluciendo sus
colmillos
pasó la lengua por el
cuello de la bruja
y le susurró al oído,
dame tu muñeca,
para que seas vampira
tu corazón no bebe pararse
ni quedar sin sangre,
a continuación mordió
su muñeca,
cerró la ventana y
aquella noche se quedó en casa de su amiga,
amaneció y se durmió en
su cama abrazada a su amiga aquel día frío de invierno,
llegó la noche del
martes,
abrió sus ojitos,
emocionada vio que su amiga bruja
que ahora era vampira
estaba bebiendo con ansias toda la sangre de aquella bota
que llenó en las
mazmorras de la inquisición,
se acabó la sangre,
y más rápida que un
rayo la vio mordiendo una pata de su gata,
estaba segura de que tu
gata correría tu misma suerte
ambas rieron
plácidamente,
toca tu primera noche de
cacería amiga,
vamos, vamos dijo
emocionada,
al alcalde quiero esta
noche por cabrón,
esta bien chuparemos
las sangres del alcalde,
treparon el castillo
donde vivía
entraron por su ventana
y cada una eligió un lado del cuello,
ambas bebieron del
cuello del alcalde hasta quedar saciadas,
volaron a su refugio,
y la vampiresa le
suplicó a su amiga bruja vampiresa
que se mudase a vivir
con ella a su túmulo y que le daba permiso para llevar allí también
a su gata obesa
vampiresa,
pasaron la noche
platicando de cacerías y nuevos objetivos,
con la gata mordiendo
murciélagos más grandes que ratas
y ronroneando al lado
de su dueña,
llegó el sol y se
tumbaron en sus respectivos ataúdes,
esperando con sed su
nuevo anochecer eterno.
Fin Primer Capítulo
Segundo capítulo
que trata del amor que
surge entre las dos amigas:
Erase ya un miércoles
nocturno, negro y yerto,
la niebla dibujaba las
tinieblas siniestras,
se podía respirar la
humedad en el ambiente,
aunque los caracoles
por ser invierno todavía no caminaban por la hierba húmeda,
platicando se
encontraban en el túmulo las dos amigas,
debatiendo la cena,
-Hoy amiga quiero que
me consientas,
hay un hombre del
pueblo que no me pagó mi trabajo de bruja
no me pagó la muerte
del hombre al que debía dinero este señor,
me costó eslomarme
escalando montañas para conseguir
aquellas yerbas y el
sapo pa abrir y meterle el nombre
pa trabajar aquella
muerte,
de acuerdo le
chuparemos las sangres a ese moroso
¿Dónde vive?
a las afueras del
pueblo,
tiene una granja donde
cría gorrinos para vender en el mercado,
está bien iremos pero
me prometí a mí misma no morder más animales,
su sangre me da
retortijones y empacha,
vale solo le vaciamos
el cuello,
y a su esposa también
por maruja chismosa.
La noche del miércoles,
se tornaba larga y
deliciosa para las dos vampiresas,
ya volaban como dos
sombras en aquel cielo nocturno con niebla,
llegaron a la granja,
los gorrinos roncaban,
bueno una gallina no
sienta mal a la tripa espérame,
una no fue suficiente
mordió 23 gallinas hasta tener retortijones,
abrieron la ventana de
la habitación,
y allí estaba el deudor
roncando en el lecho con su esposa,
¿ves que tiernamente
siniestro se ve nuestro trabajo?
Si mi cielo,
una mordió el cuello
del hombre otra el de la esposa,
algo macabro resultó
aquello,
de repente la boca de
la mujer que dormía empezó a brotar sangre,
la vampira inexperta
bruja había hincado demasiado hondo sus colmillos
perforando la garganta
de su víctima,
que bruja eres contestó
riéndose
al instante estaba chupando
la sangre de la boca,
para no desperdiciarla,
tenían las dos bocas
juntas las dos amigas,
y una extraña sensación
de nervios sintieron las amigas,
en la oscuridad la boca
de una llegó a la boca de la otra,
y con la sangre
empezaron a besarse con pasión y deseo,
aquello les daba más
placer según pasaba el tiempo,
el corazón de sus
víctimas ya no latía y decidieron volverse al túmulo de su vivienda,
allí hablaron larga y
tendidamente como si nada hubiera ocurrido,
pero ambas amigas
sabían que habían sentido placer en aquel macabro beso de pasión
ya empezaba a asomarse
el sol,
y se metieron en sus
tumbas,
aun estaba la luna en
el cielo y apenas eran las cinco de la madrugada,
aún faltaba hora y
media para que saliese el astro rey,
se dieron el besito de
buenas noches y se acomodaron en sus respectivas tumbas,
te huele el aliento a
gallina amiga
jajaja es broma no te
enfades, te quiero,
yo también que
descanses bruja,
hacía años que no hacía
trabajos de bruja, pero amaba que su amiga la llamara bruja,
aún podía sentir la
nostalgia de su vida pasada en su ser,
buenas noches amiga
hasta esta noche,
yo también te amo,
en la oscuridad del
túmulo habitado,
se oyó una tapa de
ataúd crujiendo al abrirse,
amiga amada puedo
dormir este día a tu lado,
es que la oscuridad me
da miedo dijo riéndose siniestramente,
ven bruja te hago un
lado en mi ataúd,
las dos juntas allí
durmieron en la misma tumba besándose toda la noche
y acariciándose sus
piernas,
besándose y haciendo
pequeños mordiscos mutuos en sus vaginas,
ambas acordaron al
llegar la noche del viernes,
que dormirían todo el
invierno juntas en el mismo ataúd,
la gata negra de ojos
amarillos sombra tenía muy mal aspecto había engordado 7 quilos
de beber noche tras
noche decenas de murciélagos hasta dejarlos vacíos,
a sí en amor y ternura
pasaron el invierno frío
hasta que una noche de
mayo ya se encontraban en su primera primavera sangrienta
que el amor y la sangre
altera.
FIN DEL SEGUNDO
CAPÍTULO
CONTINUARÁ
Tercer capítulo
Que trata sobre el encuentro
con la madre de la bruja vampiresa
Corría una noche de
primavera en aquel pueblo maldecido,
por las criaturas del
averno y su muerte sedienta,
despierta bruja, ya es
de noche,
ahi no que sueño, me
siento como si no hubiera comido en una semana,
mira, mira ha crecido
una seta enorme al lado de nuestra tumba,
ajá es una Macrolepiota
tóxica,
con ella hacía venenos
de encargo cuando era bruja,
ahí cuando yo era
bruja,
que vida más perra esta
he acabado
durmiendo con una
vampira siendo yo misma otra vampira,
bueno estamos y somos
felices y comida no nos falta,
tienes razón pero como
sigamos a este ritmo vamos a beber a todos los del pueblo
y nos reclamarán comida
decenas de vampiros hambrientos,
bueno entonces iremos a
cazar esta noche al pueblo vecino,
hay unos cuellos que
duermen alegres el sueño del gorrino
esperando el san Martín
de nuestros colmillos.
Si te soy sincera, el
pueblo vecino corría de leyendas,
que estaba condenado y
maldito por demonios,
a si es beberemos
sangres tres veces más ricas de personas poseídas,
amén a sí sea, te aviso
que esos demonios duermen despiertos,
no me metas miedo,
los demonios siempre
son amigos de las brujas,
diles que te dejen
morder su cuello a ver si son tus amigos,
deja el sarcasmo,
soy valiente y fuerte y
tengo hambre.
Venga vamos, espera que
le cojo un murciélago a mi gata sombra,
con tanta sangre de
murciélago va a coger una cirrosis tu gata obesa,
una diabetes,- Que va
esta solo con los huesos fuertes, no está obesa,
sí, sí lo que tu digas,
vamos,
ya estaban volando
juntas aquella noche de primavera,
llegaron al pueblo
vecino
y se encaramaron a una
ventana que estaba iluminada con luz de velas,
mira, que mal rollo
¿ves eso bruja? ese cura da más miedo con ese crucifijo que un caza-vampiros,
esperemos que este de
espaldas amada y le ensartamos el cuello,
vale a sí lo hicieron,
de un zarpazo tiraron
el crucifijo del cura al suelo,
que se encontraba en
medio de un exorcismo,
lentamente la sangre
del religioso dejó de brotar por su cuello,
lo hemos dejado seco,
vamos a por el poseído
de repente contemplaron
asombradas como el poseído se doblaba y retorcía
para balbucear sus
últimas palabras,
tu madre que condenaron
a la hoguera a demás de ser bruja era vampira,
y sigue alimentándose
en la oscuridad y la tiniebla,
para puede que este
pobre diablo tenga razón,
puede, pero ya conoces
al demonio que te cuenta la mentira más bonita
como que hay cerdos con
alas de murciélago
que vuelan y son
vampiros,
tranquila que si es
cierto
puedes comunicarte con
tu madre mentalmente y ella vendrá a verte,
escucharon un chirrido
en la ventana mientras vaciaban el cuello del poseído,
mira una vampiresa como
nosotras,
Madre eres tú,
si hija soy yo,
te he echado de menos
todos estos años vigilándote en la sombra,
te echo de menos
también
te amo madre,
veo que ahora eres
vampira también
si y acabé con los tres
hombres que te quemaron en la hoguera,
esa es mi hija
siempre supe que tenías
un corazón de guerrera,
tengo que irme hija
perdóname por hacerme pasar por bruja quemada,
no te preocupes mami,
siempre supe que volvería a verte.
Nosotras también nos
vamos ya pronto saldrá el sol.
FIN DEL TERCER CAPÍTULO
CONTINUARÁ
CUARTO CAPÍTULO
Que trata sobre la
visita al túmulo del vampiro ermitaño Miguel, y la boda de las dos amantes
vampiresas.
Corría una noche
lluviosa de mayo,
cuando de repente
tocaron a la puerta del túmulo,
las dos vampiras se
encogieron del sobresalto llevaban dos décadas sin recibir una condenada
visita,
abrieron con cautela la
puerta,
¿quién llama? preguntaron
. Soy el ermitaño
Miguel, aquel que vive por los siglos en la cueva del monte del reguero del
gato.
Pase, pase bienvenido
sea llevamos mucho tiempo sin una visita cochinera,
adelante mi casa es su
casa,
póngase cómodo, que le
trae a bajar de su montaña,
Os cuento que llevan
decenas de siglos mis barbas bebiendo la sangre por mí,
vengo aterrado de estar
enterado que un caza-vampiros llamado Juan Belmonte
ha llegado al pueblo a
investigar los ataques de nuestra amada familia,
que el demonio la guarde
en su seno y morada,
vengo a ponerlas en
aviso que no salgan a cazar solas,
ese caza-vampiros tiene
los huevos mu gordos
y ya a pasado cepillo a
siete de los nuestros,
las invito a cenar
mañana a ambas a mi cueva para dialogar sobre el asunto,
no quiero ver
desaparecer a mis dos amadas vecinas que espío cuando me aburro
y se comen la boca y
las piernas con deseo y lujuria,
pero bueno ¿no le han
dicho que espiar está muy feo?
perdonadme pero con
tantos siglos uno ya se vuelve un poco verde,
no se preocupe con
gusto iremos mañana a la noche,
de a cuerdo las espero
ansioso,
y cuidado con los
caminos de la noche,
con esa estaca de Juan
Belmonte.
Cuidado tendremos, nos
vemos mañana,
chupe cuellos en paz
igual deseoso de gusto
las espero para tomar un cafelito y un vinito de sangre,
hasta una gitana vieja
me hizo una canción la del probe Migue
pero soy tímido y solo
la escucho cuando estoy triste,
llegó la noche de la
cena esperada y las vampiresas fueron a la cueva del reguero del gato
con su gata sombra,
bienvenidas sean a mi
humilde morada, pasen, pasen,
más guapas y no
despiertan esta noche,
jejé sí el amor nos
tiene con piel de lechuga y picores diurnos,
eso es bueno,
bien de cenar hay
gorrino vivo a chupar, sopa de rata de agua,
y la panadera del pueblo
recién secuestrada,
se veía bien dulce y
sabrosa aquella panadera amortajada con unas bragas rojas en la boca,
la rata para mi gata
sombra que está a dieta,
de acuerdo iré
sirviendo un vinito de sangre gran reserva traída de las mazmorras de la inquisición,
serviré de tapa lenguas
humanas estofadas,
que rico y sabroso
huele que alimenta,
ya va espérenme sin
salir volando.
Se hartaron a cenar y a
beber, una extraña sensación de deseos sintieron, ambas vampiresas
por aquel ermitaño
simpático y risueño llamado Miguel Capote,
antes de un parpadeo
estaban en su lecho desnudas bajo su embrujo,
cosa cierta porque
aquel vampiro era brujo druida,
hicieron el amor con
pasión y lujuria toda la noche,
y acordaron casarse las
dos con aquel ermitaño misterioso,
pasaron aquellos tres
meses tres días y tres horas
de prometidos cazando y
alimentándose juntos
hasta que llegó el
esperado día del casamiento,
fueron de invitados, el
conde Drácula de Transilvania su esposa Anacleta su sobrino Dante Romero,
un ciervo, un centenar
de vampiros murciélago, polillas vampiras de los 3 continentes malditos,
duendes oscuros, hadas
asesinas, basiliscos y demás criaturas del averno,
sonaba el flamenco y
corría la sangre fresca por doquier,
el otoño siguiente
vivían su vida de casadas las dos vampiras amantes
eternamente enamoradas
y sedientas de sangre.
Fin del cuarto capítulo
CONTINUARÁ
Quinto y penúltimo
capítulo
El amor eterno y
desenlace
Trata sobre la lucha
contra el cazavampiros Juan Belmonte y la adopción de un niño vampiro rumano:
Caía ya una noche
lúgubre y cálida de junio,
se podía sentir un
hedor muerto en el ambiente,
las vampiresas se
encontraban alimentándose,
estaban en la granja de
un aldeano del pueblo,
este estaba obeso y
sano, de alimentarse de tanto puerco y gallina,
ambas tenían un extraño
presentimiento,
como si algo no fuese a
salir bien aquella noche,
sentían otra presencia
en aquella granja,
y a sí era, al salir de
la granja,
se encontraron con el
cazavampiros Juan Belmonte,
que llevaba una estaca
en la mano derecha
y un brazo musculoso,
se quedaron paralizado
con aquel cazavampiros,
como si hubieran visto
un fantasma tres veces muerto,
de repente se escuchó
un fuerte disparo,
y el cazavampiros Juan
Belmonte cayó desplomado,
se trataba del ermitaño
Miguel
que había acudido al
lugar con una escopeta
intenta dejarme de
nuevo sin esposas malnacido
desde la tumba, a
continuación Miguel
se encontraba mordiendo
el cuello del caza-vampiros,
que se estaba
retorciendo como un gusano
en el suelo tras
recibir aquel disparo,
ese es nuestro esposo
dijeron las dos vampiresas aliviadas.
Caía ya larga la noche,
y nuestras amigas
descansaban en su túmulo platicando,
aquella noche de junio
había sido muy intensa para las dos,
que ya se encontraban
en una tumba juntas
besándose con pasión y
lujuria,
llegó la noche
siguiente a aquel pueblo maldito sin nombre,
las dos vampiresas se
encontraban apenadas,
a ambas se les había
pasado ya el arroz
y a su edad jamás
podrían tener hijos,
tras pensarlo largo y
detenidamente
decidieron adoptar un
niño vampiro,
llegaron a la decisión
de que adoptarían al pequeño vampiro,
famoso por sus libros
infantiles,
aquel pequeño vampiro
era de Rumanía
y se llamaba Rudiger,
fueron al juzgado
vampiro rumano,
y tras unas largas
burocracias tenían los papeles de la adopción en su mano,
tuvieron que sobornar
al juez rumano
para conseguirlo,
le regalaron seis
botellas de sangre de vino gran reserva añeja,
y una maleta con el
cardenal de la inquisición española
Bartolomé Diaz
Espartaco, se lo regalaros en una maleta de hierro,
con cerrojos y
murciélagos grabados,
aquella maleta tenía
agujeros a modo de respiradero.
Ya tenían al pequeño
Rudiger en casa,
y fue la mayor alegría
de su existencia,
jugaron al endemoniado
y al ahorcado,
y salieron a cenar y
dar un paseo nocturno,
el verano estaba
llegando a la aldea maldita sin nombre,
ya pronto serían las
fiestas del pueblo.
Fin Del Quinto Capítulo
CONTINUARÁ
Capítulo sexto,
capítulo final
Que trata sobre los orígenes
del pueblo vecino endemoniado.
Caía ya una noche de
calor y de grillos una noche de julio,
nuestras vampiresas se
habían despertado emocionadas,
veían a los murciélagos
y las polillas del túmulo gordas y babeando sangre,
vamos bruja esta es
nuestra noche hay comida hasta hartarse y son las fiestas del pueblo,
sí, sí sí quiero,
¿me sacas al baile?
¿me llevaras a bailar?
Pero bruja somos
vampiresas, no mortales,
Ya veo desde hace un
siglo y medio largo,
bueno algo podemos
hacer,
le pediremos a nuestro
esposo que deje la timidez y nos ponga la canción del probe Migue
que le escribieron,
ni hablar se escuchó
una voz tras la puerta,
hace una noche pa’ asar
la manteca y no quiero ponerme triste,
por fa, por fa,
bueno está bien pero
solo la pondré una vez,
sonaba ya la canción en
el gramófono,
Qué le pasará, qué le
estará pasando al probe Migue
que hace mucho tiempo
que no sale,
dice que se ha vuelto
ermitaño en su montaña,
que de ahí no quiere
más salir,
allí se hace su
cafelito hasta se toma él su vinito,
jajajaj ambas rieron a
carcajada siniestra,
es preciosa amor,
te describe hasta la
perfección,
bueno fuera la broma o
la quito,
jajaja no te enfades,
hoy iremos al pueblo
vecino,
algo oscuro y gordo se
está cociendo allí hay vampiros poseídos
que nos están haciendo
la competencia,
está bien, al rato se
encontraban volando al pueblo vecino,
fueron a la iglesia del
pueblo
que tenía escrito en la
puerta con sangre, pueblo propiedad
del demonio y Calvin
Caín,
tienen sentido del
humor por lo menos nuestros amigos,
si, sí ya le entra a
uno mal rollo de verlo,
se escuchó una voz que
provenía del campanario,
bienvenidos pasen,
pasen
¿Da mal rollo ves?
se puede venimos del
pueblo vecino
a exponer nuestro
problema vampiresco,
está bien, pasad y
poneros cómodos,
pasaron a los púlpitos
de la iglesia,
y bajó del campanario
un vampiro anciano jorobado,
con la cara rajada,
me presento soy Odor
jorobado de Notredame para servirles,
como podrás ver soy
vampiro extranjero francés,
¿Que les trae a mi
humilde morada?
Pues bien últimamente
estamos teniendo problemas con vampiros endemoniados
de este pueblo que nos
hacen la competencia y nos dejan sin alimento,
está bien se acordará
lo siguiente el invierno y la primavera será la veda abierta
para los vampiros de
vuestro pueblo, otoño y verano
será nuestra veda para
nuestro pueblo del demonio,
las dos estaciones que
tendréis vedadas tendréis que ir tirando de despensas de sangre
y sangre que halláis
almacenado en botellas, barriles y toneles.
Me parece justo,
una pregunta más y nos
marcharemos,
¿A qué se debe tanta
presencia del demonio en este pueblo?
Pues corre la historia
que san Miguel ARCÁNGEL
bajo del cielo en
septiembre porque se gastó todos los dineros en licor, casinos y prostitutas
bajó a hacer la vendimia
como todo buen hombre del señor,
y aprovechamos para
ensartarle los colmillos y volverlo vampiro,
desde entonces el
Arcángel vive en Transilvania,
bajo el seudónimo de
conde Drácula ese es nuestro origen endemoniado,
sin san Miguel luchando
contra el demonio,
cientos de demonios
salieron y se apoderaron de todos los aldeanos del pueblo,
brindaron en sangre,
y todos se fueron a
dormir pues ya iba a salir el sol.
FINAL
No hay comentarios:
Publicar un comentario