martes, 1 de marzo de 2022

Verdinosa luna

 


I

Sendero sobre la verdinosa piedra,
y bajo árboles
que aún conservan
jóvenes, verdes aún
sus copas, agua, un manantial
con piedra rodera
su canto de sediento poeta,
que rueda silenciosa,
el gran sabio se cuidó del necio.
Y dijo:
-Poeta salmista, arre, arre,
vamos camino al Infierno flagrante;
lavó la lluvia bajo azulete,
y alzó un muro blanco
del tabaco prendido su pipa.


II
Un tibio aliento se enervaba,
del otoño caduco
y un invierno estoico,
que oreaba su caléndula,
florida, jovial,
latían versos juveniles,
de corazón sonoro,
como almendro recio de oro,
caminaba,
Vagaban, músicos, sabios, poetas 
y alquimistas, salmistas, obispos del verso y guerreros difuntos.

III
Oh, pegasos, blanquísimos,
Pegasos, llevarme,
vamos rumbo al infierno.
En vuestro lomo y regazo
voy seguro.
Nadie fue aún capaz
de romper la luna del espejo,
yo fui el ejecutor,
rompió el espejo,
vamos rumbo al infierno,
adelante, vino la guerra,
por vara del juez,
por el sobrio bàculo,
o el cetro, gira,
mi canto rodado de poeta,
como soldado, 
como amanecer roto.


Förüq castellano Miguel Esteban Martínez García
Lugar UME Guadalajara España

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