lunes, 31 de mayo de 2021

Sembrar la lluvia













Amapola silvestre,
llévate mi sangre 
a las entrañas del inframundo
así como tus pétalos,
elevan la sangre de los suelos,
que tus raíces, 
me conduzcan al tercer reino.
Oh, espino amarillo, 
que bajo tus espinas,
han visto infinitud de cal 
varios nacer los montes
y senderos, 
que todos llevan al mismo sitio
a perderse 
en el elevado espino 
de tu luz.
Oh elevado, 
cuál sería tu misterio
para dejar a este escriba absorto.
Brezo silvestre, 
sin miedo, tras el olivo
te vi crecer, 
y una manzanilla cerró 
junto con el verso
de la caléndula arvensis 
que tapó con sus pétalos
en cuña, 
al caer la luna al cielo.
Hervor del sol de mayo,
despertando el ojo de la tormenta,
necesitando más savia,
para respirar,
señores cardos bordean el sendero
a mi secuencia
presa en el arañal mi suerte,
visité hoy su familia de arañas,
como cada año,
ellas,
que siempre están
porque nunca se fueron,
bajo mi olmo de impía mano,
plantado,
su vena de acequia 
que surte el canal de riego,
asoman primeras gotas precoces
en mi ventana,
cantando surco
en un reguero de cielo,
todo me conducía,
a clavar mi guiño
en tierra para repitiese 
mi bella primavera,
de amapolas blancas de leche,
y rosas perras de escaramujos,
desterrados a mi patio,
mamoncillos de años atrás,
rebrillaban sus nuevas hojitas
al reverdor que Ostara,
siembra de sus faldas de luz,
todo era matemático origen de vida,
ascua que plañen los dioses,
líquida y fluyente,
como manto transparente,
que la belleza abarca 
y recoge luego en flores.
Agüita de mayo, te llamo,
embebe mi noble melancolía,
que te aseguro,
que hay tristeza, y sangre,
que es, y se puede volver bella.



Förüq castellano Miguel Esteban

Arañal









 

domingo, 30 de mayo de 2021

Sentir de la turquesa














Umbroso páramo,
que relumbras mi contento,
miro la sola ribera mi infancia,
y hoy me hace compañía,
una afanosa, simpática, soledad,
no amancilla mis penas,
ni es complaciente,
amiga ferviente del caos de idea,
oh si mis penares te cantaran,
como sonora golondrina
que me hizo nido,
por el pardo firmamento,
me arrulla una tímida
luz violácea de luna tersa,
desde el otro lado,
nadie a quien decir adiós,
nadie a quien acoger en amable trazo,
como fuentes una dicha me bulle
atónita y cristalina,
que surca del bello campo, sus flores,
por este sol de mayo,
erijo una sonrisa,
más duradera que el bronce,
limpia y más resplandeciente,
que un destello terso de alba,
azul esfera de armonía
en simiente,
brillo que no morirá de tus ojos
sepultado,
al viento tu acento
canto un apasionado,
seguro, transparente, ardimiento,
colgando las lumbres de estelas suaves,
y amores de esbozos humildes,
mi sentimiento no era ni cuerpo,
ni alma errante,
era rubí excelso primo del granate
mortecino, amimas, y riega
la fuerza y brío
que nos danza cariño, la espalda.



Förüq castellano Miguel Esteban
 

sábado, 29 de mayo de 2021

MI SOL TE CANTE

 




I

Mi canción,
que el solo monte, 
no desconocía,
abría dones de una furia,
que a mi dulce tormento,
apremiaba.
Furia insolente, transgresora,
impelida al compás meloso.
Fuerza de beldad cantada,
sonaba mi pena,
ya no era.
Mi corazón, ya puede
alzar el suelo,
inmortal materia de verso
que mísero, no era lamentable.
Ojos enclavados, en reina fantasía,
que busco como ribera mi sentido,
con gemido, y mitad de alma,
tu aire no destierro,
acojo, con mi arpa,
muriendo montañas en nuevo aliento.
Siempre bañas mi hada,
mis ojos vespertinos.


II
Afilaba mi nombre,
sin muerte vana.
Tu cristal purísimo,
que por mi luciente,
vive tu luz,
que emblanquece,
oh, pureza todo el Occidente,
en tus labios secuaces,
en tus sones como granates,
ígneos, y piedras de sangre
que seguro silban que me enciendes,
gloria, amiga de míseros hados.
Sepultado mi cuerpo en tu mágico coro.
Pudiera ser mi llanto,
rocío en flor mi Leannán-Sídhe.


III

Raíces en mi corazón,
mi flor de Odín completando
su sed, dentro mi pecho.
Fuego de la ceniza,
ceniza del fuego.
Más allá del Sol,
la sombra reverdece, y rejuvenece.
Creciendo como rayo,
que erguido,
sólo mis temores bellos,
tenebrosos,
ofrece y asigna.
Muerte sin tiempo deseado.
Sol de mis soles,
dirige mi luz,
por tantas cumbres camines.





Förüq castellano Miguel Esteban

viernes, 28 de mayo de 2021

5 Rage Against the Machine riffs on hurdy gurdy

El hierro del lobo

El hierro del lobo:


Qué es correcto,
dejar atrás el momento,
sucumbir en yermo arcano,
dejar el paisaje zambullir,
sin gotas de arena,
nunca tan rápido
nunca erróneo,
en lanza de olvido,
nunca más solo,
colchón de grama mullida,
reposar el sueño despierto,
nunca más,
siempre rezando estar atento,
la espiral del destino frío,
la garra de hoguera eterna,
sin espera,
cuando conozco la noche,
penumbra en mi cabeza,
sentir caminar fuera de la línea,
y su vampiro de idea,
nada cambia del punto,
satisfecho,
honroso,
apaciguado,
como flor de Odín se otorga
al fallecido,
sin manto, ni cargo,
nada, nada que dejar atrás.
Polinizando el dulce tormento,
la condena de ser completo,
gime,
gime el destino parco, insumiso,
que la rebelión sigue cursando,
el ascua de la fundación,
cantar,
cantar sin ti no es cantar,
subir sin que subas es bajar,
estamos,
en abrevadero y no eres del ganado ni su pasto,
oíste,
algo lejano mi ser derritiendo tu horizonte,
insubordinación,
algo que respirar,
ángeles por fecundar,
volví nuevamente humano,
al averno terrestre,
y no te vi,
no te vi,
yo quedaré cuando no te queden cartas,
puede porque tengo un sueño,
soñaba despierto,
que mi sueño eras tú,
amarte viviendo,
para soñar que soñando
te vivo despierto,
mantenlo, porque la palabra;
es pólvora dispuesta,
no necesito verte dele revés,
me consumo en el tiempo,
como bruma perpetuando mi invisibilidad,
razón de qué,
locura la forma de amar relevante,
pero la más vista,
loco por,
sí yo soy,
penita mía de ser humano,
con diferencia clara,
soy mortal inmortal,
saca las fieras,
que ni parece
sean tu sangre de amanecer,
hoy por hoy, ayer;
por eternamente,
vivo hasta que este espectro,
se quede sin silencio,
vivir sin ti no imagino,
escribir sin escribir tampoco.


Förüq castellano Miguel Esteban









Palidez inaudible



Palidez inaudible:


Era una joven noche, 
caída ya entre algodones de nubes, 
y un hueso de luna 
por blandir el horizonte, 
de sucesos famélicos, 
miradas fugaces, 
y testigos somnolientos. 
Vencido el atardecer 
bajo oscura premisa, 
que todo aliento encarcelaba, 
inquietud disparada 
de fuste en curiosidad, 
suscitada en envés 
y lo más profundo 
del humano anhelo, 
entre belleza y muerte, 
locura o razón sajada, 
juventud eterna, 
mito o paradoja en lucha 
contra lo caduco del ser, 
instinto en deseo servido 
en cáliz del mortal inmortal, 
como juego macabro, 
en inevitable curiosidad, 
un ser maldito, 
condenado a la vida eterna, 
y su sed de sangre 
que le envuelve, 
soga tensa de maldad eterna 
que vive y camina sigilosa 
sin condición de mera elección. 
Sueños encorsetados, 
en nuestra atracción 
por ese lado yerto 
de ser siempre en esta vida 
condena resarcida, 
entre oscuro granate, 
y acecho de ley 
y comprensión desconocidas, 
que emerge de historia 
jamás narrada, 
y seducciones finales, 
de colmillo y paradoja 
terror vecino. 
Leía los recovecos del alma 
transparentados en vivaces, 
ávidos rostros, 
sin esta sed 
que batía como rayo 
de plomo mi entraña, 
convivía oculto 
al sentido que relucía la vida, 
por colmar su caducidad, 
el tiempo jugaba 
en mi caso a otro juego, 
como lucha del tedio 
y sombra de buscar distinción, 
para regocijo 
de no repetir acto 
y maniobra, 
siglos parecían inermes 
frutas que morder, 
sabiendo que mi final 
no llegaría. 
Frívolo llegaba el otoño, 
que peras del olmo eterno 
dispensaba, 
aparentes los rostros, 
satisfechos parecían, 
llegada la hora yerta 
de negrez, oscura, 
flotante, 
algo llamaba estridente, 
era el nuevo hambre de la caza.


Förüq



Trinchera regia


Suena mi piedra,
enfuscada como palabra mía,
palabra que busco rodera,
palabra fuera mía,
acaso no enciende sí,
la hoguera,
hoguera desarmada,
despierta mi araña.
La noche no se acompasa,
crío malvas,
bajo larga sombra
mi ciprés enhiesto,
puerta de alma,
puerto del alba,
desnudo como sol,
la calma tiesa me avanza,
descarnar flores
entre tapias,
es mi pueblo de nadie,
ojalá de él mismo,
mi hambre de letra,
jamás saciada,
te busco mi palabra,
como viaje sin retorno,
inencontrable jamás si te miro,
te repitiera me gustes allá
donde creas cepa,
y pensamiento divino,
vengas parca que relamo tu suspiro,
hasta que no pueda recto blandirme,
azar relegado,
en sábana hundida en azulete,
vengo de los amores bajos,
subiendo por alta almena,
presente mío sin seco tajo,
Sol mío, de lámina áurea,
padre de todo brillo somero,
Sol de las cárceles y acequias,
Sol de vida y de muerte ciega,
quedarán seguidos los besos,
oscuros, heridos,
huella en destino alumbre,
fuelle mío,
que ni apremia,
ni se vence,
oh, joven alegría,
como ababol entre sonrisas
de espigas,
y vanos destellos por abrir.




Förüq castellano  Miguel Esteban


Realeza de estrella II



 















Sanguinoso, solícito

   LLego desde la fúlgida sangre, desde la espiral, enterrada en lo más profundo del corazón de la tierra, desbordadas van ya mis venas, que...