Ni las horas se pueden escapar
ni el tocino amarrar.
Desde tu palabra llegas
al más profundo tú,
al más profundo tú,
y vuelves a salir y compartirte
a sembrar tu centella
que te llene
a cosechar un pan,
que compartido pueda saciar
el hambre,
que es calma, la dulce
sensación de ser amado.
Porque al fin, la distancia,
todo es aire...
El sentimiento trágico de la vida...
Soñar viviendo que vive soñando.
Que su sueño es su realidad, absoluta,
diamante.
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