sábado, 5 de junio de 2021

Voz, tu alma

 

Poema de 2012:

Gran luz, amarillo brillo de tu amor,
luz de tu esencia, sangre de fuego en tus venas
de vida en color, mas atada a tu tierra,
solitaria de tus páramos,
amapola amarilla de montaña,
reina hada del bosque de las sombras,
en tu despertar iluminas espíritus olvidados
del corazón más profundo del bosque.
Mas tu hermana sangrienta roseta de penitente
nace debatiendo qué color vestirá su flor
violeta de reflejo de luna,
manchada de sombras de amor a la noche,
o rojo cual granate hechizado de corazón de sangre congelado,
sea cual sea su manto, no olvida;
vestirse de todos los colores
con el negro más opaco,
de recuerdo al fin y el resurgir,
al comienzo del pétalo amado.
Aún sabiéndote amante de la soledad
también creces en familia,
de sangre marcada tu insignia
recordando que quisiste tener corazón
y te ataron a la tierra,
hasta en tierra muerta creces,
para aliviar tu pena poco necesitas,
tu belleza alivia tu alma,
del viento obtienes tus caricias,
de insectos los besos, y del tiempo
el sustento para tus semillas de tus urnas,
ciegas nacen, ciegas caen a la tierra, en la noche de lluvia.
Un día de primavera a una
se le ocurre el sueño de despertar,
pronto sus hermanas le siguen,
en belleza de la vida ves nacer y morir,
espíritu de reina tu entraña amapola,
nadie te odia, muchos te aman,
bendices la casa si tú, gran luz,
floreces amarilla en la rocalla.
Mas si tu bendición es ser blanca y morada
das el sueño de la más bella hada.
Si naces roja y negra das tranquilidad y alegría
al espíritu que en guerra se encuentra,
si eres roja como el carmín del deseo
tienes el amor del camino que cruzan las almas,
como tu eternidad en la tierra
a la que te ligas y esclavizas.
Quién te daría ese nombre de amor,
quién te nombraría desde la antigüedad
planta de la alegría,
quién conoce tus secretos,
sólo quien se funde con tu sangre,
quien ve tu alegría en la primavera,
que te cobija,
quien ama la vida,
reina flor te ve en la tierra
y amada musa tu belleza,
quién te conociera, quién te conociera.



El Castellano






En el bosque de tus ojos quiero perderme.
En el campo celestial de tu mirada
vivo y quiero vivir, siempre.
Del para
íso de tu cuerpo,
soy caricia de lluvia,
soy melod
ía de viento,
soy te amo sin tiempo.
Porque de tu coraz
ón, soy eterno,
Y tu amor es lo m
ás bello,
Y caigo en el sue
ño
en que abres tus p
étalos para mí
bajo aquel
árbol del deseo,
y crecen las flores
y el lago emana
de la belleza de tu alma
de las violetas y amapolas,
del jard
ín de la alegría,
eres t
ú la ninfa mía.
Y las flores de malva tienen envidia,
Las rosas celosas crearon sus espinas
porque mi amor fue para ti.
Las campanillas m
ás sencillas,
crearon en flores sus voces,
en notas de amor al que llaman
y buscan trepando y enred
ándose,
en la maleza y la piedra,
el helecho en duelo
rechaz
ó la flor y la semilla,
a esperas de ganar tu amor,
con sus hojitas en belleza
que se despliegan como un caracol.
Las droseras ansiosas
su trampa desplegaron
en son de atraparte
en sus dulces gotitas de n
éctar.
El musgo enamorado a si se qued
ó,
peque
ñito y suave como el terciopelo,
para acariciar tus pies y sonre
ír
con la lluvia y el agua.
Donde la belladona cantaba
Y de la luna se cre
ía preferida,
Abri
ó su amapola azul y negra
la adormidera,
siendo el sue
ño de las hadas,
su prima la golondrinera,
su amapola amarilla,
fuego del bosque de las sombras
liber
ó su ninfa con una gota de rocío,
con ella lleg
ó la primavera,
contigo ninfa m
ía llegó la belleza,
y t
ú amor en alas de mariposa,
abrigaste cada sue
ño,
arropaste cada pensamiento,
y ahora no s
ólo eres mi amor,
tambi
én la más linda flor de mi sentimiento.
Te amo, siempre lo har
é,
Nunca marchitar
ás porque si pasa moriré yo.
El Castellano

Gran luz, gran luz al conocerte.
Cabalga un sue
ño hermoso en los albores,
cruzando el mar, su alma est
á.
Su casa, su amor y su hogar
en el coraz
ón de su doncella está.
Guerrero ni
ño, vasallo nombrado del amor.
Gran luz en su reino, creado de ilusi
ón,
de fuego incombustible su interior.

Cabalga su amor, su doncella m
ás cerca está.
Crecen las flores, en los alrededores est
án.
Deleitadas y coloradas,
dejando en p
étalos su complicidad,
para el romance que viendo est
án.
Mientras va el r
ío de colores
con paso lento y decidido.

En besos de gotitas,
que dan vida a las almas al pasar.
LLora una plantita con una gota de roc
ío.
-
¿Qué pena tienes tú plantita,
t
ú que eres linda y la luz y el río
te besa y acaricia cada d
ía?
-Mariposa quisiera ser,
¡¡Mariposa quisiera ser!!

Volar a la otra orilla
y a mi amada margarita,
que est
á solita, poder besar.
Al viento le pido cada d
ía
que traiga sus semillas,
para que con las m
ías,
abandonemos la soledad.

El Castellano


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