COSECHADOR TU AGUA:
I
¡Armaos, perros poetastros,
poneos vestimentas, vestimentas de amores mediocres,
vuestras líneas sin más tardar!
Es tarde para volver atrás;
No dudéis ni un suspiro
de este yerto que cruzó
el río de la Estrida.
¡Mas, por regio el Sol caudillo,
por su blancura de Madre,
oh dulce, cuantas estrellas siembran el horizonte,
hay los cielos.
Y hojas hay en mis manos escritas.
¡Remate yo, de mi origen, si os devuelvo a la tersa olvidada!
Suenan las grandes trompetas
que ni en toda Babilonia,
ni en alta torre de Hércules
su resonar pueden disolver.
Recobrara mi aliento,
mis ojos cobraran su luz.
¡Mas por el regio Sol caudillo, por su blancura de Madre!
Día tras día nuevo,
tirando tajo de verso recto.
Embestía y no halagaba a ninguno.
Por un pajarillo envío
por una hermosa golondrina,
que allí donde se vea una alborada,
Hipsípila caudillo hijo,
siempre vivirá como invencible Sol.
II
Aguarda que tome luz mi alma
y me acuda toda sangre,
ni miedo a mil hombres
me arrecian la lápida,
decídle al blanco ser,
mientras mi hogar
holgado en doble cerrojo,
mi sien, vestida de negro;
por ilusiones entregadas
sin fortuna a las mesnadas,
decídle allá donde encuentre
vacío estertor
allí, si encuentro a enemigo rival,
habré de beber su sangre.
III
Sólo si incitan y excitan mi furia
caeré sobre sus dominios secuaces.
Padres y madres tienen
en la Perra semilla la ignominia.
Misericordia no hallarán en letra,
ni la hermosa golondrina
llevará buenas nuevas
de mi doble muerte.
Resonarán las grandes trompas,
resonarán grandes trompetas,
de toda Babilonia armada
que el cielo
les cayó a los ojos.
FÖRÜQ castellano Miguel Esteban Martínez García
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