martes, 25 de mayo de 2021

Luna XIII

 




Luna
plateada de mi cielo,



en
las noches



voy
a tu encuentro,



pero
te escondes



entre
bloques



de
hormigón y cemento.



Quiero
verte,



pero
incluso te escondes,



por
las violetas ramas.



Mas
los dragones,



del
cielo sonámbulo te acarician.



Cielo
obtuso,



de
sueños fluorescentes,



tú,
de color líquido,



solo
templado



con
miradas intermitentes,



por
el tiempo de espera angosto.



El
murciélago baila



con
el colchón de tu luz,



rasgando
sombras,



para
reposar siendo una más.



Oscura
nebulosa de tu vítreo trasluz dime,



por
qué te siento incluso estando solo.



flores
opaco reflejo



de
luz violeta



incluso
de noche;



artifficie
luzzae.



Lucero
de ciudad,



rompiendo
la obscuridad.



La
noche se detiene



para
sentir que estás conmigo



otra
vez más,



recuerda



que
tus ojos tienen sangre



recuerda
el viento



que
aúlla mi nombre



recuerda
la luz que tiembla



y
cruje la noche en las pupilas



recuerda
que me hablaste



de
amor en el tiempo



que
cae muerto



que
pactamos con el hielo



la
vuelta del invierno,



recuerda
cada latido



de
oscuridad



que
llama a tus venas de humo



recuérdame
en la eternidad del beso,



en
cada rosa que robe tu cuerpo,



recuerda
que vivo para ti



dando
voz a la soledad asesina,



la
flor vive soñando



que
fue mariposa y abeja,



vive
durmiendo la semilla



enamorada
de la tierra



para
despertar



y
enamorarse del sol,



clávame
estas nubes de sangre



en
el hierro de mi destino,



se
me negó la luz



encadenada
a esta tierra sin cuerpo,



solo
tú me sientes



en
este camino



que
no lleva retorno



solo
espiral anhelada de renacer



el
tiempo ya no nos puede sostener



camino
buscando el frío



en
este calor que quema el alarido,



te
encontré perdido



hoy
vives un amor



que
sientes soplándote al oído,



en
la puerta del infierno caído,



te
casaste con la luna



que
reinaba en tu corazón,



al
viento le diste voz,



a
la lluvia la nombraste



lágrimas
de mi ayer,



le
diste ojos



a
la sombra para mirar,



la
espina caía herida,



la
caricia retornó a las polillas,



la
vida marcha deprisa



cuando
abras los ojos



ya
todo habrá cambiado



solo
encontrarás que seguiré a tu lado



aguardando
tu otoño



y
la caída de tus hojas,



esperando
que seas mi acompañante



en
los siglos y milenios



que
nos condenaron,



encontrarás
esta sed del cielo



en
cada silencio muerto,



en
cada raíz



que
grita en su tierra



toma
de la vida lo que quieras,



siembra
tu aliento



en
cada tierra,




todo lo tienes



yo
solo soy una fantasma



que
sólo tú ves.



II

Luna sempiterna,

esta noche que te alzas sobre tu esplendente fulgor,

hermoseando entre las hermosas flores

yo, te busco luna,

entre febriles boscajes,

y silos de noctambules,

relamía tu chispa dejada

entre las manos de tu obscuridad compañera,

fui a abrazarte pero escapaste,

por los altos cielos,

y luceros rotos de ciudad,

paredes de hormigón y alquitrán perenne,

desvencijada está mi suerte,

te amo mi Luna,

mas por el poder y honra quien te sostiene,

por mi sol ferro te alzo en piropo trasnochado,

cuantos sigilos de chopo,

te encumbraron,

fui a abrazarte pero tu luz escapó como blanca agua 

de enredadera,

derretían los oscuros sones,

y afilaban hojas de terso titanio,

hoy también buscaré tu amparo y cobijo,

de tu colchón de luz,

ni nubes, te resguardarán, de mi lucero de ojos,

carretera a tu silencio es mi vástago cariño 

que te siembro,

tu amor que me nace

como bello fantasma

que deseo y muerdo,

sin ti lo cierto nada tengo,

ni esbozos por dibujarte cabrían,

te busco, por cuantas torres esparcen tu belleza,

imantada, eres delicia,

alzada tú,

te canto,

¿Quién te tuviera?





 



 



El
Castellano

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