JURISPRUDENCIA DEL BESO:
Vanos sentidos
temblando la noche tenue
cosida de luces efímeras,
lecho partido
mitad oscuro mitad luz.
Luna que descubre y muda,
sobre la soga que retuerce
el olmo frío y duro
un invierno trasnochado
que huyo
y huyo buscando tenor de ventana,
fría endeble quizás áspera
como la hoja.
Vinieras y te quedaras
como la suave caricia de primavera,
mar de tierra que estira y no duela,
otro camino se afila
sin desvanecer;
piedra cerrada que te alcancé a ver,
cristal de metal, perpetua, fugitiva
destino precoz te alumbraba,
como eras,
pluma de tierra,
sonrojada vida a mi vera,
planteada osadía de quimera,
vorágine encendida
mi esfera prendida,
ascua por el Sol que espera.
Diosa, mi ciudad ardiendo
en el sueño de mi paraíso ciego.
Plaza en la historia del corazón.
Sombra de mi destino prometido,
serpear incesante por tu imagen
no preguntes a mi espejo,
ni al viento sesgado
soy etéreo como sombra de ciprés
un día nublado.
Espectro del vivo silencio
encarnado,
palabra sin precipicio
ni soga que levanta,
moneda de tres caras,
espina en la rosa de tu tierna cara.
El Castellano
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