domingo, 7 de noviembre de 2021

Cielo encerrado


Irrumpe la media noche,
sobre ingrávido lecho de sobriedad,
acostando una luna de gata,
entre áspero frío,.
Cuerpo, mineral candente,
no hubo tierra más bella erigida,
avanzaba entre caléndulas
y espigas solariegas,
quieto entre pantanos de tela,
en esta nube de leche,
el esparto fragoroso gira,
imploro a esta luna que ame,
y el violeta cielo abre su puerta,
a mi sangre verde.

II
Es por este escarabajo
que llega el verbo
soledad, soledad,
tu puridad de alas,
que vencen ocasos de adoración.
Sierpe funesta, clavada la hora,
vorágine o trasiego de Quimera,
luz que ignora todo lo que vence,
tu liso, amarillo flanco,
de oscuro dorso,
tus infinitos beso,
como octógonos puros,
me diga tu corazón al apoyo
de tus párpados,
la profunda verdad
a cerrar camino,
a saberte,
en esta espectral rivera,
de ondas líbicas.
Espuma densa
de océano de lirios sangrantes 
entregado.
Profunda ascua invencible,
es mi dolor,
que mas no quiere retirarse,
que sentencias corpóreas invade,
todo párpados,
y poderes ocultos,
montaña de hojarasca,
cristal de pulsos,
que tu imagen subleva.


III
Suspiro fresco,
en labio extinto de sombra.
Día sin hallar,
tu densa forma,
cuerpo con agua de estrella,
mi querer que llega a rozar tierra,
tiende y la muerte que renace,
por fuegos de brea,
en aire.
Abren batientes pétalos,
de viejo silencio esquilmado,
esplendoroso.
Canta mujer,
canta mujer diablo,
que mi condena por sola,
se resarce,
habrá un plato con higos,
habrá plato de almendras dibujadas celestes,
mundo sin mentira de la vida,
como astuta golondrina encontrando dócil rama,
no hubo tierra más hermosa
para habitar, ni ventura no llueva,
tu cielo encerrado de vientre de espuma,
se abre manantial,
fuente eterna de salvaje Hipsípila
reluciente de esmeraldas,
y todo siente
que no hubo tierra más bella para habitar,
que tus ojos cariño.


Förüq

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