miércoles, 3 de noviembre de 2021

Sus pies en la grama








Imaginé sus pies y el rocío permisivo,

mi caléndula otoñal, 

me bailó su agua nectarina.

Fuertemente en mis ojos solos entre abiertos,

mis pupilas entonaban una savia maldita

de una higuera del demonio u estramonio,

al divisar en mente su regio caminar acorde un perdido son,

de espigas y caracoles a esta primera lluvia copiosa

este otoño que ya era extendido,

como silbando al terreno nuevas hojas breves,

tan hermosos eran sus pies de dama,

que me daba miedo dejar de visualizarlos,

a ojos cerrados,

todavía no habían conocido mis senderos,

me llenó el alma su huella,

como mariposa leve, danzarina,

posándose sigilosa en un tridente de trébol,

sigilosamente se detuvo su caminar,

sacó del bolsillo, una nota doblada,

en la cual ella decía

Migue llegó su momento,

no está usted soñando,

-Yo no creí aquello,

no sabía si era la voz del averno o Paraíso terreno-

soy caballero Esteban, su Musa,

he venido a cumplir una promesa

hice a su alba más preciosa

nunca vista,

sólo soñada onírica..

No hay preludio amado.

Béseme como si tiempo no hubiera.

-Yo ya tenía mi corazón en la yerba de sus pies,

cómo negarme,

cómo estropear aquel sueño,

No se vaya compañera

le traigo la flor de Hércules

de la montaña más remota con raíz,

y verdor secuestrada indemne,

¿ Cuál es el nombre del pájaro negro ,

que mora las hojas estos Robles,

ave misteriosa que con su crascitar

anuncia cada noche?

Una palabra su nombre otorga

en el idioma más antiguo,

nuestros ancestros le tejieron, Musa,

-Förüq, es respuesta-.

Ese nombre de cuervo morador,

béseme Förüq, soy yo tu Musa,


Förüq...

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