I.TU AGUA CIEGA (SANGRE)
Afilo
hasta pulir el filo
de tu
sonrisa yacente,
entre mi
pecho de piedra;
sonríe a
tu agua que no se piensa,
ataraxia
momentánea
en
sangre esquiva verde,
plomo
largo de idea batiente,
cesando
terco y fructuoso aljibe
donde se
almidona la sed de tu cicuta,
surco
cielos extensos
de golondrinas
cromáticas,
esperando
ponerlas nombre.
Acantonado
se estría mi respiro,
cromo
que abre el tiempo,
por
nubes de besos de zinc,
acrisolado
mejor extasiado
el
vértigo en lienzo
sin
melodía ocre.
Desnaceré
y no
acabaré de irme
sin
regentar
tus
reflejos muslos férreos
en musgo
de caricia anhelante,
de abrir
la noche
dentro
de tu párpado cerrado,
abierto
a dulce relámpago
de mi
color áureo.
Albino
se ciñe mi sino
preguntando
si un alba
me
oscureció el cabello,
acaso
sueño,
perpetuidad
de constelaciones
y raudas
estelas
que
guardo en mis bolsillos,
ninfa,
pléyade, musa
de
acuartelados suspiros
entona
tu arpa notas de agua,
abiertas
al iris.
Abeja de
esta mi escritura dicta,
tejer la
celda,
y el polen
será la letra,
cuál la
reina oscura
que
quiera miel de flor sonrojada
que
espera,
tibieza
en sueño de metal,
hematíe
sanguíneo
que tu
surco devela
y avanza
en punta de lanza.
Llamada
prosa a 23-08-2018
A 14-11-2022
A una bella, se vencen los sones
los himnos que suspira la tarde
sobre grana trigo y soledades de girasol,
la voz en plegaria semejanza quiere
con el gorjeo de un zorzal,
dentro de tu pupila azul
descansa el sueño mi tamborileo
suave como grave.
Voy por el susurro de la secreta mano,
tu párpado de sueño leve, amortecido,
vence plegarias e inspiraciones
fragantes, de tu aroma primas,
de esencia más sonrojada,
y barquitos de tela sobre el vino,
de manzana, claro, de suspirar hondo,
perplejo...
II
Delicia, oh, espíritu de fuego terso,
tu sola boca,
midiera distancias entre sueño
y placer tangible, lo siento mi ama
doncella amapola, distancia ninguna,
amor, que dices que la noche
callada me ama
auuuuuuuuu, auuuuuuuuuu, auuge
lobo de día, cuervo de noche
que en sueños siempre vive
en libertad,
una noche bajé a la ciudad,
fui a encontrar tu nota
sin final, nutrida de lágrimas
y fuego denso, labios en caverna,
yo, que a veces no duermo,
sé tú más feliz que yo...
III
Mi bella en juventud
que honores y albores consagren,
como lustros llevo encendidos,
en tu busca y captura
de andariegos siglos
y tu mirada vivaz de golondrina,
avanzo por reflejas piernas
El
Castellano
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