Luna
plateada de mi cielo,
en
las noches
voy
a tu encuentro,
pero
te escondes
entre
bloques
de
hormigón y cemento.
Quiero
verte,
pero
incluso te escondes,
por
las violetas ramas.
Mas
los dragones,
del
cielo sonámbulo te acarician.
Cielo
obtuso,
de
sueños fluorescentes,
tú,
de color líquido,
solo
templado
con
miradas intermitentes,
por
el tiempo de espera angosto.
El
murciélago baila
con
el colchón de tu luz,
rasgando
sombras,
para
reposar siendo una más.
Oscura
nebulosa de tu vítreo trasluz dime,
por
qué te siento incluso estando solo.
flores
opaco reflejo
de
luz violeta
incluso
de noche;
artifficie
luzzae.
Lucero
de ciudad,
rompiendo
la obscuridad.
La
noche se detiene
para
sentir que estás conmigo
otra
vez más,
recuerda
que
tus ojos tienen sangre
recuerda
el viento
que
aúlla mi nombre
recuerda
la luz que tiembla
y
cruje la noche en las pupilas
recuerda
que me hablaste
de
amor en el tiempo
que
cae muerto
que
pactamos con el hielo
la
vuelta del invierno,
recuerda
cada latido
de
oscuridad
que
llama a tus venas de humo
recuérdame
en la eternidad del beso,
en
cada rosa que robe tu cuerpo,
recuerda
que vivo para ti
dando
voz a la soledad asesina,
la
flor vive soñando
que
fue mariposa y abeja,
vive
durmiendo la semilla
enamorada
de la tierra
para
despertar
y
enamorarse del sol,
clávame
estas nubes de sangre
en
el hierro de mi destino,
se
me negó la luz
encadenada
a esta tierra sin cuerpo,
solo
tú me sientes
en
este camino
que
no lleva retorno
solo
espiral anhelada de renacer
el
tiempo ya no nos puede sostener
camino
buscando el frío
en
este calor que quema el alarido,
te
encontré perdido
hoy
vives un amor
que
sientes soplándote al oído,
en
la puerta del infierno caído,
te
casaste con la luna
que
reinaba en tu corazón,
al
viento le diste voz,
a
la lluvia la nombraste
lágrimas
de mi ayer,
le
diste ojos
a
la sombra para mirar,
la
espina caía herida,
la
caricia retornó a las polillas,
la
vida marcha deprisa
cuando
abras los ojos
ya
todo habrá cambiado
solo
encontrarás que seguiré a tu lado
aguardando
tu otoño
y
la caída de tus hojas,
esperando
que seas mi acompañante
en
los siglos y milenios
que
nos condenaron,
encontrarás
esta sed del cielo
en
cada silencio muerto,
en
cada raíz
que
grita en su tierra
toma
de la vida lo que quieras,
siembra
tu aliento
en
cada tierra,
tú
todo lo tienes
yo
solo soy una fantasma
que
sólo tú ves.
II
Luna sempiterna,
esta noche que te alzas sobre tu esplendente fulgor,
hermoseando entre las hermosas flores
yo, te busco luna,
entre febriles boscajes,
y silos de noctambules,
relamía tu chispa dejada
entre las manos de tu obscuridad compañera,
fui a abrazarte pero escapaste,
por los altos cielos,
y luceros rotos de ciudad,
paredes de hormigón y alquitrán perenne,
desvencijada está mi suerte,
te amo mi Luna,
mas por el poder y honra quien te sostiene,
por mi sol ferro te alzo en piropo trasnochado,
cuantos sigilos de chopo,
te encumbraron,
fui a abrazarte pero tu luz escapó como blanca agua
de enredadera,
derretían los oscuros sones,
y afilaban hojas de terso titanio,
hoy también buscaré tu amparo y cobijo,
de tu colchón de luz,
ni nubes, te resguardarán, de mi lucero de ojos,
carretera a tu silencio es mi vástago cariño
que te siembro,
tu amor que me nace
como bello fantasma
que deseo y muerdo,
sin ti lo cierto nada tengo,
ni esbozos por dibujarte cabrían,
te busco, por cuantas torres esparcen tu belleza,
imantada, eres delicia,
alzada tú,
te canto,
¿Quién te tuviera?
El
Castellano
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