miércoles, 16 de octubre de 2024

CANCIÓN (solícito)

   Resplandores:

agosto 06, 2021


I


Pertenecerle sin cuerda,

ni etiqueta,

alumbrar ocasos,

como incendios 

de vanos testimonios,

dormir el alba más hermosa

con la ternura

reposa en tus ojos.

Acariciarte

como una espiral

sin principio ni final.

Ser de ti,

ascua labrada 

del fuego vespertino 

que envuelve

y su azur, no quema.

Aruñarte con suavidad

tu espalda.

Agarrarme,


II

a tu cariño, 

para nunca soltarme.

Bailar lunas y soles relojes.

Cultivar contigo

dicha floreciente

orgullo, te siembre

valor de felicidad

así fijar mirada

recta y alta

a un destino pueda abrirse.

Escala, era y es tu voz,

orando el día

pueda escucharla.

Voy por tercer jardín de luna.


III

Enterrando melodías

y sones mis ilusiones.

Era suficiente,

tiempo necesario

para besarte

como se agita un corazón

enamorado, 

te veo en lo bello,

sueña mi imaginario.

Una flor humana,

un pétalo,

Y una nota permanente,

al fulgor resplandeciente.


Förüq castellano Miguel Esteban












IV
Mi sangre yerta,
esquiva, humeante,
canta mi sangre yerta, granate,
el romo hierro mi tierra
por sembrar la simiente,
canta la amapola vieja,
sangre del corazón carmesí,
desvencija el rubí excelso,
la tierra arcillosa,
granate lustre postrado,
sueña mi semilla
despertar la sepultura,
efímera,
donde el muerto cava su vida,
mi cicuta triste, desprotegida,
cante y enraíce el paraíso,
de pieles ávidas
y bocas sobre una araña,
corre mi estío de la vereda a la rambla,
corre mi frío desde el infierno,
al río las flores desangradas,
de esta su alma por ganar,
beso de tierra y de vid
dorada al beso,
beso de trigo y girasol,
arde este pomposo corazón.
De cuchillo de espiga mi cante.


V
De zarza y espina mi amor,
encina yerta,
de mi piel esquiva,
flamígera,
real como intangible mi amor,
bravo y valiente,
duro y endeble,
metal y simiente,
mi carcoma sedienta,
pan y niebla, bruma y cal,
me desciende,
desprende desde la boca
hasta el pecho,
donde canta mi pasión sin despecho,
nube del cielo por dibujar,
a estampa de sed y viveza
por entrañar,
canta mi umbral,
quiere tener
soles y lunas
sin gemir,
otoño casi llegas
dibujando transparentes los miedos,
oda de mi sangre yerta,
humeante vespertina.


VI
Por mi tierra, ardió la siembra,
y el beso queda escueto,
parco lo sentido,
enamora el hálito,
quién te viera llegar,
vestida de olivo y centeno,
mi molinera,
mi morena,
de trigo y espada mi hoz,
por la calma abrasas la esperanza,
en maldición,
cantas esta canción.
Los cuervos te rinden pleito,
sí, de negra ala,
y graznido escondido,
en cada roble,
desde la piedra a la cueva,
abrasas Obscuridad mi entraña,


VII
Dibujas tu vívida estampa,
donde el tiempo reposa despierto,
sólo las hojas,
buscan su nueva vida,
d' este sembradío,
de niebla,
me avanzas sin piedad;
la dicha y el reflejo,
por ganar,
desde mi tierra encendida
a mi Hada bonita,
desde el cante
a la maraña,
te canta mi vida quieta
este amor de la mañana,
en tu pliegue de sonrisa
y en el resplandor
de tu mirada,
a la noche de tu cara,
suspira el rojo,
quiere ser tu río de alma,
y arrojo,
quiere nacer abrojo.



VIII
Suspira el rojo,
el espino mece
la espina de mi antojo,
la amapola amarilla;
sólo ella abre
a la gran luz,
horizonte de mi piel,
que quiebra como ayer,
enamorado suspiro
de frío,
enamora mi hielo,
donde duerme,
donde reposa,
el amor de mi sangre yerta;
flamígera,
desapagada,
dueña de mi luz
y de mi sombra,
transmigrada a la espera,
de caudal, y cauce.
sin igual.
Viviré siempre,
yo en su siembra;
taciturno azar,
Sol de mis soles,
era el hálito transparente.


IX
Vida de una vida
en gota tu agua ciega,
sangre,
avanzo sin calma,
mi existencia
en un papel.
Verá el tiempo que no pudo
conmigo,
mi metal furtivo,
brota mi credo,
abre tierras
de azul sempiterno,
con orgullo,
de fulminado ayer,
que se escapa entre mis manos.


Förüq y Leannán-Sídhe



X

Cielo de tu amor que acaricio,

en el suspiro del tiempo desvanecido,

en cada luna que te encuentro,

en cada vida que te siento.

Cómo no hacerlo si vives dentro,

si cada minuto lo vuelves tierno.

Vuelo con este sentimiento de fuego,

XI

cabalgo el firmamento,

encontrando el verso despierto.

Como estas ganas de devorarte lento,

que sientas el deseo morder tu cuello,

y la sangre de cada flor de piel y verso.

Donde el agua y la poesía

hacen el amor con tu cuerpo.

En este campo de sentimiento

la sangre de la tierra vistió de amapolas,

cada beso de amor sin tiempo.

El bronce deja su cuchillo

a las espigas del cielo.

Hierro baña la sangre de este guerrero,

vivo y muerto por tus suspiros.

De tu corazón preso, guardián de cada latido,

redentor en el silencio frío.

Amante serpiente en el calor de la ilusión

que te dibuja en mi mente.

Siempre presente, a la hora que la oscuridad

late y envuelve.

Donde te volviste mi bendición,

realidad, abrigo y latido

de la inspiración invencible.

Como invencible dios Sol, que toda vida rige.

Amada hada, esposa de este mío sentir,

XII

acompañante de cada vuelo fulgente.

Tu semilla de amor germinaste en mi pecho,

amapola roja y negra, sangre y tinta

que cada verso expresa sin descanso.

Fluyendo como el río que brota en almas a su paso.

Voz amante de tu presencia en mi mente,

donde el te amo cada noche se siente.

Cura de soledad y maravilla hasta la muerte.

Donde mis rosas dejarán su sangre.

Nunca dejaré de escribir al amor,

a esta pasión de tenerte,

a cada luna que de malva el cielo me tiñe,

a todas las flores sencillas donde te veo,

donde descubrirás que este duende te será fiel,

y a cada semilla que nace pone tu nombre,

donde encontró su latido noble,

y mil veces más fuerte

lento se apodera de tu bosque.

Las campanillas en flor le oyen

y distingue el espíritu de cada árbol,

en cada pequeña vida a dios encuentra,

donde la armonía la acaricia el idioma oculto

de las hojas al viento.

Como el abrazo de la yedra al árbol

y el beso del rocío primero a las flores del campo.

XIII

En paz me siento en mi entorno,

y en la ciudad muero lento.

Bendita la vida por darme tu amor,

por darme ojos para ver cada vida en color,

siente esta caricia sin dolor

observa que de mí el cielo se apiadó,

donde sin envidia ni mal

eterno vivo, como poeta sin tiempo en tu recuerdo,

voy allí lejos de este mundo,

donde empieza nuestro bosque sin destino,

donde libre, todo sigue su espiral sagrada,

el ciclo de la vida y la muerte,

el resurgir del agua, la sangre y de la tierra.

Amada te canto, de tu mano siempre mi te amo,

contigo siento la fuerza

de la tierra, el agua, el viento, el fuego, y la magia

que en arrullo acarician mi cuerpo,

contigo no temo a ningún abismo, infierno, ni

tormento,

a ti te debo cada verso.


El Castellano y Leannan-Sidhe

XIV

Renuevo esta mi sangre,

tengo tus ojos fijos en mi horizonte,

a cada luna nocturna

que pido proteja tu amor en mi cuerpo,

amaneciendo despierto

el deseo de enredarme en tu cabello,

la pasión rugiendo besar tu cuello,

desvaneciéndose el tormento,

encontrando el manantial de esmeraldas

en tu cuerpo

sirviendo al placer preso

rezando a la noche oscura

encontrarte en cada parpadeo,

sintiendo el fuego arder dentro,

vistiendo mi piel de tus deseos,

como íntimo tesoro de ternura cuidarte

hasta el fin del tiempo que muerde,

hasta eterno tenerte

donde tu esencia surque mi sangre,

y el velo de fuego destape,

donde sin verte sigo soñándote,

como inevitable besarte,

y entre tu boca encontrarme,

XV

donde por amarte me resucitaste,

y la flecha certera me atravesó el pecho

para del latido nunca sacarte,

para verte cada día en mi mente

como siempre tan resplandeciente,

mi anhelo queriendo siempre sorprenderte,

mi felicidad encontrándote dulce radiante,

si escribir solo sé escribir

lo que dice el corazón

y siempre sabrás que suspira por ti amor,

mi bendición mi locura de pasión,

mi florecer en rojo tornasol,

viendo el arco-iris de la ilusión,

viendo desvanecerse cada día mi dolor,

encontrando de tus pechos las perlas amor,

avanzando tus cauces

llegando a tu océano de ilusión,

abrigando tu interior con mi calor,

protegiéndote por ser mi tesoro,

mi cielo estrellado y cada rayo de sol

que me acaricia,

siendo bella princesa de mi reino,

siendo entera bella,

siendo de amada tan preciosa como destello

en tu mirada, cálida ilusionada

XVI

donde mi calma se vuelve tu agua,

y naufrago en tu playa.

Me encuentro preso en tu tela de araña,

siento cálida la sábana,

me pierdo en cada noche que mi alma te extraña

como necesitarte mi esperanza,

como mi campo en flor sembraste cada flor

silvestre,

como solo tú ahuyentaste cada recuerdo triste,

vengo a desafiar a esta inspiración

con tu corazón invencible,

donde de sentirte mi mundo, rojo volviste,

donde mi amor te encuentra y te desviste,

quiero perderme en tus secretos

recorrer tus parajes para renacer

como amapola en tu piel,

donde viviré de tu placer,

donde solo necesitaré de tu amor para vivir,

a cada luna estridente que encuentro

el verso solitario navegando la sangre

y vuelo a abrazarte,

y como paréntesis del destino

de mi interior te adueñaste.


El Castellano y Leannan-Sidhe



XVII

MARZO 2014

 

 

 

Sangre:

 

Amada mía te escribo,

 

esta noche invernada,

 

detrás de la noche y de la estrella apagada,

 

que yo te amo amada.

 

Luna mía, tú mi flor que brilla,

 

luces bonita, estrellita mía

 

sólo tú eres mi vida,

 

linda mía, jamás se apagará tu boquita,

 

que llama a la mía,

 

mía, solo mía,

 

mi flor de luna.

 

Solo para mí encendida,

 

Yo nací para tus ojos,

 

madera de los cipreses,

 

yo solo soy escarabajito

 

que de tu mano caminas despacito

 

de tu mano abrazado duermo contigo.

 

 

 

XVIII

 

 

 

Sólo soy lo que tus ojos dicen de mí,

 

solo soy amor, vivo en ti,

 

yo, nací del rayo de sol,

 

dije soy fuego sin más razón,

 

de mí hasta la sangre huyó,

 

yo, solo viví como vive la flor,

 

al muerto le di helor,

 

porque yo viví solo, solo

 

como vive, la flor,

 

pero ni aroma tuve,

 

ni tuve color,

 

solo tuve rojo polen carmín

 

de mi sangre sin venas

 

nació un yo te amo amor

 

que a la tierra llegó.

 

El Castellano y Leana.

 

 

 

XIX

 

Muerto vivo si o te miro,

 

luna muerta vi encender,

 

y a mí llegó para yo decir,

 

viví, fui, amé, reí, y con su amor,

 

digno, orgulloso,

 

viví.

 

Hasta de su boca

 

morí.

 

Pero un sábado desperté,

 

frío,como Sol que fui,

 

y ella, huyó de mí.

 

Así mi condena cuando

 

yo muero ella vive por mí.

 

 

 

El Castellano y Leana.

 

 

XX

 

 

Sangre, sangre

 

color añil,

 

vida. vida para yo decir

 

he aquí mi sangre,

 

y aquí muerto viví.

 

 

 

El Castellano y Leana.

 

V

 

Vive en la inmensidad

 

del azul eterno

 

para ver este cielo

 

que encierro yo,

 

aquí vencí yo.

 

Aquí solo,

 

solo,

 

busqué morir.

 

Pero eterno viví.

 

El Castellano y Leana

 


XXI

 

De este cementerio vengo,

 

pero yo no he muerto,

 

yo de este cementerio,

 

traigo la flor,

 

pero así la flor

 

fue muerta por amor.

 

El Castellano y Leana

 

 

 

 

 

XXIII

 

Quién fuese verso

 

para ser verbo.

 

Quién fuese poema

 

para la más bella besar.

 

Quién

 

fuese locura

 

para con ella

 

loco de amor

 

amándola,

 

sanar.

 

Yo la vi para loco de amor

 

Decir, que lombriz feliz morí.

 

XXIV

 

Ven, ven a mí,

 

yo nada, ni frío,

 

ni hielo, puedo ser,

 

sin ti,

 

yo tu ausencia llamé infierno,

 

tu beso llamé parca,

 

tu amor llamé Satán

 

pero yo solo soy

 

el único llamado Dios

 

que reinó

 

en tu corazón.

 

El Castellano y Leana

 

 

 

XXV

 

 

 

Cielo tengo si yo te veo,

 

Vida si yo te tengo,

 

Sangre, sin ti, yo no tengo,

 

yo todo lo tengo,

 

tu amor alimento,

 

yo corazón tengo,

 

pero allí solo vive tu recuerdo.

 

El CASTELLANO Y LEANA

 

XXVI

 

Cielo tengo si yo te veo,

 

Vida si yo te tengo,

 

Sangre, sin ti, yo no tengo,

 

yo todo lo tengo,

 

tu amor alimento,

 

yo corazón tengo,

 

pero allí solo vive tu recuerdo.

 

El Castellano

 

 

 

 

 

XXVII

 

Locura despierta

 

locura quieta,

 

venda,

 

mi ojo que no vea,

 

y la vela prenda.

 

Copa que mi sangre llena,

 

yo vengo del nacido sin nombre,

 

que olvidó que perdió todo,

 

pero le llamaron amor.

 

 

El Castellano y Leana

 

XXVIII

 

 

 

Bendito aquel que muere en el verso,

 

bendito aquel que muere ardiendo,

 

porque amor es fuego,

 

hoguera el corazón,

 

porque yo sé de esto,

 

porque sé que duele,

 

porque yo viví amando,

 

amé amando,

 

amé cuando un otoño

 

aquí morí enamorado.

 

 

 

El Castellano y Leana

 

 

XXIV

 

Yo nací, amé, amo, luché, lucho,

 

viví, vivo,

 

morí, muero.

 

Poeta soy, poeta fui,

 

escribí, escribo,

 

fui verso, soy poema,

 

pero la verdad viví escribiendo y me llamaron

 

hombre enamorado.

 

 

 

El Castellano



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