Flor de luz en este
linde donde corta mi sendero.
Vidas paralelas que
avanzan, entrecruzándose cuando duerme
el sol.
Fiel reflejo de mi
amor que te doy en sueños.
Intermitentes
sentimientos como ánimos en ánimas inanimadas.
Flores amarillas de
espinos creciendo en este desierto embalse de recuerdos regados con amor.
Labios que sangran
palabras de vino.
Pulmones que
respiran cigarrillos en un cielo enterrado.
Manantial subterráneo
donde quedé encerrado.
Gritos por eco,
pensamientos retumbantes en mi cabeza, reflectantes de mi existencia.
Quisiera escapar de
este pozo quisiera que tú me rescataras.
Que tú me ayudaras
y me besaras pero eso no depende de mí porque ya me amas con toda el alma.
Semanas pasan y el
olvido me va matando con su cruel instrumento, a golpes de silencio me voy
consumiendo, sin sentir tu aliento.
II
Aquí, sigo cantando inamovible,
donde el aire, y viento mordaz
acuesta la madre Belleza,
entre colores tempranos y perennes,
fue un soliviar vetusto,
donde recogí mi voz
nunca más increpada,
oh su hielo mortal, de ángel de invierno.
Se aplaude hasta los vítores.
De dulzura y regodeo extenso;
me peiné con mi sombra
y continué mi destino amable.
Sin tiradas ni lazadas un vacío infausto,
más solo no creo,
no me coserán los labios,
ni mi tarde eterna dejará de sangrar.
Vine por el regodeo de un sol tranquilo,
todo lo escrito pensándote.
jamás bastará,
ni la llenez en dicha queda suficiente.
III
No se muere de hastío,
no conozco su término,
si dicta la querencia,
me reinvento hasta lo que no pudo
el poder,
su vidrio no rompo,
de su onda,
con fuerza navega mi barquito de verso;
el azar benigno avanza
que mi dolor sublimar quiere,
surcaré besos trasuntos,
caricias anhelantes,
voces rotas de olvido precoz
usurparé sueños a diestra,
reserva será volver
a ser quien habla:
Esteban er-lobo bohemio
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