domingo, 12 de septiembre de 2021

Elegía siguiente









I
Mayor seguridad viera
al servirte, en realidad,
tangible, y apremio mío,
fuera realidad visible.
Un mismo juego,
en la fragua un amor,
armonioso, real
como onírico posible,
se blande y aviva,
como agua de manantial,
incuestionable,
mi río armado que avanza las eras,
descarnado.

II
En un claro
resplandor, te encuentro,
como viva llama,
escucha toda súplica,
convertido voy en ceniza,
de licor que jamás avanza.
ausencia que crece y florece,
el mal yo siento,
mío de amoroso relente,
y sola fuente,
cielo sujeto,
mi pena,
sin término finito.

III
Deleitosa su letra,
mirando su azarosa playa,
de hermosa delicia,
sin cementerio de acento,
oh, eterna flama,
que mi corazón en sangre inflamas,
tu alma,
donde el mal no existe,
yo no me iré cariño,
y nadie habrá ,d' llorarme.
No necesito salvada,
ni pausa, vida
al Sol, a la sombra,
la tierra todos espera.



IV
Copioso el río,
a la lumbre encarnada,
invisible visión afortunada,
por celestes aposentos,
uno, no vino,
como ánfora, en luz  llena,
ya no llora,
de su mar,
esta jornada.
Oh , cielo púrpura,
de escarlata nube,
como fantasma que perdura,
y mi grajo crascita
su ventura.


Förüq castellano Miguel Esteban

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