lunes, 28 de junio de 2021

Cristal de pulso



I
Por mis manos,
casi se deslizaba y tanteaba,
diestra, de azar su pluma.
De metal,
casi deslizaba
vapores y humo rojo,
de una hoja de patata,
asumido tajo,
sobre mi escritorio.
Un clavo carraspeaba,
hendido la pata de la mesa.
Era suficiente tiempo innecesario,
para volar sobre espalderas de parral,
imaginario,
y ver oficio una trilladora casi gastada,
de oxidado diente.


II
Zigzagueaba un torso tenso,
surcaban los arrietes
mi arado precoz,
su sonido de suelo,
en guijarro sembrado,
colgaba una bota,
medio llena.
de la sangre brinda,
de la tierra, Dionisio.
Sobrevolaba la cabeza
el azadón, buscando
alto y enervado tallo de patata,
hundida exuberante.
Repleta, por embalses de tinta,



III

Mi pluma ya parecía aguja,
cosiendo un telar,
de vida a reencontrarse,
con su esposa muerte.
El torno tenso
era un bólido de alfarero.
Miro abajo y entre la grama,
pulgas sonríen,
y bailan a un plenilunio
ostentoso.
Ya el tábano que suerte 
vuela el cerro,
suertudo, buscando,
depósito de vida o sangre,
o los dos.



Förüq castellano Miguel Esteban

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