I
Me encontré
sublimando tu cuerpo leve,
era una noche apolar,
se abría tu pétalo
de témpano en pecho,
el espacio ardía
su desmesura,
tú escarlata, que blandes
tus cabellos esmeraldas.
II
Tierra, mi infinito a solas,
sin riquezas florecen
brillaron tus áureos muslos,
exalta, llora y gime
la piedra angosta
palpita ardorosa
tus dos pececillos,
que eximen todo arco de luz.
III
Agonía tu seda,
agua marcial
que me baja la frente.
Oh, bosque de flamas;
desierto que cascada quiso tu espalda,
Arquero fui
de saeta sanguinosa,
e invierno en ojos,
entre hojarasca de Naturaleza impávida.
Luz y fuego marcan tu frente,
forjo mi corazón
en racimo sobre tu yunque de plata,
visto el verde la floresta desnuda,
iris en celda de gotas de lluvia.
Förüq castellano y Leannán-Sídhe
MIGUEL ESTEBAN MARTÍNEZ GARCÍA
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