ENTRE CORONA Y CANDELABRO
Alma sin cuerpo, flagrante invierno:
Se deslizaba azarosa
una tarde de mayo,
abriendo pulcras flores
entre grados que blandía
el grillo en su madriguera,
osada se batía una lagartija
en la piedra aposentada.
La tarde cerraba danzando
suspiros precoces,
entre estambres.
El olmo viejo
lucía un tronco grueso
con hueco donde amarilleaba el sol
del día,
mientras la noche jugaba con sus ramas
y corazones de hojas,
ya vencía su sombra
miré su fortaleza
como si sus raíces gritaran
y pudiese verlas
clamando los años.
Te miré sombra
por mi ventana, sonreíste tímida
como si te agazaparas en tus párpados
frente a los míos,
miraste el espejo de mi armario
sólo un día dudaste de tu
existencia
y tú estabas, tú estabas tan
radiante
como si un aura te refulgiera,
sonreías a tu vida
reflejo en aquel espejo
porque en realidad ya no te encontrabas
la vida te brindó
reflejo,
mi risueña, reluciente fantasma,
que aún ríe y juega con
la sombra.
Por ella no tenerla.
Me miraste y tus ojos
como estacas me henchían
la soledad acrisolada,
tu dulce inocencia traspasaba la mirada,
cuántas noches te soñé
cuántos otoños te esperé,
tu alma sin cuerpo,
tu sonrisa tímida, desangelada,
yo sin tenerte te amo,
como sólo tú llenaste
mi espacio vacío
de mi soledad despertada,
te hablo
te dicto
que sólo tú
eres mi invierno que llena mi vida.
El Castellano
Espiga roja
sangrante:
Con el filo descarnado
y brillo reluciente
está la espada que severidad,
dirige
blandiendo surcos
en fosas yertas, funerarias.
A lo que su empeño consta
y sucede.
entre adobes y cuchillos calizos
entre cal y tierra férrea,
la sangre del inframundo reverdece.
Quilla de un flagrante monte
que Geríones desplaza,
surcado por el metal
de hilo de cobre esquela nativa
de mis ancestros,
sonaba con el viento
haciendo temblar calaveras
por gramas densas y espigas sanguíneas
en lo alto de aquel poste de telégrafo.
El viento tenía estridencia
y lamento seco como chirriar de gemido.
Digno a desatar quimeras y bestias rectas.
Capaz de dar voz a lo inerte de la vida.
Entre coraje y sentencia
volaba el vilano
en magnificencia del fría aura,
sola como nace la primavera
en una flor contagiosa.
II Hoja:
Allí plantado
como se siembra una pipa
en mitad del abismo,
me encontré, detuve el sonido
entre escalas y cielos soterrados.
con un precoz almíbar
Planté una pila de lluvia sobre marzo,
contestó entre gramófonos la tierra;
de septiembre
una melodía jamás interpretada
y jamás semejante o similar
a haberla escuchado una vez.
Era como un maullido entre gramas
y bocas sedientas de un gato morado.
Como cerrar y esperar que la compuerta secara,
de esa acequia que mi sangre lleva
como desplomar semillas
y aventar espigas granates;
plantado como una sola
de carne y tinta
que la espera viola.
Y frunce su golondrina espectral.
Era un soto de daturas
y ababoles cabalgados,
como un crujir de la mecedora
del linde vago,
era entablar con el alacrán soberanista
quien yo era,
como afilar pesquisas
que caminan yertas
su alacridad helada,
por caballos de fuego
y acordeones de agua,
como elevar el ara
y ver qué desquicia se siembra.
Voy por el tercer junco de Castilla,
y hasta su encina afligida,
entre soturnos lindes
teñidos de cal y canto,
arrastrando errores inmortales,
y sueños desangelados.
Premisa que ardía en un solitario espino,
acampado de sus falanges
amilanadas por vastedades
y simientes frívolas
despertaba el otoño
justo en el carrizo
y mi tabaco fugaz
de antigua brea
que expulsaba su color,
rencilla entre espasmos
y savias precoces del terreno,
jamás dormido,
jamás monótono, despierto,
un caminar y descubrir
que todo vuelve a comenzar.
Förüq el Castellano
Soledad arregazaba
blandía sus brazos amilanados
en los que recostarse
a soñar la casa en el mar
con procesiones de sardinas
que sirvieran desayuno
con leche de las vacas
dibujadas celestes,
árboles en fronda volátil
tenebrosas líneas de horizonte
como cuerdas de violines
afinando nervios de nubes malvas.
Se querían dos sombras
como evanescer líquido, templado
de rocío por savia y tierra
y su desvanecer,
como flores a la alta espina
sirven su dolor.
Belleza oxidada,
ellas dos sombras
con camino de piel,
abriendo de la noche
gema profunda de lenguas azules,
era un camino el alba
para subir y descender,
ellas luz querían tornar,
vestidas de ásperas ondas
impalpables,
seguras sin obstáculo
eternas,
crispaban el tiempo
y se querían sin envejecer,
fría segura que su alma se iba,
suya, cristal vaporoso
de amarillo viejo,
su entrecejo deseoso,
querían entre noches
de gatos fugaces
por tejados colindantes
que anudaban rayos de luna,
su tristeza era pura
se anidaba en sus cabellos,
seca, entre sus cuerpos etéreos
la ausencia hacía verdad de idea
trasnochada,
su soledad muerta
de insectos ranqueasos,
asida de purpúrea pluma
y lunas enajenadas
con cristales lucientes
en navíos de tinta,
perpetua osadía
de ser luz,
como silencio
de Dioses relumbrados,
y su oro vegetal,
como ásperas rocas
destacadas, cerradas
al molino de noche,
se querían dos sombras
inertes
pero vivas al fuego
y carrusel de estrellas
pudorosas y ponientes,
su quietud sin color,
su amor por unirse
como dos gotas al helor.
Como dos voces se unen
en un solo corazón.
El Castellano
Honrada tibia luz caída,
pasaba y me ungía
este sol puesto
una mañana
amarilla, vestida de invierno
y su frío
azul, encendía mi cigarro
y un humo y un eco envolvía
un hueco que dejó
abisal la última helada,
carretas deslizaban las
nubes
abriendo el vientre helado
del cielo
este Sol tímido
de invierno
parecía
asustado sin ocaso
ni pájaros
fantasmales
que le hicieran nido.
Me cobijaba la sombra de
un ciprés enhiesto,
abría
las puertas de gramas voraces,
lirios negros franqueaban
mi verja
de pensamientos que se
amontonaban
en la puerta, rezaba a mi
Sol
que no me hundiese la
primavera
como si él
eligiese esta sequía
que la tierra llora y
quiebra sus entrañas
vestidas, el viento era más
fuerte que yo,
llevando y sujetando el
iris de nuevo cierzo,
crascitaba por ramaje de
mi muerto brevemente nogal
de sombra densa cobijando
tenebrios,
bajo sus hojas caídas.
Portón
de tiniebla, el paso de su oscura raíz,
despertando el devenir
rompiendo el nicho de la primavera
futura.
El Castellano
lit et summun canae,
miles Dei lumen,
mea unguis timor malum,
mors erit uxor mea.
Plubia cordis,
ardentissime cupere amôris
stupóris,
dêsîderium,
sempiternusa laetitia.
Diês, carpentum,
accrêvî calôris.
Colôris,
vita, venerâvî canôris.
Laetitia exspectâre,
cupitum nostra.
Ostendi âlae,
festînâvî
blanditia.
Cropinquus, somnus,
versus, littera.
Prôfêcî
imus, creâvî blandus.
Bâsium dulcis,
aqua pûrus.
Sânô
anima, fidus fruor.
Cupidus somnus, flagrô
metaphora,
suspirium natura, amâvî
ferventis.
Distantia dêstinâvî
dedisco côgitâtum.
Volui pûrus,
sôlus cordis.
Callis unus, sentido
sensisensum.
Fôrmôsa
societas, contentum esse vêris.
Ignis, dêlectô
noster appetîtus fôrmôsus.
El Castellano
Camino la sierra
y labriego empedernido,
afilan cintas de esparto
y jocosos pinos bordean el
monte,
era ella caminaba siendo
mujer de húmedas hojas
y gramas recién
nacidas
anudadas a la cintura,
era tiempo suficiente
para el recodo de un fondo
fantasmal,
estallaba el acre que
pisaba
palmo a trecho,
ribazos se despertaban sin
alba
dejé
un lugar ramificado,
más allá
de juncos
y fardos de nueva cosecha,
sin ir más
lejos
abría
la tierra vieja invernando
su ombligo de invierno
la carrasca de hoja
inmoble afinaba
sus dientes de hojas
que el viento pasa y
respira.
Campo lejano por cualquier
parte
sentir que dejaría
plisado
por encontrarse con tus
ojos,
pecho de paja nueva silo
dormido
de hondo surco y barrizal,
oscilando el filamento de
un severo cardo,
entre caracoles mutantes,
judíos blancos,
dejé
mi traje a reverdecer ortigas y orugas seculares.
entre la jóven
hierba y el rojo trébol
del sendero,
recojo mi árbol
del mañana y me marcho.
El Castellano
Saeta de prisma,
enardecida amante solar.
Reminiscencia en umbra
alegoría
de carnal flor.
Lejana entraña
de hoz
letanía
viste que exuda
su sátiro
perfume.
Salmo de noche,
voz mitad alma la tuya.
Elogio de estambre
¿Cuántas
voces acallaste?
Eufórico
vientre ardiente,
soy yo hacedor de luna
fija;
claror que fulge, fragua
estertor verso solitario.
Este será
muro de mi alma
con enredadera de torre y
almena.
Dejaré
mis versos
en oscuro parral,
es hora vacía
mi casa
huí, dejé
mi alma con mi gato,
salí
por gotas de lluvia,
las más
frescas,
las primeras caídas.
Mi alma salió
en mi busca
habló
y preguntó
a la araña
de mi patio,
cual dijo estaba tejiendo
digna tela su visión
no pude cazar.
Preguntó
al caracol:
-Al fondo ´
del verde a la derecha
puede estar ,
allí
le encontró
tumbado en la grama
hablando con una malva
estaba pidiendo algo de
azur brillante,
¿Dónde
estabas ente mío de alma?
Te extrañaba,
Fuí por comida
para tí,
-No me dejes más
sola,
sin mí
no tienes voz
sin ti no tengo vida,
ni la rosa en cruz su
despedida.
El Castellano
Este bregar me cubre
del que vengo,
un sol de esparto,
un ocurrir del que venga
mañana,
nubes acolchadas me
aguardan,
por febriles heladas,
horizontes sin guardas,
ni francas tapias
deshacerse puede,
era una luna de trapo,
que espolvoreaba la tierra,
su belleza se acostaba
en dunas de plata
mientras su alta ojera
desplomaba,
su insomnio de infancia
miro
y dime,
por mi desnuda imagen
que yo cerraba mis ojos
se acostaba a plañir,
tu transparencia me clavas
como ferviente yunque
helado,
las espuelas tuyas corren
sin caballo,
intranquilos ceños
me conducen por muros
y celdas de sosiego.
Cuándo venceré
en este diáfano cuarto,
donde las sombras caminan,
y las voces en letra
difuminan,
esbozos en coro de
grillos,
en este lecho,
mi nicho donde me acuesto.
Confín
de vagarosa imagen
que despierto,
cada vez débil,
cada vez más
encerrado,
surtidor de fantasmas
que arregazan era mi
dolor,
esperando para brindar con
el enemigo,
humo oxidado sin ojos que
duelen.
golondrinas dulces
balancean mi día,
día entre sotos
sin perdices
caminando mi patio;
fabricándose
en él escarchas azules
con todos los rostros de
diciembre.
llave fue, cincel
encadenado,
lenguaje del ser
claveteado
en recuerdos vanos,
polvo de poema parlotea
y dirige a callar
hogueras,
fuerte raíz
es palabra,
un calor retumba,
sobre márgenes
de ríos sanguíneos,
reposa sobre la música
su alba,
ventiscas que trae la
noche,
alejando, alejando los sueños;
despertando el pasado,
abriendo luces en osadía
a quebrar el tiempo.
El Castellano
Albo espíritu azogado:
Abrí
las rojas puertas
del fantasma de mi corazón,
despertaron grises
leviatanes
como agujas sin cabeza ni
redil
era él
un fantasma puro, impío
un último
respiro alzó
a mi cabeza,
y caí
de rodillas
a otro mar
a otro mar
el suyo sin calma
ni espumas purpureas,
abrí
esta vez las ventanas de mi pecho
esta vez como si alguien
las sujetara
en mi propiedad
de fría
carne,
un pulmón
marchó a una rivera,
el otro perdido marchó
a otra con mi espíritu,
quedaba mi cuerpo como frío,
desierto
páramo sin espacio
sujeto
donde anclar señero
de luz
mi pecho, el otro espacio
de mí
desierto
oscuro como opacidad
de noche de soto sin luna
sin luciérnagas
del cielo,
sin fusiles que clavan su
plomo,
sin faroles ni lucientes
provocados encumbrados
como este vacío
que ya cansado
no más
habita mi espejo de alma,
mi pecho partido enraizó
la mejor flor que la vida
pudo darme
como espina para clavar la
espina
de mi vida y asir
cielo y tierra en marea
de primaverales caricias
albos ojos fijos
en auroras que marcan
al violácea
arpa de mi despertar
creyendo sus ojos un sueño
para, habitar.
El Castellano
Hablo desde esta sombra
que me habita,
un cielo noctámbulo
me cuelga la caricia,
mi vida que jamás
se consume en desquicia,
rajo este sol que visita
tu retina,
espacio derredor acaricio
en agujas que te cuelgan
el techo,
flor con flor brilló
nuestro corazón,
una luna tejida por su
alarido
a galope del viento en mi
mundo
te alzo en piel de piedra
crepitando tu rayo que me
cuenta
de tu vena y su carcoma
muy lejos de la tierra
hilvano tus ganas
con destello furtivo
de sed de abrojo
cambio tu vida a mi antojo
sí tu pecho en
rojo,
sabes quien soy
soy fantasma que sólo
tú ves
flagrando el viento a tu
merced,
háblame del
puerto y su negro sentimiento,
háblame del
cuervo,
de tu alma sin cuerpo,
ven, ven a mí
veremos el amanecer
en la sangre de mis ojos,
acabaremos con el destino
inerte
que cruza mi suerte,
ven de nuevo quiero verte,
apoderarte,
alimentarte de mis rosas
desangradas,
es por tu roce que mi
sangre bulle
y jamás
de ti se esconde
te siento en cada silencio
seco,
en cada eco de oscuridad
que a mi espíritu
sucede
cómo no tenerte
si por tu idioma me
florece el verso,
piel con alma simiente del
atardecer,
umbrío
cae su sonido;
Tu cuerda que afina el
grillo
y cigarra con su guitarra
acantonando nuestro oído,
es por ti que mi suplicio
cae investido
fiel a recorrer tu segunda
vida,
ninguna mentira me
dijiste,
el miedo ahuyentamos
juntos de la mano,
la noche llega de nuevo en
tu pupila
de esferas yertas
y sus paraísos
de hielo
que cruzo al verte
quiero que me sigas
sonando
eternamente la noche
para todos los siglos
que empieza nuestra
condena
sintiendo hoy la lluvia
bajo tus ojos.
Hablemos hoy en plata de
tiniebla,
oración
de tu sangre yerta,
cumbre febril de hoguera
quieta,
ese cuervo descubrirás
su poder,
yo iré
de tu mano,
manso tu poder sembrado,
aunque no entiendas
no preguntes por qué
sigo a tu lado,
el puerto negro te llamó
y sentiste el poder de tu
pasado,
nadie permitió
que desembarcaras,
capaz eras de romper la
cuerda
que sostiene las
dimensiones,
ni vivo ni muerto
niega tu osadía,
cruzaste la puerta de
oscuros lirios,
tu amor a la flor
al creador conmovió,
resoplo tijeras rojas
en grises ideas,
desenfundo mi filo,
crepitan arduas espadas,
respetaste la muerte y
ella
respetó
tu vida.
Crascita tu lozanía,
entre forrajes
y soles pudientes,
desmenuza tu silencio,
clavando yunques
de paredes granates,
el peldaño
irá cuesta abajo,
cabalga tus lindes
despiertos,
libérate
de insectos que caminan,
turbios azares me cuentan
de tu devenir rizado
al filo de la navaja.
Anochecer de mi vida,
en tu patio de la araña,
rezogan clarines esquivos,
yo soy lira de alma
consumada,
vicisitud ensimismada
de tu azar en semblanza,
vivo flagrando tu azada,
pulcritud entre cristales
rotos
esa soy, bruma en tu
noche,
claridad en tu día
luz de cada siembra,
arena del tiempo
enclaustrado,
vine deshojando recuerdos,
hoy me diste voz,
no seré
yo tu perdición
sino el camino a tu
salvación,
viviré
mordiendo tus rosas
que desangran tu amor,
liviaré
lo liviano,
afligiré
temor al miedo,
seré
aliento perdido
descubierto,
te abriré
mi reino,
las escarchas serán
los colores,
viviré
besando tus flores,
limaré
abrojos nacientes,
serás
estaca del destino
servir a tu alma sin
nombre
me alumbre,
camino de mis flores
desgranadas,
sangre de tu reposo
mi amada espina del señor.
Förüq
Danzo con el Diablo y bebo
sangre,
soy mío
y de la sangre,
sirvo muerte en vena cava,
ven a mi reino que no se
acaba,
soy ente
en hueso de muerte,
vampiro de honra y
muestra,
por ese colmillo
la madera quedaría
en yunque de calcio,
tengo novia y qué
otros se apropian de una
lombriz con mandíbula,
la sangre me llama
como cuarto oscuro
sediento
de una vela,
hoy por mí
mañana por mi sed
yerta,
nadie me alcanza
con mis alas oscuras,
de azabache de noche
enterrada,
me encumbro de lo vivo
porque soy
señor muerto-vivo.
Rompo saco los ejes
de esta imaginación
en campana,
yunques despiertos me
clavan
que llegó
mi momento,
taciturno lustre oxidado,
alas en bronce agujereado,
es por mí
es por ti
que dicta este haz,
apolillado,
polvo en el viento
sombra desterrada,
el alma de un cuervo,
un granate dirige esta mi
sed,
hasta ser color de ayer
clavado,
al limpio, seco, duro faz
ensartado
cabalgo que avanzo
y sombras me acompañan
esta visión
serena, opaca, desangelada,
siendo directriz fusilada,
que late el cuello de la
penumbra,
cuando oscuridad llama
estoy sembrando objetivo
de mi postrada calma.
Tiempo que se oxida
en este vilo,
eternidad azogada
en negras tijeras,
es el tiempo
de mis murciélagos
emergiendo
de las sombras y su madre,
se estira otra primavera
por mi avenida,
me mordieron
y no me arrepiento
de mi nueva vida que
tiento,
oscuros silos me acogen
donde sembrar alaridos
de vidas traspuestas
a mi fría
caricia,
soy ente de otro ente,
mi sombra me quiere,
yo la digo que un día
la alcanzaré,
que muy lejos no vaya,
avanzo que trenzo
el tiempo de mi suspiro
helado,
para no tener alma
ni espíritu
de hielo,
sólo una sed de
vida
por repletar,
de un horizonte al hierro
encontrado,
de una arteria
hago río
de sangre
en mi adentro.
El Castellano
Förüq breve
recopilación,
Hablo desde esta sombra
que me habita,
un cielo noctámbulo
me cuelga la caricia,
mi vida que jamás
se consume en desquicia,
rajo este sol que visita
tu retina,
espacio derredor acaricio
en agujas que te cuelgan
el techo,
flor con flor brilló
nuestro corazón,
una luna tejida por su
alarido
a galope del viento en mi
mundo
te alzo en piel de piedra
crepitando tu rayo que me
cuenta
de tu vena y su carcoma
muy lejos de la tierra
hilvano tus ganas
con destello furtivo
de sed de abrojo
cambio tu vida a mi antojo
sí tu pecho en
rojo,
sabes quien soy
soy fantasma que sólo
tú ves
flagrando el viento a tu
merced,
háblame del
puerto y su negro sentimiento,
háblame del
cuervo,
de tu alma sin cuerpo,
ven, ven a mí
veremos el amanecer
en la sangre de mis ojos,
acabaremos con el destino
inerte
que cruza mi suerte,
ven de nuevo quiero verte,
apoderarte,
alimentarte de mis rosas desangradas,
es por tu roce que mi
sangre bulle
y jamás
de ti se esconde
te siento en cada silencio
seco,
en cada eco de oscuridad
que a mi espíritu
sucede
cómo no tenerte
si por tu idioma me
florece el verso,
piel con alma simiente del
atardecer,
umbrío
cae su sonido;
Tu cuerda que afina el
grillo
y cigarra con su guitarra
acantonando nuestro oído,
es por ti que mi suplicio
cae investido
fiel a recorrer tu segunda
vida,
ninguna mentira me
dijiste,
el miedo ahuyentamos
juntos de la mano,
la noche llega de nuevo en
tu pupila
de esferas yertas
y sus paraísos
de hielo
que cruzo al verte
quiero que me sigas
sonando
eternamente la noche
para todos los siglos
que empieza nuestra
condena
sintiendo hoy la lluvia
bajo tus ojos.
Förüq
Tumbado el horizonte
se acuesta mi ilusión,
este mundo arde en un
verso,
la decencia queda volcada,
la gente se pierde en el
alambre
que sujeta el verso,
mirada a la tijera
y que suene la campana,
todos mis sueños
quedaron amados detrás,
yermo el terreno mecía
un alarido
por la tierra que no
estaba muerta,
vuelo sin suplicio
dormido,
la acequia mi sangre
lleva,
pierdo el control por
quemarme con su luz,
resumen de lo vivido en la
esfera de su retina
más que un
crujido de mi ventana,
al viento le pido me
acerque su latido,
camino por fuera del límite,
anudado el tiempo y sus
cuchillas doradas,
sol tras sol, día
tras día,
todo lo haría
para que te quedaras en mi vida,
graznando viene la noche
por el círculo
dibujado por la luna
se cava la llegada del día,
desde el lugar que yo amé
antes,
te escucho gritar,
la oscuridad me sostiene
con su manto templado,
vuelo al alfeizar,
tu habitación
muerde mi pupila,
el tiempo me vio nacer
cuervo,
jamás
rendido desde una torre a otra
exclamaba el perdón
de los Dioses
por alimentarme de sangre,
llegada la hora
que luciérnagas
cuelgan noches en los robles,
se abría
el reguero de mi sed de abrojo,
la araña
tejía su cena,
yo te esperaba como cada
noche,
los minutos derretidos en
mi colmillo,
granate albor se deslizaba
por la tercera campanada,
tibio, parco, sumiso, el
sentido,
se vencía
mi sed de nuevo,
concluida la estampa de la
sombra,
que araña
cada grito en su cama,
danzando mi calma.
Hoy no será
una noche cualquiera,
se prende la hoguera,
la sombra me abraza
cayendo de nuevo el sentimiento
yo no me acuesto,
limo mis nervios con
acero,
la lluvia canta en mis oídos,
será
otro amanecer violeta postrado,
mírame soy el
alba de tu amanecer
hoy no me verán
perecer,
mírame voy por
ti.
Soy förüq.
Estupor nacido
tus brazos no están
lejanos
a través
de los tiempos
todo lo que siento
es un ramillete de
estrellas
esperándote
en la cruel avenida
de ángeles
estrellados en sus caricias
puedes verme caer en mi
subrepticia
vida que para en vivo
y me deja verte
resumen de lo vivido
cuando la noche comienza a
sonar
yo vengo por el camino de
las espinas
hoy que no se bendiga
me mantendré
esperando
con mi soledad por ti
ecos de un tiempo
que se desvanece en el vértice
si ese por el que colgar
mis ilusiones
gana el horizonte
yo era más
viejo a la entrada
de las nuevas visiones
yo cambiaba el tiempo
en la hoguera
al parpadeo estaba besándote
al fulgor crepitando la
estrella
en amor latidos sordos de
penumbra
me cuelgan las pestañas
todo te lo di
y te di más
que nada
me enraizan las malvas en
mi nicho
hoy seré
yo quien muerda tu cuello
al son de la luna seré
el vampiro despierto
a través
del tren de la noche
atravieso zarzas y cardos
hasta llegar a tu ventana
el azabache es llorado de
nuevo
queda tu corazón
de cuarzo
la noche se mueve
mis grillos cantan un réquiem
por la flor
se despierta un cuclillo
en amor
eres mi fuerza, eres mi
hombro
me deslizaré
en tu cuarto
cuando las sábanas
arropen tu cuerpo
y yo beberé
de ti el sentido
hálito de vida en
hierro
esta noche de primavera
que corría
hacia atrás
seré
espectro en oración
hasta llegar a tu puerta
y devolverte a la nueva
vida
tiempos negros me trepan
cuando su eco sordo
baila en mis pestañas
me fumo un cigarrillo
a la hora que lechuzas
despiertan
se oye el resquemor de tu
ventana
mis colmillos brillan
tú dormida
sientes frío desde tu cuello
a tu sentido
visiones de tu nueva vida
te entran despiertas
y yo ya no estoy en tu
cuarto
por las violetas nocturnas
recorres la grama de tu
patio
comienzas a explorar tus
nuevos sentidos
y escuchas en tu cabeza
bienvenida a mi mundo.
Förüq
Resueno
en el borde del papel
la condena dilecta
que marca un futuro
en subrepticia subyugada
a la luz vuelta oscuridad
del alma deseos de sangre
que jamás
se cumplirán
solo la sed de vida por
gastar
besando en la noche la sed
de vida ganar
asesinando creencia,
aliento y latido
en la oscuridad vuelta luz
un silencioso lugar
sólo el latido
escapó,
el espejo no refleja
lo que reconozco
y mi vida va quedando atrás
solo tu mente atrayendo
para sentir el aliento.
Deshaciendo este frío
hojas y hojas de
pensamientos
van cayendo
cuando me paré
a mirar tus ojos
que ahora no puedo borrar
ni en oscuridad.
Te voy viendo llegar,
tu calor y corazón
latiendo
estáticos
dueños
de su tejida existencia,
te veo en paciencia
y me voy adueñando
de tu pensar
mas que sangre
quiero cerca tu vida
para yo sentirme con otra
que hasta alma tiene,
y se va desgastando el
camino,
los pasos trazados
se vuelven ilusiones.
Un día
derretido,
el segundo quedó
en vacío eterno
sin manipulación
de un ser superior
no puedo ayudarme
en este frío
y vacío espacio
cada noche
deseo sentir tu amor
algún
día
para siempre.
Förüq
Avanzo despierto
las sombras por carretera
del mundo inerte
que vive en la sangre
por brotar yertas espinas
grazna el cuervo del lugar
y los altares gotean
sangrando murciélagos
ojos ausentes de sus ojos
que juzgan en su mentira
superficial
qué necesitas
cuando todo suena a final
y el circo de la sociedad
mece
y teje tu actividad
rojos al mirar
guerreros del abismo soñados
no cielo para vivir
eterna batalla espiritual
del interior de la tierra
llueve de nuevo
nubes se derriten
plano elevado en vida
único libre de
acto y pensamiento
al océano
de hierro y construcción
solo un deseo que se pudra
en albor
y el resurgir venga
brillando sangres
mas lombrices maldiciéndose
por haber acabado su
hogar,
desaparece y viene la
oscura noche
a pesadilla mece el sonámbulo
devenir
de quién
me habla en mi cabeza
diáfano cuarto
donde se clava
el sembrado silencio
donde el respiro cuelgo
del techo
crujiendo paredes el
sentido
me nubla los ojos
hay algo que me llama
es el hambre de la caza.
Förüq
Iba la tiniebla bajando mi
escala,
iba vestida como florece
una roca
de anchas y hondas calzas,
desertora de la mundanal
zozobra
que me acusaba,
bajaba y se preguntaba si
la luz estaba con hambre,
entonces abrí
la ventana y apareció su madre,
azogada, cansada de
ocultar la luna,
abrió
sus oscuros párpados
y una espectral sonrisa se
dibujó en su cara,
para decirme: -Esteban su
Sol ha muerto.
¿cómo?
Entonces encendí
una lumbre,
y lentamente devoró
aquella madre oscuridad,
mientras yo escribía
una elegía,
posó
mi ventana un cuervo,
que dijo: -Noche siempre.
entonces un vil recuerdo
de mi Sol
cruzó
mi mente,
yo que le creí
invencible
ahora la luna era una
esfera negra,
un espectro se colaba por
mi ventana
era una mujer sembrada en
sábana,
me acarició
el hombro con su manecita helada,
ella que dudaba más
de su existencia
que la propia duda,
entonces miré
mi imagen en el espejo
y la imagen me devoró
el rostro,
ahora lucía
una piel pálida
como la arena
y unos colmillos que
atravesarían la madera,
era el inicio de mi
condena.
Förüq
Mi polilla desvencijada
nace del espejo que
crepita
una boca de esfera y su
artificio,
revoloteos en torno a la
bombilla
que más
quisiera ser ella la estrella
que te atrae
tu noctámbula
sed
de espinas blandidas,
un viento lunar se reposa
en mi ventana,
siega del mar oscuro
que todo tiñe
de malva nocturno,
hoy estoy aquí
ante ustedes cigarros
para latir
y que vuestro color
sea expulsado,
recibo que acuso
ponlo en mi pierna
caminaré
el infierno
por si consigo pagarlo
con mi sangre algún
día,
serrana se torna mi
almohada
de su musgo y lozano
rostro,
por el canto de este
caracol
que ya no late se quedó
seco
en su intento,
es una luna menguante
y su aguacero litigio áspero,
un iris y un prisma lejano
es mi hombría
un surco
en mi jardín
de cementerio
por el estío
rígido
y sus cristales de hueso
de un sol
que le enfadaba su luz.
El Castellano
Seco y duro, seco y umbrío,
corría
el linde quieto
por la arboleda despejada
daban las tres y treinta
de la madrugada que se
marcha
por oscuro diván
de la sombra,
un espejo tímido
sonaba,
el reloj paraba,
con un grito de estrella,
su alcoba fría
en la que despertaba,
no quedaba viento de
palabra,
ni pensamiento ágil
que en eco no quedara,
lanzó
aquel espejo contra el suelo,
y rápidamente
sangró un borbotón de sombras,
se abría
la noche y sus quimeras despiertas,
brotaba de su ceniza de
pulmón,
el irisado que la
oscuridad clama,
quedando para siempre
su alcoba fría
y vacía,
sombra de aquel que sonaba
una noche
que ya escapa.
El Castellano
Páramo del verso
solitario, decapitado
buscando el encuentro
y su soledad que mece riza
y concluye
momentos de la fuerza
universal
menú
de la disponibilidad de vida
mi lluvia sube redonda tu
cara perpleja
podemos salvar lo regio
del reino que cae y vuela
soy uno, rey de sí
mismo sin atisbo
desde el fantasma que
vengo
todo crecía
ardiendo
no tengo miedo a su pirámide
ni su ojo absorbente de mí
mismo,
tú piensas tu
resguardo
en la radio hablan de
nosotros
te incitan su teatro de
vidas manejadas
el amor a la flor me
lleva,
cabalga mi iris consumido
a lo onírico
de mi conciencia
Orando por mí
mismo
mientras muero quiero
dejar absorto el tiempo,
agujerearlo, estirarlo,
romperlo
en la rebeldía
que asesina la vida material
inconcluso en este mundo
no puedo volver
eternidades atrás
deberé
guardarme a mi existencia tejida
pero sin asumirme o
doblegarme a ella
nada que negar en silencio
seco
nada que defender
solo una parte soy del
eslabón
nada de mensaje
nada que decir
nadie a quien impresionar
es mi vida nada más
puedo empezar mi historia
de nuevo
por mis amores típicos
de ser humano
insignificante
nada que arder, nada que
cambiar
todo puede suceder,
los errores no se pueden
quemar
a quién
le importará
carnes pensantes me dan
igual
el Juez Supremo me dirá
a mi Conciencia de ser
humano
le hago un templo
la verdad compañera
sin ti
buscando más
razón
del amor del Sol,
en comunión
sangrando lunas
en armonía
de esferas de años fríos
vívidas estrellas
que todo lo imaginado
viene de ellas
hasta este astro apagado
en vida
que arde por dentro
su ser llamado planeta
Tierra
sabes que puedo
pero no volver de nuevo.
El Castellano a 09-03-2015
Asustado no estoy
el miedo perdió
su cobijo
los dioses de mi cabeza
reinos de su locura
inhabitada, extensa,
auspiciada inteligible
puedo bajar por el
cansancio
escribir un mundo muerto
creciendo, buscando verticalidad
en la sabiduría
de mi verdad
ausente el día
desde mi hogar
busco lo inconsciente del
sueño
que pierde esperando
esas profundidades del hálito
de vida
por despertar la semilla
de la sembrada humildad
qué solo yo veo y
me basta
piensas que estás
salvado
mentes blindadas
en la luz de la conciencia
unificadora que dicta
el retorno al único
origen
voy escalando estas nubes
de mi mente
considerando brillos los
sentidos
costando y pagando el
pasado
tiempo que despierta y
roba el sigilo
caminante de la sombra
grito a la mente que me
habla
pudiendo florecer
una y mil siglos más
la bruma teje su limitada
ascensión
que subyugada y difuminada
en la sociedad
material, empedrada de su
cementerio
llamado hogar basado en la
mentira
el cerco se estrecha ahorcando
al gobernante
del aire
y los ineptos millones de
ausentes
pájaros voladores
que creídos pensantes
ven como los dirigen
sumidos en directrices de
hormigueros
y el libre tiene la cabeza
a líneas
de horizontes superpuestos
en laberintos de lo perfecto
que la elevada conciencia
te tiene de paraíso
en lo insignificante
que marca su autenticidad
y se hace risco en la
eternidad.
El Castellano a 09-03-2015
Ascua irisada al tacto,
estoy bailando sobre una
estrella,
todas las cosas que vienen
ahora,
en soturna claridad
apagada,
hoy es el ahora,
mañana es para
siempre,
mentes acristaladas
en espejos que les
reflejan,
rompo mi sumisión
particular y generalizada
a esta realidad mecida y
dirigida en el ojo
sí ese de su
escuela, en seis mil millones
de mentiras que caminan,
todo lo visto quema mi
retina,
por el ojo de este cuervo
el tiempo ya no me puede
sostener,
volando lejos donde la
mente alcanza,
no tengo creencia que
estos tiempos
serán
mejores,
me estrellan sus filos
hirientes,
entre lapsos de gentes
al parpadeo me venzo,
hoy será
vendido al postor rendido,
extasía
en metal prendida,
todo lo que pasó:
Estoy soñando
el tiempo que cerraba mis
ojos,
retales que cerrar y su
olmo blanco,
su jardín
azul, su fuente de cristal,
nada desvanecerá
al Miguel sin alas,
seco de hoja de otoño
no me llorarán
ni mi jardín azul de caléndulas,
ni mi acristalada fuente,
ni el olmo que no es mío
ni su blanco
será
mi aura intransigente, seca a morir,
sobre los años
avanzo,
yo soy el Sol,
lluvia cae de nuevo este
acre me cuenta
algo para tu
entendimiento,
cruzo los cielos muy alto
de nuevo,
soy el humo,
yo soy la piedra que te
habla.
El Castellano a 09-03-2017
Guardería de estrellas:
Ronquidos del mal dormido
y su visceral entrada,
quiere abrir la madrugada
guarderías
vacías
de los gatos que cuelgan
las estrellas,
inaugura el oscuro vivero
su cultivo de alas
oscuras,
la noche cierra en valse,
su latido desnudo
que la penumbra sostiene,
aquí
en el margen
del infinito horizonte
me cuenta la saeta de su
sed de cielo,
oiga sombra desterrada,
encuentre mi latido nacido
esta noche que tus
hermanas
se alzan bajo esta luna de
hueso,
todo dibujas lúgubre
el color muerto se te
descubre,
desde el cielo a la tierra
bañas todo yermo,
violeta horizonte que se
retira
quedan sus mil fuegos
luciérnagas
que al alba morirán,
noche nadie te quiere
entender,
solo los faroles y fusiles
iluminan tus venas negras
de oscuridad,
tú que sólo
ciegas la luz del astro,
arrastrando su luna
con correas tiradas por
los trescientos
caballos difuntos,
jinetes del tiempo me
avanzan
la compostura,
muertos se enfrentan
por mantener su ciclo
eterno
su espuela raspa el hueso,
la noche que cabalga con
ellos,
corredores fantasma del
viento,
oscuridad que no entiende
de maldades del hombre,
miro todo bajo la noche en
mis ojos,
solo sombras caminantes y
figuras
se forman en su prisma de
aberración
sempiterna,
apuro mi botella
esperando ahogar esos
fantasmas
de mi cabeza que suenan
estridentes
con sus voces,
es un caldo malva de
tristezas,
fosas de mi pensamiento
que abren al caer la
noche,
enterrando lo vivido al día,
afilo estas mis venas,
esperando brille mi carne
y esta luz de vela se haga
fuerte
y toda abominación
espante,
todo avanza deslizando su
hueso
es a esta hora sin el sol
que mis pesadillas
toman voz y materia,
puliendo este escarabajo
de oro
me vera el devenir eterno
hasta el crepitar
descansado
y su cruz de nuevo día.
El Castellano
Acuchillada
osadía:
Descendiente fulgor entre grises sienes,
humores de tierna fontana
precipitada,
es mi jauría
de estrellas que la sed
vence, conforma, infinito
panal ahogado,
que vence y me vence,
este granate frustrado
avanza
su extasía
de cristal,
forma y conforma un lustre
yerto,
ardiendo entre cerillas
de momentos
intransigentes,
me proclama mi verso
entre manada de lobos
el padre del lobo de
hierro,
aullando su temperamento
de metal,
entre sierras madres de ríos
dulces,
y de florestas destapadas,
yo tiempo, vencí
al doliente tormento,
entre clavos y yunques despiertos
clavé
mi aliento,
soñando que te soñaba
se alzaba mi tiento,
acaso yo no estoy
durmiendo,
necesito la superficie
de los guerreros alzados,
represalias de caras
muertas,
salta, salta mi abismo,
este es el sonido de mi
escopeta de cristal,
esta clase es de fantasma,
vivo si yo escribo,
parco, tibio mi Dios de
mis Dioses
solo entre estas cuchillas
de gentes,
inmortalidad asolada
descendiendo
entre sombras de oscuridad
madre,
cuando todo indica
que la oscuridad te
supera,
no hay soledad asesina,
porque me gusta hasta mi
cuerpo,
en este otoño
que los ocres
lucen el suelo
y llega el reverdecer del
cielo,
en pie llegó
el momento
y atravesar este viento
todo lo que siento,
hasta ser de la vida
el victorioso esperpento
que acuchilló
su osadía.
El Castellano
Luna trece:
Luna plateada de mi cielo,
en las noches
voy a tu encuentro,
pero te escondes
entre bloques
de hormigón
y cemento.
Quiero verte,
pero incluso te escondes,
por las violetas ramas.
Mas los dragones,
del cielo sonámbulo
te acarician.
Cielo obtuso,
de sueños
fluorescentes,
tú, de color líquido,
solo templado
con miradas intermitentes,
por el tiempo de espera
angosto.
El murciélago
baila
con el colchón
de tu luz,
rasgando sombras,
para reposar siendo una más.
Oscura nebulosa de tu vítreo
trasluz dime,
por qué
te siento incluso estando solo.
flores opaco reflejo
de luz violeta
incluso de noche;
artifficie luzzae.
Lucero de ciudad,
rompiendo la obscuridad.
La noche se detiene
para sentir que estás
conmigo
otra vez más,
recuerda
que tus ojos tienen sangre
recuerda el viento
que aúlla
mi nombre
recuerda la luz que
tiembla
y cruje la noche en las
pupilas
recuerda que me hablaste
de amor en el tiempo
que cae muerto
que pactamos con el hielo
la vuelta del invierno,
recuerda cada latido
de oscuridad
que llama a tus venas de
humo
recuérdame
en la eternidad del beso,
en cada rosa que robe tu
cuerpo,
recuerda que vivo para ti
dando voz a la soledad
asesina,
la flor vive soñando
que fue mariposa y abeja,
vive durmiendo la semilla
enamorada de la tierra
para despertar
y enamorarse del sol,
clávame estas
nubes de sangre
en el hierro de mi
destino,
se me negó
la luz
encadenada a esta tierra
sin cuerpo,
solo tú
me sientes
en este camino
que no lleva retorno
solo espiral anhelada de
renacer
el tiempo ya no nos puede
sostener
camino buscando el frío
en este calor que quema el
alarido,
te encontré
perdido
hoy vives un amor
que sientes soplándote
al oído,
en la puerta del infierno
caído,
te casaste con la luna
que reinaba en tu corazón,
al viento le diste voz,
a la lluvia la nombraste
lágrimas de mi
ayer,
le diste ojos
a la sombra para mirar,
la espina caía
herida,
la caricia retornó
a las polillas,
la vida marcha deprisa
cuando abras los ojos
ya todo habrá
cambiado
solo encontrarás
que seguiré a tu lado
aguardando tu otoño
y la caída
de tus hojas,
esperando que seas mi
acompañante
en los siglos y milenios
que nos condenaron,
encontrarás
esta sed del cielo
en cada silencio muerto,
en cada raíz
que grita en su tierra
toma de la vida lo que
quieras,
siembra tu aliento
en cada tierra,
tú todo lo tienes
yo solo soy una fantasma
que sólo
tú ves.
El Castellano
Libreta:
Podando recuerdos para volver a amarte,
dolorosos detalles caen y
vuelvo a desearte
ella mi rosa que llama al
frío, pero resiste
cantando a la víspera
del invierno triste.
El ocaso del tiempo que la dispara ya se disipa;
gota de rocío
que se evapora con el sol que visita.
La sonrisa que resplandece
sus labios besa
al encontrarse con el te
quiero el beso que espera.
El fuego del deseo se hacía con su compañía,
en la que besos y caricias
recorrían su fantasía;
De deseo en deseo
transcurrió su vida y su anhelo
de cuidarla para no
perderla nunca y soñar despierto.
Con su campo de derrotas y victorias en sus sueños
un nuevo insomnio
cabalgado en sus recuerdos;
solos en el encerrado mar
del amor no demostrado
su amor quiso ser fuerte y
no caer olvidado.
Soledad ¿qué
pena tienes?
Que oscureces y nublas mi pensamiento.
¿Qué quieres de mí?
Que me maltratas sin descanso.
Noche lúgubre y umbría.
Contemplando mi cuerpo flameando en la penumbra.
Pasa mis nervios, con gozoso frío y brío,
El arco siniestro de lunático violín
congelado.
Los fantasmas de mi cabeza cantaban
Con delirios de agonía mi sinfonía,
Hiriendo el ansia mía,
aumentando mi ira cada día.
Caminando por el sendero
distante
del verso asonante sin encontrarle,
serpenteando por la arena de tu piel;
Escribiendo un te quiero
mi mensaje con un beso
del paraíso atrapado en lo escueto
de un terceto que ya no es.
Camino por tu piel donde me perdí
me encontré con el placer al que serví;
Allí una flor con una nota: hoy te sentí
y volví a caer en la rima tonta de un sin vivir.
Bajo aquel árbol, bajo aquella sombra enhiesta
justo debajo de aquella piedra y ladrillo
con aquel cristal roto; espejo muerto,
encima de un puente con un ruedo de arena
en obras esperando, la semilla de alquitrán,
esperando
que aquel árbol nunca sea sepultado
por asfalto y hormigón;
sólo recordado por aquella huella de zapatilla
presionada en la arcilla pulida de su piel;
bajo él, el río de las flores
desangradas
y el llavero del que falta mi llave
que abre aquellas puertas del cielo
liberando tu alma,
esa llave la tengo yo;
en mi llavero del día y de la noche
junto al peluche de una serpiente
de amarillos ojos y cuerpo verde amarillo,
historia enterrada
que protege mi corazón con tu historia,
tu tiempo, tu espacio, tus recuerdos
tu ayer y hoy, tu dormir y despertar,
tua vita in memories and love.
Yo the end and begins,
the man who have shout hecce homo,
the black and light,
the red and your blood,
the night and day.
Yo el mundo escrito en mi libreta,
yo bolígrafo macizo de plata y humo rojo,
yo el agua de tus ojos,
el vino de tus besos,
yo el demonio encerrado en versos y palabras
no dichas;
escritas.
Escritos que jamás
podrán descifrarse y entender:
Un canto al horizonte que sólo llegará
cuando llegue el final
y las trompetas derriben los muros de hojas de papel
donde crece el árbol de mis raíces;
donde te escondí;
para nunca dar a la luz
la luz de esta realidad
que sois todos vosotros atrapados
en la fantasía del mundo,
de una novela sin tinta,
sólo de imágenes.
En mi libreta duerme el mundo
yo
soy
su
creador.
Y este es vuestro eterno despertar
en papeles en blanco
que uso para liar mis cigarrillos.
Yo escribo la Historia
que es mi gran novela sin tinta;
imágenes, formas, figuras, personas, lugares, reales;
viviendo, alimentándose, existiendo
en ésta,
la única,
y verdadera realidad
de dos dimensiones.
Yo dirijo sus vidas.
Soy tiempo, soy espacio,
soy alma de otro ser,
que guarda
en una mente,
y corazón
todos vuestros recuerdos
El Castellano
Por la solariega vega del
alma bullo,
jamás
yo de sus brillos acrisolados
rehuyó,
yo que en fiel hueso
calizo me siembro,
y crepito con su Sol
mayor,
voy hecho de lluvia
del páramo
su desventura,
las mentiras son erróneas
de todas mis caricias al
cielo abierto,
la noche que empieza a
sonar a mi Vera,
mantengo la quietud en
alabada
sombra engalanada,
cae mi vida y de nuevo te
siento
cerca muy cercana,
en tus campos nazco como
hombre nuevo,
soy el crujido en tu
ventana,
fiel abeja que a tu flor
regenta,
enamorado suspiro de
viento,
tu fiel sustento,
marco inamovible del
desespero,
verbo y adjetivo de solar
afán
en primavera que corre y
lleva,
que abre y desgasta,
mi verdad que eres real,
y no un aliento de humo
dame una salvación,
y de la arista un primor,
en este solar muéstrame
lo que pasó,
quiero ser aullido de
viento,
solar empeño
en tu piel canela,
dame vida que yo iré
a tu vera,
una tentación
que espera,
no hay miedo a esta
hoguera,
este mundo habitado por
fantasmas
de la gran ciudad,
me cuelgo en sus faroles
en alas de murciélago
vivo,
hago entender
a este cielo de tijera
descienda
su violeta pintado de
Malva-Luna
clamando la vuelta de su
fugitivo ocaso,
sin soles lejanos,
héroe del norte
de tu boca,
mi cálido
corazón hirviendo
con tu alzado amor,
mi beso de azahar que te
necesito,
siente mi vuelta y su
retroceso
a nuestra estrella,
no estoy perdiéndome,
me gusta tu hablar, me
gusta tu respirar,
estoy dispuesto contigo a
soñar,
estoy viendo al hombre
mirar a otro hombre,
estoy haciendo de la bruma
parir una sombra,
el hoy no entiende de
vender a este anónimo,
le necesita para
conquistar el mañana,
haciendo la línea
que separe,
ven amor toma mi mano
deshacemos nuestros pasos
al andar,
acunando campos de lirios,
dejame nacer bajo la luz
del Sol,
mi respiro que mandó
al cielo,
cruza conmigo la era,
estallando esferas,
hasta que nuestro cuerpo
brote en flores,
por los pétalos
de nuestras caricias
deshojadas.
El Castellano
Relato Sangre
yerta:
Capítulo primero:
Era una noche oscura de
diciembre,
daban las tres de la
madrugada
en el reloj de la iglesia
del pueblo,
caía una helada de
invierno,
y en el cielo reinaba una
luna llena de invierno,
ella dormía
en su habitación
cobijada con dos mantas,
la luz de aquella luna
iluminaba la penumbra de su cuarto,
como una sombra de piel pálida
se posó
en el alféizar
de su ventana,
con cautela deslizó
el cristal
y sigilosamente entró
en el cuarto,
podía oler la sangre
de su cuello que dormía,
puso su mano helada en la
boca de aquella chica,
que abrió
sus ojos y solo alcanzó a ver dos
colmillos
relucientemente blancos,
el miedo paralizó
su cuerpo.
Sintió
un escalofrío helado subiendo por su cuello.
Sobre este cielo, reina mi
amor quieto,
sobre los vientos y mis
nubes de versos,
clava mi colmillo tu
cuello,
bebe hasta saciar la sed de
mi adentro,
te descubro al vuelo
nocturno
y su dama de oscuridad
violeta,
pasado de un pasado que nos
hacía brillar
en el marco de la ventana
al acecho,
lento pierdes el sentido,
vas sintiendo entrar tu
nueva vida,
la antigua solo te crea
nostalgia y rabia,
te adentra la mente al
reino de la sombra,
tu sed se vuelve intensa,
sientes vacías
tus venas,
te levantas con la luna,
duermes con el sol,
soñando quien te
mordió,
las polillas y murciélagos
son tus compañeros,
te mudaste de morada
a ese túmulo
perdido y olvidado,
donde reposaban guerreros
antiguos,
solo la sangre te
despierta,
acechas en tu oscuridad
compañera,
la oscuridad es más
fuerte que tu alma condenada,
cambiaste tus vestimentas
por una capa negra,
que esta noche se verá
en rojo manchada,
tu interior lo sabe tan
bien como tú,
al acecho,a sí
sea una rama, o una ventana,
te despiertas fría
cada noche que revives tu pesadilla,
no hay lugar ni bar donde
calmar tu sed,
solo el cuello de víctimas
al anochecer,
la compasión
y bondad solo huyó de ti,
solo vive esa sed en ti de
tener sangre,
solo una condena te marcó,
para todos y cada uno de
los siglos que te vinieron,
algunas noches quedabas saciada
y no rematabas a tu víctima
solo la clavabas tu condena
en su muñeca,
y vampiro la volvías,
tu capa con los decenios ya
parecía más rojo granate
que negra,
te gustaba oler aquella
sangre seca y recordar
cada grito y soñar
con tu embrujo
y como venía
a despertarte, algún vampiro convertido
bajo tu colmillo,
tosías con espanto,
el frío y la humedad,
se apoderaron de tu morada,
aquel túmulo,
no tenía ninguna criatura de sangre sana,
las polillas y murciélagos
volviste vampiros
para tu diversión,
sentiste miedo, tu noche
pasada cuando tuviste que matar
un caza-vampiros inexperto,
los tiempos no entiendes,
como la gente cambió
su superstición,
por materialismo salvaje,
y a los vampiros como tú
mandaron a la fantasía y a la literatura,
tu única realidad
solo la entiende el demonio,
y a una bruja invitaste a
tu morada,
ella te trajo un regalo
pero no permitió que la mordieras,
y hoy extraña
te sientes con una amiga mortal
que cura tu soledad y tu
condena.
Era viernes, ella ansiosa
esperaba la llegada del sábado,
a las tres de la madrugada
había invitado de nuevo a su hogar
a su amiga mortal,
ella quedó
en traer comida y su puchero,
ella esperaba llegada la
noche del sábado
con ansiedad y nervios,
como si nunca hubiese
conocido a su amiga,
sentía
una extraña sensación de deseo al
mirarla,
le caía
saliva por sus colmillos al mirar su cuello,
se prometía
a sí misma no morderla,
pero su naturaleza la
torturaba cada vez que la veía,
aquella bruja guardaba un
secreto,
sus visitas eran
interesadas,
quería
pedirle a su amiga vampiresa
un favor que ella no podría
rechazar una vez conquistado su aprecio,
ella le pidió
aquella noche que se deslizase en la noche
y volase para morder y
matar a tres enemigos de aquella bruja,
los tres hombres que
denunciaron a la inquisición a su madre
y ella quedó
huérfana cuando quemaron a su madre bruja
en aquella hoguera de la
plaza del pueblo,
lo que la inquisición
no sabía,
que aquella bruja que
quemaron
ya estaba muerta y
condenada
pues vampira era,
y el fuego nada la hizo,
vivió
en la sombra atormentando a los aldeanos que la creían muerta,
y ella misma fue quien
mordió y convirtió en vampiro a la
a la que ahora
es la amiga vampiresa de su
hija.
La vampira sin poder
renegar de su naturaleza
pidió
un precio elevado por su trabajo,
y ese precio fue
que la bruja dejara y
permitiera ser mordida por sus colmillos
para ser amigas eternamente
siendo vampiras ambas,
la bruja aceptó
su nuevo camino y nueva vida
haciendo su pacto de sangre
aquella noche con la vampiresa.
Ella llevó
un puchero de sangre aquella noche,
sangre de animales cazados
en el bosque,
solo consiguió
despertar el apetito de su amiga vampiresa
el acuerdo estaba hecho,
y hasta que no matase a
esos tres inquisidores no podría morderla el
cuello,
se quedaron platicando hasta
el amanecer,
y entonces su amiga se fue
a su ataúd a dormir hasta la noche siguiente,
al despertar la noche del
domingo
una nota en tinta escrita
encontró,
quería
los ojos de sus enemigos en un tarro,
a sí quiso y a sí
sería,
aquella noche, se puso sedienta,
corría
veloz como una sombra más,
el cielo corría
un helor muerto,
y una neblina que cegaba
hasta el sentido más despierto,
era la noche más
siniestra elegida para cumplir su encargo a su amiga,
tenía la dirección
apuntada con odio
de sus siguientes víctimas,
tenía ansiedad por
arrebatar aquellos ojos y dejar vacías aquellas
venas,
se coló
a través de la ventana abierta de la recamara y despensa,
de aquella casa lujosa de
clérigo de víctima,
ya olía
su sangre mientras avanzaba el pasillo,
una luz de una vela la
alertó
algo iba mal,
encontró
al inquisidor durmiendo con un ojo abierto en una mecedora,
una ballesta cargaba en la
mano de lo paranoico que era,
vió la sombra de la
vampiresa, y se hizo el dormido,
cuando ella sacó
sus colmillos relucientes aproximándose al acecho,
abrió
los ojos el cura y disparó su ballesta,
la vampira rápido
y veloz saltó y se enganchó en el techo frío,
al segundo después
ya tenía ensartado el cuello de su víctima,
que este maldecía
asfixiándose en latín antiguo,
a cada oración
más rabia sentía aquella
criatura de la noche,
clavó
sus colmillos en los ojos,
y de un mordisco los escupió
en el tarro de cristal,
a continuación
tachó el primer nombre de su lista
con unas gotas de sangre
fresca,
minutos después
ya se encontraba volando
hacia la morada de su amiga
bruja en el bosque
tocó a su puerta,
ella contestó con dulce voz,
amiga te esperaba temía
que algo te hubiese pasado,
abrió
la puerta y la invitó a pasar,
Ven siéntate,
brindemos por esta noche siniestra tan bella,
la vampira sonrió
tenebrosamente luciendo sus colmillos manchados en sangre
agudos como agujas,
veo que mucha hambre no
tienes amiga jeje,
al momento sacó
de la capa el tarro con aquellos ojos frescos
con el nervio óptico
intacto y el iris tenebrosamente en color,
como si aquellos ojos
siguieran con vida,
uno menos gritó
alegre la bruja,
te amo le dijo a la
vampiresa,
yo te amo más
contestó la vampiresa
al tiempo que caían
gotas de saliva por sus colmillos,
le encantaba desnudar el
cuello de su amiga con sus frías manos
a modo de caricia tierna.
Te faltan cuatro ojos más
para morderme sobria y parca respondió,
lo sé,
mañana más pronto que
tarde los tendrás,
al tiempo que observaba
como la bruja,
abría una rata con
un cuchillo
y metía
dentro los dos ojos,
a comer Sombra misina
misina,
apareció
corriendo una gorda gata negra
de ojos amarillos como de
demonio,
ronroneó
y se restregó en las piernas de la invitada,
que contestó
¿puedo morderla?
tan dulce, tierna y sabrosa
que se ve,
No contestó
medio enfadada
es mi gata y la amo igual o
tanto como a ti,
está bien dijo-
Cuando seas vampiresa tú misma querrás
morderla
a esa morcilla peluda con
patas llamada sombra,
ambas rieron y platicaron
hasta tarde en la
madrugada,
ya va a amanecer amiga
tengo que volver a mi túmulo,
no te preocupes amiga mañana
te hago una visita
para que me entregues
comida fresca para mi gata,
A sí será
ambas se despidieron con un abrazo tierno de hermandad,
llegó
la vampiresa y se tumbó en su ataúd.
Despertó
a la noche del lunes con retortijones de tripa
y una tos espantosa,
presentía
una noche fructuosa de caza,
pues las polillas y murciélagos
de su túmulo lucían su colmillos
rojos
al anochecer, está
es la mía dijo y salió en busca de la
siguiente dirección,
emocionada examinó
la fachada,
y vio que sería
más fácil que la noche
anterior,
veía una ventana
que daba directa al dormitorio
del segundo inquisidor,
un olor a sangre excitaba
su sed, y ya sigilosa estaba moviendo el cristal,
una vez dentro vió
col gusto y dulzura su alimento,
un cura obeso,
que estaba roncando hartado
de vino y carne,
puso su fría
mano tapando la boca y la nariz del clérigo
e insertó
sus colmillos en su cuello cual espadas,
siguió
bebiendo una hora larga de reloj
hasta que aquel corazón
dejó de latir,
a continuación,
cercenó
las cuencas de los ojos de aquel inquisidor
con precisión
de cirujano con sus colmillos prominentes,
escupió
los ojos en un tarro de cristal,
al tiempo que pensaba
se va a hinchar esa gata
obesa con otra rata rellena de cuatro ojos frescos,
se fue volando riéndose
a su siguiente dirección,
tras tachar el segundo
nombre de la lista,
ya había
llegado a la dirección,
esta vez era una casa
cuartel con mazmorra,
del alguacil inquisidor,
no sabía
que le esperaba sorpresa aquella noche negra y yerta,
abrió
la verja, mordió al perro guardián que ya babeaba
con sed de sangre,
abrió
la puerta principal que se encontraba rota y crujía,
el escalofrío
de la emoción recorría todo el cuerpo
de la vampiresa,
encontró
al alguacil en su lecho ebrio de vino hasta el hartazgo,
esta vez arrancó
los dos ojos con sus uñas
que llevaban siglo y medio
sin conocer un corta uñas,
contuvo el grito de
desgarro metiendo la esquina de su capa
hasta el fondo de la
garganta de su víctima
depositó
los ojos en el tarro
y bebió
hasta quedar con dolor de tripa,
al ver que el corazón
del ciego alguacil dejó de latir,
saboreó
un extraño olor de sangre reciente y carne gangrenada,
siguió
el rastro hasta las mazmorras
y descubrió
el horror que las habitaba
eran las mazmorras de la
inquisición
en ellas descansaban
hombres encadenados gimiendo y maldiciendo de dolor,
veintiséis
cuellos mordió en aquel lugar,
después
de llenar una bota de piel que antiguamente guardaba vino,
con sangre de arterías
cercenadas,
ya tengo almuerzo merienda,
vianda, y ten ten pie para mañana,
pensaba satisfecha al volar
a casa de su amiga,
tocó su puerta de su
casa de bosque
una voz dulce contestó
ya va cielo,
al abrir la puerta a su
amiga desnuda contempló,
estaba haciendo un
aquelarre y tenía un extraño olor en la
entrepierna,
estoy trabajando contestó
la bruja,
pasa y acomódate
cielo,
y en que consiste tu
trabajo, preguntó con curiosidad la
vampiresa
con la boca llena de saliva
de deseo,
he preparado un ungüento,
tradicional que conocemos las brujas
para contactar con el
demonio
¿necesitas ayuda?
dijo la vampira,
no tranquila,
¿trajiste la
comida para sombra?
a sí es contestó
orgullosa,
bien sacó
una rata de un almanaque y la abrió en dos,
aquí tienes amor
a continuación
metió los cuatro ojos de relleno.
Sombra, Sombra misina mis
mis, tu cena cariño,
salió
corriendo con dificultad por estar obesa aquella gata negra de ojos amarillos
fijos,
se sobó
en las piernas de la amiga invitada y ronroneó de nuevo,
estas contenta he sombra le
has cogido cariño a mi amada amiga
miau contestó
la gata y se puso comer la rata rellena de ojos sangrantes,
terminó
la rata entera, y se quedó durmiendo en su
alcoba pequeña
llena de pelos, y raspas de
peces del río y plumas,
esa hasta mañana
no despierta dijo la bruja riéndose a
carcajada siniestra,
trato completo, debes pagar
el precio del acuerdo
dijo la vampiresa,
está bien contestó
la bruja,
que se untaba un unguento
con aroma a sabia y a yedra en su entrepierna,
¿Qué
lleva eso? preguntó asombrada
pues bien lleva mandrágora,
yedra y daturas de estramonio, machacadas a mortero,
Ammmm,
y eso qué
efecto tiene,
ayuda en la adivinación,
y llama al demonio con mi
plegaria de odio,
está bien,
te ves rica y deliciosa a sí
desnuda,
si fuera hombre esta noche
te hacía cinco hijos,
la bruja río
para sus adentros,
está bien estoy
lista,
inclinó
la cabeza mostrando su cuello desnudo a la vampiresa,
se levantó
de la mecedora
reluciendo sus colmillos
pasó la lengua por
el cuello de la bruja
y le susurró
al oído,
dame tu muñeca,
para que seas vampira tu
corazón no bebe pararse
ni quedar sin sangre,
a continuación
mordió su muñeca,
cerró
la ventana y aquella noche se quedó en casa de su
amiga,
amaneció
y se durmió en su cama abrazada a su amiga aquel día
frío de invierno,
llegó
la noche del martes,
abrió
sus ojitos, emocionada vio que su amiga bruja
que ahora era vampira
estaba bebiendo con ansias toda la sangre de aquella bota
que llenó
en las mazmorras de la inquisición,
se acabó
la sangre,
y más rápida
que un rayo la vio mordiendo una pata de su gata,
estaba segura de que tu
gata correría tu misma suerte
ambas rieron plácidamente,
toca tu primera noche de
cacería amiga,
vamos, vamos dijo
emocionada,
al alcalde quiero esta
noche por cabrón,
esta bien chuparemos las
sangres del alcalde,
treparon el castillo donde
vivía
entraron por su ventana y
cada una eligió un lado del cuello,
ambas bebieron del cuello
del alcalde hasta quedar saciadas,
volaron a su refugio,
y la vampiresa le suplicó
a su amiga bruja vampiresa
que se mudase a vivir con
ella a su túmulo y que le daba permiso para llevar allí
también
a su gata obesa vampiresa,
pasaron la noche platicando
de cacerías y nuevos objetivos,
con la gata mordiendo murciélagos
más grandes que ratas
y ronroneando al lado de su
dueña,
llegó
el sol y se tumbaron en sus respectivos ataúdes,
esperando con sed su nuevo
anochecer eterno.
Fin Primer Capítulo
Segundo capítulo
que trata del amor que
surge entre las dos amigas:
Erase ya un miércoles
nocturno, negro y yerto,
la niebla dibujaba las
tinieblas siniestras,
se podía
respirar la humedad en el ambiente,
aunque los caracoles por
ser invierno todavía no caminaban por la
hierba húmeda,
platicando se encontraban
en el túmulo las dos amigas,
debatiendo la cena,
-Hoy amiga quiero que me
consientas,
hay un hombre del pueblo
que no me pagó mi trabajo de bruja
no me pagó
la muerte del hombre al que debía dinero este señor,
me costó
eslomarme escalando montañas para
conseguir
aquellas yerbas y el sapo
pa abrir y meterle el nombre
pa trabajar aquella muerte,
de acuerdo le chuparemos
las sangres a ese moroso
¿Dónde
vive?
a las afueras del pueblo,
tiene una granja donde cría
gorrinos para vender en el mercado,
está bien iremos
pero me prometí a mí misma no morder
más animales,
su sangre me da
retortijones y empacha,
vale solo le vaciamos el
cuello,
y a su esposa también
por maruja chismosa.
La noche del miércoles,
se tornaba larga y
deliciosa para las dos vampiresas,
ya volaban como dos sombras
en aquel cielo nocturno con niebla,
llegaron a la granja,
los gorrinos roncaban,
bueno una gallina no sienta
mal a la tripa espérame,
una no fue suficiente mordió
23 gallinas hasta tener retortijones,
abrieron la ventana de la
habitación,
y allí
estaba el deudor roncando en el lecho con su esposa,
¿ves que
tiernamente siniestro se ve nuestro trabajo?
Si mi cielo,
una mordió
el cuello del hombre otra el de la esposa,
algo macabro resultó
aquello,
de repente la boca de la
mujer que dormía empezó a brotar
sangre,
la vampira inexperta bruja
había hincado demasiado hondo sus colmillos
perforando la garganta de
su víctima,
que bruja eres contestó
riéndose
al instante estaba chupando
la sangre de la boca,
para no desperdiciarla,
tenían las dos bocas
juntas las dos amigas,
y una extraña
sensación de nervios sintieron las amigas,
en la oscuridad la boca de
una llegó a la boca de la otra,
y con la sangre empezaron a
besarse con pasión y deseo,
aquello les daba más
placer según pasaba el tiempo,
el corazón
de sus víctimas ya no latía y decidieron volverse
al túmulo de su vivienda,
allí hablaron larga
y tendidamente como si nada hubiera ocurrido,
pero ambas amigas sabían
que habían sentido placer en aquel macabro beso de pasión
ya empezaba a asomarse el
sol,
y se metieron en sus
tumbas,
aun estaba la luna en el
cielo y apenas eran las cinco de la madrugada,
aún faltaba hora y
media para que saliese el astro rey,
se dieron el besito de
buenas noches y se acomodaron en sus respectivas tumbas,
te huele el aliento a
gallina amiga
jajaja es broma no te enfades,
te quiero,
yo también
que descanses bruja,
hacía años
que no hacía trabajos de bruja, pero amaba que su amiga la
llamara bruja,
aún podía
sentir la nostalgia de su vida pasada en su ser,
buenas noches amiga hasta
esta noche,
yo también
te amo,
en la oscuridad del túmulo
habitado,
se oyó
una tapa de ataúd crujiendo al abrirse,
amiga amada puedo dormir
este día a tu lado,
es que la oscuridad me da
miedo dijo riéndose siniestramente,
ven bruja te hago un lado
en mi ataúd,
las dos juntas allí
durmieron en la misma tumba besándose toda la
noche
y acariciándose
sus piernas,
besándose y haciendo
pequeños mordiscos mutuos en sus vaginas,
ambas acordaron al llegar
la noche del viernes,
que dormirían
todo el invierno juntas en el mismo ataúd,
la gata negra de ojos
amarillos sombra tenía muy mal aspecto había
engordado 7 quilos
de beber noche tras noche
decenas de murciélagos hasta dejarlos vacíos,
a sí en amor y
ternura pasaron el invierno frío
hasta que una noche de mayo
ya se encontraban en su primera primavera sangrienta
que el amor y la sangre
altera.
FIN DEL SEGUNDO CAPÍTULO
CONTINUARÁ
Tercer capítulo
Que trata sobre el
encuentro con la madre de la bruja vampiresa
Corría
una noche de primavera en aquel pueblo maldecido,
por las criaturas del
averno y su muerte sedienta,
despierta bruja, ya es de
noche,
ahi no que sueño,
me siento como si no hubiera comido en una semana,
mira, mira ha crecido una
seta enorme al lado de nuestra tumba,
ajá es una
macrolepiota tóxica,
con ella hacía
venenos de encargo cuando era bruja,
ahí cuando yo era
bruja,
que vida más
perra esta he acabado
durmiendo con una vampira
siendo yo misma otra vampira,
bueno estamos y somos
felices y comida no nos falta,
tienes razón
pero como sigamos a este ritmo vamos a beber a todos los del pueblo
y nos reclamarán
comida decenas de vampiros hambrientos,
bueno entonces iremos a
cazar esta noche al pueblo vecino,
hay unos cuellos que
duermen alegres el sueño del gorrino
esperando el san Martín
de nuestros colmillos.
Si te soy sincera, el
pueblo vecino corría de leyendas,
que estaba condenado y
maldito por demonios,
a si es beberemos sangres
tres veces más ricas de personas poseídas,
amén a sí
sea, te aviso que esos demonios duermen despiertos,
no me metas miedo,
los demonios siempre son
amigos de las brujas,
diles que te dejen morder
su cuello a ver si son tus amigos,
deja el sarcasmo,
soy valiente y fuerte y
tengo hambre.
Venga vamos, espera que le
cojo un murciélago a mi gata sombra,
con tanta sangre de murciélago
va a coger una cirrosis tu gata obesa,
una diabetes,- Que va esta
solo con los huesos fuertes, no está obesa,
sí, sí
lo que tu digas,
vamos,
ya estaban volando juntas
aquella noche de primavera,
llegaron al pueblo vecino
y se encaramaron a una
ventana que estaba iluminada con luz de velas,
mira, que mal rollo ¿ves
eso bruja? ese cura da más miedo con ese
crucifijo que un caza-vampiros,
esperemos que este de
espaldas amada y le ensartamos el cuello,
vale a sí
lo hicieron,
de un zarpazo tiraron el
crucifijo del cura al suelo,
que se encontraba en medio
de un exorcismo,
lentamente la sangre del
religioso dejó de brotar por su cuello,
lo hemos dejao seco, vamos
a por el poseído
de repente contemplaron
asombradas como el poseído se doblaba y
retorcía
para balbucear sus últimas
palabras,
tu madre que condenaron a
la hoguera a demás de ser bruja era vampira,
y sigue alimentándose
en la oscuridad y la tiniebla,
para puede que este pobre
diablo tenga razón,
puede, pero ya conoces al
demonio que te cuenta la mentira más bonita
como que hay cerdos con
alas de murciélago
que vuelan y son vampiros,
tranquila que si es cierto
puedes comunicarte con tu
madre mentalmente y ella vendrá a verte,
escucharon un chirrido en
la ventana mientras vaciaban el cuello del poseído,
mira una vampiresa como
nosotras,
Madre eres tú,
si hija soy yo,
te he echado de menos todos
estos años vigilándote en la
sombra,
te echo de menos también
te amo madre,
veo que ahora eres vampira
también
si y acabé
con los tres hombres que te quemaron en la hoguera,
esa es mi hija
siempre supe que tenías
un corazón de guerrera,
tengo que irme hija perdóname
por hacerme pasar por bruja quemada,
no te preocupes mami,
siempre supe que volvería a verte.
Nosotras también
nos vamos ya pronto saldrá el sol.
FIN DEL TERCER CAPÍTULO
CONTINUARÁ
CUARTO CAPÍTULO
Que trata sobre la visita
al túmulo del vampiro ermitaño Miguel, y la
boda de las dos amantes vampiresas.
Corría
una noche lluviosa de mayo,
cuando de repente tocaron a
la puerta del túmulo,
las dos vampiras se
encogieron del sobresalto llevaban dos décadas sin
recibir una condenada visita,
abrieron con cautela la
puerta,
¿quién
llama? preguntaron
. Soy el ermitaño
Miguel, aquel que vive por los siglos en la cueva del monte del reguero del
gato.
Pase, pase bienvenido sea
llevamos mucho tiempo sin una visita cochinera,
adelante mi casa es su
casa,
póngase cómodo,
que le trae a bajar de su montaña,
Os cuento que llevan
decenas de siglos mis barbas bebiendo la sangre por mí,
vengo aterrado de estar
enterado que un caza-vampiros llamado Juan Belmonte
ha llegado al pueblo a
investigar los ataques de nuestra amada familia,
que el demonio la guarde en
su seno y morada,
vengo a ponerlas en aviso
que no salgan a cazar solas,
ese caza-vampiros tiene los
huevos mu gordos
y ya a pasado cepillo a
siete de los nuestros,
las invito a cenar mañana
a ambas a mi cueva para dialogar sobre el asunto,
no quiero ver desaparecer a
mis dos amadas vecinas que espío cuando me
aburro
y se comen la boca y las
piernas con deseo y lujuria,
pero bueno ¿no
le han dicho que espiar está muy feo?
perdonadme pero con tantos
siglos uno ya se vuelve un poco verde,
no se preocupe con gusto
iremos mañana a la noche,
de a cuerdo las espero
ansioso,
y cuidado con los caminos
de la noche,
con esa estaca de Juan
Belmonte.
Cuidado tendremos, nos
vemos mañana,
chupe cuellos en paz
igual deseoso de gusto las
espero para tomar un cafelito y un vinito de sangre,
hasta una gitana vieja me
hizo una canción la del probe Migue
pero soy tímido
y solo la escucho cuando estoy triste,
llegó
la noche de la cena esperada y las vampiresas fueron a la cueva del reguero del
gato
con su gata sombra,
bienvenidas sean a mi
humilde morada, pasen, pasen,
más guapas y no
despiertan esta noche,
jejé sí
el amor nos tiene con piel de lechuga y picores diurnos,
eso es bueno,
bien de cenar hay gorrino
vivo a chupar, sopa de rata de agua,
y la panadera del pueblo
recién secuestrada,
se veía
bien dulce y sabrosa aquella panadera amortajada con unas bragas rojas en la
boca,
la rata para mi gata sombra
que está a dieta,
de acuerdo iré
sirviendo un vinito de sangre gran reserva traida de las mazmorras de la
inquisición,
serviré
de tapa lenguas humanas estofadas,
que rico y sabroso huele
que alimenta,
ya va esperénme
sin salir volando.
Se hartaron a cenar y a
beber, una extraña sensación
de deseos sintieron ambas vampiresas
por aquel ermitaño
simpático y risueño llamado Miguel
Capote,
antes de un parpadeo
estaban en su lecho desnudas bajo su embrujo,
cosa cierta porque aquel
vampiro era brujo druida,
hicieron el amor con pasión
y lujuria toda la noche,
y acordaron casarse las dos
con aquel ermitaño misterioso,
pasaron aquellos tres meses
tres días y tres horas
de prometidos cazando y
alimentándose juntos
hasta que llegó
el esperado día del casamiento,
fueron de invitados, el
conde Drácula de Transilvania su esposa Anacleta su sobrino
Dante Romero,
un ciervo, un centenar de
vampiros murciélago, polillas vampiras de los 3 continentes
malditos,
duendes oscuros, hadas
asesinas, basiliscos y demás criaturas del
averno,
sonaba el flamenco y corría
la sangre fresca por doquier,
el otoño
siguiente vivían su vida de casadas las dos vampiras amantes
eternamente enamoradas y
sedientas de sangre.
Fin del cuarto capítulo
CONTINUARÁ
Quinto y penúltimo
capítulo
El amor eterno y desenlace
Trata sobre la lucha contra
el caza-vampiros Juan Belmonte y la adopción de un niño
vampiro rumano:
Caía ya una noche lúgubre
y cálida de junio,
se podía
sentir un hedor muerto en el ambiente,
las vampiresas se encontraban
alimentándose,
estaban en la granja de un
aldeano del pueblo,
este estaba obeso y sano,
de alimentarse de tanto puerco y gallina,
ambas tenían
un extraño presentimiento,
como si algo no fuese a
salir bien aquella noche,
sentían
otra presencia en aquella granja,
y a sí
era, al salir de la granja,
se encontraron con el
caza-vampiros Juan Belmonte,
que llevaba una estaca en
la mano derecha
y un brazo musculoso,
se quedaron paralizado con
aquel caza-vampiros,
como si hubieran visto un
fantasma tres veces muerto,
de repente se escuchó
un fuerte disparo,
y el caza-vampiros Juan
Belmonte cayó desplomado,
se trataba del ermitaño
Miguel
que había
acudido al lugar con una escopeta
intenta dejarme de nuevo
sin esposas malnacido
desde la tumba, a
continuación Miguel
se encontraba mordiendo el
cuello del caza-vampiros,
que se estaba retorciendo
como un gusano
en el suelo tras recibir
aquel disparo,
ese es nuestro esposo
dijeron las dos vampiresas aliviadas.
Caía ya larga la
noche,
y nuestras amigas
descansaban en su túmulo platicando,
aquella noche de junio había
sido muy intensa para las dos,
que ya se encontraban en
una tumba juntas
besándose con pasión
y lujuria,
llegó
la noche siguiente a aquel pueblo maldito sin nombre,
las dos vampiresas se
encontraban apenadas,
a ambas se les había
pasado ya el arroz
y a su edad jamás
podrían tener hijos,
tras pensarlo largo y
detenidamente
decidieron adoptar un niño
vampiro,
llegaron a la decisión
de que adoptarían al pequeño vampiro,
famoso por sus libros
infantiles,
aquel pequeño
vampiro era de Rumanía
y se llamaba Rudiger,
fueron al juzgado vampiril
rumano,
y tras unas largas
burocracias tenían los papeles de la adopción
en su mano,
tuvieron que sobornar al
juez rumano
para conseguirlo,
le regalaron seis botellas
de sangre de vino gran reserva añeja,
y una maleta con el
cardenal de la inquisición española
Bartolomé
Diaz Espartaco, se lo regalaros en una maleta de hierro,
con cerrojos y murciélagos
grabados,
aquella maleta tenía
agujeros a modo de respiradero.
Ya tenían
al pequeño Rudiger en casa,
y fue la mayor alegría
de su existencia,
jugaron al endemoniado y al
ahorcado,
y salieron a cenar y dar un
paseo nocturno,
el verano estaba llegando a
la aldea maldita sin nombre,
ya pronto serían
las fiestas del pueblo.
Fin Del Quinto Capítulo
CONTINUARÁ
Capítulo sexto, capítulo
final
Que trata sobre los orígenes
del pueblo vecino endemoniado.
Caía ya una noche
de calor y de grillos una noche de julio,
nuestras vampiresas se habían
despertado emocionadas,
veían a los murciélagos
y las polillas del túmulo gordas y babeando
sangre,
vamos bruja esta es nuestra
noche hay comida hasta hartarse y son las fiestas del pueblo,
sí, sí
sí quiero,
¿me sacas al
baile?
¿me llevaras a
bailar?
Pero bruja somos
vampiresas, no mortales,
Ya veo desde hace un siglo
y medio largo,
bueno algo podemos hacer,
le pediremos a nuestro
esposo que deje la timidez y nos ponga la canción del probe
Migue
que le escribieron,
ni hablar se escuchó
una voz tras la puerta,
hace una noche pa’
asar la manteca y no quiero ponerme triste,
por fa, por fa,
bueno está
bien pero solo la pondré una vez,
sonaba ya la canción
en el gramófono,
Qué le pasará,
qué le estará pasando al
probe Migue
que hace mucho tiempo que
no sale,
dice que se ha vuelto
ermitaño en su montaña,
que de ahí
no quiere más salir,
allí se hace su
cafelito hasta se toma él su vinito,
jajajaj ambas rieron a
carcajada siniestra,
es preciosa amor,
te describe hasta la
perfección,
bueno fuera la broma o la
quito,
jajaja no te enfades,
hoy iremos al pueblo
vecino,
algo oscuro y gordo se está
cociendo allí hay vampiros poseídos
que nos están
haciendo la competencia,
está bien, al rato
se encontraban volando al pueblo vecino,
fueron a la iglesia del
pueblo
que tenía
escrito en la puerta con sangre, pueblo propiedad
del demonio y Calvin kain,
tienen sentido del humor
por lo menos nuestros amigos,
si, sí
ya le entra a uno mal rollo de verlo,
se escuchó
una voz que provenía del campanario,
bienvenidos pasen, pasen
¿Da mal rollo
ves?
se puede venimos del pueblo
vecino
a exponer nuestro problema
vampiril,
está bien, pasad y
poneros cómodos,
pasaron a los púlpitos
de la iglesia,
y bajó
del campanario un vampiro anciano jorobado,
con la cara rajada,
me presento soy Odor
jorobado de Notredame para servirles,
como podrás
ver soy vampiro extranjero francés,
¿Que les trae a
mi humilde morada?
Pues bien últimamente
estamos teniendo problemas con vampiros endemoniados
de este pueblo que nos
hacen la competencia y nos dejan sin alimento,
está bien se acordará
lo siguiente el invierno y la primavera será la veda abierta
para los vampiros de
vuestro pueblo, otoño y verano
será nuestra veda
para nuestro pueblo del demonio,
las dos estaciones que
tendréis vedadas tendréis que ir
tirando de despensas de sangre
y sangre que halláis
almacenado en botellas, barriles y toneles.
Me parece justo,
una pregunta más
y nos marcharemos,
¿A qué
se debe tanta presencia del demonio en este pueblo?
Pues corre la historia que
san Miguel ARCÁNGEL
bajo del cielo en
septiembre porque se gastó todos los
dineros en licor, casinos y prostitutas
bajó a hacer la
vendimia como todo buen hombre del señor,
y aprovechamos para
ensartarle los colmillos y volverlo vampiro,
desde entonces el Arcángel
vive en Transilvania,
bajo el seudónimo
de conde Drácula ese es nuestro origen endemoniado,
sin san Miguel luchando
contra el demonio,
cientos de demonios
salieron y se apoderaron de todos los aldeanos del pueblo,
brindaron en sangre,
y todos se fueron a dormir
pues ya iba a salir el sol.
El castellano
SÁBANA ESPECTRAL:
Palidez inaudible:
Era una joven noche,
caída ya entre algodones de nubes,
y un hueso de luna
por blandir el horizonte,
de sucesos famélicos,
miradas fugaces,
y testigos somnolientos.
Vencido el atardecer
bajo oscura premisa,
que todo aliento encarcelaba,
inquietud disparada
de fuste en curiosidad,
suscitada en envés
y lo más profundo
del humano anhelo,
entre belleza y muerte,
locura o razón sajada,
juventud eterna,
mito o paradoja en lucha
contra lo caduco del ser,
instinto en deseo servido
en cáliz del mortal inmortal,
como juego macabro,
en inevitable curiosidad,
un ser maldito,
condenado a la vida eterna,
y su sed de sangre
que le envuelve,
soga tensa de maldad eterna
que vive y camina sigilosa
sin condición de mera elección.
Sueños encorsetados,
en nuestra atracción
por ese lado yerto
de ser siempre en esta vida
condena resarcida,
entre oscuro granate,
y acecho de ley
y comprensión desconocidas,
que emerge de historia
jamás narrada,
y seducciones finales,
de colmillo y paradoja
terror vecino.
Leía los recovecos del alma
transparentados en vivaces,
ávidos rostros,
sin esta sed
que batía como rayo
de plomo mi entraña,
convivía oculto
al sentido que relucía la vida,
por colmar su caducidad,
el tiempo jugaba
en mi caso a otro juego,
como lucha del tedio
y sombra de buscar distinción,
para regocijo
de no repetir acto
y maniobra,
siglos parecían inermes
frutas que morder,
sabiendo que mi final
no llegaría.
Frívolo llegaba el otoño,
que peras del olmo eterno
dispensaba,
aparentes los rostros,
satisfechos parecían,
llegada la hora yerta
de negrez, oscura,
flotante,
algo llamaba estridente,
era el nuevo hambre de la caza.
Förüq
Danzaba mi vida frívola, en medio
de un otoño castellano, era yo, como un pertinaz observador, las glorias
y misterios entablaba aquella tierra mesetaria, observaba lustres y brillos de
alegrías secuaces, también quien no me conocía, opinaba que capaz era de
arrebatar con sola mirada destello fugaz de risa desapagada, y llenar de
pavor solos corazones imbuidos.
No podrían sin conocer dar
significante a esa oscura sensación tersaban mis ojos verde azules cual
turquesa onírica, capaces de encender en curiosidad anhelante, o rasgar hasta
el palpitar más ávido, un temor inextricable podían hendir, en el borde blandía
un gris cual escarcha su iris, no sabían ellos que no solo podían perpetrar sus
rostros, si no también descifrar los más escondidos recovecos del alma y sus
huestes vidas;
resbalaban por sus caras como
rayos mercuriales, y el plomo más pesado y denso, se fabulaba de donde
provenían, con su brillo ígneo, cual vidrio líquido, el más vivo, cual gruta y
fondo, del manantial más encendido en esmeraldas.
De facciones curtidas y
temblorosas su facha era, a pesar de una casi mortal palidez expresaba su nieve
de piel, ni el rubor intenso ni el combativo esfuerzo, tornar otro color su
piel podía, y en lo expuesto pocos sabían, que no se cultivó más la
imaginación, que mi juicio y semblante sempiterno.
Förüq
Candidez y sentido
al servicio de honores románticos,
no hubo na terra,
que cultivar más imaginación,
que virtud en juicio,
todos arribamos a la virtud,
orgullo y perdición,
de jovial inocencia,
sueños en poesía
eran pulcra vida misma,
oh escenario pintoresco,
ungido en feroces, pasionales
llamas.
De lánguido temor efímero avanzaba,
hacedor de tiempos faustos,
en los que tejer ojos brillosos y anhelantes,
mérito real, acostumbrado,
el esforzado vilo condenado,
de sortilegio claro,
rondando me aferré a fundamentos de vida noctámbula
surreal;
de hora parca solitaria que rebrillaba
la sed de mi colmillo en tersitud de filo,
fantasmal lucía el pertinaz sueño sanguinoso,
blandía su deseo,
la tácita recompensa amilanada,
héroe tétrico del norte su silencio invernado,
no me afinqué en ninguna carrera del vicio,
era día de abyecta dicha florecida,
ruina de muchos,
oh creer cielo ganado,
mismo techo,
que habita una criatura tan hermosa y delicada,
ojos expresivos como sangre en sed vampírica,
unas manos que ni mejor pintor,
tratar podría,
tez fría y pálida,
cuan mármol sonrojado,
recién pulido,
su cabello de realeza azabache,
peinarse sólo en fuego pudiese,
su silueta era perfil del paraíso,
asombrado pregunté su cincel de nombre,
respondió:
-Förüq soy Leannán-Sídhe señora hada Reina, dueña
de la profundidad,
nocturnal.
El Castellano Förüq
Asumo un aniversario
digno de recuerdo,
cumplo trescientos treinta años
del designio fausto del
Panida trigo nacido,
en comparativa soy un
mortal inmortal jovial,
si existe la eternidad
me preguntaba al correr
de siglos sin hallar
respuesta válida
cadencia de haber estado
en existencia puede,
II
He conocido sortilegios,
encantamientos por los
que su víctima cae en un
letargo de sueño para
despertar a los cien lustres siguientes.
Sostener la carga del tiempo
nunca es bastante,
oh, transcurrir infinito
de la sed.
Alquimista de sigilos
y silencios esenciales,
un día susurró mi Musa
que el amor y la seguridad
eran enemigos
mi esperanza era total
pero no, mi miedo a ser
feliz.
III
Musa Luna sempiterna
era coqueta y en ocasiones
hacía que me muriera
de celos, seguíamos
viéndonos a escondidas
yo, humilde descendiente
de Candamvis
adorador de Mercurio,
mi Sol fierro,
anhelaba cobrar mis
lágrimas dulces vueltas
versos por y para ella
siempre veía a los celos
mordientes viles viborillas
invencibles, inextricables a mi temple.
La veía con curiosidad,
como se ve a un Fénix en una caverna,
como se encuentra a un resplandor
admirable.
Mis ojos iluminados
cual sed de cuarzo
bajo sol rebrillante.
Su tez era radiante
como carne recién modelada
yo como alquimista de un recipiente
de sueños inmutables,
como la dicha y gloria la bañaban,
ya acariciaba una noche memoriable,
al candor de estrellas
y lunas argentas,
la profundidad su belleza imantada
yo era incapaz describir en fúlgida palabra
asordinada.
contemplé su pulido rostro
y papiros azabache cual su mercurio,
en ojos encendidos,
mi tristeza ya era fugitiva,
un rayo de fuego emanó
de la admiración cautiva en mi pecho,
capaz de concederme
en un pálpito inmortal,
mi corazón no cabía entre costillas,
tantos años se materializaron,
de ferviente amor por ella,
mi no-estrella mi viva Doncella Escarlata.
Förüq
Bendita danza de muertos,
azur e índiga sangre alzada,
miraba dentro su halo vestigial,
era como una orquesta de estambres su rostro,
perdido entre nubes de ocasos,
y el cobre solar,
augurios yertos sacudían
su canción,
sones etéreos de arañas desveladas,
rizos de albas y acuciadas
despensas de cielo,
su dominio era,
supremacía angelada,
descubierta su zona umbría
que todo placer revuela,
oh primavera
vuelve Ostara con tu principito,
del rayo del acorde olvidado,
una maravilla en su jornada,
por habitaciones de respuestas incendiadas
través los siglos sepultados
su mirada tersaba,
hace eternidades llamaban
a los míos antes yo nacer
blandían azabaches miradas
las golondrinas;
al soliloquio confinado,
lanzo un baquio seguro,
escribo lleno de origen,
hoy,
a mi casa, su casa, nuestro reino,
entre zarzales de espina dulce avanzo,
un día de pocos
alzo mi linaje Solar
miel de luz en estados,
auge de los valerosos hombres,
que tierra osan pisar y ella,
de saborear su huella,
estos, que jamás pisan cenizas que son iguales,
al regio Sol caudillo,
entre esquelas vorágines,
de ángeles estrellados en sus alas
tersitud mi espada,
voy rumbo la tiniebla magna como cada cual,
no hay miedo canta mi sangre yerta allí te encontraré
también,
oh filo de polvo en aura,
vine blandiendo ríos
y solares como acequias mis venas,
exhausto, no me verán las mesnadas,
ni mi azada,
saco alegrías como mares,
origen y fin bailan de la mano,
no temas Musa a quien cruzó dos meses la Estrida,
traeré tu flor de Hércules,
así cueste mi alma,
honraré alba y osaso,
sólo como un Solar puede,
brindando sangre y simiente,
Néctar y Ambrosía,
tierra y vida,
lluvia y calma.
He oído a tu espíritu,
no me iré sin complacer mi dicha,
de eternal lustre alzado,
moveré cerros y sus huestes,
destruiré el destino
si no te quiere conmigo,
este febrero excomulgado
seré si quieres fiera de fieras,
señor de señores,
llama de hogueras
hijo su madre Luz,
tú eres la pulcra Voz.
Förüq castellano Miguel Esteban Martínez García
IX
Ella se tumba conmigo,
no hay trono,
no hay lecho,
hay un lugar,
donde reposar la desquicia atónita
en nunca más, ningún lugar,
horizontes atrás
se pintan y desdibujan los laberintos,
ayúdame estoy encontrando en ti mi lugar,
la quinta magia,
el quinto poder
la sola pesquisa,
el quinto elemento,
más que cine,
es control,
es orden,
es sabor,
es compás,
llama que es sangre,
elevado amor,
sinfonía de vena
jamás perdida
ni encontrada,
oh de colmillos
verá esta noche
perder mi suplicio dormido,
ella susurra que entona a mi oído,
ayuda, ayúdame,
he ganado mi cordura
perdiendo el control,
asáltame,
abandera este miedo,
de no ser de nuevo crujido en tu muro,
y ventana flamígera tu descontrol,
corro contigo
fuera la línea sedienta,
tu sed soy yo
acaba tu decencia
de no ser más que sangre.
Förüq y Leannán-Sídhe a 21-06-2023
X
Te escuché- dijo Musa, la doncella de palidez inaudita,
una solemnidad hería hasta el oído sordo;
ya que todos contaron su versión,
también quiero hacerlo yo,
por qué la blancura me hace nombre,
entonces,
un relámpago de luz tersa
descendió la ventana,
aquella noche tormentosa
hasta posarse en el oscuro diván,
luz azur que envolvió,
se velaban las sombras del patio de la araña,
allí dos principes combatían
por el amor la doncella real Escarlata,
se escuchaba el blandir de sus espadas
y como crujían bajo las viejas torres,
rugidos estremecedores, del tembloroso pavor en esfuerzo,
corría aquel 1825 en que Rusia y Polonia encarnizaron
una batalla feraz que al pueblo agota,
estas cimas tormentosas,
se pierden entre nubes del nuevo ocaso,
un canto moldavo brillaba
y relinchaba su propia existencia
por aquel cristal de lago
inabarcable como azur espectral,
ninguna barquilla ni anzuelo,
jamás partió su vidrio,
este solo completamente sorprendido,
contesta entre animales salvajes
aquel estupor indefinido de canto claro,
en la ribera la Estrida
donde sangre fluyó sin mesura,
sangre guerrera lloró,
un compás de ojos azules mentirosos,
corrió el río,
de bala en pecho,
aquel que cruce el río
junto a él,
donde reposa despierto en aguas
el maldito doncel,
vampiro es.
F:orüq el Inocente
XI
Macabra sinfonía solícita
de ojos fantasmagóricos
oh mi pequeña fantasma era,
de cabeza cubierta
y bañada entera en sábana
purísima en blancura
que ni azulete pudiera,
dirigió su manecita helada
a mi hombro
y me susurró al oído,
Esteban su Sol ha muerto,
noche blande y ahora regirá siempre,
asustado me acerqué a la ventana,
y el temor se hizo realidad
de aquel susurro fantasmal,
blandía que coronaba
el cielo una luna negra
cual gema azabache.
Encendí una lumbre,
para evocar un réquiem,
a mi Sol Fierro,
yo, que le creía invencible,
como mi amor a mi pequeña fantasma
sembrada en sábana,
un grajo rechoncho
picoteó entonces mi ventana
y crascitó con amplio gorjeo,
-Noche semper
nunc sember imbres,
sempiternusa tenebras blanditia,
ya rematado yo,
un cuervo crascitando en latinajos,
bajé a hablar con mi pequeña siniestra,
avivé mi lumbre por si Oscuridad,
bajase a la hora mi escala con hambre,
cerré la ventana
calculando nada prodigioso me asombrase,
entonces escuché un alarido estridente,
como si raices eternas gritasen
velozmente entró un borbotón umbrío,
de sombras densas como nube de la más cargada tormenta,
cerré mis ojos
para obserbar el inicio de mi final,
mi inocencia no tenía miedo,
miré el espejo sobre mi taquillón,
y quebró brotando un millar de sombríos ojos,
vi mi rostro en uno de ellos,
lucía una piel pálida
y unos colmillos no podía encerrar mi boca,
era el inicio de mi condena
la chica besé en 2006 era un vampiro.
Y mi amante fantasma,
es el espectro de su anterior vida.
Förüq a 18-09-2023
Dentro de la luz, fuera de
la noche
y su oscuridad que sujeta,
estoy en el sueño,
estoy a lomos de mi araña
descubriendo mi pasado
que voy dejando atrás,
un tren escucho desasirse
es mi existencia
en tal crujido de sangre y
aire
abrirse.
Ventanas transparentes
dejan mis reflejos
ausentes,
busco por más
noches en vela de navegante
sin mar ni final,
yo amo la virtud
mi ser desnace en alas
quejumbrosas
de creación,
de soles por ilusiones,
cumbres febriles, bosques
dementes,
sombras amadas al acecho,
este es mi pecho,
resquicios de árboles
soy ciprés
soy guerrero de mí
mismo,
era o no era, sin abismo,
mi tardío
cabalgó estrellas
por puentes,
ríos y sus
afluentes,
gramas por sienes descubrió,
un horizonte perdido
un mar de cal y canto,
era esta araña
mi medio de vida,
una oración,
un ruego
de que no me abandone,
cristales rotos brotan un
haz de sombras
es una clase de fantasma la
mía,
no se consumía,
las mentiras eran erróneas
detrás
de mi escudo
donde todo arde,
el tiempo es un saco
nunca cambia
sólo cambia su
contenido,
una vez la sombra brotó
de mi carne
sentí
su abrigo de frío
quise sonar la noche
quise ser sigilo oscuro,
taciturno del silencio,
mi vía
buscaba la luz
para abrazarla,
me abrió
los ojos el mundo
desnudando mi esencia
de pronto mi bondad iluminó
mi pecho
y hoy soy dichoso, pleno,
completo,
por saber que soy bueno,
con esto diferente a mi
exterior,
y no hay mal
que no sucumbe
a mi cuchillo de luz
llamado virtud del justo.
El Castellano
Araña el segundo
colgado de la pared,
junto con la pesadilla
matutina
que me hace esquivo y falto
de tu piel
naufraga el barco sin océano
del rosario que acompañó
años y años
de investida locura sin
culpa causada
resquicio tibio, veloz
estampa de hiel
cruel caracol que avanza en
un sentido
y no es volverte a ver
días cayeron por
goteo
tierras lejanas, sufridas
sin hueso ni secreto vivido
sol a sol elevado amor
preso de aquel día
que fuiste musa del alba
y las nubes tornaron de
color
el cielo lloró
rocas duras y encogidas
como este corazón
que hoy te habla sin dolor
avancé
paredes subiendo peldaños
las puertas cerraron tu
vista
el techo se volvió
universo paralelo
los fantasmas seguían
a dueto el verso
y solamente quedo algo por
decir
cuadros de estirada
realidad sin cielo
único demonio
interior me habla
dónde quedó
tu marca
tu océano
para que navegara
tus años
que me eran indiferentes
hoy son cuchillo de tu bien
fuego vespertino quema la
tinta de mi sangre,
sentado en la silla del
destino
mi valor mi honor lo
injusto del sabor,
lo vivido sin catalogarlo
en ofensa
libre por amor pero para ti
otro calificativo,
juicios ajenos me resbalan
soy yo como yo he querido
ni envidio, ni deseo,
ni quiero la ajena sombra
construir puentes en mi
corazón
escaleras que lleguen al
sudor de la creación
vida sin vida elevada
estima
para llegar a la cima
que es que lo escrito
un ser lo recuerde
y vea mi mente que arde
por la voz de acompañante
mujer ausente.
El Castellano
Sidra de boca:
Trémulo desliz
donde me camina
el linde solitario de
humanidad,
lejana en la vid de la
suerte,
en aquel risco sin carne,
en tu silente boca
que me trae en vaivén
del preso por tu sonrisa,
embotellada, deseosa de
complacerla
en alud del fantasma
que me trepa
para decirte lo más
común
avanzo mi tiempo
y me nace un fénix
que te alimenta;
el espino ardiendo lo
alcanzo
con una sola de tus
palabras
me invento un tiempo
que avanza marcha atrás
para renacer cada vez
y al reloj de Sol amarte de
piel
avanzando mi ejercito
todos tus rincones
nada está
de acuerdo
más que mi deseo
por ti
por el que amo todas las
existencias
y me gusta este mundo
para emborracharme de ti
más frecuente que
poco.
Te adoro bebida espirituosa
de cálida
sonrisa
por el que soy un hombre
sin prisa
que te asalta de prisa.
El Castellano
Luna de lobo:
Luna sempiterna
Luna plateada de mi cielo,
en las noches voy a tu encuentro,
pero te escondes entre
bloques de hormigón y cemento.
Quiero verte, pero incluso
te escondes, por las violetas ramas.
Mas los dragones, del cielo
sonámbulo te acarician.
Cielo obtuso, de sueños
fluorescentes,
tú, de color líquido,
solo templado con miradas intermitentes,
por el tiempo de espera
angosto.
El murciélago
baila con el colchón de tu luz,
rasgando sombras,
para reposar siendo una más.
Oscura nebulosa de tu vítreo
trasluz dime,
por qué
te siento incluso estando solo.
flores opaco reflejo de luz
violeta incluso de noche;
artificie luzzae.
Lucero de ciudad,
rompiendo la obscuridad.
La noche se detiene para
sentir que estás conmigo otra vez más,
noche está
llamando moviendo su tranquilo velo, noche llama una vez más
para sentir que a mi lado
estás,
recuerda que tus ojos
tienen sangre
recuerda el viento que aúlla
mi nombre
recuerda la luz que tiembla
y cruje la noche en las pupilas
recuerda que me hablaste de
amor en el tiempo que cae muerto
que pactamos con el hielo
la vuelta del invierno,
recuerda cada latido de
oscuridad que llama a tus venas de humo
recuérdame
en la eternidad del beso, en cada rosa que robe tu cuerpo,
recuerda que vivo para ti dando
voz a la soledad asesina,
la flor vive soñando
que fue mariposa y abeja,
vive durmiendo la semilla
enamorada de la tierra para despertar
y enamorarse del sol,
clávame estas nubes
de sangre en el hierro de mi destino,
se me negó
la luz encadenada a esta tierra sin cuerpo,
solo tú
me sientes en este camino que no lleva retorno
solo espiral anhelada de
renacer
el tiempo ya no nos puede
sostener
camino buscando el frío
en este calor que quema el alarido,
en la puerta del infierno
caído,
al viento le diste voz,
a la lluvia la nombraste lágrimas
de mi ayer,
le diste ojos a la sombra
para mirar,
el cuervo te dio sus ojos,
la espina caía
herida, la caricia retornó a las polillas,
la vida marcha deprisa
cuando abras los ojos ya todo habrá cambiado
solo encontrarás
que seguiré a tu lado
aguardando tu otoño
y la caída de tus hojas,
esperando que seas mi
acompañante en los siglos y milenios que nos condenaron,
encontrarás
esta sed del cielo en cada silencio muerto,
en cada raíz
que grita en su tierra
toma de la vida lo que
quieras, siembra tu aliento en cada tierra,
tú todo lo tienes
yo solo soy una fantasma que sólo tú
ves.
El Castellano
Criaturas en el
alba:
Alba marcada sin aurora,
luz en inocencia de flor
silvestre
al pálido
fulgor de estrella
sobrecogida.
Cristal puro de oscura
mano,
Nacen virginales céfiros
ruedan laderas suaves
que grama blanquea,
destino de esta infame
senda,
vivir acabar sorbo de
postrer respiro.
Azur marcado nacidas estas
criaturas vespertinas
de celeste insignia.
Por cuántos
labores los ojos desplegaron,
secuelas flagran y
caracolean,
soterrada la ventura,
un prado arrancado a la
semilla,
una dicha conmensurable,
ajuar lumínico
de espíritu,
árbol de ceniza
vestido.
Destellaba la rosa-cruz
rendida,
sus nueve caídas.
Sotos sin prisa arañando
la retina;
calma de Dios personal
y sus heridas.
Imperios de ojos cerrados,
aguerrido albor, vestido
en sangre de brea,
yerta, flamígera,
ascua prendida.
Injerto de toda soledad
anquilosada,
sin quieta estampa fría,
procesos de procesionarias
en quitina sulfuran
que ellas caminan.
Mariposa negra y gris de
ademán
nocturna venda que el ojo
no vea.
Abre el mundo
un soturno caballito del
diablo,
estas criaturas esparcen
destellos febriles
son sensibles al tacto
y desvanecen entre ocasos,
destierro en hierro de
sangre,
sus almas duelen
sus vidas huyen.
El Castellano
Raíz de albor:
Broza esculpo,
sus pinceles verde azules,
idea, hazme temblar la
espera,
que tu voz dolida sea
lengua en azabache
de otra noche que ya
escapa,
y su vena escarpe por
cristales
de vítreo
haz,
réquiem blandido
en un cielo de espadas,
anudada en tu cintura
desnuda,
áspera, erizada
ella,
mi idea,
combatiendo ocasos leves
que te dibujaron,
caos febril de plateada
rienda,
estrellas miles la amparan.
Su muda vaga entre
cardillos de la dama
y su vestido amarillo
de rayos acrisolados;
alto templo de erizos
seculares,
caracoles avanzan seniles
profundo tallo,
bella eres.
Bella en sueños
no me hablas
yo me quedé
mirándote
para decirte:
-Si te encuentro, nunca te
marcharás.
Desdén
en este mundo de secretos,
en este mundo de demonios
buscando paz,
cazador corriendo la noche,
por la vana luz
cabalga el cielo,
un aullido,
llanto de un lobo,
miseria enraizada,
cada triunfo una escarcha
en hoja escondida,
que a la mañana
verás morir.
Abrazo mi calma podando,
desmochando
lo que mi espíritu
yergue,
forrajes miles acampan el
corazón férreo,
mi vena coagula
al sentir mi idea
que al ser pensado el
camino
no abandona dictado
sentimiento,
cinceles esculpen mis manos
que siembran este beso etéreo
por tu caracola.
El Castellano
Se enervaba el sonido del
tambor dificultad, soterraña vista sin
aspilleras refugio de luz bajo la tierra. Voló sin visión
mi vencejo de arena, seguía levitando en
el aire mi fantasma, encallecida la soberbia entre paneles de plomo, refresca
la idea. Frío se miraba enlucido, sentado entre pilares de
fuego, escribano de la estación meditando,
esmaltada la mañana en ruptura del hielo, y sus rosas huecas. Sí
me arrastré por la miel del beso esperando andar, madre viuda
de ausencia ocupada, mi sombra hecha padre entre bruma y humo de tinta,
rastrojo que viaja al hoyo del sol. Me blandía mi estima al
peso del hierro, hacia la frontera de escritura, nulidad deslizaba la
ventanilla.
Desvestido hueso, mineral
candente
avanzando por un carril que
marzo
bañaba sexual,
trinchera con centinela
aspirando humo de bruma,
entre amapolas nucas,
surcos de honor afilaban
espigas,
el forraje decía
quién más fuerte.
baldío
encrespando la suerte,
ojal de tiempo florecido
del yerto mejor,
sentir entre la roca
esperanzado,
luminosis despertando.
Me tumbé
entre la dorada grama
me creció
un espectro
que hablaba silencio,
y amaba sin importar su
verdad.
Abierta zanja, abandonada
sien,
era un miedo atroz
tejido a no tener mejor.
Noche silo de oscuridad
destapada, traspasas
mi ventana entre espejos
tu voz se hace la dormida.
Carruajes malvas del sueño
taciturno entre las
espigas.
Fuegos y fusiles iluminan
tu dama de oscuridad
amanecida por soles
que bajo ella
parecen de trapo.
Canto a tus pestañas
morenas,
alcanzando tu osadía
de oscura dama.
Llora mi azabache
por tener piel de arena
y brotes de la noche.
Por estos nidos carcomidos,
mis abejas construyen
sus panales.
En fúnebres
procesiones
de todo lo que dejó
de ser
y así
descolgar
de esta araña
la eternidad
entre sogas de mi calor
humano.
Verdes ojos míos,
verde trigo
de mi verde sino.
La noche quiere
ahogarse en mis ojos,
que su sonido
visten y desvisten
por carcomas,
del mutilado iris insomne.
Es sólo
sangre en tus ojos.
Telaraña
de vorágine,
araña descendiente
de turbiales,
de lúgubres
pensamientos
de étereas raíces
en punta.
Blanco sueño
deborado
al compás
de cuclillos nocturnos;
en ondas de listadas
cadenas.
A la esclavitud del latido
encorvado trino,
es el final dictado
de la oscuridad;
la era lumínica
comienza esta esfera.
El Castellano
Corazón de agua:
Hondo conjuro,
poesía
de tu voz
que se hace meseta,
sobremesa de cabales,
reniego al cincel abrupto
de transparencia líquida.
Un osar que llama a la
puerta,
se visten quimeras:
verso arde y conjuga el
beso,
por cuanto he conocido
es insuficiente.
No me alzaron
camaleones con mi nombre,
amplio silencio
secunde largueza,
como día
de recta hoja,
piélago frondoso,
perenne estampa alzándose
en marejada de fértil
tierra.
Recia infancia
en linderos de semillas
regaladas
por las que nazcan hombres
de hueso,
flor en mi entraña
parda y austera.
Dura piedra todo corazón,
lustrales colores
hasta el desnudo cielo de
zinc
y su verde tallo que no
palpita,
no deja su hondo manso
lustre
en sortilegio de su espejo
que yo místico
sueño.
Me desconozco
en este sueño
que la letra
me tejía
buscando luz
entre la bruma,
encontré
mi corazón de agua,
nadando, casi despertando,
mi leño
sin cruz podada,
llegué
a la oscura nodriza madre,
la tierra.
El Castellano
Son de mí:
Destellos de luna
que llora su azabache
blande el grillo su sino
a la hora que luce la azucena amarilla
sus galas perfumadas
se duerme la lagartija en su refugio
un grillo caza un autillo
me bebo mi copa de vino
el sonido duerme
otra noche estrellada
baila la llama
de mi vela
sera otra noche en vilo
contando mi insomnio despierto
el hueso de la luna brillará
su mística
oración
de la penumbra llena
cuando mi yedra
trepó a
tu ventana
esta noche de primavera
y el colchón, de tu cama
no te vale
para guardar lo que por ti siento
hace más frío que antes
o eso creo
seguiré
mirando el reloj
a ver si se hace el día
y la luna me guiña un nuevo día.
Son juegos de luna
que otra noche
en mi lago se verá reflejada
el agua me cuenta de tu cristalina alma
que yo por ella colgaría
mi traje de estrellas
el azabache que llora la noche
se agota mientras miro mi almohada
será
otra noche
que sienta frío en
mi cama
el cristal se empaña
mi Dios está en
la lluvia
cae de nuevo de la vereda a la rambla
la soledad se hace cuarto en mi cama
la cortina por la luna
cae iluminada
otra noche destapada
que cuento los minutos marcha atrás
de mi insomnio desvelado
una noche que corren
mis cicatrices silentes
y el sonido de los nocturnos grillos
se blande lejos
por crear un horizonte
cuando la zarzamora rige en espinas
su amor a la luna de plata
crujía mi
alambre
que sostenía
cobarde mi noche
son juegos dementes
del sueño
taciturno
que quiero alcanzar
mi ventana está
iluminada
será
otra noche colgando de su hueso
por un despertar siniestro
de la pesadilla cabalgada
sosteniendo mi cigarro
me prendo el alma
por cumplir un sueño
que me hizo taciturno de tu sonrisa
que encendió tu
amada voz
hoy soy simplemente yo
el que ha venido a dejarte un beso
quiero que me esperes por si vuelvo
a dejarte mi corazón entero.
Nueva generación de
lo escrito
que junto clama por la vida
se afila en el alambre
el sentir de una mariposa
todo lo sentido cae marcha atrás
se derrite en el cristal de mi ventana
por si vuelvo guárdame un beso
yo dibujaré el
resto
ilusiones ardiendo en la llama
altivas voces perdidas
vestidas de sueños
rotos
oye mi súplica
rompiendo el momento
deshaciendo la noche
que corre por mi reloj de cuarzo
entona el son de un grillo despierto
hoy por hoy ayer por ayer
sigo siendo el mismo
o he cambiado
no lo sé
miraré
el alba y su encanto
otra noche que cuelgo esperando
de tu pestañeo
todo por decir
y no dije nada
nunca podrás
sentir esta soledad fría
que late su caricia
amamántame
un camino a encontrarte
soy yo rezando al hueso de la luna
que vuelva el antes
todo se enarbola regio
en la tela de araña
reconozco
que he caído
en el ayer
que me dibujó
feliz
el puerto negro
hoy luce de nuevo
fuego intransigente que arde mi mente
segundo dormido deslizado
por un tiempo inerte
no será una
noche
esperando mi muerte
por si tengo suerte
y bajo tus labios me mece
que sepas que yo por ti
deshojaría el
horizonte
y el azul del cielo
dejaría su
sangre
resumo en el borde del papel
mi latir preso de tu firmamento
para acampar a hierro un beso
yunque sonámbulo
sin dormir que me mira
y yo nazco en su sonrisa
para nacer el nuevo día
sin tu vida con mi vida prendida
cabalgo un ocaso
hasta llegar a la novena estrella
y henchir allí mi
corazón de nuevo
como en un comienzo
mis grillos latieron de nuevo
el frío de
mi corazón
ardiendo al cielo
el sentir preso
que me hace desearte entero
mi casa mi hogar y mi templo
lo guardas en tu pecho
cuchillas afilan el sentido
que vendrá a
rodearte por si vivo
y por si vuelvo a tus brazos de nuevo.
Que sepas lo mucho que yo te quiero
y el cielo se cierra
sin tu sonrisa tierna
mi Sol está
muerto
también
murió
la luna de invierno
bajo tu pestañeo
que yo entero lo quiero
es el momento, es el tiempo
de clavar al firmamento
lo que yo por ti siento
y por la mortaja gris yo quedar despierto
nunca olvides lo sentido
que nunca se tornará lejano
sueños
disparados por la boca de la estrella
nunca me olvides
no siempre todo lo bueno tiene un final
mi amor por ti
quedó en
mi corazón sin apagar
y que el mundo gire y se estampe
que yo a ti en mi corazón
te tengo clavada a espina de sangre
esperando mi suerte
que un día yo
vuelva a verte,
destellos en el horizonte
baila un día
que te mezca mi caricia
buscando la eternidad
te encontré a
ti de nuevo
y mi mi charco se hizo abismo
de todo lo vivido y sentido
que sin ti quiebra y carece de sentido
espero volver a la vida algún día
y que mi cielo de malvarosas se tiña.
El Castellano
A ti noche oscura te
escribo.
¿Por qué
no me das el sueño que tanto ansío?
Paso noches enteras de
insomnio escribiendo poemas hasta
enloquecer, llevo ya cinco
días sin dormir y veo que se van
mermando mis facultades
mentales y escribo frases sin sentido,
garabatos en hojas de
papel.
Me asomo a la ventana y
contemplo las sombras de la noche como fantasmas,
deambulando sin rumbo.
Mientras apuro la botella
esperando matar esos fantasmas de
mi cabeza que suenan como
delirios con sus voces.
Me estoy volviendo loco.
Solo veo sombras y figuras
que se dibujan en tu oscuridad como
demonios.
Sólo los gatos y
lechuzas salen a cazar como los murciélagos.
A ti noche lúgubre
y oscura te escribo que bajo tu protección de tu
oscuridad
ven salir los ladrones y
asesinos a hacer sus acometidos
de muerte y delito de acero
y sangre.
A ti noche lúgubre
y oscura te escribo.
Tú que no
entiendes de genocidios ni de muerte ni de fosas
comunes selladas con cal y
tierra ni de fusilamientos.
Tú solo ciegas la
luz del sol y solo el fuego y los fusiles iluminan
tu oscuridad.
EL CASTELLANO
Lloro soluciones
caminos opuestos
a verdades encontradas
ojos desparramados en las
venas
de mi no pertenencia
a ninguna ventana de
existencia
asumida en alas de un
motivo
que haga correcta la
dirección
en esta piedra viva llamada
tierra
donde todos los ángeles
cayeron
solo voy contigo
desde que vine a vivir
escucho el ruido del
silencio
crepitar en la llama de la
luz
sin conocerte conozco tus
defectos
absortos, plenos,
derramados en virtudes
somos lo mismo quizá
un camino dominar energía
servir empleando la
perfección
tú no puedes oír
mi voz
te hablo a pesar de no ser
tu dios
desde este lugar sumiso
donde todo es lo mismo
veo caminar en mentira
cabalgada la ciudad
elegí
el suelo mirar
lo que crecía
me hizo brillar
ideología
ser yo mismo
allí donde te
acaricia la palabra sin mirar
maestra la ley natural
que amo compañera
creencia más
allá de la elevada conciencia
eclipse de mis soles de
ojos
que te miran fascinados
para ser el último
hombre
ningún
resurgir,
ya quemé
todos mis errores
cauteloso mi destino de
nuevo hombre
carreteras del perdón
sin motivo
uno luchando contra lo que
le hace
no ser uno mismo
intrusos en los cielos
me llamaron llorando la
verdad
obligación
de acabar con el demonio
de uno mismo
invencible del silencio
escalo la tierra
uno amo la noche
dos amo la ley del dios
Sol.
El Castellano a 07-03-2015
Poza del ruido en el
silencio
gonde gotea y cae absorto
el péndulo,
pulso en la noche,
noria febril de esquilmada
razón,
espinas de corazones
que ya no sangran lunas de
ataduras
ni huellas de números.
Plomo y verdín
tan cercano
como tu sonrisa pulcra,
afilada
en la piedra generosa que
eres ahora
como regazo fuera del
regazo
mineral lírico,
ambiguo, galáico
como el pazo y su signo
denyto el muérdago
y su tejo.
Tranvía
que caricia enjoya
cautela de luz brava.
Estabas tú
en esa cautela
llorando soluciones sin
agravios
sólo estelas en señales.
Senderos abren opuestos a
soluciones
encontradas.
Expandidos los ojos en las
venas
de no pertenecer a nada
que haya existido.
Sumisión
en alas de un motivo
que haga correcta la
dirección.
De mi libertad recta.
Melodía
de ruido en el silencio;
llamas arden su luz.
Con la conciencia de un
ex-presidiario acuno
que nazco en este lugar
sumiso,
donde todo es lo mismo.
Desde que vine a vivir sólo
voy contigo.
Las corrihuelas en flor
bailaron,
no se hicieron para damas
de silla y oficina.
Tallo regio de lápices,
no se diseñó
para volar
como pluma estilográfica.
Muerte presente, cristal de
mi rostro discreto,
eternidad azogada del mañana.
Ven, ven por mí,
me estoy disolviendo
como asfalto en cloro.
Juega cariño
con mis labios;
no están
diseñados
y si se conocen es entre
ellos;
abre y fecunda el cáliz
de mi sueño
ahora que caigo hacia
arriba.
Como escama y espina áspera,
marca
del final de los tiempos.
El Castellano a 07-03-2018
Ruido de
nirvana:
Es solo ruido
en las hendiduras de mi
calavera,
un iris doblado del
nirvana,
un hastío
florecido,
es una calma de mi dios
solo,
un panal infinito de
belleza,
fatal hoguera consumiendo,
desmembramiento de soles,
entre fulgores amarillos,
que el nocturno, sujeta,
sangre de acequias
perdidas,
felicidad enjaulada
que algo me cuenta
de sus tulipanes amarillos,
por crisantemos helados
viaja mi esencia,
una noche que silba,
cantando con árboles
difuntos de otoño,
es una vida de mi araña
destapada,
un tejer sin estrella,
un álamo que ya no
vive lejos,
derramada, acostada, nacida
esta parca,
hoy yo sí
estoy hablando,
mi sentido yerto
desconcertando,
que era un ajuar de gotas
del alba,
era un caminar somnoliento
por la carne de metal de
esta azada,
quién fuese
silvestre como una planta
en este mundo que se
envilece,
destierros forzados de la
locura de la ciudad,
escarchas dolientes entre
mis sienes
que azogan solares póstumos
de mi serenidad alcanzada,
es un firmamento para
cabalgar a voces
que lo mío
es para siempre,
como un candor fulgente
en estas hogueras
que el aliento helado, de
la vida cuecen,
era la cara oculta del
espejo
un aullido de la fiera
que el tiempo arrastra
entre punzones enajenados,
avanzando la caducidad del
hombre,
era mi suerte una rueda
y una hélice
que no volvía,
era este tiempo como la
dimensión
del pez muerto,
clavando cuchillos al éxtasis
de la creación
ensimismada,
ardor de los mil fuegos
deseo haciendo bandera,
hoy no me arrebatarán
nada
ni el destino que todo se
adueña y lleva,
cruje mi calavera,
haciendo sonar este
silencio duro,
desnudo mi chopo
queda ser como el rocío
primero
para besar sus labios de
mujer verdadera,
un viaje por su fantasía,
estoy flotando en sus olas,
disfrutame estoy volviendo
realidad
nuestro sueño,
reinando este corazón,
siendo austero como un jarrón
lleno en ilusión,
siendo caballero de tu dura
sonrisa desvelada,
que acapara y acampa
el alma de mi polilla de
cemento.
El Castellano
Redención sagrada:
Cuando los ángeles
desertan a morir,
en los ojos de otros ojos
estás buscándome,
me despierto;
los dioses celebran
un silencio sepulcral.
Colores me evocan de la
nada,
ruido cómplice
aborda
como navío
tiznado al 2025
senderos del mar de tierra
que abre mi lengua en tu
guarida de boca.
Melodiosa suerte de la máquina
de tu cuerpo,
tonos sobrios, vespertinos
absorben la mirada como filo
inexpugnable.
Absorto cae el tiempo en tu
sangrada candente
azada dispuesta, es tu
verbo un franquear de desvelos,
que respiran estrellas
fratricidas.
Es un solo cuarteado en
siglas,
los soplos resplandecen
vibran al son de nueva grama.
Sombras inmobles cuentan de
tu respiro
infranqueable, por jóvenes
tapiales
de tu inexorable, florido,
grandioso desvelo
de metales,
cobres anidan campanas de
media noche
aguardando el surgir de lo
sepultado.
No frena la sintonía
de tu saliva, una,
ensueños
duermen llamando se cumplan los anhelos,
cuando los ángeles
desertan a morir
tu mirada se enciende,
abismos silenciosos se prenden,
tu voz se hace palabra.
Me sigues te sigo cariño
de ternura dispuesto,
luz enraíza
tu alma, efímera en mi mano,
vuelve a mí
una paz que ni los nichos toleran.
contratiempo por fuelle,
magarzas de otoño,
corona de reyes en
primavera,
etéreas hojas a
solas peregrinas,
dejando embriones por
verso,
capataz de siembra única,
al compás
liberando golondrinas,
punto de Sol a ciegas,
es mi mente surcando brumas
grises
que me acercaron.
Vagido indeleble,
fúlgido yo
destellaba tu sien sin marca,
caliente al arrimo de mi
ser,
valedera fuga sin ocaso,
un caracol en un verso
montado, arrastrando:
sacado del pecho
como heraldo sin desquicia
semblanza,
corriente arrastrando
cadenas de errores,
fruto de libertad
y conciencia sellada a
ciegas.
Comiendo raíces
por hechos
en fruto divino
insoslayable,
frío de noche
bañando la casa de
lo eterno
llamada Diosa de tu entraña
mi musa bella.
El Castellano
Deshojo mi momento
para abrir la puerta helada
de un infierno flagrante,
me entablo y conozco al
insomnio
y su hermano,
avanzo despierto un linde
quieto
del pensamiento
ensordecido,
tapias derrumban
azares de ojos abiertos
y parpadeos veloces,
resquicios oníricos
que dormir es para el vivo
agua en sequía.
Resumo que venzo
quimeras ultrajadas
y anillos sin manos,
después
de mi vida
sangre en los ojos acaso
queda,
resguardo al vil
enfrentamiento
padre de mi conciencia
enclaustrada,
otros tiempos mejores
ya no sueño,
todos marcharon sin balde
dancé
en la oscuridad de mi mente
y vengo a verte.
Sigo de frente
ocasos dejaron su malva
rosa
a su suerte,
pensamientos casaron su
negro
con el color de la tierra
sin germinar
sin brotar simientes frías
que suerte canta nanas.
Granate lustre postrado
que fue desertor,
afilo mi colmillo
hematite nace dispuesto.
Es una sombra que fue
destino,
abierta a la altura de
fauces
y su hocico,
es la generación
del pez muerto,
carpas de personas bogan
sin aire,
otras aman lombrices con
mandíbula.
Yo amé
una lagartija
hasta que tiempo quiso,
desquicia febril no traigo,
por un pantano soterrado
nadaba mi sentimiento,
recurso de memoria
no era ausente,
ni se avivaba como lumbre.
Directo al patíbulo
de la suerte
fueron las venas y su
sangre procesionaria,
un marzo que corrió
sin verte,
metal de espera
intransigente,
acaso soy gente,
seguiré
sin preguntar a mi mente
todo sea que conteste,
un camaleón
fugado
de quien yo era.
Agresivo
sí hasta la
muerte,
sé quien soy y si vienen
por mí
no seré
yo su suerte,
lit C et summun canae,
miles dei lumen
apostado y recto a vencer,
insectos caminan su linaje
respiros blanden peces en
tierra,
alto alto como sendero a la
nube
me vio nacer
el mundo y su mente
ausente,
bondad relucía
sin prisa
quién afortunado la
asesina,
¿acaso yo no
estoy durmiendo?
parada en el bosque demente
que mi hambre vierte,
llegó
el momento
divisaré
mi juramento despierto
porque soy humano
vivo muerto.
Förüq
04-03-2018
Cepas de un día:
Sangre que tiene bordes,
coraje espectral de
imposible azar,
como pez dorado rige el
sentido.
Día o respiro,
fugaz aleteo sin calma;
acto que baila en bigote
del pez gato.
Es en esta suerte la vida
del bastardo,
flancos ocres tiñen
el linde
por sombras vanas que
arregazan
la prisa del estambre.
Cómo se tejió
la expectativa
acaso fue sin semilla.
Al párpado
encumbrado
azoto que lanzo
un generoso transporte,
aire o humo, acaso eso.
Espectral brisa que cubre,
fresca flor en soto sin
nube.
Vivir en muerte batiente
tender tierra y escribir
sangre
a la Rosa.
Igual se aventaja el agua
sin forma,
de viejo silencio,
de final desempeño
como prender la estrella
en su mismo fuego.
Abrir la tierra y sembrarse
eso trae nuestras vidas
milenarias
de rebeldes índigos.
Diferencia ensordecida,
muda y ciega,
impalpable, insensible,
inmutable, insoslayable,
reverdecida, engrandecida,
incuestionable,
regencia sostenida,
con lo que os determina
a ustedes abrojos vidas de
un día.
El Castellanoº
Con el filo y brillo
reluciente
está la espada,
blandiendo surcos
en fosas funerarias.
A lo que su empeño
sucede.
Quilla de un flagrante
monte
surcado por el metal
de hilo de cobre,
sonaba con el viento
haciendo temblar calaveras
en lo alto de aquel poste
de telégrafo.
El viento tenía
estridencia
y lamento seco.
Digno a desatar quimeras y
bestias rectas.
Capaz de dar voz a lo
inerte de la vida.
Allí plantado como
se siembra una pipa
me encontré,
detuve el sonido
entre escalas y cielos
soterrados.
Planté
una pila de lluvia sobre marzo,
contestó
entre gramófonos la tierra;
una melodía
jamás interpretada
y jamás
semejante o similar
a haberla escuchado una
vez.
Era como un maullido entre
gramas
y bocas sedientas.
Como cerrar y esperar que
la compuerta secara,
como desplomar semillas
y aventar espigas;
plantado como una sola
de carne y tinta
que la espera viola.
El Castellano
Esencia intangible,
no hubo na terra,
que ni dioses
osaban mirarla,
ni albergarla;
ella sollozaba,
cual flores, incredulidad
brotaba.
Ella era encargada
de sembrar en ellas,
rocío perplejo
que en suelos germina.
Pureza
en venas;
lo que la perfección
era.
Crisol insostenido
por cauces febriles;
inteligencia
en mares secos;
abejas de ideas,
colmenas
con intelectos graves.
Que cubre valles y peñas
inusitadas
y sus penas ahorca;
su misterio
enhechiza toda alma
quién arrullarla sin
dañarla pueda,
será dueño
de la llave
que encierra a la virtud
no enseñada.
Cae la noche,
sobre ingrávido
lecho de mi juventud
acostando luna de cuarzo
entre áspero
frío.
Cuerpo mineral candente
quieto en pantanos de tela,
retorcidos sus destellos
en esta nube de leche;
el fango fragoroso gira,
imploro a esta luna que
ame,
y el morado cielo ladea
mi sangre verde.
es por este escarabajo
que llega el verbo.
Soledad, soledad tus
pulcras alas
que vencen auroras de
adoración.
Aurora funesta clavada la
hora
vorágine o trasiego
LUZ que ignora
si acaso nace.
Tu liso, amarillo barco,
de oscuro torso.
Tus infinitos beso
dime corazón
al apoyo
de tus párpados.
Cuál profunda
verdad
en esta espectral rivera
de ondas líbicas.
Espuma densa
de océano
de ideas entregado.
Profusa ascua invencible
es mi dolor que más
no quiere
retirarse;
que sentencias invade todo
ojos
montaña
de hojarasca;
cristal de pulsos
que tu imagen toca.
Suspiro fresco
en labio extinto de sombra
día que no se
encuentra,
su densa forma.
Cuerpo con agua de
estrella;
querer vivo que llega al
aire,
tiende y espera.
La muerte que renace
por fuegos de brea
en el aire.
Abren batientes pétalos
de viejo silencio
esquilmado
estallado esplendoroso.
Acurrucados sobre un lecho
que la brisa abre;
trocados rayos de sol
esquivos, en plano de verde
follaje
por azur causados.
Astuta golondrina
encontrando
la dócil
rama.
Mundo sin mentira
de la vida,
se abre este mi manantial,
reluciente de esmeraldas,
desposeído.
Y todo siente:
-Que la sangre miente.
Terruño
ojo victorioso
aplaca sus arpas irascibles
estrujando abismos
dolorosos,
petrificados.
Reniega la boca vegetal
casi viva
promesas en frente de
violetas.
Cantan amando el claror
lírico,
estremecido
coágulo de viento
en cientos de porciones
esta luna quieta
que semejanza quiere.
Descubierta la zona umbría
donde yago de yacer.
Aplasta mi sombra
contra sí
misma
derrumbando opacidades
de granates profundos,
ballesta súbito
forjada
a tu entraña.
Derrite mar de boca
que pide extensa
negra noche
y sus espectrales corceles.
Tiembla que rueda
paz, orgullo bello.
El desliz, ráyame
firme;
conservo mis principios
numerados.
Reluce mi roce pulido;
entre-cielo asido;
palpita mi iluminada
tristeza,
haciendo camino.
Vendrá
mi torvo grajo
se constatará
mi lucero roto.
Turba mi aliento
bajo mi pecho la quiero
con montes limpios
enturbiados por sarmientos.
Delinean este viento.
Lividez plena,
fuga el desaliento
con todos los jirones
de mis ascuas.
Diáfano, ancho,
repleto
a trote primerizo.
No cabalgarás,
no cabalgarás
si no es conmigo.
Cabalga, cabalga
el llano, que sólo
a mí lado
cabalgarás;
cabalga que sólo
a mí encontrarás.
El Castellano
cabalga con su espada en
mano
todo tu llano.
Hasta divisar todo lo que
amo.
Sembrada el alba
que apacigua
la noche que negrea
en estela conmociona
mi luna extensa
que bajo ella,
siempre
estoy en taciturno hechizo
contigo y mi falcata.
Embeberme la luz
sin forma en ojos distantes
luz de aquel fulgor purísimo
allá lo oscuro
en tiniebla sin padre.
Yo besé
las amapolas de los campos,
buscando me embebieran
la forma que como eco
apagaba.
Heridora en cascada
se aposentaba mi bondad
aquietan aguas longevas
la feroz sien
que me dio mi padre.
Nota:
Embeberme la LUZ
sin forma en ojos distantes
LUZ de aquel fulgor purísimo
allá lo oscuro
en tiniebla sin padre,
yo besé
las amapolas
de los campos
y heridoras en cascada
me entregaron sus hijas.
Nacidas tras yo sembrarlas
esta primera lluvia de
septiembre 2018.
Cuchillo que tu voz asesta;
mi pecho sin coraza hiende.
Camino mi desvelo
enjaulado,
cuenta atrás
de la tierra quieta
y sus grillos asolados.
Oh me olvidaba.
Esto es la resurrección.
Indemne entre losas
de azur firmamento.
Respiro entre rosas
las espigas por llegar.
Dilata los verdes la tierra
sosegada dicha trasiega,
un día
cenizo
de esta la otra primavera.
Estoy escuchando semi-recto
el retemblar de hojas
huecas
sobre la gravedad
de un arroyuelo que fluctúa
cauce entre la copa
de árboles;
sobre semi-vacío
cristal
con limpia brisas
encima de un blindado
cantaba, dictaba
antiguo sargento
su presionar, disparar
como hueco
en la ausencia del polvo.
Abrid la ensenada al
capataz
del brillo primero.
Tímida la floresta
escondía
sus amapolas.
Núbiles gestos
danzaban
la cabeza en loma
que silvestre evanescía
el coraje de la flor.
Vuelto mujer por Ostara.
Patio de perdices
que soslayaba
entre el quejido
de carrascas afiladas.
Hacían sus hojas
mi última espada.
A mi izquierda
el peso
de su hierro estable.
Sibila destrenzabas
tu cándido
mirar,
en fraguas de belleza,
inviolada.
En tus altos,
profundos
ojos de ámbar.
Luna que en fractura
recorre mi tejado de alma.
El Castellano
Vena del cielo:
Solitario rayo estertor;
siniestra umbra,
escala la cuchilla
de tres arañas
colgando,
hoy es por mí
nunca quede huella,
destino en azar hendido,
lleno, repleto, asido
en el origen primigenio,
madre ella del color,
asume este sentido yerto,
agujereado en haz luminoso,
nitidez en halo
de nocturnal visión
derritiendo,
devorando astillas primas
de subrepticia enhebrada,
padre flamígero
del fuego soy,
elemento hermético
de tres sentidos,
arder, conquistar,
consumir,
estelas abren runa clave
Gemineye,
sangre de este ojo,
perplejo soliviar
en azur abriendo pulcritud
inabarcable,
inicio de sabiduría
en vena,
muerde,
acaba esta espera,
raudal extenso de pura visión
en certeza
de sentido superior,
cristalina esencia
descendiente
sin parpadeo fugaz,
crisol de valles
y gramas feroces,
deslices del afán
superior,
dar sentido a mi vida,
ojo de sangre calzo,
cabalgo anquilosado
designio.
Ancestro del lobo único
soy,
perplejo sentir asido
del diablo en simiente,
primer ángel
caído consumado,
errático vuelo
soterrado,
magia del silencio
encumbrado.
Visión,
y sueño,
indescriptible con
lenguaje.
Si te ocurre lo mismo
no eres capaz de usar razón
y ordenarte abrir los ojos
y dejar de ver;
como un corzo paralizado
por un lobo estarías,
imposible por sensación
hacer desaparecer lo que observé,
por extasía,
incredulidad oxigenada,
belleza en percepción,
la pureza en sueño
en imagen mental
que escapa a todo,
vi el azur
por decirte aproximándome,
en un ojo femenino
lejos de este mundo
y de todo lo conocido
o descrito,
fué una sinestesia
recta,
sin ser más
que tocar el color
de la Oscuridad nacida
a ojos cerrados,
sumisa, displicente,
involucrada en crear
sonido del vacío
absoluto,
sigo perplejo y asustado.
Es lo trascendental del
infinito,
como ver el origen
del color formándose
en un ojo.
El azur, el verde turquesa,
y azul mahón
no te puedo decir más
que esa belleza no me cabe
en el pecho,
por algo sigo viviendo
no hay azar enraizado,
hay perfección.
Luz me arde ahora
en el mirar ciego del sueño
sin miedo sin embargo
saboreo el viento,
los cielos me poseen
de nuevo sobre los años
que ellos son,
algo llega a la rosacruz
de ayer
y sus nueve caídas
de sus ángeles despiertos
en tu sueño me ves invernando
dorando mis pelos de murciélago
bailo el colchón de nubes
que sostiene esta mi noche
para desaparecer llorada la tierna cara
saboreando una sombra más
que me vuelve
imperceptible
muerto sabor
de obscuridad sin faros ni luces
ni fusiles que matan hermanos
de su tierra y sangre
crecieron los caminos
y el rojo fuego versado
brotó en flor de amapola venidera,
dime qué debo hacer
¿Algo erróneo?
No puedo volver atrás
se sostiene aparte
la fuerza que nadie alcanzará
nada por cambiar
todo está hecho
algo que asalta aparte
puedo volver y empezar de nuevo
sin mí, sin vida, sin cuerpo
sin lo que me ata a éste mundo
mañana veo el futuro
la destrucción del pasado
quedará atrás.
Corpus, anima, crescens
sol refulsit,
lux
et patientiam meam scientiam
florum, est vita
nosotros no somos lo mismo
la bondad sangra las venas
gustos, deseos, vencer,
arder sin perder aposta la partida
esa que las hiladoras tejen
momento del momento
nacido absorbiendo el hilo del tiempo
las piedras lloran flores
el final es volver a empezar
viendo y amando
el ancla errada de mi lugar,
continúo al cuervo
que me vuelve más fuerte
ave más inteligente de la faz
poder de la misma
energía
en tormenta de conciencia
siendo ese rayo solitario
que partió todo inepto,
inconsciente tormento.
El Castellano
Vagido azar indeleble
quebradizo como abrir
la nuez del tiempo líquido.
Sostenme al arrimo de mi
pecho,
no idéntico,
no pretende ser
fuerte, encorajinado, denso
palpitar
en soberbia luz
destellando,
supervivencia en retórica
translúcida
rayo y secuela de impávida
nota.
Azogue de medrosas
secuelas,
abiertas de azar hondo y
arcano,
silencio; entonar diviso
todas las trompetas de los ángeles
un prado flamígero
en miles lenguas ababoles.
sangre de tierra
transmigrando pudores,
por cuanto mi fecunda
indecencia
llegó
a conocer en disparo,
en disparo propio
en nuca del siniestro
azabache,
fronteriza rivera de álveos
y azucenas nocturnas.
Florece una paradoja
exiliada;
susurro en tinta roja
no ceso de cantar para
escucharte.
Estruendosa quimera
en inteligencia seca,
secuaz de millares
pensantes,
camino de zarza y endrino
camino de vida y un sino,
fuente, abrevadero virginal
descorchado, símil
destilado,
por cientos renacuajos
ideas.
Rebelde soga a mi condición
en una encina,
vaivén
en veleta con el viento
raudal trenzado, en mimbre
cabalgo
veleidoso, regio, espina sangrante,
tránsfugo renegado
a morir,
rebelde índigo
de 1989;
hidalguía
desdeñada por tierras
y cuchillos de espigas,
con ocres carraspeados
aguardando ababoles
matutinos
semblantes esparcidos
como entes rutilantes a la
espera
de haber nacido.
Encumbrada la libertad
de nacer sin parcela;
resumen de vida de una vida
bajo tierra.
Rumbo a zarpar
la vía
astral
que todo lo acontecido
es la historia de un
muerto.
Ajeno seré
cuando silencio
deje de ser concepto poético,
como azul duelo de espadas
que separa toda naturaleza
humana.
Tu vida mi golondrina
nueve cerrojillos
azures de tres llaves
hoy abriste uno
de los indescifrables,
anhelante, deseoso,
inescrutable
rindo mi oscura dicha
sin desliz condenado.
Fuego soy.
Elemento compasivo.
El Castellano
Fuentecilla parece mi noche
oscura,
fuentecilla retozona,
y de verdes lamentos
quejumbrosa
como sombra leve de mi pájaro piador
que acuesta a dormir su
entraña.
Sombras largas que
descubren
el canto los lisonjeros
grillos.
Blancura y azabache descansa
en la arcilla
el nido mi golondrina.
Al fresco respiro de mi
chopo soñador
lanzo un severo destello
argento.
Longevidad imperial
cercenada
como retazo de persistente
carcoma manida a mi verde
intelecto
grave;
embaucaría sin tenerla
todos mis instintos,
todos mis impulsos.
Canta , canta mi pena azul
sin ocre zozobra.
Abre el verde ramaje ,
a la espesura de mi idea.
Entre un camino serpeaba
como culebrilla de un
destino azaroso.
El murciélago castellano
rasgaba bailando,
ladeando
el cielo mullido
de levedad de colchón sin luz.
En sintonía opaca que rodeaba
y acariciaba.
El cielo abría su sangre a la noche.
Un sopor de estrellas
que en este verano no
tardaban,
y el rudo vigía ciprés soportaba .
Bajo tenue luz de luna
que los sentidos arrugaba
y mi fiero ciprés de lanza colgaba.
Avanzaba por el camino
los álamos,
como un sendero
en cal de maderos
acenizados,
rumbo al Valhala.
Alumbrado , rememorado,
anhelado
por todo guerrero .
Era un olmo frente la tapia
de un cementerio
en Fuente la higuera.
Caminillos de hormigas
dispersaban,
desplazaban los vástagos
de forrajes venideros.
El Castellano
Afilo hasta pulir el filo
de tu sonrisa yacente,
entre mi pecho de piedra;
sonríe a tu agua que no se piensa,
ataraxia momentánea
en sangre esquiva verde,
plomo largo de idea
batiente,
cesando terco y fructuoso
aljibe
donde se almidona la sed de
tu cicuta,
surco cielos extensos
de golondrinas cromáticas,
esperando ponerlas nombre.
Acantonado se estría mi respiro,
cromo que abre el tiempo,
por nubes de besos de zinc,
acrisolado mejor extasiado
el vértigo en lienzo
sin melodía ocre.
Desnaceré
y no acabaré de irme
sin regentar
tus reflejos muslos férreos
en musgo de caricia
anhelante,
de abrir la noche
dentro de tu párpado cerrado,
abierto a dulce relámpago
de mi color áureo.
Albino se ciñe mi sino
preguntando si un alba
me oscureció el cabello,
acaso sueño,
perpetuidad de
constelaciones
y raudas estelas
que guardo en mis
bolsillos,
ninfa, pléyade, musa
de acuartelados suspiros
entona tu arpa notas de
agua,
abiertas al iris.
Abeja de esta mi escritura
dicta,
tejer la celda,
y el pólen será la letra,
cuál la reina oscura
que quiera miel de flor
sonrojada
que espera,
tibieza en sueño de metal,
hematie sanguíneo
que tu surco devela
y avanza en punta de lanza.
Llamada prosa a 23-08-2018
El Castellano
MEMORIAL
VETUSTO:
Despierto mi criatura;
tú no comprendes lo que yo te quiero,
por tus manos hacen nido
las sedas;
falanges silentes, cumbres
de cuanto mi placer dispuso
asúmelo todo
en tu pavorosa grieta
de brillos fugaces
y transeúntes luciérnagas.
Lucifago apodera
tu nitidez severa.
El poder pudo
lo que el querer expuso.
Osada no es mocita
pero oro antiguo luce
en conocimiento.
Que a imaginación prende fuego.
Luz de la sombra
de tu carnal espera,
anida golondrina
mis campestres manos.
No habrá retroceso
ni vuelta de hoja
sin enraizar nuestra alma.
En vértigo cobijado,
sublima mi dicha:
junta conmigo tu vera.
Rito de Sol y ambrosía
de padre Lugh.
Perversión esquiva, llamada
en retazos de cumbres flamígeras.
Apasionada dame tu voz.
Anatema me anuncias
por tu opio en letra.
Todo es negro,
hasta el amor.
Júrame la vuelta de una lluvia
de tu boca.
Mi arco es ballesta.
Ausencia llama por sí sola,
a exigir unión del eje
y la orna.
Cuerpo de metal,
agua de su espiral.
Pureza consecuente
deslices y febriles osadías.
En plantilla de sangre.
El Castellano
CORNUCOPIA
DE ESPEJOS SEVEROS:
Manso río de tu frente
tu tenaz blancura duerme.
Confía mi raudo deseo
a todos los dioses.
Vides ut alta...
Piélago ferviente
tu dulce entraña nace.
Vientos hondaban irritados
fértiles voces
acepta que en el campo de
Marte
sembré tu dicha.
Abrojo puse en rinconcillo
ofrecido.
Nireo empujando
su hermosa lanza ciega,
brillan de Pirro
encendidas flechas
voladoras,
este rigor blanco y
desnuda,
que aguza
favorita Perséfone,
aguas puras avanza Nearco,
soberana musa Calíope,
no baja.
Cadenciosa lira abre los
cielos
en funestas auroras.
Melodía descende caelo,
y riega los bosques de
Bancio.
Expresión de mi deseo en espejismo
oírla,
en todos bosques
y arroyuelos
eterniza.
Esta fatídica región,
de dioses dirigiendo
mortales.
Yo por ellos
y mi obra
estoy que beso el suelo.
El Castellano
SOPLO
DE CONJURO:
Veo color de certeza,
color a la esmeralda,
por follaje caduco
de ilusión adusto
en noche silenciada;
halagüeña tiende
su cuerpo,
negras dichas
como el tiempo no llora;
en albo espíritu
en suelo sin hallar
bosques y sus frondas
suaves.
Pliegues de sombras
bañan sus pestañas,
nítida y hosca
lejos ve en flor
mi sendero castellano.
La espera sonríe
lecho de tristes ecos
y encajes de apenadas
auroras.
Dulce cicuta al rayo
acrisolado .
Puro mi aire
de luz enrojecida.
Vistas en colas de
lagartija .
En ojos de araña ,
no se valla ,
conjuro sopla
en alas negras.
Vivaz tordo
en busca de lombriz
de idea anhelada.
Nubes de éter
en agua ardiente sin agua
ni limbos profusos.
Verde transparencia
en canal llano
por arroyos fluye
sin balde;
quejumbroso término
de mi amparo .
Camino a relumbrado
misterio,
adoré la llanura muerta
que mis fuerzas aviva .
Tardía arranca oscura arboleda.
Sombra sin esperanza,
casi viva,
muerta la precoz flor.
Amima la pupila ciega,
descanso sin ancha lengua
sobre tus pulcros muslos
ensortijados.
El Castellano
Lugh Solar y Poderoso,
jamás a ti te hable el olvido disuelto,
ni se rija tu onda luminosa
como tronco esbelto,
digno a abatir el rayo,
noble melancolía por tu madre difunta
Tailtiu,
en el alto cielo,
tu grandeza
sea reguero de oro.
La tierra secunda en nueva
cosecha
por talentos colmados a
florecer,
viento sonoro guarda tu
hermosura
Rey Padre,
El páramo yerto perecerá
en ámbar blando
de aroma besando tu frescor
de vida nueva.
Abatirá la sombría dulzura la tierra,
ilumina mi pluma al
honrarte,
suspiro de mi estruendo
crepuscular;
nombro al pájaro misterioso
que te pertenece
cuervo que otorga el
anochecer,
Sicut nubes, quasi naves,
velut umbra.
Años pasan yo busco mi recto yermo,
triste aflicción por aquel tomo de tierra
como las sombras vaporosas.
A ti Creador de luz,
acógeme, pinta esta mi noche negra,
amigo de imagen solar,
soy por cuantos Soles he
nacido.
Por sosiego de tierras
ignoradas
dame su gloria.
Camino afable con tu candor
a seguir,
blasón yo no pido
ayúdeme a desplegar y sembrar mi porte,
en tierra a cabalgar
y deslumbrar.
Lughnasadh, Lammas, abro
celebración
para generar nueva vida
en cosecha nueva
limpiando en tu nombre
Lugh,
toda tierra.
El Castellano
FINAL
Miguel Esteban Martínez García
Pseudónimo: El castellano
Índice
Contenido
Alma sin cuerpo, flagrante invierno:
Espiga roja sangrante:
CORNUCOPIA DE ESPEJOS SEVEROS:
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