Flor de difunto: Caléndula dorada de mi vida, tibia, eterna, esposa del Sol de día, amarilla, gran luz de los campos flor de difunto en tu grandeza antigua. Que baile el tiempo sobre tu flor que ni te importa la estación, sobre tu quietud alcanzo la verdad del ser sin preocupación alegría da verte, belleza creada del rayo de sol, dame tu luz descíframe el saber de tu ser para tu oro tener ese por el que el muerto encuentra su luz y la abeja tu beso tener lozanía del camino si silvestre naces al ocaso del lucero tus flores cierras en verso. El Castellano Cáléndula joven del camino, vieja de la senda que lleva a tu casa, ardor de luz brotado entre florestas hirientes, alza tus pétalos comunión de insectos, por estos solitarios caminos que me llevan a verte alzas en pitanza tu verde semblanza, de la tierra vida en añoranza, fulgor entre tus sienes, darás de flor simientes, así demostrarás que no hay tierra sin flor así no importe estación, María oro, flor de los difuntos, luz entre luces del alba, sostenme la caricia en tu flor, que me creo abeja por un día, álzate entre cardos y malvas que te rodean, demuestra que eres única, que ni caracoles osan morderte por tu savia fuerte, señero silvestre donde los haya, oro luciente entre engranajes verdes, espera a tu ababol compañero que tú sigues dando flor sin ser primavera entre despertares y albores de vidas y sus trinos, navegas mi alma esta mañana glorificando mi tierra yerma, te aman mis ojos, te admiran latidos precoces, eres más que silvestre flor eres una vida precoz de luz, si pudieras ser mujer yo sería tu eterno acompañante, colmas la belleza de lo sencillo eres mi alegría del camino, pasarán fugaces las generaciones y brotarás cualquier terreno que el reposo tornó sin construcción, para que tú grites que la belleza también tiene casa contigo, Calendula arvensis. El Castellano Danza en mi oscuridad: Es el eco furtivo de estas sombras, rompe el silencio guarda su pálpito es como el mío, es como el mío, cuando un agujero se abre del cielo, sombras de gatos caminan la ciudad, iluminan mejores tiempos, que ya pasaron, canta mi grito solitario, maestro del animal, cierran las pestañas, me ha traicionado el viento, solo, solo en este oasis de cemento, mi mala yerba brotará entre su asfalto, cruces torcidas el día escapa deprisa, un párpado negro al acecho, me piensa la oscuridad, su negra ala no me bastará al día que llega desaparecerá, desaparecerá, escucho notas de este vacío perplejo, perplejo ante su miedo, voy por escalas al infierno, carreteras oscuras va construyendo mi vida, la ciudad desvanece, la tierra muerde los cuerpos, este invierno ya no me seduce, se clavan mis uñas en la celda de mi cabeza, el tiempo esfuma etéreo, nunca más labraré mi miedo, aúllan persianas con el viento, estoy en el otro lado, contemplo vidas inertes pasar, el espectáculo de la soga comienza, es una flor de sangre abriendo su polen, no hay un alma en esta calle de mi mente, se retuercen mis ideas en adversidad, crepita que arde esta lengua de frío, amanece mi sangre escribiendo sin madrugada, el día comienza su alborada. El Castellano Otro beso: Mañana saldrá el sol si yo miro tus ojos, el mundo se hará pequeño solo para que nos conozcamos, tiraré la moneda al pozo de oro, contestarán sus doradas gotas, que los sueños hay que vivirlos para que sean realidad, al verdor del monte sembraré dulces vericuetos, para que diluyan escarchas hirientes, y sus blancos de sabor a nube, se rizarán cumbres dolerán sigilos del álamo, dejando su nieve en fusión de escalas al cielo, eternos alambres alumbrados por el sol y su desquicia, me llorarán los ríos nuestras gotas de unión, tu alma pura, colorada será como mi alma, intransigente comunión, destellos sin calma, ganaré la batalla, la noche será mi criada, la luna rajará crisoles en estampa helada, las estrellas me arroparán la sábana, amor yo nuestra primera noche no seré hombre, se destaparán los reinos olvidados seré el rey animal gobernando tu cuerpo, mi ciprés tendrá sabor a mujer desnuda, todo lo teñirá el rojo bermellón, al tañer de nuestras almas en hoguera, las sombras se unirán todas hasta vivir en tus cabellos, yo pasados los siglos volveré a vivir para pedirte otro beso. El Castellano
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